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Sermones sobre el Evangelio de Marcos (I) - ¿En Qué Debemos Esmerarnos Para Creer Y Predicar?
Sermones sobre el Evangelio de Marcos (I) - ¿En Qué Debemos Esmerarnos Para Creer Y Predicar?
Sermones sobre el Evangelio de Marcos (I) - ¿En Qué Debemos Esmerarnos Para Creer Y Predicar?
Libro electrónico345 páginas5 horas

Sermones sobre el Evangelio de Marcos (I) - ¿En Qué Debemos Esmerarnos Para Creer Y Predicar?

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El Evangelio de Marcos da testimonio de que Jesucristo es el Hijo de Dios y Dios mismo. También da testimonio de que es nuestro Salvador. Así que podemos ver que el autor del Evangelio de Marcos está dando testimonio de Jesús y de que es el verdadero Dios y nuestro Salvador. Por eso me gustaría dar testimonio de este Jesucristo manifestado en el Evangelio de Marcos basándome en el Evangelio del agua y el Espíritu. Lo que es obvio es que la verdad central del cristianismo se encuentra en el Evangelio del agua y el Espíritu. Jesús le dijo a Nicodemo: «De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios» (Juan 3:5).

IdiomaEspañol
EditorialPaul C. Jong
Fecha de lanzamiento9 dic 2022
ISBN9788928211012
Sermones sobre el Evangelio de Marcos (I) - ¿En Qué Debemos Esmerarnos Para Creer Y Predicar?

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    Sermones sobre el Evangelio de Marcos (I) - ¿En Qué Debemos Esmerarnos Para Creer Y Predicar? - Paul C. Jong

    El Evangelio de Marcos es testimonio de que Jesucristo es el Hijo de Dios y Dios mismo. Y también demuestra que es nuestro Salvador. Por lo tanto podemos ver que el escritor del Evangelio de Marcos, da testimonio de Jesús enérgicamente, testificando que es Dios mismo y nuestro Salvador. Por eso, me gustaría dar testimonio de este Jesucristo que se manifiesta en el Evangelio de Marcos tanto como sea posible basado en el Evangelio del agua y el Espíritu. Lo que es evidente es que el meollo de la Verdad del cristianismo se encuentra en el Evangelio del agua y el Espíritu. Jesús dijo a Nicodemo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el Reino de Dios (Juan 3:5).

    ¿Entonces donde está la Verdad del Evangelio del agua y el Espíritu manifestada? Esta Verdad de la salvación se revela a detalle en el Ministerio de Jesús y el Ministerio de Juan el Bautista, la sustancia del Evangelio del agua y el Espíritu.

    La fe en el Evangelio del agua y el Espíritu ejerce una enorme influencia sobre las almas de otras personas. La fe en este Evangelio permite a cada creyente venir ante el Dios Santo, bajo la orientación del Espíritu Santo, y tener una relación personal con Jesucristo. Esa fe nos permite alcanzar el sacerdocio espiritual. Nosotros debemos predicar que Jesucristo es nuestro Salvador de acuerdo con la revelación del Evangelio del agua y el Espíritu y nuestra fe. Por lo que no queremos que el Evangelio del agua y el Espíritu se quede exclusivamente en nosotros. Este Evangelio del agua y el Espíritu es el Evangelio que debe compartirse con toda la gente en el mundo entero.

    Mi intención en este libro no pretende abordar algunas cuestiones teológicas en términos extrovertidos. Por el contrario, mi objetivo aquí es introducir a los cristianos de hoy en la fe que permite que se salven de todos sus pecados y su condena. Estoy convencido de que los intentos recientes por las comunidades cristianas de reformar su fe, puede todo ser logrado más que adecuadamente con el Evangelio del agua y el Espíritu. El Evangelio del agua y el Espíritu es el Evangelio absolutamente indispensable para todos aquellos que anhelan salvarse de la destrucción de estos tiempos finales. Hoy, la fe de los cristianos que conocen y creen en el Evangelio del agua y el Espíritu es claramente distinta de la fe de quienes conocen y creen ‘sólo en la sangre de la Cruz’. A pesar de que algunas personas creen que la Biblia es la Palabra de Dios, en realidad, hay muchas personas miserables que creen en Cristo Jesús en vano, porque no han encontrado el Evangelio del agua y el Espíritu. La fe de estas personas aún no es suficiente para que puedan decir que se han salvado de todos sus pecados.

