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La naturaleza en disputa
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Libro electrónico195 páginas2 horas

La naturaleza en disputa

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Este libro de Emanuela Bianchi, el primero en ser traducido y publicado en castellano, es ante todo un texto sobre la recepción. Tres ensayos acer¬ca del pensamiento clásico griego, dos publicados con anterioridad en su lengua original y uno inédito, hacen confluir aquí los clásicos —y contem¬poráneos— temas de la naturaleza, el amor, la diferencia sexual, la materia y lo femenino, entre otros. Las reflexiones de Bianchi nos introducen en el camino abierto por la teoría feminista, que ha hecho de la noción de natu¬raleza un nuevo campo de batalla. En disputa con la ya paradigmática tesis performativa de Judith Butler, el trabajo de Bianchi también se encuentra en tensión con materialismos monistas y atomistas, ofreciendo una entrada deconstructiva y fenomenológica renovada a la cuestión de la physis griega, así como una sintomática lectura del eros aristotélico.

Emanuela Bianchi es profesora asociada de literatura comparada en la Universidad de Nue¬va York. Sus áreas de investigación son los estudios clásicos, los estudios de género y la se¬xualidad. Es autora del libro The Feminine Symptom: Aleatory Matter in the Aristotelian Cosmos (Fordham University Press, 2014), editora de Is Feminist Philosophy Philosophy? (Northwest¬ern University Press, 1999) y co-editora de Antiquities Beyond Humanism (Oxford University Press, 2019). Sus artículos han aparecido en diversas revistas especializadas, como Hypatia, Continental Philosophy Review, Graduate Faculty Philosophy Journal, Philosophy Today, Epochē, The Yearbook of Comparative Literature y Angelaki.

Año de publicación: 2022
Editorial: hueders + instituto de f ilosof ia pucv
IdiomaEspañol
EditorialHueders
Fecha de lanzamiento24 ago 2023
ISBN9789563652680
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    La naturaleza en disputa - Emanuela Bienchi

    La naturaleza en disputa. Phýsis y eros en el pensamiento antiguo

    Emanuela Bianchi

    © Editorial Hueders

    © De la traducción: Valeria Campos, Mariana Wadsworth y Franchesca Rotger

    Primera edición: noviembre de 2022

    ISBN

    978-956-365-257-4

    ISBN DIGITAL

    978-956-365-268-0

    Todos los derechos reservados.

    Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida sin la autorización de los editores.

    Diseño: Constanza Diez

    Diagramación digital: ebooks Patagonia

    www.ebookspatagonia.com

    info@ebookspatagonia.com

    PREFACIO

    Un texto no es un texto más que si esconde a la primera mirada, a su primer arribo, la ley de su composición y la regla de su juego.

    JACQUES DERRIDA¹

    Este libro de Emanuela Bianchi, el primero en ser traducido y publicado en castellano, es, ante todo, un texto sobre la recepción. Tres ensayos acerca del pensamiento clásico griego, dos publicados con anterioridad en su lengua original y uno inédito, hacen confluir aquí los clásicos —y contemporáneos— temas de la naturaleza, el amor, la diferencia sexual, la materia, lo femenino, entre otros. Y si bien son estos los tópicos que conforman el núcleo problemático central del texto, insistimos en que ninguno de ellos podría ser radicalmente expuesto sin una cierta filosofía del legado.

