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Cartas Misteriosas
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Libro electrónico136 páginas1 hora

Cartas Misteriosas

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En el pacífico pueblo de Nashville, en Tennessee, se acerca de manera sigilosa la confusión y el poblado se vuleve famoso por todo el terror generado por unas cartas que perturban los sentimientos de los habitantes. Las cartas son provocativas, y tratan asuntos delicados como culpas, infidelidades y temas que podrían destruir a una persona. Nadie sabe quién escribe dichas cartas y con qué propósito.

IdiomaEspañol
EditorialBadPress
Fecha de lanzamiento14 nov 2023
ISBN9798223230687
Cartas Misteriosas

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    Cartas Misteriosas - D.S. Pais

    Cartas misteriosas

    Aviso

    Esta historia, los nombres, personajes y acontecimientos que pasan en este libro, son ficticios. Ninguna referencia a personas reales (vivas o fallecidas), lugares, edificios o productos es intencional ni debe ser inferida.

    Llegan las cartas

    Era el año de 1962. Una joven pareja, Reese y Davis, estaban casados. Ellos decidieron establecerse en Nashville, Tennessee. Era un lugar el cual raramente llamaba la atención y era perfecto para una vida hermosa juntos. Pero todo cambió con el paso del tiempo. El pueblo se volvió famoso por algunos eventos que se salieron de control. En el año de 1976 algo extraño sucedió, y el poblado obtuvo la atención de toda una vida. Las cartas aterradoras comenzaron a llegar.

    La primera carta le llegó a Valerie, una conductora de autobús escolar. La carta era rara. Afirmaba que ella estaba teniendo una relación con el superintendente de la escuela. La carta indicaba que esa aventura debía terminar.

    También incluía una amenaza siniestra: Sé dónde vives. Conozco tu casa. Tienes hijos....

    El sobre tenía un sello postal con dirección de Columbus, Tennessee. No había dirección del remitente, ninguna firma adentro y era imposible saber quién la había enviado.

    Una semana después, Valerie recibió otra carta con un tono similar. Valerie se guardó las cartas para ella misma, hasta que su esposo, Black, también recibió una.

    Lo raro era que Valerie vivía en Nashville, Tennessee, pero el sobre estaba sellado en Columbus, Tennessee, el cual estaba a muchos kilómetros de distancia.

    Y esta última carta, dirigida a Black, le decía que, si él no hacía algo para detener ese amorío, sin duda alguna, su vida estaría en peligro.

    El presunto amorío se volvió el tema de conversación en Nashville. Una parte de la carta decía: Black, han pasado dos semanas desde que te llegó la carta y no has hecho nada al respecto. Si no tomas ninguna medida, lo difundiré a través de posters, carteles y vallas publicitarias, hasta que la verdad salga.

    Valerie y Black tenían que hacer algo con eso. Decidieron hablarlo con los miembros de su familia para resolver el asunto. Invitaron a la hermana de Black, su esposo, Benjamin Davis, y a la hermana de Benjamin. La pareja discutió con ellos largo y tendido el tema de las cartas.

    Cerca del final de la discusión, Valerie dijo: Debe quedar sólo entre nosotros. Ya somos la comidilla del pueblo, y tenemos que ver que, cualquier cosa que hagamos, quede entre nosotros.

    Todos estuvieron de acuerdo.

    Tengo una idea de quién está enviando las cartas y tengo un plan. Dijo Valerie.

    Y, ¿cuál es?. Le preguntó su esposo.

    Debemos responderle para que sepa que sabemos. Respondió Valerie.

    ¿Quién le escribirá esas cartas de vuelta?. Preguntó Benjamin.

    ¿Por qué no tú?. Sugirió Valerie.

    Decidieron que Benjamin escribiera las cartas al sospechoso, asegurándole que sabían quién era.

    Sólo asustaremos al sujeto. No serán cartas violentas y sólo serán para que todos sepan quién es y qué ha estado haciendo. Dijo Valerie.

    Benjamin escribió cinco cartas, una seguida de la otra, y se las enviaron a la persona que creían era el hombre detrás de las espantosas cartas.

    Black

    El plan parecía haber funcionado. No hubo cartas por muchas semanas, sin embargo, muy pronto, en cuestión de unos cuantos días, los residentes de Nashville, Tennessee, abrieron sus buzones de correo y encontraron cartas misteriosas que tenían el propósito de aterrorizarlos. Hubo una horrible afluencia de mensajes de odio.

    En una de las cartas se leía:

    Incumplimiento de la normativa... y nadie puede protegerte.

    Entonces, el 19 de agosto de 1977, Black recibió una llamada telefónica, la cual, parecía confirmar las sospechas de Black sobre la identidad del escritor de las cartas.

    Mientras abría la puerta de su casa para salir, Black le dijo a sus hijos: Voy a confrontar al escritor de las cartas. Black azotó la puerta y se fue en un santiamén. Iba echando humo por la ira.

    Tomó su arma. No parecía estar borracho, no era el momento para eso.

    Enojado y molesto, Black se dirigió a la camioneta roja con blanco de la familia, pese a que el escritor le había dicho que lo estaba observando.

