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La Primera Epístola de Juan (I) - Paul C. Jong Crecimiento Espiritual Serie 3
La Primera Epístola de Juan (I) - Paul C. Jong Crecimiento Espiritual Serie 3
La Primera Epístola de Juan (I) - Paul C. Jong Crecimiento Espiritual Serie 3
Libro electrónico312 páginas4 horas

La Primera Epístola de Juan (I) - Paul C. Jong Crecimiento Espiritual Serie 3

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Quien cree que Jesús, que es Dios y el Salvador, vino por el Evangelio del agua y el Espíritu para salvar a todos los pecadores, está salvado y se convierte en hijo de Dios Padre. La primera epístola de Juan dice que Jesús, que es Dios, vino por el Evangelio del agua y el Espíritu y que es el Hijo de Dios Padre. El libro hace hincapié en que Jesús es Dios (1 Juan 5:20) y da testimonio del Evangelio del agua y el Espíritu en el capítulo 5. No debemos dudar en creer que Jesucristo es Dios y seguirle.

IdiomaEspañol
EditorialPaul C. Jong
Fecha de lanzamiento20 sept 2018
ISBN9788928210749
La Primera Epístola de Juan (I) - Paul C. Jong Crecimiento Espiritual Serie 3

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    La Primera Epístola de Juan (I) - Paul C. Jong Crecimiento Espiritual Serie 3 - Paul C. Jong

    El Apóstol Juan es uno de los más grandes lideres espirituales en el Cristianismo. Las tres Epístolas que escribió aún están dando testimonio de la mayor Verdad general y espiritual a los santos en la Iglesia de Dios. Pero existen algunos pasajes que son difíciles para nosotros que entendamos e interpretemos.

    Podemos mostrar 1 Juan 1:8 como el primer ejemplo de lo difícil que son los pasajes en las Epístolas de Juan: Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros. Este pasaje es difícil de entender, especialmente cuando lo aplicamos a los creyentes del evangelio del agua y el Espíritu.

    El Segundo ejemplo es 1 Juan 1:9, Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad. Este ha sido uno de los pasajes que se menciona con mayor frecuencia cuando los pecadores tratan de presentar bases bíblicas por sus oraciones de arrepentimiento. Entonces, ¿significa este pasaje que los pecadores deben confesar sus pecados para ser perdonados por las transgresiones que cometen? O, ¿significa que los justos que creen en el evangelio del agua y el Espíritu deben confesar sus pecados? Debemos creer este pasaje de acuerdo a la interpretación que da el Espíritu Santo, el Autor de la Biblia, y a la intención del Apóstol Juan.

    El tercer ejemplo de un pasaje difícil es 1 Juan 2:22, ¿Quién es el mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Cristo? Este es anticristo, el que niega al Padre y al Hijo. Este pasaje está hablando acerca de quienes son los enemigos de Dios. Este versículo aclara que los enemigos de Dios son aquellos que no creen que Jesús es Dios. Y esto también quiere decir que no aprueban al Padre de Jesucristo como Dios.

    El cuarto es 1 Juan 3:6 que dice, Todo aquel que permanece en él, no peca; todo aquel que peca, no le ha visto, ni le ha conocido. Aquí, cuando vemos la frase, Todo aquel que permanece en él, este pasaje es dado a los justos que han sido limpiados de todos sus pecados creyendo en el evangelio del agua y el Espíritu. Los justos no pueden negar su fe bajo ninguna circunstancia ya que creen en el evangelio verdadero. ¿Puede existir alguien que cometa pecados en su carne? Todos pecan. Pero, los creyentes del evangelio del agua y el Espíritu no pueden cometer el pecado de negar el verdadero evangelio.

    ¿Quiénes son aquellos que creen en Jesús el verdadero Dios como su perfecto Salvador en la actualidad? Son aquellos que son liberados de todos sus pecados creyendo en el evangelio del agua y el Espíritu en su corazón. Ellos son los santos sin pecado ya que creen en este verdadero evangelio. En la actualidad, mucha gente se ha convertido en enemigo de Dios, que no creen en Jesús el Dios como Dios. Debido a esta incredulidad, este mundo ahora esta lleno de gente que no cree que el Padre de Jesús es Dios. Son los pecadores que no creen que Jesús el verdadero Dios nos ha salvado de todos nuestros pecados de una sola vez.

