El Supremo Llamamiento De Dios

Por Miguel Ángel García

Nombre: Miguel ngel Garca.
Fecha de nacimiento: Febrero 6 de 1963.
Lugar de nacimiento: Guerrero Mxico
ESTUDIOS REALIZADOS
Primaria: De 1972 a 1978, en Mxico.
Secundaria: De 1978 a 1981, en Mxico.
Preparatoria: De 1981 a 1984, en Mxico.
Estudi la Biblia Thompson: en el ao 2006, en California, E.U. de A.
Estudi en I.S.O.M.: De 2008 a 2009, en California, E.U. de A.
Estudi en Esc. de Evangs. Alberto Motessi: De 2010-2011, en California, E.U.A.
Estudiante en ngelus Temple Instituto: Iniciando en 2012, en California, E.U.A.
Ocupacin: Predicador del Evangelio de Cristo.
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• Idioma: Español
• Editorial: Palibrio
• Fecha de lanzamiento: 31 ene 2013
• ISBN: 9781463331788

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ÍNDICE

Dedicatoria

Prólogo

Introducción

Capítulo Uno      EL SUPREMO LLAMAMIENTO DE DIOS A CONOCER A DIOS COMO EL ÚNICO CREADOR

Capítulo Dos      EL SUPREMO LLAMAMIENTO DE DIOS A CONOCERLO COMO EL AMOR

Capítulo Tres      EL SUPREMO LLAMAMIENTO DE DIOS A CONOCER AL HOMBRE

Capítulo Cuatro      EL SUPREMO LLAMAMIENTO DE DIOS A CONOCER EL TEMPERAMENTO DEL HOMBRE

Capítulo Cinco      EL SUPREMO LLAMAMIENTO DE DIOS A CONOCER EL ORIGEN DEL AMOR

Capítulo Seis      EL SUPREMO LLAMAMIENTO DE DIOS A RECIBIR EL AMOR DE DIOS

Capítulo Siete      EL SUPREMO LLAMAMIENTO DE DIOS COMO VIVIR EL AMOR DE DIOS

Dedicatoria

Esta edición fue escrita con el firme propósito de exaltar el nombre de Dios Padre, de su Hijo y El Espíritu Santo, y públicamente dedicarle mi más agradecida honra, por haberme confiado, este ministerio de la reconciliación, para que por Cristo que pagó el precio por toda la humanidad, y por su gracia fuera posible ser usado en tan valioso e importante ministerio que reconozco y lo he declarado que todo es de Dios, todo lo que recibo el Señor nos los envía del cielo, y esto que usted mi estimado lector(a) va a disfrutar, el Señor nos lo mandó del cielo, El es el que tiene el poder, para poner un canto nuevo en nuestros corazones y sus misericordias son nuevas cada mañana.

Compartiendo de la cruz del Señor, dirijo mis más y sinceros agradecimientos al equipo y mi ministerio principal, mi amada esposa Alma Dianira, mis hijos Ángel Kaleth, Paloma Dianira y Jenny Arleth García. Que han estado a mi lado en pruebas, tribulaciones y angustias; buscando siempre la voz, la obediencia y la voluntad de Dios en oración, acción de gracias, alabanza y adoración.

Los declaro puestos en las manos del Señor y que el sueño número uno, que viene del corazón del Señor los inunde de esa unción que apasiona, esa unción que inspira, esa unción que obsesiona, esa gran pasión a ser ofrendas santas y vivas apartados para Dios, para la gran comisión, de ir con obstinación a predicarle a los perdidos, el evangelio que es poder del cielo, para salvación en Cristo Jesús Señor nuestro.

Bendiciones y gracias les doy a todos aquellos, que con una palabra muchas veces fortalecieron mi corazón, cuando sentí que no tenía fuerzas; a Guadalupe Olvera, Leonel López, Francisco Vargas, siervos que en obediencia a Dios, hicieron posible que yo conociera a mi Señor y Santo Rey de reyes, a mi Amado Jesucristo; al matrimonio y mis maestros Alberto y Noemí Motessi, que me expresaron el amor de Dios.

