Memorias de un gallinazo: Posees dentro de ti, la fuerza para superar los obstáculos y lograr esa vida que te propones

Por Miguel Ormeño Misajel

Ha sido posible, gracias a la generosidad de la

hermosa y enigmática tierra de Puno, Perú.

A la protección que me brindó la energía esotérica

irradiada por la presencia de las altas montañas

sagradas.

Así como por la generosa e inigualable bondad de la

Virgen de la Candelaria.

• Idioma: Español
• Editorial: ibukku, LLC
• Fecha de lanzamiento: 22 dic 2022
• ISBN: 9781685742652

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Memorias

de un

Gallinazo

Posees dentro de ti la fuerza para superar los obstáculos y lograr esa vida que te propones

Miguel Ormeño Misajel

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Publicado por Ibukku, LLC

www.ibukku.com

Diseño y maquetación: Índigo Estudio Gráfico

Copyright © 2022 Miguel Ormeño Misajel

ISBN Paperback: 978-1-68574-264-5

ISBN eBook: 978-1-68574-265-2

Índice

Dedicatoria 5

Agradecimiento 7

Presentación 9

Prólogo 11

¡Y todo comenzo así!!!!!! 13

Capítulo I El Gallinazo en las Pampas de Viyacuri - Pisco 19

EL ENCUENTRO: LOS HERMANITOS 22

EL ACCIDENTE 26

EL INCENDIO: GALLINAZO SIN MORADA 27

LA SEPARACION: LA SOLEDAD DEL GALLINAZO 30

LA NUEVA CASA: NUEVAS AVENTURAS 31

EL SACRIFICIO: TERRIBLE PÉRDIDA 34

EL SUSTO: EXPERIENCIA TRAUMÁTICA 39

LA SUSTRACCIÓN: TODO POR EL RICO ALFAJOR 40

EL RETIRO DE LAS PAMPAS DE PISCO 42

Capítulo II Nuevos escenarios 45

GALLINAZO A LA ESCUELA Y A CONOCER EL BARRIO 49

GALLINAZO AL TRABAJO 53

UN EXTRAÑO EN LA CASA: LA DISPUTA 57

EL EQUIPO DE TRABAJO Y OTRAS ACTIVIDADES RECREATIVAS 61

LA COSECHA DEL ALGODÓN 64

LA NUEVA ESCUELA 66

CAMINO A LA DESERCIÓN: LA RABIA Y EL MALTRATO 68

LA PERA: AUSENCIA OBLIGADA 75

EL REPITENTE 78

LA PELEA: FUERZA GALLINAZO – FIN DEL ABUSO 80

TRABAJO EN LA PLAYA: EL DISFRUTE 85

ESTUDIOS SECUNDARIOS 88

Capítulo III Referencia familiar: sus hermanos 95

SUS PADRES 110

LA ILUSIÓN: POSTULANTE UNIVERSITARIO 111

VIAJE A LA CAPITAL: EL ACCIDENTE EN PASAMAYO 112

NUEVA OPORTUNIDAD 123

HACIA UN NUEVO HORIZONTE 123

CONOCIENDO EL AMOR - RESEÑAS 126

Capítulo IV Gallinazo en la Puna: destino Puno 135

SU PRIMERA ENTREVISTA 142

ARRIBO DE PEPE LA BURRA 146

OPERACIÓN INGRESO 155

LA ANGUSTIA DE LOS RESULTADOS ¿HABRÉ INGRESADO? 162

Capítulo V El trabajo del Gallinazo y su canto en la Puna 171

UN GALLINAZO EN LA SELVA 178

GALLINAZO EN LAS ALTURAS 181

EL ENVENENAMIENTO 185

EL TRABAJO: LA RENOVACIÓN DE CONTRATO 190

EL REENCUENTRO 191

EL RAYO DE LA MUERTE 192

EL SALVATAJE 199

CON EL CORAZÓN DOLIDO 201

PAPEL DE SECRETARIO 203

PAPEL DE PROMOTOR SOCIAL 210

PAPEL DE TRABAJADOR Y ESTUDIANTE 214

PAPEL DE ENTRENADOR 217

EL GALLINAZO BACHILLER 220

UN GALLINAZO INGENIERO 221

Epílogo 223

Dedicatoria

A la memoria de mis padres,

A mis hermanos y a mis hijos

Así como, a los jóvenes y adolescentes

de mí querido país y del mundo,

que luchan sin desmayo por sus ideales.

