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Sermones sobre Génesis (VII) - Los que tienen la fe de Abraham
Sermones sobre Génesis (VII) - Los que tienen la fe de Abraham
Sermones sobre Génesis (VII) - Los que tienen la fe de Abraham
Libro electrónico372 páginas6 horas

Sermones sobre Génesis (VII) - Los que tienen la fe de Abraham

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En el Libro de Génesis se contiene la razón por la que Dios nos creó. Cuando los arquitectos empiezan a diseñar un edificio o los artistas empiezan un cuadro, primero conciben la obra que van a completar en su mente antes de empezar a trabajar en el proyecto. De esta manera, nuestro Dios tenía en Su mente la salvación de la humanidad incluso antes de crear los cielos y la tierra, e hizo a Adán y Eva con este objetivo en mente. Y Dios quería explicarnos el dominio del Cielo, que no se ve con los ojos de la carne, mediante una analogía con el dominio de la tierra que todos podemos ver y entender.
Incluso antes de la fundación del mundo, Dios quería salvar a la humanidad perfectamente al darnos el Evangelio del agua y el Espíritu. Así que, aunque todos los seres humanos fueron creados del polvo, debemos aprender la Verdad del Evangelio del agua y el Espíritu para beneficiar nuestras almas. Si la gente sigue viviendo sin conocer el dominio del Cielo, no solo perderán las cosas de la tierra, sino también todo lo que pertenece al Cielo.

IdiomaEspañol
EditorialPaul C. Jong
Fecha de lanzamiento5 abr 2017
ISBN9788928217977
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    Sermones sobre Génesis (VII) - Los que tienen la fe de Abraham - Paul C. Jong

    Los pioneros de la verdadera fe fueron los que siguieron a Dios teniendo la misma fe que Abraham tenía

    Abraham suele llamarse el padre de la fe de todos los que creen y siguen las Palabras de Dios. Esto se debe a que Abraham confió en la Palabra que Dios le habló y siguió a Dios y se reformó con esta Palabra. La idolatría era muy común en los días de Abraham, e incluso su propio padre adoraba a ídolos. Sin embargo, cuando Dios le habló a Abraham, este le siguió en obediencia. Abraham tenía 75 años cuando escuchó la Palabra de Dios y decidió seguirle. Por su edad Abraham seguramente tenía sus propias ideas preconcebidas, y por tanto solo cuando las negó pudo seguir la Palabra de Dios. Y como Abraham creyó que los pensamientos de Dios eran correctos pudo negar los suyos y seguir la Palabra del Señor por fe.

    ¿Qué hay de ustedes? ¿Han negado también sus pensamientos para seguir los pensamientos de Dios? Nosotros hemos recibido la remisión de todos nuestros pecados al creer en el Evangelio del agua y el Espíritu. Como los primeros en descubrir el Evangelio del agua y el Espíritu, tuvimos que explorar un territorio de fe sin explorar como exploradores del Nuevo Mundo. De muchas maneras somos como Cristóbal Colón cuando descubrió América.

    Cristóbal Colón: el explorador que descubrió las Américas

    El 3 de agosto de 1492 ocurrió un evento histórico en Palos cuando una expedición de 88 hombres, liderada por Cristóbal Colón, empezó su viaje por el Atlántico en tres pequeños veleros. La mayoría pensaba que la Tierra era plana, y pensaba que quien llegase al fin del mar caería por su extremo y moriría. Colón creía que la Tierra era esférica. Así que pensó que si seguía navegando hacia el oeste, llegaría a la India. Pero todos sus marineros tenían miedo. Aunque Colón estaba seguro de que la tierra era redonda, los marineros no creyeron en sus palabras.

    El 20 de octubre de 1492 Colón aterrizó en una isla de las Bahamas, a la que llamó San Salvador y la tomó para España. Pensando que la isla era parte de la India llamó a sus habitantes indios y por eso los pueblos indígenas de las Américas se llegaron a denominar colectivamente indios. Aunque Colón nunca se dio cuenta de esto durante su vida, había descubierto América al cruzar el océano por primera vez desde los tiempos de los vikingos. Asimismo, el descubrimiento de Colón de la ruta de navegación de las Indias Occidentales tiene un significado histórico enorme, ya que las Américas se convirtieron en un lugar importante para las actividades europeas y este descubrimiento construyó los cimientos para la colonización española del Nuevo Mundo.

