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Germán Pinelli, recordarlo halaga
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Libro electrónico303 páginas3 horas

Germán Pinelli, recordarlo halaga

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Información de este libro electrónico

Es un estudio respetuoso y bien fundamentado de la vida y obra del gran artista que fue Germán Pinelli, con valiosos testimonios y acucioso. Germán Pinelli fue un artista polifacético, locutor por excelencia, animador de programas radiales y televisivos, artista de los cuatro medios: cine, teatro, radio y televisión. Pianista y cantante de variedades.
IdiomaEspañol
EditorialRUTH
Fecha de lanzamiento20 may 2023
ISBN9789597268437
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    Germán Pinelli, recordarlo halaga - Ángel Manuel Pérez Álvarez

    Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorización escrita de los titulares del Copyright, bajo la sanción establecida en las leyes, la reproducción parcial o total de esta obra por cualquier medio o procedimiento, com-prendidos la reprografía y el tratamiento informático, y la distribución de ejemplares de ella mediante alquiler o préstamo público. Si precisa obtener licencia de reproducción para algún fragmento en formato digital diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) o entre la web www.conlicencia.com EDHASA C/ Diputació, 262, 2º 1ª, 08007 Barcelona. Tel. 93 494 97 20 España.

    Edición:

    Ilaín de la Fuente Guinart

    Corrección:

    Barbarella González D’Acevedo

    Diseño de cubierta:

    Ángel Manuel

    Diseño de interior y composición:

    Seidel González Vázquez (6del)

    Imagen de cubierta:

    Lienzo de Teodoro Ríos

    Epub:

    Valentín Frómeta de la Rosa y Ana Irma Gómez Ferral

    © Sobre la presente edición:

    © Ángel Manuel Pérez Álvarez, 2021

    © Editorial enVivo, 2023

    ISBN:

    9789597268437

    INSTITUTO CUBANO DE RADIO Y TELEVISIÓN

    Ediciones enVivo

    Edificio N, piso 6, Calle N, no. 266, entre 21 y 23

    Vedado. Plaza de la Revolución, La Habana, Cuba

    CP 10400

    envivo@icrt.cu

    www.envivo.icrt.cu

    Sitio web:https://www.icrt.gob.cu/tv/

    Índice de contenido

    Portada

    Portadilla

    Legales

    Dedicatoria

    PROEMIO

    DATOS BIOGRÁFICOS

    1967

    1982-1989

    TESTIMONIOS

    F-J

    L-P

    R-Z

    EPÍLOGO

    AGRADECIMIENTO

    FUENTES CONSULTADAS

    AUTOR

    A Mónica Piniella por atesorar con pasión todo el patrimonio de su abuelo, Germán Pinelli, por la confianza y apoyo que ha brindado para la realización de todas las obras dedicadas a él y por ser la primera persona que tuvo la brillante idea de hacer un libro sobre el artista.

    PROEMIO

    Escribir el prólogo, prefacio, preámbulo, preludio o las palabras preliminares de un libro, requiere mucha responsabilidad, antes debes leer la obra y en el caso que nos ocupa creo que es obligatorio tener conocimiento de causa del biografiado. Para este trabajo primero pensé en sus hijos Germán y Tony, no aceptaron, no pude convencerlos, por una u otra causa tampoco tuve tiempo ni oportunidades para encontrar a la persona, desde mi punto de vista, ideal. Otra dificultad que me golpeó: tras 26 años de la desaparición física de Pinelli casi todos los artistas de su momento han fallecido, en otros su estado de salud no es el adecuado y algunos de ellos, que conocieron, trabajaron, convivieron en su tiempo tienen testimonios dentro de la obra como Mariana Ramírez-Corría, Verónica Lynn, José Ramón Artigas y Lolina Cuadras, entre otros. Para decidir entre el testimonio y el prólogo prefiero su verbo vivo acerca del animador. No me queda otra alternativa que asumirlo; el tiempo para entregar la obra a la editorial es inmediato.

    Me gustaría usar la máquina del tiempo, si existiera, volver atrás y disfrutar de sus actuaciones en vivo, en el teatro donde hace galas de su buen decir cuando participa en un espectáculo y utiliza los adjetivos justos para calificar al artista que presenta. Recuerdo con sabor dulce sus apariciones en la Televisión, en el programa Listo estudio, Juntos a las 9 y En vivo, por solo mencionar algunos. Son memorables sus actuaciones en San Nicolás del Peladero, su Éufrates del Valle, bordado, cuando con el juego de palabras a que nos tenía acostumbrados se dirigía al alcalde del pueblo Plutarco Tuero, encarnado por su gran amigo Enrique Santisteban, llamándolo epónimo o perínclito y este ni se enteraba del significado de las palabras.

