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Soñemos y hagamos de nuestros sueños realidad
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Soñemos y hagamos de nuestros sueños realidad
Libro electrónico130 páginas1 hora

Soñemos y hagamos de nuestros sueños realidad

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Este libro es una invitación a pensar deliberadamente no solo en lo que deseamos hacer, sino también en quién queremos ser.

En él se formulan preguntas clave que motivan a cuestionarnos lo establecido y a ver la vida como un continuo caminar hacia nuestros sueños para conquistarnos a nosotros mismos y vencer el miedo.


Aquí encontrarás un enfoque práctico para afrontar los retos de la vida con especial énfasis en los negocios.



Sueña con ilusión, con claridad, con confianza. Soñar no es de ilusos; al contrario, soñar es de valientes. Es de pragmáticos, de hacedores, de luchadores, de entusiastas.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento28 feb 2023
ISBN9788468572581
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    Soñemos y hagamos de nuestros sueños realidad - Miguel Molina

    Prólogo

    Pasábamos el fin de año del 2013 en Ciudad del Cabo, decidimos realizar este viaje antes de regresar a Honduras después de un año haciendo estudios de maestría en Londres, donde nuestra hija nació y pasó su primer año de vida.

    Ese día se me ocurrió hacer un álbum fotográfico recapitulando todo lo vivido, una vez adentrado en la tarea, decidí que sería buena idea, además de las imágenes, escribir una descripción de cómo transcurrió su tiempo ahí.

    Durante los siguientes años, el álbum era hojeado de vez en cuando por los que nos visitaban, pero no fue hasta que mi hija cumplió 7 años que este se convirtió en un best seller, pues ella lo leía y releía con mucha frecuencia y gran interés. Este tremendo suceso fue de enorme satisfacción, porque sin pretenderlo sentí que le dio identidad de dónde venía y de todo lo que ella representa para nosotros.

    La experiencia me dejó clara la importancia de registrar nuestras experiencias, emociones, conclusiones e ideas, es así que me embarque en mi primer obra literaria.

    No pretendo presentarme como el gurú que ha alcanzado el nirvana, al contrario, lo hago más bien como una forma de organizar mis ideas para mi propio uso, especialmente en los momentos de duda.

    Lo que sí pretendo es compartir mis experiencias combinándolas con conclusiones de mis lecturas. A propósito, cuando tenemos diferencias, mi esposa me dice que no sabe qué he aprendido leyendo tanto, pues no se me nota, es así que ahora recurro a la escritura a ver si así se me nota.

    Prefacio

    Corriendo en dirección noreste, siguiendo el caudal del río cuando se va dejando atrás la ciudad española de Bilbao, se ve a la distancia un rótulo enorme pintado en el techo de un galpón industrial que dice: «Sueña».

    Siempre corro en cada ciudad nueva que visito, me gusta porque, además de que me sirve para ubicarme, se alcanzan a ver detalles que de otra manera pasarían desapercibidos; este detalle en particular me dejó pensando: sueña.

    Todas las creaciones del hombre, por simples que sean, existen primero en la mente antes del mundo físico. Así que, ¿por qué no?, sueña.

    Por otro lado, a diferencia del resto de animales, Dios nos dotó con capacidad metacognitiva, es así que no solo tenemos la capacidad de soñar lo que queremos hacer, sino también quién queremos ser, así que sueña.

    Cada semilla trae un soplo de vida milagroso que se remonta al origen de la vida misma, sin que nadie le dé instrucción alguna, trae implícita la capacidad para nacer, crecer, florecer y dar fruto. Aprovechémoslo, hagámoslo como una ofrenda a la vida misma.

    Este libro es un recordatorio práctico a soñar y a hacer lo que queramos.

    Está organizado en cuatro capítulos:

    1.¿Por qué?

    2.¿Qué?

    3.¿Cómo?

    4.¿Quién?

    Soy un emprendedor, por ello, hay un fuerte componente de negocios en mis experiencias; sin embargo, los conceptos tratados son universales.

    Es recomendable, mas no indispensable, leer este libro en secuencia. Úsalo y toma de él lo que quieras.

    1. ¿Por QUÉ?

    No puedo creer que el objetivo de la vida sea ser feliz, creo que el objetivo de la vida consiste en ser útil, en ser responsable, en ser compasivo.

    Es ante todo importar, contar, apoyar algo, dejar huella de que has vivido.

    Leo Rosten

    Prueba el genérico

    Era una mañana de julio, transcurrían los primeros meses del siglo 21, por iniciativa propia me enrolé en un programa de estudios gerenciales de un mes; siendo el primer día y teniendo referencia de que la prestigiosa escuela de negocios en la que me encontraba exigía mucho de sus estudiantes, no podía evitar sentir ansiedad.