    Cuando Colón volvió a España después de siete meses, fue recibido como un general triunfante, y la reina Isabel celebró una gran ceremonia para darle la bienvenida. En la ceremonia todo el que tenía celos de Colón decía: Cualquiera podría haber descubierto las indias si hubiese seguido navegando hacia el oeste.

    Al escuchar esto, Colón tomó un huevo duro y dijo: ¿Puede alguien hacer que este huevo se mantenga recto?. Así que todo el mundo lo intentó pero nadie pudo. Entonces Colón tomó el huevo, le dio un golpe suave en la mesa para romper la parte de abajo e hizo que el huevo se mantuviese de pie. Al ver esto todo el mundo se rió de él. Pero Colón dijo: Cuando se ha hecho el truco, todo el mundo puede hacerlo. Lo que es difícil de conseguir es hacer el truco por primera vez. Todos los presentes se quedaron impresionados con las palabras y acciones de Colón.

    De esta manera, creer en el Evangelio del agua y el Espíritu y seguir al Señor por primera vez es muy difícil, y puede que a muchos les dé miedo. Sin embargo, deben darse cuenta de que si siguen los pasos de los siervos de Dios que siguieron al Señor antes que ustedes, serán triunfadores. La fe y la vida de Abraham fueron aprobadas por Dios porque siguió a Dios al confiar completamente en Su Palabra. Nosotros también podemos ser como Abraham si seguimos las Palabras de Dios con nuestros predecesores de la fe. Por tanto todos debemos ser vencedores de la fe como Abraham.

    SERMÓN 1

    Desháganse de sus

    pensamientos:

    Sal de tu país, de tu familia

    y de la casa de tu padre

    < Génesis 12:1-5 >

    «Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra. Y se fue Abram, como Jehová le dijo; y Lot fue con él. Y era Abram de edad de setenta y cinco años cuando salió de Harán. Tomó, pues, Abram a Sarai su mujer, y a Lot hijo de su hermano, y todos sus bienes que habían ganado y las personas que habían adquirido en Harán, y salieron para ir a tierra de Canaán; y a tierra de Canaán llegaron».

    Lo primero que debemos hacer en nuestra vida espiritual es salir de nuestro país, nuestra familia y la casa de nuestros padres

    Hoy quiero hablar de Abraham. Las Escrituras se refieren a Abraham como el antecesor de la fe. Como pueden ver en la vida de Abraham, siempre caminó con Dios y creyó y dependió de Él. Está escrito:

    «Vete de tu tierra

    y de tu parentela,

    y de la casa de tu padre,

    a la tierra que te mostraré.

    Y haré de ti una nación grande,

    y te bendeciré,

    y engrandeceré tu nombre,

    y serás bendición» (Génesis 12:1-2)

    El Señor le dijo a Abraham que saliese de su país, de su familia y de la casa de su padre y fuese a una tierra que le mostraría Dios. Abraham tenía 75 años cuando todo esto sucedió y debió ser muy difícil para él salir de la tierra en la que había vivido hasta entonces. No es fácil dejar la patria cuando se ha vivido allí durante tanto tiempo. Especialmente en la antigüedad, la gente no se iba de su patria a no ser que ocurriese una calamidad como una guerra. La patria no solo es el lugar donde uno nace y crece, sino que es el seno materno donde el corazón descansa. Así, los seres humanos e incluso los animales anhelan volver a su hogar cuando van a morir, y la gente incluso entierra a sus muertos mirando hacia su patria cuando no pueden volver a ella.

    Sin embargo, lo primero que debemos hacer en nuestras vidas espirituales es salir de la casa de nuestro padre y de nuestra familia y nuestra patria. No podemos vivir una vida espiritual correcta si no salimos de nuestro país, nuestro país y la casa de nuestro padre. Fue la voluntad de Dios que Abraham entrase en la tierra de Canaán. Dios le dijo a Abraham que dejase la casa de su padre para esto. Para vivir una vida espiritual verdadera, debemos salir de la casa de nuestro padre y nuestra familia y después entrar en la tierra de Canaán que nos mostrará Dios.

    Salir de la casa de nuestros padres no significa que tengamos que salir de la casa en la que estamos viviendo ahora; significa que para vivir con fe debemos dejar nuestros pensamientos carnales con los que habíamos vivido antes de recibir la salvación. Solo Dios puede guiarnos. De lo contrario no podremos entrar en la tierra que Dios nos muestra si estamos llenos de los pensamientos que teníamos antes. Y todo el que quiera vivir esta vida espiritual después de creer en Dios debe dejar la casa de su padre y su familia y su tierra, el lugar que conoce bien.

