Descubre millones de libros electrónicos, audiolibros y mucho más con una prueba gratuita

Solo $11.99/mes después de la prueba. Puedes cancelar en cualquier momento.

Insurrectas 3 Nellie y Gloria Campobello: El fuego de la creación
Insurrectas 3 Nellie y Gloria Campobello: El fuego de la creación
Insurrectas 3 Nellie y Gloria Campobello: El fuego de la creación
Libro electrónico475 páginas6 horas

Insurrectas 3 Nellie y Gloria Campobello: El fuego de la creación

Calificación: 0 de 5 estrellas

()

Leer la vista previa

Información de este libro electrónico

Nellie y Gloria Campobello Imposible celebrar a Nellie (1900-1986) sin aplaudir a Gloria (1911-1968), dos artistas que renovaron la cultura mexicana en el siglo pasado. La polígrafa y danzarina fue la única mujer que escribió novela sobre la Revolución, y su hermana Gloria, la también coreógrafa y estudiosa de los bailes y ritmos indígenas, se conv
IdiomaEspañol
EditorialGedisa
Fecha de lanzamiento7 sept 2023
Insurrectas 3 Nellie y Gloria Campobello: El fuego de la creación
Autor

Patrcia Rosas Lopátegui

Patricia Rosas Lopátegui Nació en Tuxpan, Ver. (1954). Profesora en la Universidad de Nuevo México, Estados Unidos. Es biógrafa de Elena Garro y ha escrito varios libros sobre la autora poblana. El más reciente consta de dos volúmenes, Diálogos con Elena Garro. Entrevistas y otros textos (Gedisa, 2020). Asimismo, ha estudiado y compilado el legado de Carmen Mondragón en Nahui Olin: sin principio ni fin. Vida, obra y varia invención (UANL, 2011), y el de Guadalupe Dueñas en sus Obras completas (FCE, 2017). Su interés por reconocer las innovaciones de diez féminas mexicanas del siglo XX, la llevó a conformar la serie Insurrectas.

Relacionado con Insurrectas 3 Nellie y Gloria Campobello

Libros electrónicos relacionados

Biografías de mujeres para usted

Ver más

Artículos relacionados

Comentarios para Insurrectas 3 Nellie y Gloria Campobello

Calificación: 0 de 5 estrellas
0 calificaciones

0 clasificaciones0 comentarios

¿Qué te pareció?

Toca para calificar

Los comentarios deben tener al menos 10 palabras

    Vista previa del libro

    Insurrectas 3 Nellie y Gloria Campobello - Patrcia Rosas Lopátegui

    PRÓLOGO

    El ritornello de las escritoras

    Por insólito que parezca —ya lo dijo Elena Garro: todo lo increíble es verdadero¹— aun en la segunda década del siglo XXI, la brecha entre los escritores varones y las féminas persiste de manera evidente y también velada. Los preceptos machistas y misóginos de la sociedad patriarcal siguen vigentes en la vida mexicana. Por eso las creadoras que nos abrieron camino y combatieron el orden y las costumbres arcaicas vuelven a mí como un ritornello.

    No niego que ha habido avances y que hoy en día un sinfín de polígrafas ocupan un sitio destacado dentro de la literatura nacional y fuera del país, de manera más igualitaria y respetuosa. Sin embargo, todavía existen la inequidad de género en las editoriales, en las oportunidades de trabajo, en los salarios, en los premios o reconocimientos, así como el descrédito y el acoso sexual, por mencionar algunos rubros.

    Retornar a las escritoras que enfrentaron con su beligerancia todo un sistema, nos lleva a enaltecer su labor, pues son piedra de toque para poder examinar nuestro presente y seguir desmantelando las leyes opresivas en contra de la mujer. Los feminicidios, las violaciones, la pedofilia y el hostigamiento manifiestos en todos los estratos sociales, forman parte del mismo aparato que han padecido y aún padecen las hacedoras de cultura.

