NO LE GUSTABAN LOS LUNES
Las fotos de cuando Brenda Spencer era una niña tienen poco que ver con las imágenes que abrieron los noticiarios del 29 de enero de 1979. En las primeras planas se observaba a una joven de piel blanca, pecas —muchas pecas— y cabello rojo que está abrazando un gatito. Las imágenes de televisión muestran algo muy diferente: a una chica seria, escoltada por varios agentes en la entrada de su casa de San Diego (California).
Brenda mató a dos hombres e hirió a varios niños y a un policía con un rifle semiautomático. ¿Por qué lo hizo? Su respuesta: “No me gustan los lunes”. La opinión pública estadounidense se escandalizó, la expresión se popularizó y hasta el grupo de rock irlandés The Boomtown Rats compuso una canción titulada justo así. Y se convirtió en un gran éxito de popularidad.
El primer abogado defensor de Brenda, Michael Mc- Glinn, hizo el esfuerzo que su clienta no había hecho y trató de explicar sus motivaciones. En el programa Real Crime declaró que la muchacha había crecido en un ambiente donde la felicidad escaseaba. Prueba de ello son los múltiples poemas sobre la violencia que dejó escritos. McGlinn fue todavía más lejos y aseguró que, en su opinión, Brenda no era consciente de sus actos, fruto de la enajenación.
Brenda Spencer nació el 3 de abril de 1962 en el seno de una familia acomodada y creció en un barrio de clase media de San Diego. Sus padres, Dot y Wallace, sostienen que de pequeña era una chica alegre, muy interesada en los deportes, la fotografía y los animales. Cuando tenía nueve años, Dot y Wallace se divorciaron; por lo visto, la ruptura afectó enormemente a Brenda. La madre fue quien decidió irse del hogar familiar tras la separación y Brenda
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