Invencible. Un amigo caído del cielo

Por Arantxa Jordá Navarro

¿Qué harías si una frágil, indefensa y asustada cría de vencejo cayera a tus pies?Esta es una aventura increíble. ¡Disfrútala!
Arantxa y Andreu se encuentran con una cría de vencejo que cae del nido. Ambos se

enfrascarán en una difícil pero apasionante aventura. ¿Cómo lo alimentarán? ¿Llegará

a volar? Invencible. Un amigo caído del cielo está basado en hechos reales.

• Idioma: Español
• Editorial: Universo de Letras
• Fecha de lanzamiento: 3 may 2023
• ISBN: 9788419613837

Arantxa Jordá Navarro

Arantxa Jordá nació el 7 de agosto de 1958 en Alcoy, provincia de Alicante. Cursó losestudios de Ballet Clásico y Baile Español, siendo titulada como profesora por elConservatorio de Música y Danza Óscar Esplá, en Alicante. Acabó Solfeo, cursócuatro años de piano e impartió clases de danza durante 12 años en su academia.Ejerció como administrativa en la empresa familiar. Está casada, tiene dos hijos y dosnietos. En la actualidad, disfruta escribiendo novelas. Entre sus libros publicadosfiguran: La saga de al-Azraq: (3 libros) El legado de Julia Ata Farid. Regalo único,Media luna, Nidos vacíos. Retando a Dios, Los rostros del agua.

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Invencible.

Un amigo caído del cielo

Arantxa Jordá Navarro

Invencible. Un amigo caído del cielo

Arantxa Jordá Navarro

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© Arantxa Jordá Navarro, 2023

© Ilustraciones: Art Starve, 2023

Diseño de la cubierta: Equipo de diseño de Universo de Letras

Imagen de cubierta: ©Shutterstock.com

Obra publicada por el sello Universo de Letras

www.universodeletras.com

Primera edición: 2023

ISBN: 9788419613417

ISBN eBook: 9788419613837

A mis nietos: Logan y Aeris

Dos nuevos motores que mueven mi vida.

A mis hijos: Andreu y Arantxa

No pierdas la esperanza y nunca cejes en tus esfuerzos, la vida te lo agradecerá.

Arantxa y Andreu

Andreu se lamentaba mientras permanecía tumbado sobre la cama en su habitación.

—¡Menudo rollo! Estar de vacaciones sin poder ir a la playa hasta el mes de agosto. Es un fastidio —dijo aburrido en voz alta.

Su hermana, Arantxa, solía despertarse más tarde. Ella tenía nueve años. Era dos años mayor que él. A pesar de no tener colegio en el mes de julio los dos lo pasaban genial la mayoría del tiempo. Unas veces jugaban a corsarios. Él era el pirata Jack Sparrow y robaban tesoros. En otras ocasiones ella era una princesa que cuidaba de los animales. Otras veces, Andreu se hacía pasar por el famoso arquero y espadachín, Robin Hood. Regalaba tesoros a la gente pobre y ella lo ayudaba. Les encantaban los juegos de aventuras, pero lo que más les gustaba era leer. Cada libro les suponía entrar en un mundo mágico. Unas veces eran detectives. Descifraban códigos o resolvían casos difíciles. En otras se convertían en grumetes. Navegaban por el mar hasta llegar a una isla misteriosa. También viajaban hasta el centro de la tierra. En otras ocasiones atravesaban un armario. En el lado contrario, se encontraban con un mundo de príncipes y princesas, donde había un león que no parecía tan fiero. Cuando leían se imaginaban que eran los protagonistas de cada historia. Se lo pasaban fenomenal cuando imitaban a los personajes de cada libro que leían.

Andreu se divertía mucho dibujando. Se le daba bien crear escenas de la serie animada «La bola de dragón». Su protagonista, Goku, era su preferido. Prácticamente, lo dibujaba perfecto. En cambio, Arantxa se pasaba el día cuidando de su nueva mascota y aprendiendo cosas. Tan solo hacía unos días que habían adoptado a un cachorro. La tarde de la adopción fue genial. Fueron a la Sociedad Protectora de animales. Por su cumpleaños deseaba tener un perro para cuidarlo ella. Una vez en el albergue solo encontraron un cachorrillo de unas tres semanas. Era blanco y tostado con una mancha negra. Tan diminuto que cabía en una sola mano. Era mestizo según les dijo el hombre que los atendió. Después de tramitar los papeles para la adopción y ponerle el chip, se lo llevaron a casa. Notaron que la nueva mascota no quería permanecer en brazos de nadie. Menos mal, pues se dieron cuenta de que estaba infestado de pulgas. Acompañados de su madre lo llevaron al veterinario. Lo tuvieron que bañar con agua y un producto para matar a todos los parásitos.

—¡Madre mía! ¡Qué asco! ¡Me pica todo! ¡No paro de rascarme! —exclamaba Andreu—. ¿Cómo puede tener tantas pulgas un cachorro tan pequeño?

—Anda, no te quejes. Date una ducha y ya está —le respondió su hermana sin darle más importancia.

—¿Cómo lo vamos a llamar? —quiso saber Andreu frotándose la cabeza con fuerza.

—Pues, no se me ocurre ningún nombre. Preferiría uno que fuera chulo. Nada de cursiladas de Disney o cosas por el estilo.

—¡Ponle Goku! —exclamó Andreu contento.

—No, no. Ya te he dicho que no quiero nombres de héroes o de películas. No sé, ya se me ocurrirá alguno.

—Está bien. Mientras tanto lo llamaré, perro —dijo Andreu soltando una carcajada.

Unos días más tarde, el animal cerraba la boca. No quería comer. Lo llevaron de nuevo al veterinario.

—Al tener tan pocas semanas de vida y estar en la perrera durante siete u ocho días, tiene una grave infección.

—¿Se pondrá bien? —preguntó Arantxa preocupada.

—No te sabría decir. Los cachorros son complicados. A veces cierran el hocico y no hay manera de que coman nada. Si no quiere hacerlo tendrás que aceptarlo. Es demasiado pequeño para darle medicamentos. Solo le puedes dar unas gotitas de esta medicina que le ayudará un poco. A ver si tenemos suerte —dijo el veterinario.

—Oh, vaya. Qué mala pata. Espero que no se muera. Me gusta mucho este perrito —se lamentó la niña.

Morta

Durante tres días, Arantxa estuvo dándole las gotas que le había dado el médico de los animales. Sin embargo, el perro no parecía mejorar. Su carita estaba triste. Siempre permanecía en la caja que ella le había pintado antes de su