    El ultimo pasaje difícil es 1 Juan 5:5-8 que dice, ¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios? Este es Jesucristo, que vino mediante agua y sangre; no mediante agua solamente, sino mediante agua y sangre. Y el Espíritu es el que da testimonio; porque el Espíritu es la verdad. Porque tres son los que dan testimonio en el cielo: el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo; y estos tres son uno. Y tres son los que dan testimonio en la tierra: el Espíritu, el agua y la sangre; y estos tres concuerdan.

    Aquí, ¿qué significa el agua? Se refiere al bautismo de Jesús que recibió para tomar todos los pecados de la humanidad de una sola vez (Mateo 3:15). Esto significa, en otras palabras, el bautismo que Jesús recibió de Juan el Bautista en el Río Jordán. Esta Verdad nos dice que el bautismo de Jesús era el único camino para salvarnos, a toda la humanidad, borrando todos nuestros pecados (1 Pedro 3:21).

    Ahora me gustaría explicar, a través de la alegoría de del caso Galileo, el resultado de la fe errada de aquellos que creen solamente en la sangre de la Cruz, la cual es diferente por mucho de la fe del evangelio del agua y el Espíritu que sé originó en la Era Apostólica.

    ¿Qué nos Enseña el Caso Galileo?

    Puede que sepas mucho acerca de Galileo (1564-1642), quien fue conocido por haber dicho su famosa frase, Y sin embargo se mueve. Él fue un físico Italiano, un astrónomo, un matemático, un filosofo y un inventor.

    La gente de sus días creía en la teoría egocéntrica, la cual dice que la tierra estaba localizada en el centro del universo y que todos los planetas giraban alrededor de la tierra. Pero, al entregarse él mismo a la observación astronómica, Galileo llegó a abogar por la teoría heliocéntrica de Copernico que públicamente se oponía al geocentralismo. Esto provocó la indignación de la corte Papal, y como resultado, llegó a sufrir muchas tribulaciones y persecuciones. Pero debido a esto, ganó el reconocimiento como uno de los más grandes científicos quién contribuyó al desarrollo de la ciencia moderna.

    La mayoría de la gente de sus días creía en el geocentralismo, y fue reconocido como una verdad absoluta siendo apoyada por la fe ciega de su religión. Por otro lado, muchos descubrieron en la geografía y en la astronomía las mentiras una tras otra del geocentralismo, pero la gente de aquellos días no podía decir nada al respecto ya que los opositores de esta teoría eran considerados como los enemigos de Dios, y por consiguiente, no podía evitar sufrir la persecución. Pero Galileo anuncio atrevidamente su nueva teoría. Desde luego, él fue perseguido severamente por la ola religiosa de aquella era, aunque la verdad jamás podrá ser distorsionada o ignorada por la fuerza o por el número de sus oponentes.

    De hecho, la mayoría absoluta de los Cristianos de la actualidad cree solamente en la sangre de la Cruz. No conocen la Verdad de que Jesús, el verdadero Dios, tomó todos los pecados del mundo de una vez por todas al ser bautizado por Juan el Bautista. Vanamente creen en Jesús como su Salvador ya que no tienen idea de lo que es el evangelio del agua y el Espíritu. Esto es igual a la confianza ciega en la teoría geocentralista. Y, si anunciamos la falacia decisiva del Cristianismo de la actualidad que solamente cree en la sangre de la Cruz, habrá un gran disturbio, igual a la del caso de Galileo.

    Existe un dicho que dice, Nunca pensamos dos veces sobre los asuntos que hicieron sólidos al sentido común. Como tal, muchos Cristianos ni siquiera consideran las posibilidades de las mentiras de su fe ya que concretamente creen que la sangre de la Cruz es la única verdad de su salvación. Es por ello que el Cristianismo está lleno de creyentes ciegos.

    La Palabra de 1 Juan nos enseña que tenemos que saber lo que es el evangelio del agua y el Espíritu, y quienes son los falsos profetas. Por lo tanto, debemos primero aprender apropiadamente el evangelio del agua y el Espíritu para alcanzar un entendimiento profundo de la Palabra en 1 Juan.

    Oro a Dios para que Él nos dé a todos la sabiduría de la discriminación, la Verdad de la salvación, y la fe que concretamente cree la Verdad.

    Yo doy toda mi gratitud a Dios. ¡Aleluya!