A todos aquellos(as) que me permitieron darles la palabra divina de Dios, el evangelio que salva, sana, liberta, riega, edifica, nos da paz, prospera, nos prolonga la vida en la tierra y nos lleva de gloria en gloria en Cristo Jesús. Les recuerdo nuestro destino es el cielo, la nueva ciudad Santa; los declaro en la mismísima presencia del Padre, del Hijo y en el precioso Espíritu Santo; les animo y los declaro poderosamente avivados, amando al señor con todo su ser, bendiciones. El señor ya venció y la victoria es nuestra. Amén.

Prólogo

EL SUPREMO LLAMAMIENTO DE DIOS. Tiene como objetivo abrazar la visión del Padre en el Hijo; la visión fue escrita, revelada y la encontramos desde la creación divina de Dios, desde Génesis, los evangelios, en el libro de los hechos, y concluye en apocalipsis.

Toda esta grandísima obra redentora, a la que le es puesta un broche santo en Apocalipsis. Fue confiada para su publicación a los apóstoles, a estos doce hombres, que fueron testigos personales de la existencia y vida del Hijo del hombre, de nuestro amado Jesucristo. Los apóstoles vivieron con Cristo, estuvieron en su muerte, sepultura, resurrección y el momento glorioso de su asención al trono celestial; Cristo testificó como el enviado para salvación, como Hijo de Dios, reveló al Padre, Jesucristo les reveló los secretos del Padre ¡Grandiosa y hermosa maravilla divina! La visión les fue dada personalmente por nuestro amado Jesucristo, directamente en toda la gloria de Dios, esta visión, es la antorcha olímpica divina del equipo de atletas, que los animó y corrieron por el galardón, por la copa del reino, por la corona de la vida eterna.

En la carrera hubo alguien que decidió dar el primer paso y así corrió la carrera en su tiempo, el Padre facultó a su Hijo con poder y autoridad, a Él le tocó dar el primer paso, como el atleta corrió los miles y miles de años luz, desde el principio de la base, desde del trono de la gracia, hasta la tierra, y de la cruz a los abismos, y resucitó para demostrar a los hombres, las marcas de los clavos dejando bien claro Su poder de la resurrección y vida, partió ascendiendo al cielo, para estar ahora sentado en gloria a la diestra de Dios.

Vino a padecer de la manera más dolorosa, que ningún hombre jamás pudo haber padecido, caminando una vida perfecta, en un cuerpo de hombre mortal, que se hizo pecado, cargando las transgresiones de todos nosotros. Fundó su Iglesia, la santificó, la lavó con su sangre, padeció por ella y dió la vida por ella, en una cruz que El amó,

Porque amó el mandamiento del Padre, por amor a la humanidad. Despojándose de su majestad, se hizo siervo; siendo el Hijo Unigénito del Dios Altísimo, se hizo hombre; siendo Rey sobre todos los reyes, se hizo humilde; siendo el dueño de todos las riquezas de los cielos, de toda la tierra y los mares, se hizo pobre; siendo León de la tribu de Judá, se hizo cordero; siendo Dios Santo, se hizo pecador. Todo esto que sabemos de Jesucristo, me tiene sobre saltado e impactado de sobremanera grandemente, provocando que arda mi corazón por estar testificando, que El es el gran y Único Poderoso Salvador de toda la humanidad.

Por esta visión de vida eterna, hoy tenemos el SUPREMO LLAMAMIENTO DE DIOS. A conocer a Dios y a conocer al hombre, los planes y propósitos de Dios para todos los hombres y mujeres de la tierra, son conocer Su plena verdad.

Meditando de dia y de noche en Dios y su palabra, como le dijo Dios a Josué 1:8 Medita de día y de noche. Vivo meditando en la palabra de Dios, en mi vida, sea que este despierto recibo visiones y si duermo me miro en su gloria, y no dejo de meditar en las grandezas de Dios, me trajo a memoria un capitulo de mi vida, cuando yo tenía quince años de edad, sin que yo tuviera idea del plan de mi Señor.