    Si bien es cierto que en 2010 reuní a un grupo de autoras para rescatar su vida y su legado en Transgresión femenina. Estudios sobre quince escritoras mexicanas (1900-1946) y en Óyeme con los ojos. De Sor Juana al siglo XXI. 21 escritoras mexicanas revolucionarias, no hemos saldado del todo las deudas con ellas. Por eso, en el verano de 2021, nueve creadoras llegaron a mi memoria, una vez más, por varias razones. Ninguna obtuvo el Premio Nacional de Literatura (instituido por el gobierno mexicano en 1945), o el Premio Sor Juana Inés de la Cruz (fundado en 1993 para mujeres novelistas) que se otorga en el marco de la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, el encuentro editorial más importante en lengua española. (Este último, por ejemplo, se lo merecía María Luisa Mendoza por De amor y lujo en 2003). Es verdad que algunas fueron reconocidas con el Premio Xavier Villaurrutia (creado en 1955), entre otros galardones, y que se han reeditado sus obras, pero aún falta mayor difusión y, sobre todo, que formen parte del canon, que sean lectura obligatoria en las instituciones de enseñanza media y superior y, por ende, sus textos se traduzcan a otros idiomas.

    Todavía me indigna no haberlas descubierto en mis cursos de licenciatura en Letras Españolas. Sólo leímos Balún-Canán (1957) de Rosario Castellanos, Los recuerdos del porvenir (1963) de Elena Garro, y Con Él, conmigo, con nosotros tres (1971) de María Luisa Mendoza, en el Seminario de Literatura Mexicana, durante la primavera de 1977. Esto se lo debo a la directora de la carrera, Rosaura Barahona, y a la profesora Nora Guzmán, cuando cursaba mis estudios en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), quienes abrieron brecha y nos mostraron la veta feminista. Las otras novelas pertenecían a la pluma de los varones. Luego, en el periodo de la maestría y el doctorado sucedió más o menos lo mismo en distintas universidades. A las demás escritoras las fui encontrando a partir de 1980, mediante mis investigaciones y como docente, pues estaba harta del canon dominado por los hombres.

    Una nueva voz

    En este rescate aparece por primera vez la obra de Devaki Garro, hermana de la autora de Un hogar sólido y otras piezas en un acto (1958). Tenía noticias de su activismo a través de los artículos periodísticos de Elena Garro y las entrevistas con ella,² y mediante las conversaciones que sostuve con uno de sus hijos, el periodista Francisco (Paco) Guerrero Garro.³

    No obstante, ignoraba que Devaki, mejor conocida como Deva, hubiera compartido con Elena —su alma gemela— la pasión por la escritura. Por fin llegó el momento de hacer público lo que guardó en silencio. Gracias a Flora Guerrero Garro, en representación de su familia, salen del olvido los poemas, los cuentos y otros materiales de la tenaz defensora de los infortunados.

    Legión notable

    Nahui Olin-Carmen Mondragón, Antonieta Rivas Mercado, Nellie y Gloria Campobello, Guadalupe Dueñas, Josefina Vicens, Devaki Garro, Amparo Dávila, María Luisa la China Mendoza e Inés Arredondo desafiaron los lastres de la misoginia y la autocracia. Nacidas entre 1893 y 1928, sus vidas se entrecruzaron mientras realizaban su trabajo a lo largo del siglo XX, y algunas hasta el presente milenio. A todas ellas las vinculó su iconoclasia, su rebeldía y la pasión por la palabra, ya fuera desde la poesía, la narrativa, la dramaturgia, el periodismo, el activismo político y social, o a partir de la escritura de guiones cinematográficos y para la televisión.

    Elena Garro (1916-1998) y Rosario Castellanos (1925-1974) representan a dos de las pioneras más relevantes del sufragismo en México, por eso formaron parte de Transgresión femenina y de Óyeme con los ojos, entre otras autoras progresistas. Pero una serie o antología siempre requiere de la forzosa selección.

    Aunque Elena Garro permaneció en el ostracismo durante varias décadas —por un lado debido a su desobediencia en contra de la opresión patriarcal (como lo refleja su periodismo feminista desde 1941), y por otro, ante su incursión en la política y la justicia social—, desde 1977 comencé a estudiar su obra y posteriormente a escribir sobre ella y a rescatar gran parte de su producción. Así, en los últimos años, existen cada vez más investigadores abocados a la revisión de sus innovaciones. En la actualidad los lectores proliferan alrededor de su legado y el reconocimiento a nivel mundial sigue consolidándose. Por ello no forma parte de esta serie, ya que era necesario revisitar a otras de sus correligionarias. Además, como su biógrafa, siempre tengo otros planes en el tintero.