Agradecimiento

Agradezco a Dios, por haberme brindado la oportunidad de avanzar en la vida, de protegerme a cada instante en las difíciles circunstancias que me tocó vivir. De darme innumerables señales de su existencia cuando ocurrían situaciones de mucho riesgo y complejidad en la vida de este humilde servidor. Por bendecirme y proporcionarme la inmensa alegría al darme maravillosos hijos, que son y será la razón de mí ser.

Expresar mi profundo amor y gratitud a mis amados padres que descansan en paz y que desde el cielo siempre me alentaron y velaron por mi seguridad en el difícil camino trajinado. A mis hermanos y hermanas por brindarme su cariño y sus silenciosas plegarias en su deseo de eliminar todo obstáculo de mi camino.

Un agradecimiento de corazón, al Sr. Manuel Valencia, que descansa en paz, a toda su familia por su invalorable apoyo y comprensión, y por brindarme el necesario afecto y cariño como lo hace un padre a un hijo.

A mi compadre Juan Vásquez y a toda su familia, por su aprecio y valioso apoyo en los difíciles momentos que nos tocó vivir.

De igual forma, mi profundo agradecimiento a mi amigo Augusto Quispe, por haber sido un soporte importante en la consecución de mis objetivos y en la concreción de este complicado trabajo.

Añadir también mi agradecimiento a mi amigo Fermín Cahuana por su oportuna y valiosa comprensión.

Asimismo, a mi compadre Lucho el Buitre, por su inmenso corazón y sentido humano y por el esfuerzo desplegado para salir adelante.

Finalmente, agradecer a mi hermanito Rufino Luis, a mis sobrinos Daniel y Ricardo y a mi hijo Miguel por darme ánimos y alentarme en forma permanente para la conclusión de estas Memorias.

Infinitas gracias a todos

Presentación

Posees en tus manos un libro que narra la vivencia de un ser humano, desde su niñez hasta alcanzar la edad de un hombre realizado, en un contenido breve que es parte del esfuerzo realizado por el autor, al proporcionarnos un libro de contenido real, inspirador, con un sencillo relato de la experiencia vivida a través de la figura del Gallinazo.

Un niño que buscaba aliviar de alguna manera su situación de escasez y necesidad hasta convertirse en un adulto, en un ciudadano útil a la sociedad, un profesional. El Gael, con el apelativo de Gallinazo, por circunstancias de la vida, hace realidad sus ilusiones, a fuerza de valor, dedicación, perseverancia y sacrificio.

En sí, Memorias de un Gallinazo, es un instrumento valioso de lectura, que posiciona una visión de futuro, de cómo la mayoría de personas, carentes de oportunidades y recursos deben orientar sus esfuerzos para mejorar sus condiciones y calidad de vida.

Esta lectura permite internalizar las formas de vida, que en cada etapa de su existencia tuvo que atravesar el Gallinazo, las que, en muchos de los casos fortalecieron sus aspiraciones. Este marco no excluye la perspectiva que concibe del trabajo como supervivencia y como condición de subsistencia para poder seguir adelante.

El texto considera al personaje, su procedencia, su cultura y sus raíces. De cuyas vivencias reconoce y valora lo que le rodea, su cultura y el lado vivencial. Cada logro es un conjunto desesperado de esfuerzos, por eso es bueno conocer esta singular historia.

El relato de vida que figura en este libro corresponde, en sus inicios, a un niño que experimenta múltiples privaciones en el seno de una familia, que por circunstancias de la vida sufrió el despojo de todo su patrimonio.