Dios trajo a memoria, la experiencia que tuvo el padre de la fe Abraham, dice la palabra de Dios, que lo saco de su tierra de su parentela a Abraham; a su servidor le pasó lo mismo, tambien me sacó de entre mis padres y mis hermanos, con el propósito que pudiera conocerle y así entregarme las promesas, que fueron preparadas para mi vida, y me dió entendimiento, que fui creado para su santa gloria, para caminar al SUPREMO LLAMAMIENTO DE DIOS; para compartirle al mundo que El vive y reina para siempre.

Recuerdo ese tiempo, no podía escuchar su voz, con claridad, ni ver con el propósito divino, no sabía amar, no podía entender, porque satanás y sus demonios eran mi compañía, estuve ciego en tinieblas y estuve largos años en el desierto, negándome al SUPREMO LLAMAMIENTO DE DIOS.

En las tinieblas, a medio día tropezaba, los espíritus de las tinieblas, los planes del mundo, los deseos de mi carne y la muerte me mataron; recuerdo que por dos ocasiones cayó mi cuerpo, desplomándome trágicamente, sin vida, por el exceso y uso de drogas, alcohol, violencia y pecados inconfesables, que mi carne deseó y que satanás y el mundo ofrece; caminé todo ese tiempo desde los quince a los treinta y ocho anos, en caminos de sombras de muerte, pude sentir como caía en los abismos del infierno, miré mi cuerpo tirado sin vida, y de ahí Dios me sacó; por cuatro ocasiones me sacó de las prisiones terrenales.

Me sacó de las prisiones del pecado, las cadenas de la muerte, por dos ocasiones morí y Cristo me resucito; todas las cadenas de pecados fueron hechas pedazos, por el poder de Dios perdonándome, me liberó a través de Cristo, para ahora testificar públicamente de su existencia y de su llamado a vivir en justicia, para que en el nombre de nuestro Jesucristo, recibamos todos los hombres de la tierra, la vida eterna.

Ahora tengo compromiso con Cristo de presentarlo al mundo, como nuestro Único Salvador; hice un pacto con Dios de compartir a Cristo crucificado, resucitado y que está en gloria a la diestra de Dios Padre, esperando que todos los hombres lo acepten como su Único salvador; Cristo es amor, muchos hombres rendidos ya conformados, a vivir con lo que el mundo y las tinieblas les ofrecieron, para deleites de su carne, han aceptado vivir así, diciendo que Dios no les ama, que sus destinos es vivir así.

Les declaro la palabra viva, que no deben sentirse privilegiados de estar derrotados, les animo a creer que hay una preciosa vida con Cristo, Señor nuestro, esa pequeña esperanza depositándola en las manos de nuestro Señor, las manos de Dios, la convertirá en una gran roca de fe, levantémonos que en Cristo hay solución a todo, que Dios tiene el poder para sacar a cualquiera, que tenga el deseo de vivir bien y vivir bien, es vivir con Dios, toma el SUPREMO LLAMAMIENTO DE DIOS.

Recuerdo cuando mi alma angustiada, amargada y herida, iba con camino al infierno y de ahí Cristo me tomó y me puso en su viña; entérese que Dios tiene el poder, para levantar al caído, sanar las heridas, ponerle el anillo de príncipe; vestirlo(a) de lino fino, para entrar a su fiesta, las bodas del Cordero Santo.

Podremos admirar la carrera y ministerio de nuestro Amado Jesucristo, que corrió la carrera viniendo del cielo y de regreso, envió en su ida a la hermosa llama de fuego, a su Espíritu Santo, quien nos habilita para ministrar en servicio a Dios, el nos dirige a la verdad, nos trae lo que escucha del Padre y del Hijo, nos consuela en toda aflicción y angustia, nos edifica, nos ama, y destruye las potestades e imperios, principados y gobernadores de las tinieblas en las regiones celestes, etc.

Uno de los propósitos del SUPREMO LLAMAMIENTO DE DIOS, es que usted y yo, donde quiera que estemos, estemos corriendo con la llama de fuego, amando a Dios y a nuestro prójimo, poniéndonos en acción, dando los cinco pasos para id, con los vecinos, correr los cincuenta metros, la milla, correr en la ciudad, a la siguiente ciudad, al otro condado o municipio, al otro Estado o Distrito al otro País o Nación, declarando que Dios es amor y que en Cristo hay salvación para vida eterna.