    Casi hemos terminado nuestros cursos en la escuela de la misión y nuestras tres hermanas se quedarán en la Iglesia de Choon-cheon por ahora y nuestros hermanos irán a otras iglesias. Hay tres más familias que entrarán en la escuela el siguiente curso. Ellos también se irán y harán el trabajo del ministerio después de recibir formación en la escuela de la misión. Tienen que irse para predicar el Evangelio en muchos lugares.

    Sin embargo, es muy difícil deshacernos de nuestros corazones, pensamientos y carne con los que hemos vivido tanto tiempo. Debemos dejar de lado nuestros pensamientos antiguos como hizo Abraham, dejando la casa de su familia, en su tierra, pero eso es muy difícil. Lo primero que debemos hacer mientras vividos una vida espiritual después de recibir la remisión de los pecados es deshacernos de nuestros pecados, pero solo una persona que lo ha intentado sabe lo difícil que es. Ocurre lo mismo con nuestros hermanos y hermanas laicos, pero especialmente los que han terminado su formación en la escuela de las misiones deben vivir esta vida espiritual obedeciendo las instrucciones de la Iglesia como trabajadores a jornada completa de la Iglesia. Será difícil obedecer porque tienen que dejar muchas cosas más que otras personas. Sin embargo, esta vida de fe que obedece lo que manda la Iglesia, va donde la Iglesia y dice y viene cuando la Iglesia lo dice, no es fácil. Estamos satisfechos estemos donde estemos siempre que podamos servir al Evangelio, ya que lo que debemos hacer es predicar el Evangelio. Si la Iglesia nos dice que vayamos a servir a un lugar en concreto, debemos hacerlo.

    Es muy difícil separarnos después de haber vivido juntos durante mucho tiempo. Especialmente un trabajador que sirve al Señor experimentará esta separación difícil porque tiene que ir a diferentes sitios muchas veces para predicar el Evangelio. Yo también he vivido en muchos sitios después de encontrar al Señor, pero tiene sus ventajas. Estar en un mismo sitio se hace pesado y a veces cambiar de ambiente está bien. Sin embargo, sé que los hermanos que se van a graduar de la escuela de las misiones tendrán dificultades porque no se han movido mucho. Las ovejas también tienen mucho miedo cuando entran en un lugar extraño por primera vez. Hay mucha emoción y expectación sobre dónde uno irá a parar, pero también hay miedo y preocupación por acabar en un sitio donde uno nunca ha estado. Dejar la tierra donde uno ha vivido tanto tiempo es muy duro y difícil.

    Sin embargo, la obra del ministerio no solo es difícil ya que la Iglesia de todo el país es una. Es bueno. No tienen que preocuparse porque trabajarán en la Iglesia de Dios vayan donde vayan. No tienen nada de lo que preocuparse porque la Iglesia lo ha preparado todo cuando les manda a algún lugar. Los hermanos y hermanas que han recibido la formación primero servirán al Señor en sus posiciones respectivas y los trabajadores que acaban de recibir la formación recientemente seguirán siendo formados en diferentes facetas por sus predecesores. Después de todo, ellos también tienen que dejar la casa de sus padres y familias en su tierra.

    Esta Palabra no está limitada a los aspectos espirituales. Esta es la Palabra que Dios le dio a Abraham cuando le dijo que abandonase todas sus relaciones con su familia carnal. Como era un hombre de Dios, Abraham tuvo que dejar su patria donde había nacido, El lugar donde su familia carnal vivía y el lugar donde fue educado. No debió ser fácil para Abraham alejarse de su familia amada para ir a una tierra extranjera donde nunca había estado.

    No es tan difícil dejar a la gente que no ha nacido de nuevo espiritualmente aunque sean padres biológicos. Cuando somos educados espiritualmente en el lugar donde nacemos de nuevo y tenemos que irnos, debemos hacerlo con un corazón lleno de gozo como un niño que ha crecido y tiene que irse de su casa cuando es adulto. No quiero que ignoren y se olviden de la Iglesia donde nacieron de nuevo y donde se les educó, sino que deben predicar el Evangelio a más personas en un nuevo lugar con esta Iglesia como su base. Dios vivirá con ustedes y les bendecirá si lo hacen. Dios bendice a las personas que les bendicen a ustedes y a las que nazcan de nuevo a través de ustedes. Dios ha prometido bendecir a los que nos bendicen y maldecir a los que nos maldicen.