El autor, se centra en la descripción de las experiencias particulares de su niñez relativas al trabajo infantil y a los acontecimientos históricos, políticos, económicos y sociales de su entorno en los últimos setenta años, que la contextualiza. Ello explica los estudios, el trabajo, la perseverancia y fuerza de voluntad por sobrevivir y superar las carencias propias en una sociedad en crisis profunda de valores y de indiferencia social.

En la introducción se delinea las principales posturas teóricas acerca de la trayectoria que experimenta en las diferentes etapas de vida de Gael el Gallinazo. El enfoque rememorativo se utiliza como herramienta de descripción y análisis, luego fortalece el relato con un breve prefacio.

Finalmente compartimos algunas reflexiones que surgen desde el punto de vista rememorativo, planeados y estructurados a partir de una serie de dimensiones y características de los espacios recorridos en el transcurso de vida de El Gallinazo.

Las temáticas específicas desarrolladas en cada realidad, permiten apreciar, las diferentes formas particulares de vida; establecidas en los diversos espacios territoriales donde experimentó cada caso vivencial. La influencia tanto del contexto, las características y situaciones propias sobre su biografía, y otros temas relacionados a la construcción de los relatos, corresponden a efectos exteriores, que marcaron profundamente su espíritu de lucha. Desde ya, el epítome no pretende ser un cierre, sino una invitación a que el lector pueda enfocar desde su propia perspectiva y óptica los sucesos relatados.

AUGUSTO QUISPE YAPO

Prólogo

M emorias de un Gallinazo , es un relato profundo, dramático y sincero, basado en una historia real, que el autor extrae, de sus propias vivencias, desde que tiene uso y conocimiento de su existencia, de su retrospectiva y azarosa trayectoria.

Surge como consecuencia, del permanente contacto con la realidad de su entorno, en las diferentes etapas de su vida. El protagonista, relata sus recuerdos, mediante experiencias concretas, sustraídas de sus relaciones familiares, sociales, culturales y laborales. Apunta a precisar con anhelado propósito, la importancia de compartir el sentir y la aspiración de esta historia de vida, con las actuales y nuevas generaciones, como una referencia real, firme y autentica, que sirva para afrontar nuestras propias luchas y contiendas, que se nos presenten en el desarrollo de nuestra vida. Momentos de decisiones, por los cuales todos pasamos, y definirá la siguiente etapa en nuestra vida. Son esos momentos decisivos, que la vida nos pide dar el siguiente paso y que muchos abandonan, por carecer de esa pequeña dosis, de carácter y temperamento que nos otorga personalidad a nuestra propia existencia.

Si bien, es cierto que Recordar es revivir algo, el protagonista de Memorias de un Gallinazo, no aspira solo a revivir algo, sino también, a sostener en el tiempo, una lucha permanente, para vencer lo que el destino en cada momento o etapa de su vida le substraía. El camino que le ofrecía la vida, no era necesariamente lo deseado, por tanto, requería fortalecer su espíritu, para salvar y sobrepasar las barreras, que encontraba en su recorrido. Ello, se puede observar, en el relato del capítulo II, en el cual el protagonista de Memorias de un Gallinazo, desde la etapa, más temprana de la infancia, desempeña un importante rol, en el desarrollo y sustento de la familia, supera con valentía, vigor y empeño, situaciones sumamente difíciles, dignas de reconocer y comprender, que todo, es posible superar.

Es meritorio, señalar además que, el relato de Memorias de un Gallinazo en cada etapa de su crónica, expresa una voluntad férrea, hacia la búsqueda de quebrar esquemas, de romper conductas pasivas, indiferentes, de escuchar decir: Ya no puedo más, Mejor lo dejo así, Esto no es para mí". Por el contrario, está impregnado de una actitud, que busca superar, desde muy pequeño, los inconvenientes y dificultades que la vida le deparó.