    El caso de Rosario Castellanos es distinto. La autora de Trayectoria del polvo (1948) se ganó casi inmediatamente un sitio en las letras mexicanas con su pluma y como vocera del feminismo. Basta recordar que el 25 de junio de 1950 defendió su examen profesional con la tesis Sobre cultura femenina, para obtener el título de Maestra en la Facultad de Filosofía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Su análisis deconstructor inició una revolución. La brillante alumna declaró entre grandes carcajadas del público, la inexistencia de la cultura femenina o los móviles espurios por los cuales una mujer se dedica a actividades tan contrarias a su fisiología.⁴ Desde ese momento, Castellanos empezó una campaña en defensa de los derechos de la mujer, en todos los aspectos de su desarrollo humano. En los años 60 ocupó puestos importantes en el campo de la docencia y recibió invitaciones para dar cursos en diferentes universidades del extranjero. Pasó a formar parte del canon literario y era la embajadora de México en Israel cuando falleció el 7 de agosto de 1974. Su nombre brilla en librerías, centros culturales, en avenidas, calles, escuelas y bibliotecas. Algunas editoriales del Estado y las privadas han reeditado su obra completa y se ha traducido a infinidad de idiomas; es decir, Rosario Castellanos siempre fue y continúa siendo la emisaria de las letras nacionales ante el mundo. Por lo anterior, a diferencia de las diez rebeldes reunidas, consideré que no precisaba restituirle un sitio que ocupó y sigue desempeñando en nuestra vida cultural.

    Sin embargo, la presencia de Garro y de Castellanos, y de otras escritoras tampoco incluidas en esta ocasión, surge en este periplo literario porque siempre estuvieron —hombro con hombro— en la misma lucha con sus coterráneas.

    Serie Insurrectas

    Este proyecto nació en 2008, en el mismo periodo de Transgresión femenina y Óyeme con los ojos. Por diversas circunstancias, en aquel entonces no pude concluirlo. Empero esas creadoras me han acompañado a lo largo de los años y por eso, a mediados de 2021, me despertó su ritornello. Era tiempo de retomarlas y volver a analizar sus aportaciones.

    Así como Antonieta Rivas Mercado se convirtió en el ritornello de Salvador Novo y de Xavier Villaurrutia —quienes nunca olvidaron la trascendencia del grupo Ulises (1926-1928), fundado y patrocinado por ella— nosotros tampoco debemos olvidar el eje motor de ese movimiento transgresor que modernizó el ámbito cultural mexicano. Aunado a lo anterior, Rivas Mercado enriqueció a las polígrafas que la sucedieron y, de hecho, todavía nos beneficiamos de su irreverencia. O como Nellie Campobello, la que luchó a manera de un ritornello por rehabilitar la figura de Francisco Villa en contra de los oportunistas, también exige que examinemos sus contribuciones, no sólo para reeditar su obra y ampliar un catálogo, sino para estudiarla con mayor disciplina y divulgación, como sucede con Mariano Azuela y Martín Luis Guzmán, entre otros autores de la Revolución.

    El propósito de esta serie consiste en esparcir su obra y contextualizar su trayectoria a través de diversos materiales. Para ello organicé un libro dedicado a cada escritora:

    Nahui Olin-Carmen Mondragón (1893-1978)

    Antonieta Rivas Mercado (1900-1931)

    Nellie (1900-1986) y Gloria (1911-1968) Campobello

    Nellie (1900-1986) y Gloria (1911-1968) Campobello

    Guadalupe Dueñas (1910-2002)

    Josefina Vicens (1911-1988)

    Devaki Garro (1915-1993)

    Amparo Dávila (1923-2020)

    María Luisa Mendoza (1927-2018)

    Inés Arredondo (1928-1989)

    Hablar de Nellie Campobello implica mencionar a su hermana Gloria. Ante su inmenso legado literario y artístico, incluyendo sus actitudes anticonvencionales, fue preciso unirlas en dos libros consecutivos. A pesar de que Gloria no se dedicó a la escritura per se, su participación representa un parteaguas como la primera prima ballerina de México, brillante coreógrafa, docente admirable y pionera de las danzas originarias, del ballet clásico y vanguardista en el país. Sin olvidar que es coautora con Nellie del libro Ritmos indígenas de México (1940).