    Junto con mis colaboradores, me gustaría predicar el Evangelio del agua y el Espíritu conectando el Ministerio de Jesús y el Ministerio de Juan el Bautista. Y me gustaría dar también testimonio de que Jesucristo es nuestro Dios. Nuestro Ministerio de literatura ahora está creando una gran sensación entre muchos pastores, ministros y creyentes alrededor de todo el mundo. Ésta es una prueba del hecho de que la justicia de Dios está siendo difundida por el mundo entero. A través de este ministerio de literatura que estamos haciendo, Dios quiere expandir el Evangelio del agua y el Espíritu por todo el mundo y por este Evangelio, llegar a todas las personas que en él viven. Creo que si guiamos a la gente de esta época para que crean en el Evangelio del agua y el Espíritu y así logren la verdadera fe, traerá Gloria incalculable a Dios. Espero y oro por que junto con este libro, la Verdad de la salvación del Señor y sus bendiciones se harán suyas por la fe.

    SERMÓN 1

    ¿Conocen ustedes

    el Ministerio de

    Juan el Bautista?

    < Marcos 1:1-11 >

    "Principio del Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios. Como está escrito en Isaías el profeta:

    ‘He aquí, yo envío mi mensajero delante de tu faz,

    el cual preparará tu camino delante de ti.’

    ‘Voz del que clama en el desierto:

    Preparad el camino del Señor, enderezad sus sendas’.

    Bautizaba Juan en el desierto y predicaba el bautismo del arrepentimiento para perdón de pecados. Y salían a él toda la provincia de Judea, y todos los de Jerusalén; y eran bautizados por él en el río Jordán, confesando sus pecados. Y Juan estaba vestido de pelo de camello y tenía un cinto de cuero alrededor de sus lomos; y comía langostas y miel silvestre. Y predicaba, diciendo: ‘Viene tras de mí el que es más poderoso que yo, a quien no soy digno de desatar encorvado la correa de su calzado. Yo a la verdad os he bautizado con agua; pero él os bautizará con Espíritu Santo.’ Aconteció en aquellos días, que Jesús vino de Nazaret de Galilea, y fue bautizado por Juan en el Jordán. Y luego, cuando subía del agua, vio abrirse los cielos, y al Espíritu como paloma que descendía sobre él. Y vino una voz de los cielos que decía: ‘Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia.’"

    ¿Desde dónde empieza el Evangelio de Dios?

    Como continuación del sermón de esta mañana, vamos a ver la Palabra del Evangelio de Marcos capítulo uno, esta tarde.

    El comienzo de este pasaje dice: El principio del Evangelio de Jesucristo, el Hijo de Dios. Y entonces es seguido inmediatamente por la historia sobre el ministerio de Juan el Bautista. Aunque el ministerio de Juan el Bautista no puede ser comparado con la importancia del ministerio de Jesús, los autores de los cuatro Evangelios nos enseñan que el Reino de Dios comienza con el ministerio de Juan el Bautista antes de hablar del ministerio de Jesús. Es debido a que el ministerio de Dios empezó cuando el Señor tomó todos los pecados de este mundo de una sola vez al recibir el bautismo de Juan el Bautista; solo después de ello, cumplió Él su Evangelio, al llevar a la cruz aquellos pecados y ser resucitado de entre los muertos.

    Por lo tanto, los autores de los cuatro Evangelios están diciendo que fue el ministerio de Juan el Bautista antes de que Jesús comenzara la vida pública de su ministerio. El ministerio de Juan el Bautista es importante porque marca el inicio de Jesucristo como el comienzo del Evangelio de Dios. Juan el Bautista, que aparece en los cuatro Evangelios es el que pasó todos los pecados del mundo a Jesús bautizándolo, y es también la persona que fue profetizada en el Libro de Isaías del Antiguo Testamento.

    Está escrito:

    "Voz que clama en el desierto:

    ‘Preparad camino a Jehová;

    Enderezad calzada en la soledad a nuestro Dios’" (Isaías 40:3).

    El personaje principal mencionado aquí es Juan el Bautista. En otras partes de las Escrituras, el Señor dijo: He aquí, yo envío mi mensajero, el cual preparará el camino delante de mí (Malaquías 3:1). Y aquí ‘mi mensajero’ también denota Juan el Bautista.