    Debemos deshacernos de nuestros pensamientos carnales

    Lo más importante al vivir nuestras vidas de fe es deshacernos de nuestros pensamientos carnales. Este es el primer paso en nuestra vida espiritual que empieza cuando salimos de nuestro país, nuestra familia y la casa de nuestros padres. Por supuesto es muy difícil. Pero debemos salir. Es muy difícil deshacernos de nuestros pensamientos, pero debemos deshacernos de ellos. Debemos deshacernos de nuestros hábitos y pensamientos viejos. Una persona que ha nacido de nuevo debe tener nuevos pensamientos y fe y sigue las nuevas enseñanzas de la Palabra de Dios. Todo es nuevo después de recibir la salvación. Se conoce a personas nuevas, se va a la Iglesia, hay un nuevo ambiente y por tanto todas las cosas se hacen nuevas. Los que han nacido de nuevo deben tener nuevos pensamientos siempre y seguir al Señor con una fe nueva. Seguir a Dios por fe significa seguir la Palabra de Dios, y esto significa seguir las palabras del líder que les guía con la Palabra y seguir las instrucciones de la Iglesia.

    Deben saber dónde pertenecen

    Hay muchas personas a las que se les obliga a jubilarse. Se les obliga a jubilarse aunque sean jóvenes y algunas personas son despedidas en vez de jubiladas. A menudo vemos como hay personas que se rebelan contra la organización o empresa a la que pertenecen. Por ejemplo, hay ejemplos de personas que son despedidas por querer imponer cambios y exponer la corrupción que conocen y han experimentado. Vemos ejemplos donde no se les vuelve a contratar cuando se les acaba el contrato aunque hayan ganado la batalla legal. Y hay muchas personas que se quedan sin trabajo porque los trabajadores de esa empresa forman un sindicado y provocan disputas laborales incluso hasta el punto de destruir la empresa porque no tienen la propiedad de esa empresa y piensan: Esta empresa solo pertenece a su propietario y por tanto tengo que pensar en mí mismo primero. El movimiento sindical en nuestro país es muy famoso por su violencia. Hay muchas empresas extranjeras que ya no quieren hacer negocios en Corea y se han ido; dicen que no pueden tener empresas normales en Corea a causa de sus sindicatos violentos. Por supuesto, sus empleados tienen el derecho de pedir que se cambie el tratamiento injusto. Pero lo importante es que las empresas no pueden derrumbarse porque sus empleados las vean como el enemigo o un objeto de disputa por no ser propietarios.

    Podemos ver un ejemplo. Toda organización social puede verse como un barco y sus miembros como los marineros. Es decir, cada uno tiene una posición y responsabilidad diferente, pero todos son parte del destino común. ¿Qué pasaría si cada miembro de la tripulación buscase su propio bien y amenazase con hacer un agujero en el barco y lo hiciese? Que el agua entraría en el barco y todos morirían. ¿Cómo de estúpido es esto? Pero estas cosas pasan a menudo.

    Les estoy contando esto como un ejemplo. Esto se deba a que les quiero decir algo a los hermanos que van a ser ministros después de ser formados en la escuela de la misión, y a los hermanos y hermanos que están siendo formados ahora. No todo lo que hace la Iglesia de Dios puede satisfacerles a todos. Y por tanto pueden no estar satisfechos con las cosas que hace la Iglesia a veces y desear dejarla en su corazón. Pero debemos saber dónde debemos estar y no salir de allí. Debemos tener un corazón que quiera estar donde pertenece en vez de ser orgulloso. Quiero que piensen de esta manera. Ya estén en una empresa o en una iglesia, una persona que no sienta que pertenece a un sitio no es nada. Diga lo que diga la gente, esta Iglesia a la que pertenecemos es la Iglesia de Dios, es la Iglesia donde la Palabra de Dios está presente, y la Iglesia que predica el Evangelio. Sea cual sea la Iglesia a la que se le envíe en este país para trabajar, esa es su Iglesia, a la que deben cuidar, encargarse de ella; y deben recordar que la Iglesia a la que pertenecen es su cuerpo.

