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7 Transformaciones: Siempre se puede renacer
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7 Transformaciones: Siempre se puede renacer
Libro electrónico144 páginas1 hora

7 Transformaciones: Siempre se puede renacer

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Una obra que relata la experiencia de su autor -quien casi muere ¡siete veces! 7 a lo largo de su vida- y quiere contar al mundo lo que ha aprendido. Encontrarás las siete historias reales cercanas a la muerte contadas sin sensacionalismos ni golpes bajos, para destilar al fin las 7 Transformaciones, que sintetizan el aprendizaje detrás de cada historia. Te serán de tremenda utilidad a ti para que mejores, para que des un salto de calidad, para que transformes y renazcas, en cualquier aspecto en tu vida. 
El libro está escrito de forma ágil y entretenida, con toda la información añadida que ilustra, apoya y respalda cada transformación sugerida, más una serie de pequeñas reflexiones para poner en contexto los aprendizajes, cerrando cada capítulo con un pensamiento final, de modo que te lleves algo concreto, aplicable, útil, que despierte en ti la inspiración y el entusiasmo por experimentarlo.
Las 7 Transformaciones conllevan una secuencia que le fue transmitida a su autor, ya lo sabes, tras diversas vivencias cercanas a la muerte, ¡es la vida que siempre nos habla!, que sostiene una conversación que nunca se detiene, y somos nosotros los que no la escuchamos. Sin embargo, existe una parte de nosotros que sí escucha, que desea una mejor vida, que busca nuevos senderos, que escoge su destino, que gestiona sus emociones, que cultiva sus talentos, que departe con sus sueños, que deja florecer el amor: es tu sabiduría interior. Es tan grande, luminosa y sabia que trasciende nuestra estructura biológica y nos permite enfrentar la compleja realidad con éxito. Esto es lo que descubrirás en su lectura, ¿no 'mueres' por leerlo? :-
IdiomaEspañol
EditorialMarianako
Fecha de lanzamiento16 jul 2018
ISBN9788828355076
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    7 Transformaciones - Mariano Tamagnini

    7 TRANSFORMACIONES, SIEMPRE SE PUEDE RENACER

    La historia de alguien que casi murió ¡7 veces! y quiere contar al mundo lo que ha aprendido.

    Mariano Tamagnini

    © Mariano Tamagnini

    Todos los derechos reservados

    Primera Edición: Diciembre 2017

    Corrección e ideas: Ramón Alcaraz

    Maquetación y diseño interior: Mariana Vidakovics De Victor

    Portada: Klip Arte

    www.marianotamagnini.com

    Índice

    Agradecimientos

    UN MENSAJE DEL AUTOR

    INTRODUCCIÓN

    CAPÍTULO I

    PRIMERA TRANSFORMACIÓN: CUESTIONA TUS CREENCIAS

    CAPÍTULO II

    SEGUNDA TRANSFORMACIÓN: CONECTA CON TU INTERIOR

    CAPÍTULO III

    TERCERA TRANSFORMACIÓN: ACEPTACIÓN Y PAZ

    CAPÍTULO IV

    CUARTA TRANSFORMACIÓN: PERDÓN Y GRATITUD

    CAPÍTULO V

    QUINTA TRANSFORMACIÓN: ENCUENTRA TU MISIÓN Y VISIÓN

    CAPÍTULO VI

    SEXTA TRANSFORMACIÓN: DESARROLLA TU PODER PERSONAL

    CAPÍTULO VII

    SÉPTIMA TRANSFORMACIÓN: ÁBRETE AL AMOR INCONDICIONAL

    EPÍLOGO: EL ÉXITO ESTÁ DENTRO DE TI

    ANEXO

    Agradecimientos

    Este libro está dedicado a la memoria de mi madre, María de las Mercedes Piñeyro, por sus desvelos hacia mí, sobre todo en los primeros años de vida.

    Sé que estás en el cielo pero sigues preocupándote y cuidando a la familia desde allí arriba.