    Y como se registra en el pasaje de la Escritura de hoy, dice:

    "Voz que clama en el desierto:

    ‘Preparad camino a Jehová;

    Enderezad calzada en la soledad a nuestro Dios.’ Bautizaba Juan en el desierto y predicaba el bautismo del arrepentimiento para perdón de pecados. Y salían a él toda la provincia de Judea, y todos los de Jerusalén; y eran bautizados por él en el río Jordán, confesando sus pecados (Mark 1:3-5).

    Juan el Bautista es al que esta Palabra se refiere y da testimonio. Podemos ver que el ministerio de Juan el Bautista es guiar a la gente a Jesucristo. Seis meses antes de que Dios Padre enviara a su Hijo Jesucristo a este mundo, envió a Juan el Bautista para preparar el camino para su Hijo. Podemos ver aquí que Juan el Bautista es el que prepara el camino para el Señor. En otras palabras, era necesario para nuestro Señor el venir a este mundo y recibir el bautismo de Juan el Bautista, a fin de salvarnos de los pecados del mundo.

    El Señor dijo que Juan el Bautista que bautizó a Él, es el Elías que prometió enviar en el Antiguo Testamento. El ministerio de Juan el Bautista estaba en Preparando el camino y haciendo Su senda recta Juan el Bautista fue la persona que Dios envió para hacer la obra de pasar los pecados del mundo a Jesucristo al bautizarlo (Mateo 3:15). Se debe a que Jesús fue capaz de recibir los pecados de este mundo a la vez a través de Su bautismo dado por Juan el Bautista. Este bautismo era un ministerio que era absolutamente necesario para cumplir con toda la justicia de Dios. El principal ministerio de Juan el Bautista fue pasar los pecados de este mundo a Jesucristo bautizándolo. Este bautismo de Jesucristo era la verdadera esencia del hecho de pasar el pecado de un pecador sobre el animal de sacrificio, en el sistema de sacrificio del Tabernáculo en el Antiguo Testamento. Así como el animal de sacrificio tomaba los pecados de un pecador y moría en el Antiguo Testamento, el Señor llevó los pecados del mundo a la Cruz y pagó el precio de los pecados de la humanidad con el derramamiento de su sangre en ella, porque Él llevó consigo los pecados de este mundo de una vez por todas al recibir el bautismo de Juan el Bautista. Esto significa que todas estas obras de Jesucristo, Su venida a este mundo, recibiendo el bautismo de Juan el Bautista, y siendo crucificado en la cruz, constituye su salvación que nos redimió de los pecados de este mundo.

    Por lo tanto, Dios Padre envió a Juan el Bautista a este mundo antes de enviar a su Hijo para hacerlo realizar la obra de Dios. Dios Padre hizo que Juan el Bautista bautizara a Jesucristo para que tomara todos los pecados de este mundo a la vez, al recibir el bautismo de él y recibiera el juicio por todos nuestros pecados en la Cruz. Dios Padre envió a su Hijo unigénito al mundo, preparando el cumplimiento de toda justicia, al recibir el bautismo de Juan el Bautista y tomar todos los pecados del mundo sobre sí mismo. Por lo tanto, Dios Padre hizo que Jesucristo cumpliera perfectamente con su ministerio, a través de Juan el Bautista.

    Podemos confirmar que Juan el Bautista es un verdadero siervo de Dios cuando vemos que hizo su ministerio en obediencia y en unidad con la voluntad de Jesús. Podemos entender que Dios obro junto con Juan el Bautista, cuando vemos que él bautizó a Jesús, para cumplir toda justicia de Dios y que Jesucristo cumplió toda la justicia de Dios al recibir el bautismo de Juan el Bautista.