    En principio, parece sencillo —y hasta innecesario— juzgar los modos en que un estudio contemporáneo recibe y se relaciona con la filosofía griega clásica, como es el caso de este volumen. Y lo parece, puesto que el entrenamiento filosófico nos ha abierto la posibilidad de ir constantemente hasta los griegos como si su pensamiento, separado del nuestro por más de 2500 años, estuviese siempre a la mano, siempre allí, sin embargo, en la misteriosa forma del ya aquí. Las múltiples y muy desarrolladas reglas de la traducción apuntalan esa posibilidad, asegurando que, si se las sigue de modo sumiso, el retorno a un pasado arcaico como el griego no ponga trabas al análisis y la comprensión. Todo intento de volver sobre la filosofía de Platón, Aristóteles, sus antepasados y sus contemporáneos, sobre todo si tiene como meta encontrar configuraciones teóricas que podrían ser originarias en un determinado campo, devela una sorprendente suposición: para nosotros, parece bastar con aislar una hebra, con tirar de un hilo que, aunque enredado con muchos otros, puede llevarnos —sin demasiados cortes— hasta el nacimiento de nuestra forma de pensar. La historia de la filosofía, o más bien, su tradición, se nos ha vuelto casi transparente en la lógica de su encadenamiento. Sin duda, esta percepción actual es en parte obra de los modos de recepción que ha practicado históricamente la filosofía misma, especialmente en su vertiente alemana moderna y contemporánea: para Hegel, por ejemplo, Aristóteles es la fuente más rica de toda la filosofía occidental,² mientras que para Nietzsche la filosofía griega pareció ser la esperanza de una verdadera Bildung para la renovación del espíritu alemán. Pero es quizás Heidegger quien, en esta verdadera posta germánica, más profundamente entiende el vínculo histórico, directo e irreductible, entre filosofía alemana y griega: el pensar, en cuanto decir poético, más allá del poema y el canto, hunde sus raíces en esa "aurora de los primeros tiempos de la tierra del atardecer, esto es, de Occi-dente (Abend-Land).³ La aurora que es Grecia, sobre todo la Grecia pre-aristotélica, pre-platónica y hasta pre-socrática, es la verdad velada de una esencia del ser de la que, inevitablemente, presenciamos su final. Sabemos que para Heidegger la vuelta a los griegos debía cuestionar el modo de pensar el pasado propio de la ciencia histórica, que en la medida en que calcula lo venidero a partir de sus imágenes del pasado, determinadas a su vez por el presente",⁴ destruye constantemente el futuro. Y, sin embargo, algo de la nostalgia de un retorno sin obstáculos hasta esta verdad velada, algo de un regreso sin desvíos hacia ese punto originario de fuga que es la Grecia clásica, resta incuestionado en la renovación de la pregunta histórica de Heidegger.

    A partir de un cierto desvío, este texto de Emanuela Bianchi que presentamos nos obliga a recurrir a la idea de un pasado al que no se puede retornar por ninguna vía segura, ni siquiera por aquella que no comienza ya por el presente ni la presencia. Más allá de la presencia, el decir poético heideggeriano mantiene, en la desmesura de su presentación, un lazo con el pasado cuyo futuro puede aún despojarnos del porvenir. Sin vínculo familiar, nacional o étnico, pero tampoco mediante un vínculo filosófico con el idioma del ser, lo que el pensamiento griego nos lega no es un enraizamiento más profundo ni una nueva Bildung. Pues el corte —y la herida— que la lectura y escritura han generado a través de los tiempos en el texto de los clásicos no puede nunca regenerarse completamente. Como dice Derrida, aquella disimulación en que se nos presenta cada texto puede tardar siglos en deshacer su tela, reconstituyéndola así como un organismo. Regenerando indefinidamente su propio tejido tras la huella cortante, la decisión de cada lectura.⁵ Una violencia de la recepción, de la percepción, la lectura y la escritura, estarían siempre dañando tanto la textura como el vínculo genético de nuestra relación con la Antigüedad; violencia irreductible ante la cual ni el decir poético puede guardar el reino de la verdad del ser, ni en consecuencia, mantener firme la ligadura con este pasado glorioso.⁶

    Es así que no sería descabellado decir que los escritos de Emanuela Bianchi aquí contenidos son de alguna manera violentos: rasgan, sin regeneración posible, la membrana que protege el corpus griego de las centenarias recepciones, lecturas y escrituras que lo hieren desde su primer envío. Violentos también el enfrentamiento con los más férreos guardianes de ese envío, aquellos que se pretenden sus destinatarios oficiales, todas las instituciones que velan por la pureza de lo clásico. Pues, como cada una de las recepciones de la filosofía griega, la de Bianchi deja la huella de un corte, el corte de una decisión. Porque decidir leer —y escribir— de otro modo requiere siempre del coraje de una transgresión. Decidir leer, por ejemplo, el androcentrismo de Aristóteles en otros lugares, oscuros respecto de sus manifiestos escritos sobre la secundariedad ontológica y política de la mujer, es ya transgredir cierto canon de lectura, su fuerte ley de corrección hermenéutica. Así, no es solo en Política —por nombrar un paradigmadonde Bianchi encuentra el modo de solicitar la jerarquía del género masculino, cuestión acaso evidente ya siglos antes de todo feminismo. Aventurado sí es encontrar en dicha jerarquía y subordinación un orden que no se deja decidir ni como físico, ni como metafísico, entendiendo además toda diferencia biológica, lógica y ontológica también como una diferencia sexual.