    UN MENSAJE DEL AUTOR

    «Advertir la vida mientras se vive, alcanzar a vislumbrar su implacable grandeza, disfrutar del tiempo y de las personas que lo habitan, celebrar la vida y el sueño de vivir, ese es su arte».

    Doménico Cieri Estrada

    Los seres humanos somos permanentes obras en curso. No podemos creernos completos nunca, siempre hay cosas que aprender, metas que coronar, caminos que recorrer.

    Esto lo he aprendido gracias a mis experiencias de vida y muerte que cambiaron mi mundo para siempre, y que ahora ha llegado el momento de narrar, como un rico anecdotario que pueda ser de ayuda.

    Te anticipo que lo que voy a expresar requiere de una sana credulidad, una actitud sin prejuicios para ver la vida como un proceso creativo que requiere de valor, motivación, curiosidad, afán de exploración, significado, audacia y coraje para afrontarla como merece.

    Asimismo, todo lo que aquí relato es rigurosamente cierto. Tal vez por eso, deberías verlo como una invitación irresistible a asomarse a un puñado de vivencias que dejan tras de sí una estela de aprendizajes que cristalizan en estímulo vital. Te contaré lo que he destilado de cada sinuosa danza con la muerte y cómo sus aprendizajes propician poderosas transformaciones, lo que permite que se originen prodigios cotidianos. ¡Sí, es verdad!

    Y sin embargo, esta obra no pretende ser un manual de pasos que se deban seguir, ¡sería una osadía decir eso!, sino conocimiento empírico que, pese a lo cuasi trágico que pueda parecer, comprobarás que suena a poesía, tiene don, vibra en armonía con la existencia y crea una magia que hará cosquillas en tu corazón.

    Prometo que cada palabra en conjunto busca expresar solo una gran verdad: que «siempre, pero siempre, se puede renacer»; no importan las circunstancias, los condicionantes, los factores genéticos, la historia a nuestras espaldas, el entorno. Además de que puedes hallar la vía para expandir la conciencia, un reencuentro con la propia esencia, un espacio de reflexión que te dé respuestas. Y créeme, cuando esto ocurre se despiertan interminables destellos de inspiración que te abren caminos a nuevas experiencias maravillosas.

    Al final, ojalá puedas percibir estas líneas como quien libra un proceso: un paseo gradual que desgrana etapas pero rubrica a la vez un intenso compromiso con su grandeza interior; ese es el propósito y deseo. Te propongo que invites a tu vida al arte de diseñar un nuevo dominio de lo posible, el futuro que elija tu libertad pero sin restricciones, sin límites, sin miedos, para que tu vasto poder cristalice en la manifestación rotunda de quien eres. Es tu decisión, ¿qué dices?

    «No se trata del intestino ciego ni del riñón sino de la vida y… de la muerte. La vida existe pero he aquí que se va y no soy capaz de retenerla. ¿Para qué engañarse a sí mismo? ¿Acaso no están convencidos todos, excepto yo, de que me voy a morir y de que la cuestión estriba tan sólo en la cantidad de semanas o días que me quedan de vida? Tal vez, ahora mismo… Aquello era la luz y esto son las tinieblas. Entonces estaba aquí y ahora me voy allí. Pero… ¿A dónde?»

    Leon Tolstoi, La muerte de Iván Ilich.

    —Rimpoché, mira qué pulcro y qué limpio lo tienen todo en Occidente. Hasta los lugares donde depositan los cadáveres están inmaculados. En Oriente, ni siquiera las casas donde vive la gente están tan limpias. —Ah, sí —replicó él—, es verdad; es un país muy civilizado. Tienen unas casas maravillosas para los cadáveres de los muertos. Pero, ¿no te has fijado? También tienen casas muy bonitas para los cadáveres de los vivos.

    Sogyal Rimpoché, El libro tibetano de la vida y de la muerte

    «Yo soy un hijo de la tierra.

    Por la tierra caminé muchos años.

    Me acuesto en la tarde de mis días y renazco a la vida en una nueva mañana.

    Mi vida sigue puntualmente los ritmos de los tiempos.

    Yo soy un hijo de la tierra.

