Si usted, lector europeo, solo ve a Grecia como ese pequeño país del sur que tiene un alfabeto diferente y ha sufrido en los últimos años una crisis económica devastadora, está en las mejores condiciones para seguir leyendo este artículo y cambiar de opinión.
Las personas somos conscientes del lugar que ocupamos en el espacio, pero no estamos dotadas para sentirnos en el tiempo. Sabemos que estamos aquí, pero no cómo hemos llegado, porque la memoria solo nos alcanza hasta la infancia. Para ir más allá disponemos de una herramienta a la que llamamos Historia, que no es imprescindible para vivir pero sí para comprender. Un instrumento de conocimiento que los griegos construyeron y al que dieron nombre cuatro siglos y medio antes de la era cristiana.
MATERIAS DE AUTORÍA GRIEGA
Pero no la patentaron, como tampoco hicieron con las matemáticas, el teatro, la filosofía, la oratoria, la democracia, la ética, la geometría, la dialéctica, los juegos deportivos y algunas otras actividades humanas que no brotaron espontáneamente entre nosotros como setas en el bosque, sino gracias a ellos. Si el concepto de derechos de autor se llevase a sus últimas consecuencias y los griegos cobrasen un impuesto de una millonésima de euro cada vez que usamos, adaptadas a nuestros idiomas, alguna de las palabras que ellos inventaron (Europa o democracia, para empezar), habrían salido de la crisis en tres meses. Y si Europa se sintiese a sí misma en el tiempo y se viera como una familia en lugar de verse como un mercado,