    A 100 años

    Por azares de la buena fortuna, a la gradual salida de esta serie tres obras de Nahui Olin cumplirán un siglo: Óptica cerebral. Poemas dinámicos (1922-2022), Câlinement je suis dedans (1923-2023) y À dix ans Sur mon Pupitre (1924-2024). Desde estas páginas les rendimos tributo a su poesía y prosa incendiarias.

    A su vez, el 21 de febrero de 2023, estaremos de manteles largos para celebrar el centenario de Amparo Dávila.

    Organización

    Cada libro abre con el nombre de la autora, seguido por las fechas de su nacimiento y deceso. Después aparecen unas frases suyas —tomadas de alguno de sus textos o entrevistas— que las definen como Insurrectas por su visión deconstructora. Luego estos apartados:

    Selección de obra. Consiste en acercar a los lectores a varios géneros breves en los que se desempeñaron.

    Correspondencia. Debido a la fortuna de contar con una gama de misivas, algunas publicadas y otras inéditas, se incluyen en los libros correspondientes. Dichos comunicados, ya sean de su autoría o dirigidos a ellas, forman parte de su cosmovisión, pues varias creadoras sobresalieron en el género epistolar.

    Entrevistas. A contracorriente de las normas patriarcales, todas ofrecieron un sinfín de conversaciones con sus admiradores. Esas charlas permiten complementar su percepción del mundo, su proceso creativo, el acoso padecido, así como los logros alcanzados a marcha forzada, en un periodo donde no se tomaba en serio la escritura de las mujeres.

    En ese sentido viene a colación la entrevista ¿Se casaría usted con un literato de Óscar Leblanc con Nahui Olin (1923). Sin medias tintas ésta respondió: Nunca me casaré con algún hombre... literato o zapatero, ya que todos, con distintas personalidades, son, en el fondo, los mismos. (...) Nunca me casaría (...) con ningún hombre; y menos con un pintor extravagante o con un literato mediocre, porque están ya casados con la obsesión de una gloria que la mayor parte de las veces no merecen y son esposos de la Vanidad.

    Treinta y cinco años después el reportaje de Elena Poniatowska Pieles, chaquira, piromanía, intelectuales y un ministro en la librería de Zaplana (1958),⁶ confirmó que la situación no había cambiado. La periodista describe la pedantería y soberbia de los autores en contraste a la paciencia y sencillez de las mujeres. En la firma de libros de las polígrafas brilla por su ausencia el público y sucede lo opuesto en la de los varones. En un momento dado del evento femenino, la poeta y prosista Guadalupe Amor exclamó: ¡Hay que quemar esta librería! Pero, señor Zaplana, ¿es posible que todavía crea usted en la cultura? Por supuesto, me pregunto yo en pleno siglo XXI: ¿Es posible creer en el arte, en la literatura o en la ciencia, sin la participación de las mujeres? Pita Amor tenía razón, había que incendiar el statu quo, el sexismo primitivo, las leyes establecidas y construir un nuevo orden.

    Guadalupe Dueñas, con su sentido del humor negro y desacralizador, describe el trabajo de circo que deben de emprender las féminas para vender sus obras; esto es, para ser escuchadas. En tanto que Sara García Iglesias, química fármaco-bióloga egresada de la UNAM, autora de tres novelas y primera presidenta municipal de Ozuluama, Veracruz, le respondió a Poniatowska: Los escritores hombres atraen más gente porque aquí no acaba de convencer que ‘las mujeres escriban’. La escritora es todavía un bicho raro. Es la primera vez —como le dije antes— que yo veo a mis ‘compañeras’.

    En cada entrevista ingresamos a la época en la que las creadoras soportaron los prejuicios, el machismo, el descrédito, y somos testigos de su pugna gracias al lente de quienes conversaron con ellas.

    Ante la opinión pública. Este apartado reúne ensayos, artículos, prólogos, notas, entre otros materiales, realizados por diversas voces, incluso por las mismas insurrectas en torno a sus colegas. Se trata de revivir lo que se comentó cuando se dieron a conocer como escritoras, y lo que se dice hoy acerca de su quehacer intelectual y de su lucha en contra del patriarcalismo, ese sistema que aún seguimos padeciendo.

    Epílogo. A manera de conclusión aparece un poema que intenta describir el impacto que suscitaron en mí su ruptura con la desigualdad de género y con las normas literarias y artísticas, al igual que su contienda a favor de la justicia social y la democracia.