    El método de salvación de Dios es verdaderamente justo y bello. Juan el Bautista cumplió su ministerio sin falta, porque pasó los pecados de este mundo a Jesús bautizándolo. Por eso Jesús fue preparado esencialmente para la obra de borrar los pecados de la humanidad al convertirse en el Cordero de Dios. Por el bautismo que el Señor recibió de Juan el Bautista, Él se convirtió inmediata y adecuadamente en la ofrenda del sacrificio, como el Cordero de Dios, que expía los pecados del mundo. Para confirmar lo que sabía, lo que vio y el ministerio de pasar los pecados a Jesús Cristo al bautizarlo, Juan el Bautista dijo: ¡He aquí, el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo! (Juan 1:29). Juan el Bautista fue testigo de que Jesús es el Cordero de Dios y que debido a esto, Él es el redentor que salvará a la humanidad de sus pecados tanto por Su bautismo, como por la Cruz. Juan el Bautista fue enviado a este mundo y pasó los pecados de este mundo a Jesucristo al bautizarlo. Por lo tanto, Juan el Bautista fue un siervo de Dios, quien fue más que suficiente para dar testimonio de que Jesucristo es el Salvador de este mundo.

    Espiritualmente hablando, nuestra labor de predicar el Evangelio del agua y el Espíritu ha sido posible gracias al ministerio de Juan el Bautista y el ministerio de Jesucristo. Dios Padre quiso que su Hijo Jesucristo cumpliera con la justicia de Dios al recibir el bautismo de Juan el Bautista. Por lo tanto, Jesucristo recibió de Juan el Bautista, el bautismo en cumplimiento de la justicia de Dios. La obra de Juan el Bautista, bautizando a Jesucristo en este mundo fue la de cumplir toda justicia de Dios.

    Los pecados de este mundo todavía quedarían intactos si Juan el Bautista no hubiera bautizado a Jesús en el río Jordán. Si Él no fuera bautizado, ¿cómo sería posible que Jesús borrara los pecados de este mundo solo por ser colgado en la Cruz? Por lo tanto, Dios envió a Juan el Bautista seis meses antes que Jesús, e hizo la obra de pasar todos los pecados de este mundo a Jesús de una sola vez, al bautizarlo. Entonces, se hizo posible para la gente que cree en este hecho, el recibir la salvación. Y Juan el Bautista habló de sí mismo, Viene tras de mí el que es más poderoso que yo, a quien no soy digno de desatar encorvado la correa de su calzado. Juan el Bautista fue testigo de todo acerca de quién es Jesucristo y que Él es el Cordero de Dios que quita los pecados del mundo de una vez por todas al recibir el bautismo de él. Con ello, él guía a la gente que cree en el bautismo de Jesús y su sangre de la Cruz que cumplió toda la justicia de Dios para la salvación de los pecados en el futuro. Ahora, la gente que sigue la justicia de Dios, acepta como su salvación, el testimonio del ministerio de Juan el Bautista y el de Jesucristo. La evidencia de Juan el Bautista bautizando a Jesucristo, hizo posible para nosotros el creer que Jesucristo se convirtió en el Salvador que tomó todos nuestros pecados sobre sí mismo al recibir el bautismo de Juan el Bautista.

    ¿Estamos nosotros también haciendo la obra justa?

    Nosotros, los que creemos en el Evangelio de Dios, es decir, el Evangelio del agua y el Espíritu, estamos haciendo la obra de Dios en diversas formas y lugares, y estamos haciendo tales obras con el fin de cumplir con la justicia de Dios. Al igual que Juan el Bautista, también somos las personas que están preparando el ministerio del Señor y preparando la obra de predicar el Evangelio del agua y el Espíritu en todo el mundo. Cuando miro a las obras que Juan el Bautista había hecho en este mundo, creo que con el fin de predicar el Evangelio del agua y el Espíritu en todo el orbe, debemos predicar las obras de Juan el Bautista, bautizando a Jesús y Él tomando todos los pecados del mundo sobre sí mismo al recibir el bautismo y ser crucificado en la Cruz.

    Juan el Bautista también hizo el trabajo de amonestar a la gente de deshacerse de sus ídolos y volver a Dios. Juan el Bautista señala los pecados del pueblo adorando a los ídolos y les hizo arrepentirse y volver a Dios diciendo: Ustedes deben volver a Dios y deben saber y creer que Jesucristo es el Salvador que cumplió la justicia de Dios. Sin embargo, ustedes y yo no podemos hacer la obra ahora como Juan el Bautista hizo en ese tiempo. Pero estamos siendo testigos de que Juan el Bautista pasó los pecados del mundo a Jesús de una vez por todas al bautizarlo. Creo que alguien tendría que dar testimonio de la obra de Dios si en realidad nosotros no fuéramos testigos de tales obras justas de Dios. Por lo tanto, el Señor encomendó la justicia de Dios a ustedes y a mí, que creemos en el Evangelio del agua y el Espíritu y nos hizo predicarlo.