    Yo siempre seré fiel de la tierra.

    Yo siempre seré fiel a la tierra.

    Cuando muera o renazca, seré fiel a ella.

    Mirad, ahora vuelvo a florecer; me estoy renovando, según los ritmos milenarios del tiempo.»

    El libro de los muertos, (de la religión del antiguo Egipto)

    INTRODUCCIÓN

    «El destino se abre sus rutas».

    Virgilio

    Experimenté situaciones límite cercanas a la muerte en siete ocasiones a lo largo de mi vida. No una, ni dos, ni tres, sino… ¡Siete veces! Aunque nunca reparé en ello, porque consideraba tales sucesos como circunstancias casuales, un día, en medio de un retiro grupal de Mindfulness (técnica denominada como Atención Plena, Plena Conciencia, Presencia Mental, entre otras definiciones), debíamos mantener un silencio total durante nueve horas (¡cero palabras, prohibido!) y en ese lapso de tiempo vino a mí, con una extraña frecuencia, un interrogante consistente e intrigante: ¿Por qué «siete situaciones límite cercanas a la muerte y qué sentido tenían»?

    La pregunta ocupó gran parte de mi tiempo cuando comencé a considerar la escritura de este libro. Más allá de toda simbología, sentía que todas las ocasiones ciertas de casi abandonar este mundo terrenal me habían sido concedidas, al fin, como simples y sucesivas oportunidades de redención para poder terminar mi misión en esta vida. ¿Sería ello posible o era pura tontería mental? Y en el caso de que estuviera en lo cierto, ¿para qué?

    Cuando uno desea conocer el abc de algo, simplemente busca entender su mecanismo básico, las reglas que lo hacen funcionar. ¿Tiene la vida ese algo que la haga comprensible y nos allane el camino hacia el éxito? ¿De verdad? (aunque el éxito, ese imponderable con miles de matices, se trabaja y proviene de una definición absolutamente personal —porque solo uno mismo sabe lo que representa, expresado en sus propios términos—, me refiero a dar a luz el potencial último, explorando en sus propios recursos, sin dependencias ajenas, para crear las condiciones idóneas para facilitarlo y expandirlo).

    Y sin embargo, tan ambiciosa meta puede desvanecerse en el intento, y no hablo aquí de un conocimiento elemental, sino de algo mucho más grande, abarcador, completo. Me refiero a entender la concepción de la vida desde un prisma eminentemente práctico, casi como si un niño se preguntara: ¿se puede enseñar eso de vivir? La respuesta inmediata sería, a priori, negativa, claro; pero a continuación se añadiría: ¡sí puedes aprender algunas claves para entenderla y beneficiarte de ello!

    Al cabo de un tiempo comprendí que todo lo ocurrido en mi pasado revelaba un patrón, un hilo conductor que entrañaba la existencia de enseñanzas desconocidas relacionadas entre sí. Desde ese momento, me propuse indagar en profundidad, sin pausa. Hasta entonces, como dije antes, eran para mí un puñado de simples experiencias aleatorias, sin más. Pero el mensaje reiterativo que recibí aquel día de la meditación grupal, extrañas coincidencias (¡causalidades!) e información que fui recopilando tras diversos encuentros y conversaciones con personas que podían ayudarme a unir las piezas (mis padres primero, claro), se convirtieron en eslabones de una misma cadena de acontecimientos que me permitieron encajar el puzle. Fui uniendo puntos, componiendo mensajes, hallando razones —con la premisa de elaborarlo, siempre, bajo un manto de coherencia—, para ser capaz de contestar a la pregunta que seguía martillándome una y otra vez.

    Aunque parte del misterio de la vida es que todo es un descubrimiento constante, que se disfruta cada paso pese a los errores, que doblan los aciertos, en verdad no fui consciente hasta hace poco del valor de futuro que entrañaban mis lecciones vitales, y que ahora comparto con total humildad. De todos modos, imagina ahora cuánta confianza te daría poseer información que facilite tu vida y te regale una perspectiva más esperanzadora, que clarifica muchas

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