    Su aparición en el séptimo arte cubano no es cuantiosa. Participa en tres películas y en cada una de ellas deja una huella en el recuerdo de sus admiradores.

    El momento más trascendental de su vida, según sus palabras: la única vez que me sentí útil a mi patria, es cuando en el año 1967 viaja a España para recoger el premio Ondas que lo declara como el Mejor Animador de Hispanoamérica en ese año.

    Germán Pinelli, nombre artístico de José Gregorio Germán Piniella Vázquez, destacado y versátil artífice cubano, que nace en la isla grande del Caribe, Cuba un 15 de diciembre de 1907, aunque su fe de bautismo señala que es el 9 de marzo del propio año, ha sido el centro de dos libros, inéditos aún: Vivir solo vivir elaborado en coautoría con Flor Nodal Montalvo y Habla Pinelli de mi creación. Si bien su nombre, y parte de su vida y obra están recogidos en esos volúmenes y en entrevistas que en vida concediera a los diferentes medios: periódicos, revistas, en películas, documentales, videos, programas de Televisión, de Radio y cuanto soporte audiovisual existe, compilo en este volumen una breve biografía, otras fotos y 80 valiosos testimonios de personas, artistas o no, que guardan un grato recuerdo hacia la figura del archipopular animador.

    Ojalá reciban esta obra, que completa la trilogía dedicada a Germán Pinelli, con el mismo amor y pasión que la he realizado.

    Muchas gracias.

    El autor

    DATOS BIOGRÁFICOS

    El quinto hijo del matrimonio de emigrantes, Soledad Vázquez y Germán Piniella, nace en Cuba. Soledad, madrileña por adopción y nacida en Gijón y el asturiano Germán llegan de la península ibérica acompañados de sus hijos Valentín, Eduardo, María Soledad y Rafael.

    Soledad Vázquez y Germán Piniella, padres.

    La Iglesia Parroquial del Espíritu Santo, auxiliar de la parroquial mayor, una de las pocas que existen en la época, inscribe y bautiza al nuevo miembro de la familia Piniella-Vázquez.

    Imagen del original de la inscripción de nacimiento de Germán Pinelli.

    Transcripción literal del documento:

    Parroquia de Espíritu Santo

    Libro: 3 GB

    Folio: 93

    Número: 295

    El día veintidós de diciembre de Mil Novecientos siete años: en la Iglesia Parroquial de Término del Espíritu Santo de la Ciudad, Provincia y Diócesis de La Habana, yo Joaquín Mariano Martínez y Torres, Cura Párroco de la misma bauticé solamente a un niño de raza blanca que dijeron haber nacido a las siete de la noche del día nueve de Marzo del corriente año, hijo legítimo de los Sres. Germán Piniella, natural de Infiesto, del comercio, y de María de la Soledad Vázquez, de Cangas de Onis, y vecinos de esta feligresía calle del Sol numo. Sesenta y uno. Le puso por nombre Gregorio José Germán, abuelos paternos, los Sres. Bernardo Piniella, difunto y Dorotea Farnas, su casa, de dho Infiesto. Maternos los Sres. Casimiro, labrador, y Petra Remis. Difunta de dho. Cángas, estos y los padres corresponden a la provincia de Oviedo. Fueron sus padrinos los Sres. Gregorio Parajon, natural de Navas, prova. De Oviedo, del comercio, vecino de Reina numo. Noventa y nueve y Paulina Valor, de esta Ciudad, vecina de Picota numo. Cuarenta y tres, solteros, a quienes advertí el parentesco espiritual y obligaciones que contrajeron y para que conste firmo fecha ut supra. Joaquín M. Martínez. Rubricado.

    Foto actual de la Iglesia Parroquial del Espíritu Santo ubicada en las calles Cuba y Acosta, La Habana Vieja. (Foto del autor).

    Años muy difíciles, los de principios del siglo XX, para un matrimonio joven de emigrantes con cinco hijos.

    En entrevistas concedidas (las fuentes se relacionan al final de la obra) Pinelli expresa:

    Nací en una calle de la Habana Antigua, muchos años después de ser tomada por los ingleses, ya después que los ingleses, la tomaron muchos políticos hicieron horrores con La Habana. Nací a las 8:15 de la mañana, un 15 de diciembre de 1907, fui un niño que pesó 8 libras menos 42 onzas, es decir una cosa insignificante, posiblemente un beso convertido en carne pero mal hecho. De modo que soy habanero puro.