    Debemos intentar no encontrar las debilidades, corrupciones, iniquidades de los demás mientras vivimos juntos en Dios. Por supuesto, la gente que ha nacido de nuevo no tiene mucha corrupción. Pero si se piensa que los demás están llenos de iniquidades mientras que uno mismo no es así y se intenta destrozar a los demás, entonces esta persona se quedará sola y será rechazada cuando se encuentre con cualquier dificultad. Deben saber que serán rechazados si rechazan a los demás. Les estoy diciendo esto porque pueden creer correctamente en la Palabra cuando se quedan en la Iglesia juntos y tienen una fe unida y tienen un corazón y un sentido de pertenecer a una familia.

    Encontramos cosas positivas y negativas mientras vivimos una vida espiritual en la Iglesia, el cuerpo de Dios. Pero si no podemos tolerar estas cosas e insistimos en que la otra persona no tiene la razón y que solo la tenemos nosotros, entonces nosotros somos el problema y no la otra persona. Por eso debemos abandonar nuestros pensamientos propios, nuestros criterios y hábitos y seguir la Palabra de Dios mientras vivimos esta vida espiritual en la Iglesia de Dios, y debemos saber que somos un cuerpo en la Palabra de Dios y recordar que es mi Iglesia. Solo entonces podremos ver las cosas positivas de los demás santos y las cosas admirables que hacen en vez de sus iniquidades. Y pronto podremos ver esta fe tan admirable y aprender de ella y recibir una influencia admirable sin saberlo. Por tanto, uno puede crecer correctamente y servir al Señor con lealtad en la posición que Dios ha establecido. Por tanto, debemos saber dónde pertenecemos.

    Debemos dejar todas las cosas carnales y vivir la vida espiritual convirtiéndonos en uno con la Iglesia de Dios

    Dios le dijo a Abraham:

    "Vete de tu tierra

    y de tu parentela,

    y de la casa de tu padre". Dios le dijo a Abraham que dejase todas las cosas carnales con las que solía vivir y a todas las personas con las que solía vivir, como sus padres y familiares carnales que no habían nacido de nuevo, y su tierra. La nueva tierra en la que Abraham viviría era la tierra de Canaán. Abraham sabía y creía en esto y siguió la Palabra de Jehová Dios. Y su sobrino Lot también decidió seguirle. En aquel entonces, Abraham tenía 75 años.

    ¿Durante cuánto tiempo vivió Abraham? Está escrito en el Libro de Génesis 25:7-8: «Y estos fueron los días que vivió Abraham: ciento setenta y cinco años. Y exhaló el espíritu, y murió Abraham en buena vejez, anciano y lleno de años, y fue unido a su pueblo». Cuando Abraham murió tenía 175 años. Abraham vivió 100 años más después de salir de su tierra. Incluso cuando uno es un joven adulto es muy difícil dejar la casa de nuestros padres en nuestra tierra. Dejar a los padres no es fácil para nadie. Pero Abraham lo hizo porque creyó y siguió solamente a Dios.

    Todos hemos recibido la remisión de los pecados. Y todo el mundo que ha recibido la remisión de los pecados deja el pecado y a sus padres carnales. Yo también dejé a mi familia y mi hogar; y también ustedes deben vivir esta vida espiritual centrada en el hecho de que Abraham dejó su tierra. Debemos unir nuestros corazones con el hecho de que Abraham siguió a la Palabra y debemos seguir la Palabra de la misma manera. Seguir la Palabra es de lo que se trata la fe y la creencia. Por otro lado, una fe y una creencia falsas no siguen a la Palabra de Dios. Quiero que todos ustedes sigan a Dios y vivan por fe. Deben recordar que deben seguir la Palabra de Dios para vivir esta vida espiritual.

    Y deben recordar que deben dejar la casa de sus padres. Deben dejar sus pensamientos, sus cosas carnales y todas las cosas de su pasado. Quiero que sepan que deben creer en Dios, seguir la Palabra y estar con la Iglesia, y esta es la verdadera creencia y fe. Quiero que crean.