    Ante la abundancia de las fuentes recabadas, éstas las indiqué a priori de los textos incluidos, y en la Biblio-hemerografía selectas sólo compilé los títulos que abarcan la producción de las autoras, acompañados por algunos materiales acerca de sus hazañas.

    Por último, se incluye una sección de Imágenes para que las fotografías y reproducciones hemerográficas ilustren la vida y los aportes de las literatas y artistas. De esa manera palabra e imagen se complementan.

    Una lectura caleidoscópica

    El acercamiento a las diez insurrectas está diseñado como un caleidoscopio y no impone el orden habitual. Los lectores van a construir su propia versión de cada una de ellas conforme se acerquen a los textos; esta lectura la pueden realizar en la secuencia de su predilección. Poseen el libre albedrío de comenzar por las entrevistas, si así lo desean, o por un poema cuyo título haya despertado su curiosidad, etcétera.

    Quienes inicien este viaje, tienen la oportunidad de observar las interconexiones existentes entre estas féminas. Por ejemplo, en 1927 Carmen Mondragón dio a conocer Nahui-Olin, su cuarta publicación, y dos años más tarde Nellie Campobello su poemario Yo! Versos (1929). La primera utilizando el nombre con el que la bautizó Gerardo Murillo, mejor conocido como el Dr. Atl, y la segunda aparentemente bajo el seudónimo de Francisca, aunque en realidad ése era su nombre legal. Nahui había publicado Óptica cerebral. Poemas dinámicos (1922), Câlinement je suis dedans (1923) y À dix ans Sur mon Pupitre (1924) con el patrocinio del Dr. Atl. Lo mismo hizo el escritor y artista con Yo! Versos de Nellie. De tal manera que ambas recibieron su apoyo editorial, además de que Murillo realizó la portada y el prólogo de su primer poemario.

    Antonieta Rivas Mercado decidió partir de este mundo en Notre-Dame, el 11 de febrero de 1931, y ese año Campobello dio a la luz pública Cartucho. Relatos de la lucha en el Norte de México, convirtiéndose en la primera mujer novelista de su época en torno a la Revolución. De hecho, hasta el momento, no se tiene noticia de que alguna otra haya publicado una novela sobre el tema.

    Más tarde, en 1958, Josefina Vicens sorprendió al medio cultural con El libro vacío; recibió el Premio Xavier Villaurrutia y venció a Carlos Fuentes y a La región más transparente. Por su parte, Guadalupe Dueñas despuntó con Tiene la noche un árbol (1958) en el prestigioso Fondo de Cultura Económica (FCE), la empresa editorial casi reservada para los escritores de las maffias; en esa ocasión su talento se impuso a las conductas sexistas.

    Al año siguiente, Amparo Dávila irrumpió con paso fuerte y tajante, para colocarse como una de las voces más originales y atractivas de la cuentística en lengua española con Tiempo destrozado (1959), en el mismo FCE. Sin olvidar que desde 1957 Inés Arredondo había empezado a publicar sus narraciones en periódicos y revistas, con gran aceptación de un público deseoso de una literatura exquisita y profunda en el tratamiento del lado oscuro de la condición humana. Finalmente, gracias a sus méritos, Ediciones Era compiló sus primeros cuentos en La señal (1965). Sin lugar a dudas, Dueñas, Vicens, Dávila y Arredondo comparten esa mirada incisiva que desmonta la realidad convencional, para analizarla desde otros lentes más agudos y precisos.

    Al correr la década de los 60, María Luisa Mendoza vivía en Tlatelolco, por eso el 2 de octubre de 1968 contempló la masacre perpetrada por el gobierno de Gustavo Díaz Ordaz y su gabinete, en la Plaza de las Tres Culturas. Ese trágico evento se convirtió en el protagonista de Con Él, conmigo, con nosotros tres (1971), al parecer la única novela escrita por una mujer al calor de la matanza (posteriormente aparecieron otras), mientras que a Elena Garro la transformó en el chivo expiatorio de los oligarcas por su activismo político y social en contra de la autocracia priista. Mendoza fue amiga de la Garro —como solía referirse a ella—, la entrevistó en varias ocasiones y su presencia permaneció en su caudal periodístico. Elena Garro, por su parte, construyó su visión del 68 en Sócrates y los gatos, un texto en tres actos que concluyó en julio de 1973, pero que por temor a las represalias se publicó póstumamente en 2003. Ellas representan a dos de las pocas autoras que escribieron, con un compromiso artístico y ético, alrededor de la inmolación del pueblo.