    CAPÍTULO1

    SERMÓN 1

    (1 Juan 1:1-10)

    Jesucristo Es Dios

    Jesucristo Es Dios

    < 1 Juan 1:1-10 >

    Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado, y palparon nuestras manos tocante al Verbo de vida (porque la vida fue manifestada, y la hemos visto, y testificamos, y os anunciamos la vida eterna, la cual estaba con el Padre, y se nos manifestó); lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo. Estas cosas os escribimos, para que vuestro gozo sea cumplido. Este es el mensaje que hemos oído de él, y os anunciamos: Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en él. Si decimos que tenemos comunión con él, y andamos en tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad; pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado. Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros. Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad. Si decimos que no hemos pecado, le hacemos a él mentiroso, y su palabra no está en nosotros.

    ¿Porqué habló el Apóstol Juan de Jesucristo Quién Era Desde el Principio?

    ¿Conoces a Jesús correctamente?

    Debemos saber y creer que

    Jesús es Dios Mismo.

    Para que entendamos 1 Juan, primero debemos conocer a Jesús correctamente, quién es Dios Mismo. Todos nosotros debemos estar parados firmemente sobre la roca de esta fe que verdaderamente conoce y cree que Jesucristo es Dios. Para conocer y creer en Jesús Dios como nuestro Salvador necesariamente significa que sabremos que Él fundamentalmente es el Dios que nos creó. Para todos nosotros, Jesucristo básicamente es el Dios Creador y nuestro perfecto Salvador. Así que para Dios Padre, Jesús es Su Hijo unigénito, mientras que para nosotros, Él se ha convertido en nuestro verdadero Salvador. Es solo cuando conocemos a Jesucristo como Dios que podemos encontrar la verdadera luz de la salvación y también creer en ello.

    Por otra parte, si tú no conoces a Jesucristo como Dios, entonces solo confusión espiritual caerá sobre ti. Por lo tanto, permanece firme sobre la Verdad de que Jesucristo verdaderamente es Dios Mismo, Aquel que nos ha dado vida eterna.

    En 1 Juan 5:20, el Apóstol Pablo da testimonio de que Jesucristo es el verdadero Dios, diciendo, Pero sabemos que el Hijo de Dios ha venido, y nos ha dado entendimiento para conocer al que es verdadero; y estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios, y la vida eterna. En otras palabras, para todos nosotros es Jesucristo quién es Dios, y es Él quién nos ha dado vida eterna. Como tal, al poner nuestra fe en Jesús Dios y creyendo en este Salvador, debemos ser lavados de nuestros pecados y convertirnos en hijos de Dios. Debemos ser salvos de todos nuestros pecados conociendo y creyendo en Jesús correctamente como el Dios que nos ha dado salvación a través del evangelio del agua y el Espíritu.

    El Pasaje de la Escritura de 1 Juan 1 Nos Está Diciendo de Donde Viene la Verdadera Salvación

    ¿De donde viene la verdadera

    comunión con Dios?

    Esta verdadera comunión se obtiene solamente

    cuando sabemos que Jesucristo es Dios

    para nosotros y creemos en el evangelio

    del agua y el Espíritu.

    1 Juan nos dice que para que tengamos verdadera comunión con Jesucristo, Dios Mismo, primero debemos comenzar conociendo y creyendo en Él como nuestro Salvador.

    En otras palabras, de acuerdo al entendimiento del Apóstol de la divinidad de Jesús, Él no tenía ninguna imperfección. Y el Apóstol Juan también dice en 1 Juan 1:6-7, Si decimos que tenemos comunión con él, y andamos en tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad; pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado.

    Este pasaje nos dice que si verdaderamente creemos en Jesús como nuestro Salvador, entonces podemos tener verdadera comunión con Él creyendo en el evangelio del agua y el Espíritu que Él nos ha dado. El Apóstol Juan está testificando aquí que el tener esta verdadera comunión con Dios es ser lavado de nuestros pecados creyendo que Jesús es el Mismo Dios y el Hijo de Dios Padre, y también creyendo que Jesucristo tomó los pecados del mundo a través del bautismo que Él recibió de Juan el Bautista en el Río Jordán y derramó Su preciosa sangre sobre la Cruz. Esto se debe a que el evangelio de la verdad del agua y el Espíritu, que Jesucristo, Dios Mismo, nos ha salvado de todos nuestros pescados, permanece para siempre.