    Como señalábamos, los textos de Bianchi aquí contenidos son tres: Aristóteles y la masculinización de la phýsis (2012); Aristóteles y los fines de eros, ¿o el sublime erótico de Aristóteles? (2022); y La naturaleza en disputa. La antigua phýsis y la performatividad queer (2019). Tres escritos de máxima actualidad, en los que Bianchi procede tomando como eje central el concepto griego de φύσις / phýsis, tanto en su configuración arcaica, como platónica y aristotélica. Eso que se ha traducido casi unánimemente por naturaleza es lo que en estas páginas está en disputa. Las reflexiones de Bianchi nos enfrentan a lo que ha abierto en el pensamiento contemporáneo la teoría feminista, que ha hecho de la noción de naturaleza un nuevo campo de batalla, especialmente en su vertiente materialista. En disputa también con la ya paradigmática tesis performativa de Judith Butler y en tensión con materialismos monistas y atomistas, Bianchi nos ofrece una entrada fenomenológica renovada a la cuestión de la phýsis griega. Ciertamente, no sería posible eludir el fuerte heideggerianismo que inspira su acercamiento al tema, pues no es sino la lectura fenomenológica inaugurada por Heidegger respecto de los griegos, sobre todo del texto Física de Aristóteles —el libro fundamental de la filosofía occidental⁷—, la que condiciona muchas de sus afirmaciones y críticas. Sin embargo, en diálogo con otras y otros pensadores del presente, Bianchi logra intervenir también su propia herencia heideggeriana, mediante decisivas formas de re-leer el pasado que le otorgan fructíferos rendimientos para el porvenir. Pace Heidegger, nos muestra cómo esa phýsis cambiante y en movimiento, que se muestra al tiempo que se oculta, fue determinada desde temprano por la marca —ignominiosa, ciertamente— de la diferencia sexual. Lo femenino cruza sus escritos con los rasgos de la aleatoria materia aristotélica, es decir, como accidente y síntoma,⁸ jamás como causa legítima. Materia que se muestra monstruosamente, es decir, nunca apareciendo —en y desde sí misma— bajo los parámetros de la forma armónica. Ella es para el aristotelismo y su legado la deformación misma, pues es tanto lo informe como lo que pone en peligro la forma. Para Bianchi, la comunicación de los valores semánticos de la materia a la mujer y lo femenino es, así, la causa próxima que suscitó el logocentrismo griego y su dominio patriarcal, en el mismo instante —sin embargo— en que firmó su profunda ruina.

    Así, la phýsis masculinizada mediante la crucial analogía con el padre en la reproducción animal, pero también con artesanos, médicos, cocineros y otros activos roles de género, resiste. Esta resistencia, la de un resto indeseado también, es la que nos lega un nuevo vínculo con el pensamiento griego: un nuevo pasado se abre para mostrarnos que la naturaleza no puede ya concebirse como un elemento simple, ni siquiera como un elemento, ni acaso tampoco como un mero fenómeno. Phýsis, que se dice de muchas maneras,⁹ es la condición misma de la fenomenalidad. En cuanto queer, es decir, en cuanto su significación y aquellas a las que da lugar no dependen de parámetros télicos o esenciales, la phýsis abre un aparecer que se ramifica y se mueve en múltiples dimensiones. Solo puede abordarse, entonces, mediante una suerte de ciencia doble: la de una fenomenalidad tan peligrosa como beneficiosa, la de un mágico phármakon, tal como fue concebida por Homero en la vegetalidad de la planta Moly.