Así podemos observar en el capítulo III, donde describe, con mucha objetividad y realismo, el contexto familiar, y pronuncia sin ambigüedades, la impostergable necesidad de salir adelante, de aspirar a más, a pesar de las múltiples limitaciones, que cada día se le presentan.

No puede faltar en el relato, Memorias de un Gallinazo, la parte sentimental, el rincón íntimo de todo ser humano, que está listo para ser compartido, en cualquier etapa de la vida. Ello, refleja la profunda e intensa característica sentimental del protagonista, que guarda en forma silenciosa. Y muchas veces, manifiesta este sentir en forma espontánea, con actos de ternura, sensibilidad y sentimiento. En la parte final del capítulo III, se puede confirmar esta faceta.

Los capítulos IV y V de Memorias de un Gallinazo, reflejan una etapa de constancia y lucha por alcanzar los sueños. Es como, se puede decir: Me voy a la Guerra a escenarios desconocidos, pero con la fortaleza y el espíritu recargado de ilusiones, dejando a los suyos, colmados de esperanzas silenciosas, y de materializaciones futuras. El enfrentamiento, sería mucho más difícil, en tierras extrañas, las batallas por alcanzar sus sueños, se tornarían, cada vez más complejas, difíciles e intensas, pero contaba con un arma poderosa, que era la perseverancia, tenacidad y empeño. Por ello, el Gallinazo, emprendió vuelo a la Puna.

Con temores propios, de una persona que provenía de un contexto y ambiente totalmente diferente, pudo desplazarse con cierta dificultad, al inicio, pero, su tenacidad y su hondo sentimiento cristiano, de profunda fe y valentía, le sirvió para traspasar fácilmente los límites de las complicaciones y dificultades que la vida le presentó. Es importante, señalar que este aspecto de la naturaleza humana, relacionada con lo divino, con lo espiritual, motivó mucho, la fortaleza del protagonista de esta historia. La fe, se constituyó en un poderoso soporte, para el logro de sus aspiraciones, para el avance en sus propósitos, y no permitió, que el protagonista se doblegara ante las dificultades y los embates de la vida.

El final, de esta particular e interesante historia, es una muestra palpable, de lo que se puede realizar; cuando desde muy pequeño, desde la etapa más temprana de la vida, vas construyendo sueños, vas perfilando un ideal, continúas soñando despierto y decides luchar por esa valiosa aspiración.

¡Y todo comenzo así!!!!!!

Transcurría la década de los años 50, la costa peruana, de aquel entonces departamento de Ica; en este, era el escenario de las grandes haciendas, propiedad de acaudalados hacendados, ocupaban el mayor espacio productivo, con cultivos de algodón principalmente y los pequeños agricultores, dedicados a los cultivos de autoconsumo: maíz, frutales entre otros, que constituía la reserva alimentaria de las familias para todo el año. En este periodo histórico, se podía observar la agricultura dual, propia de aquella época; grandes haciendas orientadas hacia la producción del algodón e inmensos viñedos y los pequeños productores hacia la producción para el consumo familiar.

Los salarios en aquella época eran ínfimos, respecto a la mayoría de los habitantes, cuya fuente principal de ingreso provenía del trabajo de campo; el peón de campo, era el de menor ingreso. La estructura salarial lo determinaba la conveniencia de los grandes hacendados. Por ello, el trabajador de campo constituía el grupo con los ingresos más bajos de la población.

La historia de la familia de Moisés, se desarrolla en esta época, en Ica. Un joven agricultor de Santa Lucia, pequeño poblado al sur de Ica, dedicado a la agricultura familiar, al lado de su señora madre Ismaela, cumplía sus tareas propias de las labores del campo. Su señora madre enviudó muy joven, y en segundas nupcias tuvo su único hijo varón, al que le puso por nombre Moisés. Era muy frecuente que los jóvenes de aquellos tiempos, al cumplir la educación básica regular, se dedicaran a la labor de pequeños agricultores, en la tierra de sus padres. Moisés quedo huérfano de padre, a muy temprana edad y su madre, tuvo que asumir la responsabilidad de su educación y de trabajar la tierra que recibió como herencia de su familia, así como la tierra que dejó su finado esposo. Transcurren los años y el joven Moisés, forma su propia familia con Delfina y sus 03 hijos; dos varones y una mujercita.