    Puedo decir que en el arte me inicié desde niño, mi madre nos reunía en tertulias, donde cantábamos villancicos y muchas canciones cubanas, al extremo que mi mamá, de profunda fibra artística, se complacía en verme tocar el piano con los dedos de los pies ¡Solemnemente! Ahora si afinaba o desafinaba, no recuerdo. Pero a mamá le encantaba. Y a los vecinos que ella invitaba, como era espléndida y convidada a manga ancha, les encantaba también. Tuve una infancia normal sin ser un niño precoz, somos cinco hermanos y cada uno tenía una voz distinta y definida, y mi madre nos obligaba a leer por el placer de leer, a estudiar lo que leíamos, y sí, fui precoz de cierto modo, porque a mí me encantaba la lectura, prefería dejar el trompo y los juegos infantiles para reducirme a un rincón donde nadie me molestara para poder leer. Tuve incluso el atrevimiento de leer obras que para mí no eran de fácil asimilación, escogía a los autores por su fama, no por su literatura propiamente. Claro, Cervantes fue mi caballo de batalla y la biblia también la leí muchas veces, todavía hoy en día es consultada por los grandes hombres de la humanidad, es fuente inagotable, un manantial para todo género de literatura.

    Foto del Convento Belén de principios del siglo XX.

    Estudié en el Colegio Belén, a los seis años y medio canté en el Teatro Nacional, porque me dediqué al canto y pude más tarde obtener una beca para ir a estudiar a Milán, beca que como era concedida por los políticos, estos se la zamparon y no me dieron el dinero para la beca, de modo que tuve que contentarme aquí.

    Mi hermana Sol y yo éramos los más apegados a mi madre. Ella tenía el afán de hacer de nosotros lo que no pudo ser, porque pertenecía a una familia de un nivel social elevado; había estudiado en París y pasó al conservatorio de Madrid a estudiar declamación. En aquella época en Europa, en España y en América también, ser artista era una deshonra, entonces mamá al no poder realizar sus ensueños, al no poder cristalizar aquella ansia que ella tenía, nos la inculcó a nosotros, nos alentaba con entusiasmo, con tesón (…).

    Foto del Convento Belén de principios del siglo XXI. (Año 2017, foto del autor).

    Aunque están criados bajo la misma disciplina y similar educación, ya por esta fecha se avizora la personalidad de cada uno de los hijos de Soledad y Germán. El mayor, Valentín, muy inquieto, de pensamiento rápido, vivaz, el más aventurero, le dicen Tín. Eduardo, apacible; Sol, de temperamento fuerte, emprendedora, interesada en cantar, bailar, organizar, quiere ser artista; Rafael, tranquilo, serio, centrado, después es militar, y Germán, tímido, muy a la expectativa de su hermana, atento a su decir, y siguiendo sus ordenanzas, ya se divisa cierta pasión entre ambos.

    Debuté en una función homenaje en el Teatro Nacional. Hice 6 números; canciones asturianas con gaita. El público me lo soportó porque yo tenía 6 años. A los 14 años cantaba en el coro del Colegio Belén las misas completas de Ubeda, tenía voz de tenor dramático. Quería ser cantante. El canto era vital para mí.

    El tenor italiano Enrico Caruso, visita La Habana en el año 1920 y se hospeda en el hotel Sevilla, Pinelli comenta al respecto:

    Tenía 14 años y mi madre le escribió a Caruso, que estaba de visita en La Habana, pidiéndole una entrevista. Me recibió en el Hotel Sevilla. Allí le canté la conocida aria del tenor de Cavallería Rusticana ópera de Mascagni. Dijo que era muy joven para el canto lírico. Al terminar de cantar recuerdo que dijo: Ma come canta!, che tono!, che voce![1]

    A partir de entonces la vida de Germán Pinelli se vuelca a estudiar música, después de haber debutado en el teatro Nacional, Centro Gallego de La Habana, hoy Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso. Conoce en el propio coliseo al destacado músico español, de visita en la isla, maestro Penella, autor de obras tan famosas como Doña Francisquita, este, a su solicitud, le escribe una canción con la que se presenta en el teatro Campoamor:

    Cuando voy a cantar al teatro Campoamor, un teatro lindísimo que lo han dejado destrozar, ¿no sé por qué?, un teatrico, pequeño pero muy bello. Ese día me acompañó el pianista Vicentico Lans, canté, me aplaudieron. Ya me habían explicado que tenía que hacerlo de frente a un aparato que parece una sartén, tiene un hueco en el medio, cante, pero no se acerque tanto, y tiene unas ligas, como las que se usan en las medias, para sujetarlo, ante el que tuve que actuar, pensando más que se trataba de un instrumento de tortura que de un medio de difusión. Después de mi actuación pregunté ¿eso para qué era? y me dicen que era un micrófono, que estaban haciendo unas pruebas, que yo acababa de hacer el segundo control remoto que hacía la Cuban Telephone Company, y el primer control remoto musical de la planta el 28 de octubre de 1922 (…). La primera voz masculina de cantante que se escuchó por la Radio en Cuba fue la mía (…). Sin petulancia y sin creer que fui un niño prodigio, ese día, al escuchar como una sala repleta de público me aplaudía, me sentí triunfador.