    Tras haber recorrido una distancia corta, perdió el control del vehículo, chocó con un obstáculo y murió al instante.

    En el punto del accidente, se reunió una gran multitud, y por obvias razones, le avisaron a la policía. Ellos también tenían sus sospechas.

    Luego de una pequeña investigación, la policía descartó a un posible sospechoso y declararon la muerte de Black como un accidente.

    Esto tampoco fue bueno.

    Pronto, muchos de los habitantes de Nashville recibieron unas cartas anónimas en las que se acusaba al comisario de un encubrimiento.

    El cuñado de Black, Benjamin Davis, dijo que el comisario había cambiado su historia:

    Él me estaba diciendo que no había habido juego sucio y que el sospechoso había pasado la prueba del polígrafo.

    Black tenía 0.16% de alcohol en su sangre, lo cual, en Tennessee, sería 1.5 veces el límite permitido. Su familia, y la mayoría de la gente decían que él no era un gran bebedor y estaban sorprendidos por ese tipo de hallazgo. Los niños también recordaban que su papá había salido de la casa sin haber consumido ni una gota de alcohol.

    Benjamin Davis

    La mayoría de las cartas tenían sello postal de Columbus, Tennessee, que estaba situado a casi 50 kilómetros al norte del condado donde estaban sucediendo los incidentes. El lado pacífico del pequeño pueblo, mejor conocido por su exposición anual de calabazas, cambió en marzo del 1977, al tiempo que los negocios de Nashville y algunos residentes elegidos, empezaron a recibir cartas anónimas que contenían información personal y algunas acusaciones.

    Poco después, Valerie y el superintendente reconocieron que tenían una relación, aunque aseguraron que empezaron a salir luego de que las cartas habían sido enviadas.

    En 1980, la pareja de Reese y Davis compraron el lote 137, en el complejo Hide-A-Way Hills. El matrimonio no avanzaba hacia ningún lado, y cada día se volvía más amargo. Las indiferencias entre la pareja eran inconsolables.

    Un día, mientras Valerie iba conduciendo su autobús escolar habitual, vio algo extraño en el camino. Cuando lo miró de más cerca, se dio cuenta de que era una trampa rudimentaria e iba dirigida a ella. La tomó y decidió observarla en casa. Curiosamente, a ella le parecía que estaba diseñada para que la pistola le disparara a ella. Dio parte a las autoridades, ya que ello requería de su atención.

    Cuando las pruebas de laboratorio fueron capaces de identificar de manera correcta el número de la pistola, el caso dio un giro increíble. El arma le pertenecía al concuño de Valerie, Benjamin Davis. Por esa época, él acababa de separarse de su esposa, la hermana de Black.

    Reese exigió el divorcio den 1982, al tiempo que una orden le prohibía a Davis gravar, o, en cualquier caso, disponer de los bienes comunes. Los ingresos por las ventas se iban a usar para pagar algunas deudas y el resto de eso se dividiría de manera equitativa entre Reese y Davis, sin embargo, la venta nunca se llevó a cabo.

    Las autoridades lo interrogaron y Benjamin negó haber estado involucrado: Admito que la pistola es mía, pero no la había visto en mucho tiempo. No sé qué le pasó y esa es la verdad. Así son las cosas. Dijo y quizás estaba diciendo la verdad.

    Davis fue sentenciado por el jurado del condado el 4 de marzo de 1983 y procesado por el intento de homicidio. Ese mismo año, para financiar su defensa contra el cargo criminal, Davis le firmó un pagaré por $15,000 a Gallucci y a la señora Betty Hayes. Davis también les firmó una hipoteca por su propiedad en Hide-A-Way Hills para asegurar el pago del pagaré.

    El juicio

    Los procesos judiciales comenzaron en el tribunal de lo penal, en Tennessee, el 24 de octubre de 1983. Una vez finalizado el interrogatorio de los posibles miembros del jurado, éste se constituyó y la moción de un cambio de sede fue rechazada. Una propuesta de que se separara a los testigos fue hecha por el abogado de la parte demandada antes de que comenzaran los argumentos y el tribunal la aprobó.

    Durante el juicio se presentaron las evidencias.

    Se le llamó a Valerie a testificar. Ella declaró lo siguiente: Yo trabajaba como conductora de autobús para el distrito escolar de Westfall, y alrededor de las 3:30 de la tarde, vi un cartel en un poste, el cual hacía referencia a mi hija. Detuve el camión, quité el cartel y me fui a la casa.

    Valerie luego regresó esos materiales al sheriff del condado. Además, también testificó sobre las cartas que había recibido durante un periodo de tiempo hasta el 23 de diciembre de 1982.

    Antes de su testimonio relacionado con las cartas, el tribunal dio al jurado una instrucción restrictiva de que las cartas sólo se considerarían para ver el estado mental de la parte demandada, ya que se relacionaban con el cargo de intento de homicidio.

    La corte llamó al frente a Richard Phillips, quien era el comisario que estaba involucrado en la investigación.

    Richard Phillips declaró: "Valerie me llevó a mi oficina el cartel y la caja que en la que

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