Pasaron los años y cuando su hijo menor tenía 02 años de edad, la fatalidad golpea la vida de Moisés, Delfina enferma gravemente y fallece. Después de superar tan lamentable pérdida, inicia un nuevo compromiso con María, con la que forma una extensa familia con 08 hijos, quienes formarán parte de esta historia, y uno de ellos será el protagonista principal del relato, a quien llamaremos más adelante Gael.

Es necesario conocer, algunos detalles preliminares, que se presentaron como acontecimientos penosos, en la vida de Moisés. Volvamos con Ismaela, la madre de Moisés, quien administraba sus propios campos de viñedos y algodón, para obtener los recursos anuales y mantener a la familia. En aquellos tiempos era imposible recurrir a la banca local para obtener los recursos financieros necesarios para la producción, no existía líneas de créditos para pequeños agricultores. Por ello, doña Ismaela, tuvo que recurrir a prestamistas, y aceptar las elevadas tasas de interés, que imponían, como condiciones de acceso al préstamo requerido. Doña Ismaela, acudió a una amiga, cuyo hijo, era un conocido prestamista de la localidad. La amiga, le proporcionó el dinero, con el compromiso de recuperarlo, al final de la temporada de cosecha, con la venta de las uvas y del algodón. Y doña Ismaela, cumplió con su amiga, devolviendo el total del dinero recibido. Transcurrieron algunos meses, y la amiga de Ismaela falleció, sin dejar ningún documento, que acredite la devolución del préstamo. La desesperación, se apoderó de la madre de Moisés, al recibir la notificación de cobranza coactiva, emitida por su hijo, el prestamista. Lamentablemente, no había forma alguna, de demostrar el pago realizado entre ambas partes. A doña Ismaela, le resultó intolerable dicha exigencia, ya que ella era consciente, de haber cumplido con la devolución de la totalidad del dinero recibido en condición de préstamo. Pero, el prestamista, valiéndose de sus relaciones con abogados y jueces, procedió a demandarla, e intervenir la propiedad que respaldaba la garantía. Para atender este caso, asignaron a un Señor de nombre Enedino como interventor de la propiedad de la familia de Moisés.

Mientras doña Ismaela, afrontaba sola la injustificable intervención, no teniendo a nadie, que se encargara de su defensa. Moisés se encontraba en Córdova, Castrovirreyna, en la tierra de su esposa María; desconociendo la situación por la cual estaba atravesando su madre. Doña Ismaela, encontrándose en aquella desesperada situación, recurre al Sr. Glicerio, un tinterillo conocido en la localidad, hermano del interventor, Sr. Enedino, quien se ofreció a hacerse cargo de su defensa, y con argumentos engañosos, le garantizó la posibilidad de recuperar los terrenos de la familia. El proceso judicial, no respaldó en absoluto a la madre de Moisés, y se produjo el desalojo, no sólo de sus terrenos, sino también de la vivienda familiar, ejecutándose un acto de abuso inhumano y codicia. Encontrándose totalmente desamparada, Ismaela, manda llamar a Moisés, quien acude de inmediato y se encuentra con la más triste noticia, teniendo que afrontar la intervención policial, el despojo total de la propiedad familiar, quedando la familia sin tierras, ni vivienda.