    El pasaje, donde dice, la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado, menciona lo siguiente: Debido a que Jesús fue bautizado por Juan el Bautista, Él pudo tomar los pecados del mundo; y así, el que Jesús haya sido crucificado y haya derramado Su preciosa sangre sobre la Cruz llegó a ser Su meritoria obra que ha lavado los pecados de la gente como consecuencia. Nuestro Divino Señor fue bautizado por Juan el Bautista para cargar con todos nuestros pecados, y Él fue crucificado y derramó Su sangre sobre la Cruz para cargar con toda la condenación del pecado. Por lo tanto, el pasaje de la Escritura de hoy nos dice que esta sangre derramada por Jesucristo sobre la Cruz llega a ser nuestra salvación que ha expiado los pecados y las iniquidades de todos los pecadores.

    Ciertamente es a través de Jesucristo que hemos sido lavados de todos nuestros pecados por la fe. Debemos creer que Jesucristo, Dios Mismo, vino a esta tierra como el Salvador encarnado en semejanza de hombre; y que para borrar nuestros pecados, Él tomó los pecados del mundo siendo bautizado por Juan el Bautista, fue crucificado y derramó Su sangre sobre la Cruz, y se levantó de entre los muertos; y al hacer todas estas cosas Él nos ha dado una vida nueva (Mateo 3:13-17, Juan 19:30). Debido a que como tal Jesucristo completó la perfecta salvación, para conocer al Señor Jesucristo como nuestro Salvador y Dios, primero debemos conocer Su bautismo y derramamiento de sangre, y al colocar nuestra fe en eso, recibir la remisión de nuestros pecados que nos limpia de todos ellos de una sola vez y para siempre.

    1 Juan 1:9 testifica, si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad. Este pasaje nos dice que si confesamos que somos montones de pecado que nacimos con pecado desde el día de nuestro nacimiento (Marcos 7:21-22), y si confesamos nosotros mismos nuestras insuficiencias ya que no podemos evitar pecar todo el tiempo, podremos recibir la remisión de nuestros pecados creyendo en el evangelio de la verdad – ya que nuestro Señor Dios ha limpiado todos nuestros pecados con el bautismo que Él recibió de parte de Juan El bautista, y además Él llevó toda la condenación del pecado al derramar Su sangre sobre la Cruz. En otras palabras, aunque somos de tal modo que no podemos evitar el ir al infierno, cuando admitimos que somos seres tan pecaminosos y cuando creemos en la Verdad de que Jesucristo ya ha lavado todos nuestros pecados con Su bautismo y con el derramamiento de la sangre sobre la Cruz, al ver nuestra fe, Dios, entonces, nos limpiara de todos nuestros pecados. Esto fue posible debido a que nuestro Divino Señor es el verdadero Dios quién fue más que capaz de limpiar de una vez por todas todos nuestros pecados con Su bautismo y con el derramamiento de Su sangre.

    Por lo tanto, primero debemos confesar a nuestro Señor Dios diciendo, Somos hacedores de maldad quienes ciertamente pecamos todo el tiempo. Y debemos conocer y creer en la Verdad de que este Señor ya ha borrado todos nuestros pecados de una vez por todas con el bautismo que Él recibió de Juan y con la preciosa sangre que Él derramó sobre la Cruz. Este perfecto lavamiento del pecado fue posible debido a que Jesucristo es el verdadero Salvador y el verdadero Dios para todos nosotros. Nuestro Divino Señor es el Dios que nos ha permitido a todos nosotros reconocer y saber el verdadero lavamiento del pecado a través del evangelio de la verdad del agua y el Espíritu. Ahora, todo lo que tenemos que hacer es tan solo conocer y creer que nuestro Señor ha lavado todos nuestros pecados de una vez por todas con Su bautismo y con el derramamiento de Su sangre sobre la Cruz. Este Divino Señor es el verdadero Dios y el verdadero Salvador para nosotros.