    SERMÓN 2

    La fe del altar de los

    holocaustos

    < Génesis 12:1-9 >

    «Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra. Y se fue Abram, como Jehová le dijo; y Lot fue con él. Y era Abram de edad de setenta y cinco años cuando salió de Harán. Tomó, pues, Abram a Sarai su mujer, y a Lot hijo de su hermano, y todos sus bienes que habían ganado y las personas que habían adquirido en Harán, y salieron para ir a tierra de Canaán; y a tierra de Canaán llegaron. Y pasó Abram por aquella tierra hasta el lugar de Siquem, hasta el encino de More; y el cananeo estaba entonces en la tierra. Y apareció Jehová a Abram, y le dijo: A tu descendencia daré esta tierra. Y edificó allí un altar a Jehová, quien le había aparecido. Luego se pasó de allí a un monte al oriente de Bet-el, y plantó su tienda, teniendo a Bet-el al occidente y Hai al oriente; y edificó allí altar a Jehová, e invocó el nombre de Jehová. Y Abram partió de allí, caminando y yendo hacia el Neguev».

    El Antiguo Testamento progresa desde tiempos de Adán hasta tiempos de Noé, el período de Sem, y el período de Abraham viene después del de Sem. El capítulo 12 del Libro de Génesis describe el período de Abraham. Dios nombró a líderes para Su pueblo y les mostró Su voluntad a través de esos líderes. Y cuando un líder estaba a punto de morir, Dios nombraba a otro líder para Su pueblo y los guiaba por fe como sus predecesores.

    Después de que muriese Tera, el padre de Abraham, Dios le dijo a Abraham:

    "Vete de tu tierra

    y de tu parentela,

    y de la casa de tu padre" (Génesis 12:1), y Abraham siguió la Palabra de Dios y fue a la tierra de Canaán. Abraham tenía 75 años cuando dejó a su familia y su país.

    Abraham construyó un altar de holocaustos para Jehová Dios

    Está escrito: «Tomó, pues, Abram a Sarai su mujer, y a Lot hijo de su hermano, y todos sus bienes que habían ganado y las personas que habían adquirido en Harán, y salieron para ir a tierra de Canaán». Las Escrituras lo dicen. También está escrito: «Y pasó Abram por aquella tierra hasta el lugar de Siquem, hasta el encino de More; y el cananeo estaba entonces en la tierra. Y apareció Jehová a Abram, y le dijo: A tu descendencia daré esta tierra».

    Dios se le apareció a Abraham y su familia cuando entraron en la tierra de Canaán, y entonces Abraham construyó un altar de holocaustos para Jehová Dios, quien se le apareció y allí le adoró. ¿Por qué construyó un altar allí? ¿Y qué tipo de altar era este? Era el mismo tipo de altar de holocaustos que Adán y Eva, los antecesores de Abraham, habían construido y donde habían ofrecido holocaustos a Dios. Y este altar de holocaustos era el mismo tipo de altar que Abel utilizaba cuando sacrificaba a ovejas y cabras y las ofrecía a Dios; y era el mismo tipo de altar que Noé construyó después de salir del arca después del Diluvio. Abraham construyó este altar como un signo de heredar la fe, para entrar en el período de Abraham.

    Y esto nos dice que Abraham construyó el altar a Jehová Dios. Sus antecesores también construyeron este tipo de altar mientras vivieron. ¿Por qué creen que hicieron esto? Para dar gracias y adorar a Dios, quien les salvó muriendo y siendo juzgado de esta manera. Ofrecieron esta adoración a Dios, dándole gloria, conmemorando el nombre de Dios y recordando a este Dios que había sido el Salvador. Parecía un sacrificio, pero es como el servicio de adoración que ofrecemos a Dios hoy en día.

    Abraham construyó un altar de holocaustos a Dios cuando Dios se le apareció. Nosotros también necesitamos un sacrificio para ofrecer un holocausto a Dios. Abraham, al hacer esto, estaba haciendo la confesión de fe a Jehová Dios por ser el Dios de sus antecesores y por sí mismo, y cuando pasaba los pecados al sacrificio y lo mataba, lo cortaba en trozos y lo quemaba en el altar.

    Todos los antecesores de la fe construyeron este altar de los holocaustos

    Los antecesores de la fe construyeron este altar y ofrecieron holocaustos a Dios. En aquel entonces no tenían una ley de sacrificios específica porque Dios no había entregado el sistema de sacrificios del tabernáculo. Sin embargo, el holocausto ya se practicaba en tiempos de Adán y Eva. Para dar la remisión de los pecados a Adán y Eva, quienes desobedecieron el mandamiento de Dios de no comer del fruto del árbol del conocimiento del bien y del mal, Dios los vistió con ropa de piel de animales, y Adán y Eva ofrecieron holocaustos con el animal. Adán y Eva les contaron esto a sus hijos cuando crecieron, y Abel lo escuchó y entendió que tenía que ofrecer este holocausto a Dios.