De la noche a la mañana, toda la familia de Moisés se vio en la calle, sin nada y este suceso marcó su vida para siempre. Doña Ismaela y Moisés, tuvieron que recurrir a pedir asilo en casa de su hija Juana –hija de su primer compromiso– quien la acogió en esos difíciles momentos. Las fuertes emociones, producto de los acontecimientos ocurridos, deterioraron la salud de la madre de Moisés, quien días posteriores falleció por el impacto que le produjo el despojo de sus propiedades, víctima de personas inescrupulosas, acostumbradas a lucrar con la necesidad de las familias y con respaldo de un sistema corrupto imperante en aquellas épocas. Tras el triste suceso, Moisés, debe afrontar el fallecimiento de su señora madre; quedando toda la familia, en condición totalmente precaria, de urgentes necesidades y de un futuro incierto.

Moisés, sin un lugar, en el cual pueda cobijar, a su extensa familia, toma la decisión de enviar a María y a sus hijos a la tierra de su suegro, como una medida de urgencia, hasta que logre asentarse y brindarle protección y seguridad a su familia. Por otro lado, pensando en contar con un apoyo familiar, que le permita restablecerse económicamente; convoca a los tres hijos mayores de su primer compromiso y juntos, se apoyan, para realizar trabajos de campo, en diferentes lugares. Se trasladan al barrio de Acomayo de la ciudad de Ica, lugar donde residían familias de condición humilde sin servicios básicos de agua, ni luz, pero al menos, resuelven la necesidad de vivienda. Inician una nueva etapa, que les permita garantizar el sustento de la familia, y alquilan una modesta vivienda de material de carrizo. Moisés y sus hijos, se dedican con más ahínco al trabajo de campo, iniciaban la labor a las 5:00 de la mañana, hasta las 6:00 de la tarde, retornando a casa a las 7 de la noche aproximadamente. En forma periódica, Moisés viajaba a Córdova –Castrovirreyna- a visitar a María y a sus hijos; hasta que tuvo la oportunidad de establecerse en forma definitiva con su familia en el Barrio de Acomayo y enviar a sus hijos en edad escolar a la escuela.

La desgracia familiar, afectó definitivamente la vida de Moisés; sin embargo, el conocimiento y la capacidad para realizar los trabajos de campo, se constituyó en la fortaleza, que le permitió conseguir trabajo temporal, en algunas haciendas de la zona, aunque el pago era insuficiente para cubrir las necesidades de alimentación y educación de todos sus hijos, pero aun así, valoraba la oportunidad del trabajo que le ofrecían. El tiempo transcurría, y sus hijos, requerían de mayor apoyo para asistir a la escuela; por ello buscaba los lugares donde podía obtener mejor salario, y algunas veces era necesario trasladarse a nuevos centros de labores, en compañía de Valentín, el hijo mayor de su primer matrimonio. En uno de sus viajes, llevó a Gael al campo, el sexto hijo de su segundo matrimonio, quien recién bordeaba los 6 años y aun no se encontraba en edad escolar, con la intención de aliviar a María, del trabajo de crianza del último bebé Mauro de 03 años y apoyar a sus hijos mayores para que logren asistir a la escuela. En ese viaje, consiguió trabajo en las Pampas de Viyacurí, de la localidad de Pisco, propiedad de un mediano agricultor, quien le ofreció, condiciones favorables de trabajo. En esas pampas, se instalaron; Moisés, Valentín y Gael, con la esperanza de obtener mejores ingresos para sostener a su numerosa familia.

Es en aquellas Pampas de Viyacurí, lejanas e inhóspitas tierras, donde empieza la historia del pequeño Gael, quien, al lado de su padre, pasó una infancia con muchas necesidades. Inició su etapa pre escolar en un ambiente familiar con permanentes y constantes carencias; a partir de entonces, es donde empieza la historia protagónica de su hijo Gael, quien, desde muy temprano tuvo que pasar una infancia muy dura, tanto al lado de su padre, como hasta cuando tuvo que asistir a la escuela en un ambiente de permanentes y constantes privaciones; sin embargo más adelante, su espíritu de lucha, constancia y tesón, hicieron que fuera superando los inconvenientes para salir adelante, a fin de lograr sus sueños, cumplir sus metas y objetivos, pese a los enormes desafíos y dificultades por las que tuvo que atravesar y superar, en algunos casos conjuntamente con todos sus hermanos.