    El Apóstol Juan dijo en 1 Juan 1:10, Si decimos que no hemos pecado, le hacemos a él mentiroso, y su palabra no está en nosotros. Somos de tal modo que no podemos evitar pecar todo el tiempo. Necesitamos darnos cuenta que si le decimos a Jesucristo nuestro Dios que no pecamos en nuestra carne, en realidad estaríamos cometiendo el pecado de despreciar y de oponerse a la obra de la salvación que Dios ha realizado por nosotros. Sin embargo, estos pecados que cometemos todo el tiempo mientras continuamos con nuestras vidas también están incluidas en estos pecados del mundo, y por lo tanto esto significa que nuestro Señor Dios ha lavado todos nuestros pecados con el evangelio del agua y el Espíritu que Él nos ha dado. También debemos darnos cuenta que nuestro Señor dijo esto para que aquellos que no conocen ni creen en el evangelio de la Verdad del agua y el Espíritu no fuesen capaces de recibir el verdadero lavamiento del pecado a menos que creyesen en esta Verdad.

    Si ahora tú verdaderamente conoces y crees que Jesús Dios es el Hijo de Dios, entonces serás capaz de creer que el Señor nos ha liberado a todos nosotros de nuestros pecados al venir a esta tierra, ser bautizado por Juan el Bautista, y derramar Su sangre. De hecho, solo es cuando primeramente comenzamos conociendo a Jesucristo nuestro Dios que se facilita para todos nosotros creer en el evangelio del agua y el Espíritu que el Señor nos ha dado. No es algo tan difícil el que todos creamos en este verdadero evangelio, ya que la Biblia claramente dice que Jesucristo, el verdadero Dios, ha completado esta Verdad. Si es algo que el verdadero Dios Jesús ha hecho, entonces debe ser cierto y perfecto. No puede ser una mentira ni un error, que Él sé arrepintiera de ello, ya que está escrito en Números 23:19,

    "Dios no es hombre, para que mienta,

    Ni hijo de hombre para que se arrepienta.

    Él dijo, ¿y no hará?

    Habló, ¿y no lo ejecutará?"

    Jesús, nuestro verdadero Dios, ha salvado a toda la humanidad de todos nuestros pecados a través de Su bautismo y de Su derramamiento de sangre sobre la Cruz. Él también fue resucitado de entre los muertos, ascendió al Cielo para revelar su posición original como Dios verdadero, y llegó a ser el verdadero Salvador para todos los creyentes en el evangelio del agua y el Espíritu. Ciertamente, es por nuestra fe en Jesucristo, el Dios que vino del evangelio del agua y el Espíritu, el que podemos tener una fe inquebrantable en este evangelio verdadero.

    Debemos Saber Que Jesús, el Verdadero Dios, Nos Ha Salvado con el Evangelio del Agua y el Espíritu

    Si los Cristianos de la actualidad hubiesen comenzado su viaje de fe desde un conocimiento y creencias apropiadas en Jesús el verdadero Dios, hubieran sido capaces de aceptarlo como algo natural Él que haya tomado los pecados de la humanidad al ser bautizado por Juan el Bautista (Mateo 3:15). Sin embargo, debido a que mucha gente no cree que Jesús es el verdadero Dios, como resultado, aún no han recibido la gracia de la salvación que fue completada por Su bautismo y derramamiento de sangre.

    Por lo tanto, para que tú y yo tengamos verdadera comunión con Dios, debemos comenzar desde la fe que cree en Jesús como Dios verdadero. Permítame repetir esto una vez más. Si todos nosotros no comenzamos nuestra fe desde esta fe que sabe y cree en Jesús Dios, nuestra fe sé convertirá en algo totalmente vano. Si usted tiene esta fe en la divinidad de Jesús, entonces descubrirá lo fácil que es creer en el evangelio del agua y el Espíritu. Y es por nuestra fe en este verdadero evangelio que podemos ser perfeccionados. Al creer en Jesucristo, el Dios que nos ha salvado de todos nuestros pecados, todos podemos ser lavados de todos nuestros pecados de una vez por todas por fe.

    Si ni siquiera nos damos cuenta que Jesús es Dios, ¿Cuál es el caso de creer en Él como nuestro Salvador? Y si usted no cree en el evangelio del agua y el Espíritu dado por este Divino Jesús, no puede haber absolutamente ningún beneficio para ti. Pero si tú tienes esta fe en Jesús como el Salvador y Dios, entonces creyendo en el evangelio del agua y el Espíritu dado por el Señor, serás capaz de recibir el lavado del pecado y la vida eterna en tu corazón.