    La Palabra en el libro de Génesis registra genealogías de quién engendró a quién y así sucesivamente. Se dice que los siervos de Dios habían caminado con Dios por tantos años y engendraron a tal y tal, y habla de los descendientes de la fe. Dios estaba manifestando su voluntad a través de sus siervos. Por ejemplo, cuando nos fijamos en la fe de estas personas, como Noé, Abraham, Isaac o Jacob, podemos ver que Dios manifestó su voluntad y la cumplió a través de estos hombres de fe. Dios había hecho así Su obra a través de sus siervos en aquel tiempo y está haciendo la obra de la justicia, incluso en este momento a través de ustedes y de mí que creemos en el Evangelio del agua y el Espíritu.

    Jesús envió a Juan el Bautista y luego vino a este mundo y comenzó la obra del Evangelio de la salvación, especialmente mediante la recepción de los pecados de este mundo sobre sí mismo, al recibir el bautismo de Juan el Bautista. Por lo tanto, Jesús obedeció la voluntad de Dios Padre y nos dio la salvación que cumple toda la justicia de Dios, la que fue para todo el mundo llevándose los pecados del mundo al recibir el bautismo e ir a la Cruz. Incluso ahora, Jesús está haciendo la obra de Dios a través de ustedes y de mí. Esto significa que el Señor nos hace predicar el Evangelio del agua y el Espíritu a fin de que innumerables personas se arrepientan verdaderamente.

    Estos días hemos estado publicando libros de sermones sobre el Libro de Génesis para impulsar hacia adelante nuestro ministerio de literatura. Hemos terminado de traducir el capítulo 1 del Libro de Génesis y probablemente será subido a nuestro sitio web como libro electrónico esta semana. Ahora trabajaremos en el capítulo dos y lo subiremos en breve como libro electrónico. No tengo mucho tiempo para predicar en estos días, pero tengo tantos sermones que había predicado antes. Vamos a producir un libro del libro de Génesis capítulo dos, otro libro del capítulo tres, y otro libro del capítulo cuatro, también.

    No estoy diciendo que es genial que muchos libros se publican a partir de mis sermones. Lo que estoy diciendo es que es maravilloso que podamos predicar la voluntad de Dios a través de la Palabra de Dios en cada capítulo del libro del Génesis. Es porque podemos predicar la voluntad de Dios en diversos relatos de varias partes de la Biblia. Estamos sacando sermones que habíamos compartido antes del almacén de la Verdad y produciendo libros electrónicos y evangelizando con ellos. Y el contenido de estos libros se centra en el mismo Evangelio del agua y el Espíritu. Predicando este Evangelio de la justicia de Dios es dar testimonio del ministerio de Juan el Bautista y del de Jesús. Todas las obras de Dios se cumplen cuando predicamos la Verdad del Evangelio del agua y el Espíritu a través de la Palabra de Dios, poco a poco.

    Nos hemos esforzado en predicar el Evangelio del agua y el Espíritu a muchas personas hasta ahora, pero todavía quedan muchísimas personas que recibirán la verdadera salvación mediante la lectura de nuestros libros sobre el Evangelio del agua y el Espíritu y creyendo en él de corazón. El tiempo ha llegado para todas las personas de conocer y creer en el Evangelio del agua y el Espíritu y recibir la salvación de todos sus pecados. Con el fin de hacer esto, debemos trabajar dar testimonio aún más sobre el ministerio de Jesús y el papel de Juan el Bautista a través de la Palabra de Dios.

    El ministerio de literatura que ustedes y yo estamos haciendo es absolutamente necesario. La tarea de predicar el Evangelio del agua y el Espíritu a todo el mundo es maravillosa. Juan el Bautista pasó los pecados de este mundo a Jesús bautizándolo, y Dios dio la verdadera salvación a la gente que cree en la justicia de Dios a través de Su obra y la obra justa de Jesús, que tomó los pecados del mundo sobre sí mismo de una sola vez al recibir el bautismo y haber pagado por ellos, con el derramamiento de sangre. Debemos saber que somos los siervos justos de Dios y que llevamos a cabo la obra de Dios por la fe. Así como Juan el Bautista preparó el camino del Señor, ustedes y yo también debemos trabajar duro para difundir el Evangelio del agua y el Espíritu por todo el mundo. Siempre debemos estar dispuestos a predicar el Evangelio del agua y el Espíritu y hacerlo con fe. No hay limpieza de pecados en el corazón de la gente sin la predicación del Evangelio del agua y el Espíritu. El mundo entero no será evangelizado sin este Evangelio, del agua y el Espíritu. Por lo tanto, debemos prepararnos aún más por la fe, si queremos extender el Evangelio de la justicia de Dios. Debemos hacer esto como la manera en que las mujeres preparan muchas cosas para dar a luz a un niño.