    No lo aprendió por casualidad, sino que lo aprendió de sus padres. Pero por otro lado, Caín, quien también había oído hablar de este sacrificio muchas veces no entendió el significado y ofreció el fruto de la tierra a Dios según sus pensamientos, pero Dios no lo recibió.

    Adán tuvo comunión con Dios a través de este holocausto. Tuvieron una conversación privada sobre cómo ofrecer este holocausto y por qué había que sacrificar un animal ante Dios, y cuánto Dios amaba a Adán. Entonces, el holocausto que empezó con Adán y Eva continuó con sus descendientes y todos los descendientes de la fe. ¿Quién le enseñó los holocaustos a Noé? Lo primero que Noé hizo después de salir del Arca fue construir un altar de holocaustos; esto se debe a que sus antecesores se lo habían enseñado. Noé construyó el altar de los holocaustos en cuanto salió del arca, y esto demuestra claramente que fue iniciado en el secreto de los holocaustos por sus antecesores. Y por eso vemos que lo primero que hizo cuando salió del arca fue ofrecer un holocausto, que significa que quería hacerlo, y que no pudo hacerlo dentro del arca.

    ¿Ponían las manos sobre los animales los antecesores de la fe cuando los ofrecían como holocaustos o no? Debemos pensar en esto juntos. Por supuesto, las Escrituras no mencionan específicamente si ponían las manos sobre los animales o no. Solo dicen que construyeron altares de holocaustos y por eso podemos decir que no se habla de imposición de manos sobre el animal. Pero lo que está claro es que este sistema de holocaustos fue pasado a los descendientes de la fe en Dios. La imposición de manos que empezó con Adán y Eva fue pasada a Abel, Set, Enos, Noé, Sem y Abraham.

    ¿Cuál piensan que era el estado del corazón de la persona que construía el altar de los holocaustos y ofrecía el sacrificio? Ponía las manos sobre un animal limpio que no conocía el pecado y decía: Tienes que morir en mi lugar. Dios dijo que me salvaría si tomabas mis pecados y moría en mi lugar. Debo ofrecer el sacrificio de la fe para probar mi verdadera fe en Dios. Por eso tienes que morir por mí, porque no hay otra manera, y construía el altar el de los holocaustos, cortaba el animal en trozos y lo quemaba en el altar.

    ¿Cómo era su corazón mientras miraba al animal que se quemaba? Su corazón probablemente se sentía pesado, pensando: Animal, vas a morir en mi lugar. Yo tendría que haber muerto si no fuera por ti, pero tú llevas mis pecados. ¿Cómo era este corazón hacia Dios? Probablemente pensaba: Tendría que haber sido juzgado por Dios y arrojado al fuego para morir como este animal, pero para salvarme, Dios entregó este sacrificio y me salvó. Cuando ofrecía este sacrificio la persona creía que Dios la había salvado. Así se conseguía la fe para recibir la remisión de los pecados a través de los sacrificios porque venía de sus antecesores.

    Cuando Abraham entró en la tierra de Canaán, Dios dijo: A tus descendientes les daré esta tierra y Abraham lo escuchó y construyó el altar de los holocaustos en ese lugar. Abraham construyó el altar y esto significa que su padre, su abuelo y todos sus antecesores habían construido el altar de los holocaustos a Dios. Abraham vio los holocaustos que las generaciones anteriores a él habían ofrecido a Dios y entendió que él también tenía que ofrecer el mismo holocausto cuando ofrecía sacrificios a Dios.

    Hay un servicio religioso tradicional en el confucianismo, pero es diferente a los holocaustos. Esta costumbre se desarrolló de la idea de que los descendientes de una persona pueden honrar a sus padres si ofrecen sacrificios a sus antecesores. Por tanto, una persona crece viendo como su familia ofrece servicios religiosos a sus antecesores muertos y está dispuesta a ofrecer estos mismos servicios como ha visto y experimentado. Como ha visto estas cosas en su familia y las sigue con este mismo conocimiento de la tradición tiene la motivación para hacerlas.

    De la misma manera, como Abraham había visto estas cosas cuando era pequeño, construyó un altar de holocaustos cuando Dios se le apareció. Abraham construyó un altar y ofreció un

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