    Jesucristo, Dios Mismo, vino a esta tierra para salvarnos a ti y a mí de nuestros pecados, y al ser bautizado por Juan el Bautista, al ser crucificado y al morir sobre la Cruz, y al levantarse de entre los muertos, ciertamente Él nos a salvado perfectamente. Es mi más sincera esperanza y oración que todos ustedes crean en este Jesucristo que nos ha permitido ser salvos de todos los pecados como el Hijo de Dios y como el Mismo Dios verdadero.

    El problema, sin embargo, es que muchos Cristianos de la actualidad no conocen correctamente a Jesús. Los falsos maestros del Cristianismo han confundido la Verdad espiritual desde la era de la Iglesia Primitiva (Hechos 15:24), ya que no conocieron para nada el evangelio del agua y el Espíritu. Para deshacerse de sus pecados aquellos cuya fe está toda confusa como una madeja de hilo y creen en Jesucristo nuestro Dios solo vagamente, tenemos que creer en Jesús el Dios verdadero como nuestro Salvador aún con mayor fervor. Como tal, tenemos la obligación de dar testimonio del verdadero evangelio del agua y el Espíritu a toda la gente. Tú y yo ahora debemos conocer y creer que Jesucristo nuestro Dios es el Creador quien hizo el universo y todas las cosas en el, y que Él es el verdadero Salvador.

    Jesús el Verdadero Dios es el Creador Que Hizo los Cielos y la Tierra, y el Señor del Universo

    En Génesis 1:1-3, está escrito, En el principio creó Dios los cielos y la tierra. Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas. Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz. Aquí este Dios que dijo, Sea la luz, no es ni más ni menos que Jesucristo.

    Vayamos a Juan 1:1-3: En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. Este pasaje nos dice que en el principio, Dios creó el universo con la Palabra. Así que Dios creó todas las cosas, y si alguien pregunta quién es Él, la respuesta es que Él es Jesucristo, Dios Mismo.

    Juan 1:10 también dice, En el mundo estaba, y el mundo por él fue hecho; pero el mundo no le conoció. El pronombre Él usado aquí se refiere a Jesucristo, el único y absoluto Dios. Jesús el verdadero Dios vino a esta tierra encarnado a semejanza de hombre para salvar a los pecadores.

    Jesucristo es Aquel que creó el universo y todas las cosas en el. En otras palabras, Él es Dios Mismo. Jesucristo es el Dios que nos ha liberado de todos nuestros pecados y muerte viniendo a esta tierra encarnado en semejanza de hombre, siendo bautizado por Juan el bautista, cargando los pecados del mundo y siendo crucificado, y levantándose de entre los muertos, este Divino Jesús es el Hijo de Dios, y Él llegó a ser el Mesías, nuestro Salvador. Es por Jesucristo el Dios verdadero que este mundo fue creado.

    Por lo tanto, mientras creemos en Jesucristo el verdadero Dios, aunque nunca hemos visto a Dios con nuestro ojos carnales, aún podemos encontrarnos con Él a través de Jesucristo (Juan 1:18). Dios Padre envió a Su Hijo unigénito a esta tierra encarnado en semejanza de hombre, y a través de Jesús el Hijo de Dios, Él nos ha permitido descubrir quién es nuestro Salvador. Es desde este conocimiento-Jesús es Dios- que debe comenzar nuestra carrera de la fe. Es solo entonces que la carrera puede comenzar desde la fe que conoce la Verdad de la salvación. Todos debemos conocer la Verdad de que Jesucristo, Dios Mismo, vino a esta tierra con el verdadero evangelio del agua y el Espíritu.

    Debemos tener el conocimiento y la fe en que el Divino Jesús es Dios Mismo. Él quién es Dios, Él quién es el Creador que hizo el universo, vino a esta tierra como nuestro Salvador y nos ha salvado de los pecados del mundo. Dios Mismo, en otras palabras, vino a esta tierra en semejanza de hombre, cargó los pecados del mundo al ser bautizado, fue crucificado y derramó Su sangre hasta la muerte, se levantó de entre los muertos, y por consiguiente nos salvó de los pecados del mundo de una vez por todas.

    Aquí necesitas darte cuenta de que Jesucristo se ha sacrificado a Sí Mismo para salvarte de los pecados del mundo. Aunque Jesús es Dios mismo, Él tuvo que llegar a ser una criatura para liberarnos de nuestros pecados y convertirnos en el pueblo de Dios, Él tuvo que tomar los pecados de todos al ser

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