    Predicar el Evangelio del agua y el Espíritu es precisamente lo que el Señor quiere que hagamos. ¿Que tan útil sería esta obra de Dios si hicimos Su obra conociendo la justicia de Dios y teniendo convicción absoluta en ello? Debemos predicar el Evangelio del agua y el Espíritu y orar a Dios por esta tarea. Cuanto más afrontemos este reto, más cumple Dios todas estas obras, por lo tanto, ¿que trabajo puede dar más felicidad que este? ¿Quien es en realidad la persona más feliz de este mundo? Somos nosotros, las personas que hemos recibido el perdón de todos nuestros pecados creyendo en el Evangelio del agua y el Espíritu, y somos el pueblo cosechando espiritualmente de acuerdo al esfuerzo que ponemos por la obra de la justicia de Dios. Estas son las razones por las que somos… las personas más felices.

    Es una bendición el poder cosechar y comer las cosas por las que trabajamos. Estaríamos satisfechos si todas las cosas que hemos preparado se utilizaran para la predicación del Evangelio del agua y el Espíritu y muchas almas perdidas recibiendo el perdón de sus pecados. Somos la gente que hemos recibido las bendiciones de Dios. Somos el pueblo verdaderamente bendecido ante la presencia de Dios. Ustedes y yo debemos vivir para este trabajo si estamos haciendo la obra de Dios y si estamos absolutamente seguros de que hemos recibido las bendiciones de Dios. Las obras que ustedes y yo estamos haciendo ahora es la preparación para el Reino del Señor. Tal obra es hacer directamente el camino al Señor.

    ¿Qué tan difícil es hacer el ministerio de Jesucristo en este mundo en estos días? El ministerio verdaderamente difícil atestigua el ministerio de Juan el Bautista y también da testimonio de que Jesucristo es el Cordero de Dios. Por lo tanto, está escrito: Enderezad sus sendas. Esto nos dice que el camino del Señor es una senda muy difícil. El Señor tiene dones infinitos, pero la Escritura da testimonio de que el ministerio de Juan el Bautista era necesario para que Jesús tomara los pecados del mundo sobre sí mismo para salvarnos de los pecados del mundo. El Señor no nos obliga a hacer la obra de Dios. Él ha realizado la obra de salvar a toda la humanidad de los pecados del mundo y quiere usarnos a los que creemos en el Evangelio del agua y el Espíritu como instrumentos de su justicia. Así que nos hemos convertido en las personas verdaderamente felices.

    Por lo tanto, tenemos que predicar el Evangelio del agua y el Espíritu con la firme convicción de la fe. El ministerio de Juan el Bautista era absolutamente necesario en el cumplimiento del Evangelio del agua y el Espíritu que estamos predicando ahora. Enviamos libros que contienen el Evangelio del agua y el Espíritu, pero no hemos podido enviar muchos más en estos días. Por lo tanto, hemos seguido subiendo libros electrónicos en nuestro sitio web para predicar el Evangelio verdadero a través de Internet.

    Muchas personas que viven en todo el mundo no saben lo que el Evangelio del agua y el Espíritu es en el momento. Hay tanta gente que ni siquiera ha oído hablar de este Evangelio todavía; aun cuando tratamos de predicar el Evangelio del agua y el Espíritu, tenemos que reflexionar sobre cuántos libros se deben publicar para llevar a cabo esta misión, y cuántas veces más debemos predicar este Evangelio. Tenemos que predicar el Evangelio del agua y el Espíritu y erradicar las falsas enseñanzas de la cizaña mediante la distribución de libros. Debido a que Satanás ha plantado muchos falsos Evangelios de confusión, hemos tenido que limpiar primeramente esta cizaña y luego plantar las semillas del verdadero Evangelio del agua y el Espíritu en su lugar.