    Recuerdo claramente el evento, sin embargo, no recuerdo el nombre del profesor ni tampoco qué cátedra impartía, lo que sí recuerdo es lo que decía en su fondo de pantalla: «Amar-Servir-Crear-Construir- Inspirar».

    Nunca fui un estudiante muy dedicado, sin embargo, milagrosamente nunca perdí año. Pero esta ocasión era diferente, no había llegado ahí por inercia, como hasta cuando me gradué de agrónomo a finales de 1995.

    Esta vez yo buscaba el conocimiento y sí valió, pues descubrí que más que una carrera en particular, a mí me gustaban los negocios.

    Disfruté mucho la perspectiva estratégica que era central en el pénsum académico de aquel momento. Esto, combinado con el hecho de que ya estaba pasando a la adultez, sembró la inquietud de tener claridad de saber a dónde iba como persona.

    Probablemente, desde ese momento comencé a meditar sobre cuál era mi visión y misión como persona, y desde ese entonces escribí muchas versiones de lo que más adelante aprendí que Simón Sinek llama el por qué.

    A pesar de haber escuchado hasta la saciedad que debería comenzar por el por qué, no lo hice; de hecho, nunca he leído el libro, sin embargo, sí leí otro del mismo Simón: Juego Infinito, sin duda alguna magistral y crucial para entender que este es un viaje eterno.

    Pero ya tocaré ese tema más adelante; regresando al por qué, con el correr de las décadas escribí muchas versiones, afinando palabra a palabra con extremo cuidado, quedando satisfecho por algún tiempo, pero regresando a cuestionarlo una y otra vez.

    Volviendo al juego de palabras que capté del fondo de pantalla de aquel maestro aquel día: «Amar-Servir-Crear-Construir-Inspirar», sin saberlo, siempre estuvo en mi subconsciente, hasta que llegué a la conclusión de que no debía perder más tiempo. Ese era mi por qué, mi mantra o como le quisiera llamar.

    Piénsalo, reflexiona. Es genérico, pero el ingrediente activo es el mismo y de alta calidad: Amar, Servir e inspirar.

    La contribución más beneficiosa que cualquier empresa

    puede hacer es crear empleo u ofrecer productos y servicios

    que mejoren vidas... Seth Godin

    Hay un dicho popular que dice que el que tiene claro el por qué encuentra el cómo, no puedo estar más de acuerdo; de hecho, te darás cuenta de que hasta las referencias introductorias del por qué y el cómo son mucho más cortas de las del qué y el quién, pues considero que estas dos últimas son por mucho más difíciles de contestar y, por lo tanto, son las que ameritan más de nuestra atención y esfuerzo.

    JudÍos y Gitanos

    Visitamos Israel invitados por una familia judía, ellos fueron nuestros vecinos mientras vivieron en Tegucigalpa. Cuando retornaron a su país, gentilmente nos recibieron. Tuvimos oportunidad de conocer el kibutz cerca de Haifa, donde estaban construyendo su casa; tenían ese derecho, pues el padre de uno de ellos fue uno de los fundadores de ese kibutz.

    Más que un lugar donde todo se hace en comunidad, en la actualidad era una colonia donde la gente vive y sale a sus trabajos, lo curioso es que este sí es un kibutz agrícola activo donde producen bananas bajo Saran para la venta a nivel nacional, lógicamente, solo unos cuantos de los miembros administran y trabajan en el negocio.

    Mi amigo decía que el de ellos era un kibutz de pocos recursos comparado con los industriales, que más que kibutz eran corporaciones multinacionales. Siendo agrónomo conocedor de la producción de frutas, se me vinieron a la mente algunas marcas especializadas en riego.

    La visita me hizo reflexionar en cómo la evolución de los kibutz reflejaba la evolución misma del país donde comenzaron primero produciendo sus alimentos en comunidad para sobrevivir, pasando después a especializarse por cultivos que exportaban, aportando la producción agrícola una porción importante del PIB de aquella época, para después evolucionar a exportar las tecnologías para la producción agrícola y luego evolucionar a industria y tecnología digital para todo tipo de aplicación.

    Esta misma evolución era evidente en nuestra estadía, pues comimos desde cerezas hasta bananas locales, al mismo tiempo, la aplicación de navegación que nos guiaba y el fabuloso sistema de alarma para conducir con confianza por la autopista que tenía nuestro carro de alquiler eran también de producción nacional.

    No podía evitar comparar ese nivel de desarrollo con el de Honduras, pues curiosamente son poblaciones de cerca de diez millones de habitantes, con la diferencia de que nuestra tierra prometida es más

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