    Los cruces posthumanos que introduce esta concepción de la naturaleza son también una novedad refrescante del pensamiento de Bianchi. Pues no se trata solo de reivindicar el lugar de lo femenino en la historia del pensamiento, sino también el de todas las formas monstruosas señaladas por la tradición. De la vegetalidad a la animalidad, de la animalidad al síntoma que, por no obedecer perfectamente a la forma —morphē, eîdos—, fue subordinado rápidamente por sus límites. En este devenir monstruo, devenir ruinoso y desorganizador, juega también un interesante papel el eros griego. Ensalzado como una ambigua divinidad por Platón, en Aristóteles se lo condena y reemplaza ampliamente por la philía, una forma de amor cuyo vínculo reúne armónicamente. Una novedosa interpretación del eros lysimelēs, el amor que afloja y disuelve los miembros de un organismo bien constituido, es otro de los factores centrales en la interpretación de Bianchi. Tanto en el caso de phýsis como en el de eros, el juego de lectura y escritura corta, hiere, pero también abre: permite un nuevo juego de significaciones. El coraje de esta apuesta de lectura, sin duda, añade muchas cosas a los textos clásicos; pero las añade siguiendo —y dejándose llevar por— su propio juego. Como también pensaba Derrida, no habría entendido nada del juego quien se sintiese, sin más, autorizado a añadir, es decir, a añadir cualquier cosa. No añadiría nada, la costura no se mantendría.¹⁰ Quienes nos dimos a la tarea de traducir este libro, nos vimos expuestas a esa rigurosidad no-rigurosa, a esa fidelidad infiel que opera en cada corte de lectura de Bianchi. Pues, si bien el apego, sobre todo al texto aristotélico, da firme sostén a cada uno de los movimientos de este juego, es importante enfatizar que recíprocamente, no leería tampoco aquel a quien ‘la prudencia metodológica’, las ‘normas de la objetividad’ y los ‘contenedores del saber’ lo limitaran a poner algo de lo suyo.¹¹ No es, por fortuna, el caso de Emanuela Bianchi.

    Más allá de la estéril distinción entre la lectura seria y no seria,¹² el lector se expondrá con este texto a gestos que abren posibilidades en todas direcciones. Se expondrá también a un modo vanguardista de entender la tradición filosófica, es decir, su traspaso, su traditio, su traducción, su posta y sus envíos. Quienes hemos traducido nos enfrentamos al enorme desafío de trabajar a tres lenguas: inglés, griego y castellano (a veces también francés). Hemos también tomado decisiones y abierto heridas en el tejido del texto, no sin una cuota de violencia. Toda vez que nos fue posible, 1) reemplazamos las traducciones inglesas del griego utilizadas por Bianchi por las traducciones castellanas publicadas, las que señalamos en sus ediciones en notas al pie y en la bibliografía general; 2) en algunos momentos, modificamos ligeramente la traducción castellana publicada de acuerdo a las intenciones de Bianchi; 3) en otros, los menos, tradujimos directamente la traducción inglesa de los textos griegos utilizada por la autora, de modo de seguirla lo más posible en sus propias decisiones traductológicas. Aun así, en todos los casos, cada uno de los textos griegos utilizados está numerado de acuerdo al canon universal. Además, recurrimos a las traducciones castellanas existentes de los textos contemporáneos citados. En los casos —múltiples— en que nos encontramos con textos sin traducción a nuestro idioma, tomamos la decisión de traducir directamente lo citado por Bianchi.

    De esta manera, ponemos a disposición de la comunidad filosófica, literaria, de los estudios de género, de la teoría social y de todas las demás disciplinas cuyos límites se intersectan, este valioso texto de recepción de una tradición nunca demasiado antigua.

    VALERIA CAMPOS SALVATERRA

    Valparaíso, agosto 2022

    REFERENCIAS

    Bianchi, E. The Feminine Symptom. Aleatory Matter in the Aristotelian Cosmos. Fordham, New York, 2014.

    Derrida, J. La dissémination. Seuil, París, 1972.

    Heidegger, M. La sentencia de Anaximandro, en Caminos de bosque. Alianza, Madrid, 1997.

    "Sobre la esencia y el concepto de Φὐσις. Aristóteles, Física B, 1", Hitos, Alianza Editorial, Madrid, 2001.

    Hegel, G.W.F. Lecciones sobre Historia de la filosofía. Tomo I. FCE, México, 1995.

    ARISTÓTELES Y LA MASCULINIZACIÓN DE LA PHÝSIS

    ¹³

    Ni sujeta a la ley, ni fácil de identificar con el reino de la necesidad; difícil de exponer y de distinguir del reino de los dioses,

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