    Por lo tanto, al concluir esta jornada, los lectores habrán enriquecido su percepción sobre las distintas épocas en que transcurrió el devenir de nuestras mujeres iconoclastas.

    En este aspecto cumplen una función relevante los segmentos elegidos de La vida en México... de Salvador Novo, quien como cronista de varias décadas, narró eventos en los que intervinieron las polígrafas. Sus memorias ofrecen un registro fresco e íntimo para comprender cabalmente el contexto histórico, cultural y machista en el que se abrieron camino las féminas intelectuales en el siglo XX.

    Fuentes originales

    Tanto los textos de las creadoras, como los que versan sobre ellas, se reproducen desde las fuentes primarias, con el interés de acreditar los orígenes y enmarcarlos en su tiempo, al menos que se indique un motivo de excepción.

    Actualizaciones

    Nellie Campobello, Guadalupe Dueñas, Amparo Dávila y María Luisa Mendoza se quitaban los años, esa tradición con resabios patriarcales que las autoras adoptaron por inercia. La cosificación femenina a través de la idea de su belleza y juventud eternas, ha sido una carga para la mujer. No obstante, su combate progresista sobrepasa ese desliz. Actualicé los datos con las fechas correctas de su año de nacimiento.

    Notas

    Las notas al pie de página de mi autoría aparecen entre paréntesis con las iniciales PRL. En el caso de los textos bajo mi nombre carecen de mi abreviatura, por razones obvias.

    Precisión

    En la mayoría de los casos, las siguientes instituciones se identifican por sus siglas: Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, BUAP; Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, Conaculta; El Colegio de México, Colmex; Fondo de Cultura Económica, FCE; Fondo Nacional para la Cultura y las Artes, Fonca; Instituto Nacional de Bellas Artes, INBA; Instituto Nacional de Antropología e Historia, INAH; Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, ITESM; Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, UACJ; Universidad Autónoma de la Ciudad de México, UACM; Universidad Autónoma del Estado de México, UAEM; Universidad Autónoma Metropolitana, UAM; Universidad Autónoma de Nuevo León, UANL; University of New Mexico, UNM; Universidad Nacional Autónoma de México, UNAM; Universidad Veracruzana, UV; Secretaría de Educación Pública, SEP.

    Un futuro por venir

    Es indudable que los movimientos feministas de los últimos años han surtido efecto, y las nuevas generaciones están colocando a las pioneras del feminismo en México en el sitio que se ganaron con su puño y letra. No obstante, la contienda en pro de la igualdad de género, la justicia social y la democracia —sus campos de batalla—no ha terminado.

    La serie Insurrectas festeja la sublevación de diez polígrafas a través de su obra y un rescate de otros materiales, ya que el patrimonio se encuentra tanto en la producción creativa, como en otros acervos para conocer plenamente su universo. Al acercarnos a su lucha, imaginamos un futuro diferente y nos unimos a su lid sin dar tregua alguna.

    Disfruten las palabras aquí capturadas; las grescas de quienes nos dieron libertad en más de un sentido.

    Patricia Rosas Lopátegui

    30 de enero de 2022


    ¹ Garro, Elena. La culpa es de los tlaxcaltecas, La semana de colores. Xalapa: UV, 1964, p. 12.

    ² Véanse en Rosas Lopátegui, Patricia. El asesinato de Elena Garro. Periodismo a través de una perspectiva biográfica. 2a edición aumentada. Monterrey: UANL, 2014.

    ³ Véanse en Rosas Lopátegui, Patricia. Diálogos con Elena Garro. Entrevistas y otros textos. México: Gedisa, 2020, 2 vols.

    ⁴ Conferencia de Rosario Castellanos leída el 22 de julio de 1965, en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes. (Confrontaciones. Los narradores ante el público. México: INBA-Joaquín Mortiz, 1966, p. 95).

    ⁵ Véase en el libro dedicado a Nahui Olin-Carmen Mondragón.