    Germán Pinelli con 18 años.

    Pinelli continúa estudiando, termina el bachillerato, matricula en la Universidad de La Habana para estudiar Leyes. En el centro permanece poco tiempo porque la escena siempre está rondando por las venas de su hermana Sol, que aunque estudia Farmacia, no puede contener este anhelo y lo arrastra a hacer una gira por la isla con una compañía artística de las muchas que coexisten en ese tiempo, compañías Bururú, como se les denomina, eso ocurre alrededor del año 1928, en cuyos repertorios están incluidos: dramas, comedias, zarzuelas. Allá se fueron los dos hermanos.

    En la Compañía de Comedias de Manolo Fernández —con la que nos escapamos mi hermana Sol y yo a viajar Cuba— me anunciaban como El Barítono de la Voz de Terciopelo. Ah, no me haga emocionarme, ahí cantaba Marta, Ojos verdes, Rimpianto, de Tocelti, Vals de Pierrot de Los Millones de Arlequín.

    Ya en esta época es cuando adoptan sus nombres artísticos Sol y Germán Pinelli.

    Mi madre me cambió el apellido artístico porque decía que el Piniella le sabía a fabada a caldo gallego y la realidad es que el Piniella se pronunciaba Piniel la, pero mamá dijo: mira así ahorramos tinta al escribir, vamos a poner Pinelli y así el público se lo aprende más rápido.

    Sol Pinelli, hermana

    Pues resulta que por tener que acompañar a Sol en sus giras, iba yo a saltos de teatro en teatro, conquistando para ella muchas flores y para mí mucho sueño. Claro: llegó el momento que yo rehuía hasta el trato de la gente y me volví un poco misántropo[2] (…). Un día papá decidió que escogiéramos; o los lauros de la gloria, que no sirven para sazonar la olla o la carrera.

    Son años difíciles, Pinelli expresa que sufre de: [...] un infarto hiliar calcificado en el lóbulo superior del pulmón derecho y eso me restó la voz, empecé a adelgazar, se me debilitó el diafragma, tuve que dejar de hacer canciones líricas y me dediqué a cantar un género musical que estaba muy en boga en esos momentos, los tangos, yo tocaba el piano y mi hermana Sol cantaba cuplés.

    Orquesta Hermanos Palau, Germán Pinelli segundo de derecha a izquierda, primera fila.

    Posteriormente trabaja en el Casino Nacional con la orquesta de los Hermanos Palau, alterna con el famoso cantante cubano que después se radica en España, Antonio Machín, quien forma parte de la orquesta de Don Aspiazu.

    Germán Pinelli en el centro, con espejuelos.

    Germán Pinelli el quinto de la fila posterior.

    Germán Pinelli, segundo de derecha a izquierda.

    Luego pasé al Sevilla. Más tarde al Sans Souci[3], donde estuve por espacio de tres años. Luego en Château Madrid.

    Desde el año 1930 y hasta el año 1933 trabaja en el cabaret Sans Souci, en este centro nocturno conoce a notables figuras internacionales como el compositor norteamericano George Gershwin, al actor de cine Gary Cooper y a la cantante Libertad Lamarque.

    Refiriéndose a los sucesos acaecidos en su vida sobre la década del 30, expresa:

    A la caída de Machado[4] militaba en el ABC[5] y paso al ABC Radical, nos confabulamos para atacar el Castillo de Atarés, por una parte y el de Columbia, por otra, a mí me tocó el de Columbia. En Atarés hubo una carnicería espantosa, en la que murió hasta el hijo de Pizzi de Porras un periodista que después fue apóstata. Tuve que irme a Panamá con la orquesta. Con aquel infarto, aquella humedad excesiva y ese calor abrazador cogí una disfonía casi total.

    En Panamá, en la provincia de Colón, trabaja en un cabaret donde las figuras principales son Carlos Gardel y su ya amiga Libertad Lamarque.

    Con Gardel y Libertad Lamarque llegué a cantar en Panamá. Con ella, un dúo; luego los tres, en un momento determinado del espectáculo, cantábamos a trío.

    Carlos Gardel y Libertad Lamarque.

    A su regreso de la gira artística al país istmeño, que incluye otras naciones, necesita asentarse en Cuba, en entrevista refiere:

    Después de una gira por otros países regresé a Cuba. Volví a trabajar en la Radio. Etapa muy difícil. Recuerdo que tocaba piano y cantaba en la CMBN[6] por solo 5 pesos mensuales, ya había perdido las facultades como cantante, entonces me quedaba la voz que sirve para todo, es decir lo mismo para dar un grito que no se oye o para cantar un tango que nadie escucha. En esa emisora hacía de todo.

    Gabriel Tremble, afamado locutor al que

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