Moisés se instaló en una parcela, que fue asignada por el propietario, dentro de la propiedad; parecía inhóspito, por su ubicación en el desierto de Ica, pero las características de la tierra, con agua a poca profundidad, prometían convertirse en un lugar muy atractivo para la agricultura. Cuando Moisés y su familia se instalaron, ya habían iniciado la construcción de canales de riego y contaban con un pozo, para la obtención de agua por bombeo. La tierra era muy fértil para la agricultura, en especial para cultivos de pan llevar. Una cabaña construida con carrizo, palos, madera y un pozo cerca de la casa, fue la vivienda hogareña de Moisés, gratamente acompañado de sus hijos Valentín de 25 años y Gael de 6 años.

La Pampa de Viyacurí, acogió a Gael, los tres convivían sin ningún inconveniente, mientras su padre y hermano iban al trabajo, Gaelito era muy feliz, tenía libertad para desplazarse donde él quisiera, correr, perseguir a las aves, tirarse a la arena, todavía no era consciente de los apuros por la que atravesaba su padre y sus hermanos, simplemente, disfrutaba placenteramente de su niñez. En aquellos lugares no había niños de su edad, sólo trabajadores de campo, por lo que Gael no tenía amigos. Pasaba el día jugando, cuando sentía hambre, rebuscaba los cajones de víveres y fruta, comía lo que encontraba, en la humilde cocina del hogar, hasta satisfacer su apetito. Es muy probable, que la conducta de Gael, haya servido para que su hermano Valentín, le pusiera por sobrenombre Gallinazo, inspirado por aquellas aves que impresionan por su forma de volar, y revolotean en el desierto, en búsqueda de su alimento, y aparentemente, Gael a su corta edad, actuaba como dichas aves, y con frecuencia, su hermano, le gritaba: ¡pareces un Gallinazo! ¡Te comes todo lo que dejamos! Lo cierto, es que su hermano Valentín, lo empezó a llamar con el apelativo de: Gallinazo. Un niño, que solo buscaba como aliviar en algo, su precaria situación. Él sin querer, ni entender, sufría también las consecuencias de la terrible situación, por la que atravesaba su padre Moisés y la desgracia que aconteció, a su abuela Ismaela al ser despojada, de todo lo que les pertenecía.

Memorias de un Gallinazo describe la cruda realidad de decenas de miles de niños y encarna la historia, de miles de gallinazos existentes en el Perú y el mundo. Detalla de una manera u otra, el riguroso y drástico camino, que han tenido que atravesar, en tiempos muy difíciles, como lo fueron la década de los cincuenta y sesenta y aún más adelante. Padecieron el fenómeno de la marginación social, inequidad, abandono e indiferencia del estado. Son héroes incógnitos, anónimos, héroes del mañana, que silenciosamente se enfrentan al mundo, que lucharon y luchan aún en el tiempo y espacio, ante la indiferencia del sistema, carentes de verdaderos programas de inclusión. Características propias de gobiernos de los países de Latinoamérica y del Perú particularmente. Donde muchos niños, han tenido que luchar y superar innumerables dificultades sociales y económicas vigentes, haciendo esfuerzos sobrehumanos, para forjarse de un espacio mucho más aceptable, de una mejor calidad de vida con esfuerzo y sacrificio propio en cada etapa de su vida.

Capítulo I

El Gallinazo en las Pampas de Viyacuri - Pisco

La primera pregunta que se hizo Gael, el Gallinazo, cuando ya empezaba a distinguir algunos conceptos y realidades de su entorno fue: ¿qué hacía en aquella pampa de Pisco?, aquel lugar rodeado de arena, médanos y escasas viviendas, prácticamente desolado, salvo por la presencia de algunas palmeras y huarangos, que adornaban aquel desierto. Aquel lugar, denominado Viyacurí - Santa Cruz, que se encontraba aproximadamente a 45 km al norte de la ciudad de Ica y cerca de la planta embazadora de guano de isla, ese lugar donde Gael se preguntaba: ¿Que hacía ahí?, sería la casa, donde Gael, pasaría parte de su niñez.