    ⁶ Véase en el libro dedicado a Guadalupe Dueñas.

    images/img-23-1.jpg

    NELLIE CAMPOBELLO

    FRANCISCA LUNA

    (Villa Ocampo, Durango, 7 de noviembre de 1900 - Progreso de Obregón, Hidalgo, 9 de julio de 1986)

    INSURRECTA

    La mujer debe olvidar un poco los adornos. Me horrorizan las pestañas postizas y el permanente. Es horrible ver a una mujer convertida en una muñeca; así como éstas en los aparadores, invitan a ser compradas: Nellie Campobello (La charla y la danza, 1938).

    images/img-25-1.jpg

    GLORIA CAMPOBELLO

    MARÍA SOLEDAD LUNA

    (Hidalgo del Parral, Chihuahua, 21 de octubre de 1911 - Ciudad de México, 4 de noviembre de 1968)

    INSURRECTA

    Hubimos de luchar sin desmayo para entrenar a los alumnos de la escuela y convertirlos en profesionales, hubo que resolver el problema de la base económica, que era pavoroso, y seguir adelante sin desfallecimientos: Gloria Campobello (Fecunda colaboración, 1947).

    UN CASO SINGULAR

    Patricia Rosas Lopátegui

    Imposible hablar de Francisca, nombre con el que firmó su primer libro Yo! Versos hacia mediados de 1929, y su primer artículo, 8 poemas de mujer, en noviembre de 1930, o de Nellie Campobello, en quien se convirtió entre México y Cuba en 1929,⁷ sin que aparezca a su lado Soledad, mejor conocida como Gloria Campobello, la primera prima ballerina de México. Así lo declaró la segunda en varias ocasiones: Mi historia está ligada íntimamente con la de Nellie; somos hermanas en la sangre y en el arte.⁸ En efecto, las dos nacieron bajo el signo Campobello simultáneamente, sin olvidar que años antes quedaron registradas sólo con el apellido paterno de su madre, Rafaela Luna Miranda, como lo indican sus actas de nacimiento.

    En el caso de Francisca, Jesús Moya, su papá, compareció con ella ante el juez del Estado Civil de Villa Ocampo, a las ocho horas de nacida. Sus progenitores eran tía y sobrino, nunca legalizaron su relación, y su nombre quedó anotado como Francisca Luna, esto es, hija natural de la Señora Rafaela Luna. Los seis hijos que procrearon Felipe de Jesús Moya Luna y Rafaela Luna Miranda fueron registrados como hijos naturales de la madre, sólo con el apellido Luna, por haber nacido fuera de la institución del matrimonio, según el orden sexista del patriarcalismo:

    118.

    Acta número ciento

    diez y ocho

    Nacimiento de

    Francisca Luna.

    En Villa Ocampo de Indé, a las 10 diez de la mañana, del día 7 siete de Noviembre de 1900 mil novecientos, ante mí Domingo Sáenz, Juez del Estado Civil de esta Municipalidad, compareció el ciudadano Jesús Moya, natural de esta Villa, de 22 veintidós años de edad, soltero, carpintero, con habitación en su casa cita en el cuartel 2º segundo de esta cabecera y presentó una niña viva, nacida en la expresada casa a las 2 dos de la mañana del mismo día y a quien puso por nombre Francisca: hija natural de la Señora Rafaela Luna, originaria de la misma Villa, de 23 veintitrés años de edad, soltera y con habitación en su casa cita en el cuartel 2º segundo de esta Municipalidad. Es nieta por línea materna del ciudadano Mateo Luna, natural de esta Villa, de 50 cincuenta años de edad, casado, labrador y con habitación en la casa cita en el cuartel 2º segundo de la citada Villa y de la Señora Cayetana Miranda, originaria de la misma Villa, de 56 cincuenta y seis años de edad, casada y con habitación en la casa cita en el mencionado cuartel. Fueron testigos de este acto el ciudadano Baltazar Martínez, natural de esta Villa, casado, labrador y con habitación en el cuartel 1º primero de esta Municipalidad y el ciudadano José Quiñónez, natural de este lugar, de 24 veinticuatro años de edad, soltero, operario y con habitación en el cuartel 1º primero de esta cabecera. Y habiendo leído la presente acta al exponente y testigos manifestaron su conformidad ratificándola en todas sus partes y firman los que saben.= Domingo Sáenz= Rúbricas.