    ¿Cuánto más trabajo tienen que hacer los siervos de la justicia de Dios para lograr esto? Si se tratara de un campo que ha sido cultivado continuamente, entonces podrían simplemente ararlo y plantar rápidamente la semilla, pero este campo, para el cultivo del Evangelio en el mundo entero, es un campo que no ha sido arado por un tiempo muy largo. Por ejemplo, en el caso de un campo que ha permanecido inactivo durante cientos o incluso miles de años, ustedes probablemente saben cuánto esfuerzo se llevaría el trabajo de arar la tierra, plantar semillas, cultivar y que crezca allí la cosecha. Estas obras no pueden ser hechas por nadie, excepto por los agricultores de la justicia de Dios.

    El cristianismo genuino se inició cuando Juan el Bautista y Jesucristo vinieron a este mundo a cumplir el Evangelio del agua y el Espíritu; y duró hasta que los apóstoles y los discípulos de Jesús estaban vivos en este mundo y un poco más de tiempo a partir de entonces. Pero por desgracia el cristianismo estaba bajo una terrible persecución, hasta que éste fue anunciado como la religión oficial del Imperio Romano. Posteriormente este cristianismo se convirtió en el catolicismo y estaba envuelto en la oscuridad durante más de 1000 años. Después de este período, Martín Lutero empezó la reforma religiosa a principios del año 1500 d.C. no intencionalmente. A mediados del siglo XVI, Juan Calvino y los reformadores religiosos se unieron a este movimiento. Muchos líderes religiosos se manifestaron en Europa; y al parecer, sostienen que el cristianismo de hoy se ha producido como consecuencia de esto.

    Sin embargo, esto no es del todo cierto. Cuando buscamos a través de la Historia del mundo y del cristianismo, podemos ver que el cristianismo comenzó hace más de 2000 años, cuando Jesús vino a este mundo y salvó a los pecadores de sus pecados llevándose todos los pecados del mundo a través del bautismo que recibió de Juan el Bautista y la preciosa sangre que derramó en la cruz. El cristianismo comenzó a partir de ese momento, pero la gente que había compartido esta fe de los Apóstoles comienza a desaparecer de este mundo alrededor del año 313 d.C. cuando el Edicto de Milán se emitió. Después de que las semillas del Evangelio falso se habían sembrado en este mundo. Este fue el Evangelio sin el bautismo que Jesús recibió de Juan el Bautista. Desde entonces, el verdadero Evangelio del agua y el Espíritu no se ha discutido incluso como conocimiento. Pero sólo un Evangelio deteriorado se ha sembrado en el campo de los corazones de la gente y el Evangelio se ha extendido como un arbusto espinoso. Incluso en este mundo, cosas tales como la mala hierba y gruesos matorrales espinosos crecen cuando no plantamos semillas buenas, y es lo mismo en materia espiritual.

    Nosotros, los que creemos en El Evangelio del agua y el Espíritu estamos predicando este verdadero Evangelio por todo el mundo, incluso en tales circunstancias. Ahora estamos sembrando la semilla del Evangelio del agua y el Espíritu por todo el orbe. Pero con el fin de plantar las semillas del Evangelio del agua y el Espíritu en tierra sin cultivar, tenemos que extraer primero mucha mala hierba de esas tierras, pero no podemos esperar hasta que hayamos sacado todas la mala hierbas para que el suelo esté preparado para la siembra de la semilla del verdadero Evangelio. Por lo tanto, estamos haciendo tanto el trabajo de sacar la cizaña que ha cubierto todo el mundo espiritual, como el trabajo de plantar las semillas del Evangelio en todo el mundo, al mismo tiempo.

    Con un número reducido de trabajadores, ahora estamos predicando al mundo el Evangelio del agua y el Espíritu que es la Verdad de la salvación. Estamos predicando el Evangelio de Dios mediante el ministerio de la literatura, es decir, a través de Internet y a través de material impreso. La mayoría de los colaboradores están trabajando para ganar dinero con el fin de apoyar el ministerio de la predicación del Evangelio del agua y el Espíritu en todo el mundo, y tal devoción… es bendita.

    Incluso cuando Juan el Bautista vino a este mundo, la gente no reconoció quién era. Pero, sin embargo, Juan el Bautista, bautizó a Jesucristo y

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