En esas pampas de Pisco, se encontraban su padre y su hermano Valentín, ahí comienzan sus recuerdos más claros. Todas sus vivencias anteriores pasan por su mente, como un confuso recuerdo. Según Gael, en su memoria veía a un anciano sentado en un sillón, con un bastón; que él, contemplaba por las mañanas, y a una persona mayor, que se le acercaba y le decía: ¡oye niño!, ¿Qué haces aquí tan solo?, dime: ¿Cómo te llamas?, Gael lo miraba y escapaba. Por aquellos días, tendría sólo cuatro a cinco añitos, pero recuerda, que no podía librarse de esa persona; cuando lo atrapó, trató de escabullirse entre sus piernas y lo único que logró fue que lo cogiera con sus largos pies, y su cabeza quedó atorada entre sus rodillas, en ese momento comenzó a gritar y vio salir a su madre, que le dijo a su captor: ¡oye deja a mi hijo tranquilo! y tomándolo de la manito lo rescató de ese energúmeno, que riéndose le decía a su madre: ¡prima, tienes un hijo muy rápido!, jajaja. Gael, poco después dedujo, que su madre había viajado a su ciudad natal Córdova, provincia de Castrovirreyna, y habían llegado a casa de su abuelo Cirilo, ya muy anciano; parece que, por motivos de una reunión familiar, con los hermanos de su madre, y se imaginó que fue para tratar asuntos respecto al estado de salud de su abuelo. Más allá de este inesperado evento, no tenía mayores recuerdos.

Retornando a la pampa de Pisco, recuerda que vivía en una casa, especie de cabaña construida de madera y carrizo, con un corralón cercado con hojas secas de palmera; en esa área desértica con agua subterránea a casi un metro y medio del suelo; las palmeras datileras producían riquísimos y deliciosos dátiles. El techo, era de palos cubierto con esteras y ramas de árboles, para evitar que el viento se las llevara. Recuerda además, que en la parte delantera, había una ramada que cubría un espacio a manera de cocina, con una mesa hecha con tablas y algunas sillas de madera con asientos tejidos de totora; este ambiente se encontraba separado con una división de carrizo tejido, una puerta al centro, para dar paso a otro ambiente, que era el dormitorio con dos camas, que en realidad, eran una especie de camastros fijos al suelo, diría que el ingenio de su padre funcionó para ello, pues a falta de una cama que venden en el mercado, él se fabricó dos, y muy prácticas, cortó ramas gruesas de guarangos y eucaliptos, con soportes -tipo horquetas- en los extremos, los clavó o enterró en el suelo como cabeceras, tanto arriba como abajo y una cruceta en el centro; les puso palos gruesos como somieres y les tejió carrizo como plataforma, encima cartones y un colchón de paja, y ya estaban las camas. Para el Gallinazo era suficiente, pues como era aún un niño, se conformaba con tener un lugar donde dormir, no había ninguna exigencia de su parte. En esa cama, Gael el Gallinazo dormía con su hermano Valentín, su hermano a la cabecera y él a los pies.

Temprano por la mañana, Gael observaba a su padre y a su hermano Valentín, que se preparaban para irse al trabajo y cada día le decían: ¡Ahí tienes el desayuno y el almuerzo! Y mientras que los veía partir y alejarse de la casa, él se quedaba sólo en casa, sin peligro alguno. Como le sucede a todo niño, su mayor anhelo, era jugar y divertirse, caminaba detrás de la casa. En épocas de cosecha, cuidaba los dátiles que su padre y su hermano cosechaban de la palmera datilera; los extendía en el corralón para asolearlos y guardarlos secos; todo este proceso duraba aproximadamente 15 días, y al final les daba los últimos toques, les rociaba con agua fresca, luego los ponía en el cajón,