    Domingo Sáenz

    Por otra parte, el acta de nacimiento de María Soledad Luna señala que el 22 de noviembre de 1911, su madre Rafaela la presentó en el Registro Civil de Hidalgo del Parral, sola, a un mes y un día después de haber dado a luz a su hija, sin asentar el nombre del padre de la niña. Por lo tanto, también quedó registrada como hija natural, siguiendo los preceptos machistas, que denigran a la mujer pero no al hombre:

    Núm. 675

    En Hidalgo del Parral á las 4 ½ (cuatro y media) de la tarde del día 22 (veintidós) del mes de Noviembre de 1911 (mil novecientos once) ante mí Jesús G Porras, Juez del Registro Civil compareció la señora Rafaela Luna nativa de Villa Ocampo Estado de Durango y vecina de este lugar de 33 (treinta y tres) años de edad soltera con domicilio en la calle 2ª (segunda) del Rayo número 21 (veintiuno) y presentó una niña viva nacida en la expresada casa á las 7 (siete) de la noche del día 21 (veintiuno) del mes de Octubre del corriente año á quien puso por nombre María Soledad Luna hija natural de la compareciente cuyo nombre se hace constar por haberlo solicitado de conformidad con el artículo 84 (ochenta y cuatro) del Código Civil. Fueron testigos de este acto los ciudadanos Francisco Mendoza y Jesús G. Hinojos mayores de edad el primero con domicilio en la Calle del 14 (catorce) de Julio número 28 (veintiocho) y el segundo en la Calle de San Juan de Dios número 12 (doce). Leída que les fue la presente acta manifestaron su conformidad y firmaron excepto la compareciente por no saber.

    Firmas. Jesús G. Porras. F. Mendoza. Jesús Hinojos.¹⁰

    El inmenso legado de las hijas de Rafaela amerita dos libros consecutivos. El patrimonio de Nellie se enmarca en el campo de la danza y la literatura. Como polígrafa se coronó en la primera y única mujer que escribió novelas sobre la Revolución mexicana: Cartucho (1931) y Las manos de mamá (1937). Gloria, por su parte, se dedicó más bien al baile, aunque construyó junto con su hermana el prólogo de Ritmos indígenas de México, publicó una traducción del inglés al español y fue una asidua lectora de los clásicos universales. En su trayectoria como bailarinas, fundaron el Ballet de la Ciudad de México en junio de 1942. Al tratarse de la primera compañía de ballet a nivel nacional, Gloria se consagró oficialmente en la primera prima ballerina del país en ese momento, aunque ya había hecho su debut el 5 de diciembre de 1941 en la temporada de prueba, en la ciudad de Xalapa. Por lo tanto, les abrió el camino a las demás.

    En contraste con Nellie, a Gloria no le gustaba ocuparse de la prensa, por lo que la primera se encargó de las relaciones públicas y asombró a sus correligionarios con su poder dancístico, poético, narrativo y dialógico. Gloria, con su personalidad y conocimientos, también desplegó su brillantez y contribuyó a la danza y a la coreografía. Cada una, a su manera, sedujo y deslumbró al medio cultural mexicano con su agudeza y rebeldía.

    Pocos creadores —hombres y mujeres— tienen la capacidad imaginativa para inventar y reinventar su propia biografía. A lo largo de su vida, Nellie concibió diferentes versiones sobre sus orígenes, así como los de Gloria y toda su familia. Empezando por su nombre y el año de su nacimiento. En las entrevistas con la autora, en algunos artículos y notas al pie de página se registran —en los libros 3 y 4—los datos ficticios que hizo circular durante más de ocho décadas. Gracias a las investigaciones de Jesús Vargas Valdés y Flor García Rufino, en Francisca Yo! El libro desconocido de Nellie Campobello (2004) y, sobre todo, en Nellie Campobello. Mujer de manos rojas (2013), el lector tiene la verdad más cercana a la realidad. De este modo quedan presentes ambos registros: el creado por la imaginación de Nellie desde los primeros meses de 1920, año en que hay referencias a ella como la adivinadora Zobeida en Ciudad Juárez-El Paso, junto a las demás historias mitológicas con las que montó su biografía, hasta el año 2004 en que aparecieron las pesquisas actuales.

    En Nellie Campobello. Hija de la Revolución¹¹ Vargas Valdés y García Rufino, con base en sus dos libros, desmantelan la biografía imaginaria de la polígrafa

    ¿Disfrutas la vista previa?
    Página 1 de 1