Aquí le escribimos con oración intercesora por su vida y su llamado, para que camine en la mismísima presencia y gloria de Dios, para que nadie le detenga, corra porque Cristo confía en que usted es el siervo(a) y amigo(a) fiel, que va a cumplir con el SUPREMO LLAMAMIENTO DE DIOS. Después de reconocer EL SUPREMO LLAMAMIENTO DE DIOS, alguien le está esperando, alguien que yo no conozco y que no puedo alcanzar, pero Cristo si lo puede alcanzar y desea salvar a través de usted, multitudes lo esperan, caminando con Cristo, podrá ser testigo de los milagros más grande en los hombres, la salvación de sus almas.

Le ruego a Dios que pueda dejarle en su corazón, y en sus manos este mensaje con la antorcha de fuego; que pueda apreciar que alguien le espera; no se tarde, una vida y una alma puede salvarse y depender únicamente de que usted le presente a Cristo.

Señor fortalecemos, que podamos entender la plenitud de tu ser, para poder amarte y vivir absolutamente para ti Jesucristo, aumenta tu piedad y tu misericordia, extiéndete más y más cada dia, que la plenitud de tu Santo Espíritu nos llene hasta rebosar y sea derramado tu amor por todo el mundo, Padre te rogamos, no permitas que nos apartemos de ti, Cristo te amamos.

Introducción

Mí amado(a) lector le felicito por haber dispuesto su tiempo y atención para leer esta edición, y saber la importancia que tiene su contenido. En medio de esta generación, en la que los padres de muchos hijos y adultos que aunque no cuentan con hijos, están atravesando por mucha incertidumbre, muchos gigantes, que emiten muchas voces en todos los medios conocidos, y muchos ocultan las graves consecuencias que se sufre cuando no se está tomando la opción apropiada.

Muchas prácticas indebidas están en contra de Dios y su palabra, practicas que están arrastrando a nuestra generación, a vivir de una manera descarriada, como si no tuviéramos realmente, por lo que vale la pena vivir.

EL SUPREMO LLAMAMIENTO DE DIOS AL HOMBRE, es la opción que ofrece Dios a todos los hombres; Dios está plenamente abierto al dialogo para que le conozca, y con toda disponibilidad para escucharle, El es muy amplio en perdonar. Describiremos quién es Dios, y algunos de sus atributos, de los cuales algunos son compatibles y otros incompatibles, con su creación suprema, el hombre.

Describimos el gran amor que es Dios, a través del cual alcanzamos misericordia y en su gracia dada al mundo hay razón suficiente para vivir casta y pudorosamente, apartados de toda iniquidad; oportunidad muy grande y poderosa, para vivir con Dios, y para Dios, a través de la obra redentora y gloriosa que hizo, en la cruz, su amado Hijo Jesucristo; para regocijarse ahora en el don de la gracia y la vida, que trae consigo la llenura de su Santo Espíritu, el cual nos habilita para entender el propósito de Dios, para todos los hombres de todas las naciones, lenguas y estatus sociales.

Todos fuimos creados por Dios, y en la ilimitada sabiduría de Dios, decidió que todos los hombre vivamos con El, como cuando estábamos como aliento dentro de Él, luego nos hace, con un cuerpo físico, biológico y pensante, posteriormente el hombre se extravía; he aquí crea el plan perfecto de redención, para que vivamos nuevamente con El, dándole gracias por todo; caminando dia a dia con El, admirándole, adorándole; para que al final de esta experiencia terrenal, volvamos al lugar de dónde venimos, a la morada de Dios, para vivir la vida abundante que nos está prometiendo.

También encontraremos la descripción de la creación de Dios hecha a su imagen y semejanza, el hombre; la humanidad creada por Dios, la cual a traído preocupación a Dios, por eso hemos creído, en que ha sido la voz de Dios, la que nos ha inspirado a escribir EL SUPREMO LLAMAMIENTO DE DIOS, para publicar, su deseo.

Daremos a conocer la descripción de cómo está formado el hombre, de acuerdo a la palabra inspirada por Dios; el hombre fue creado a través del soplo de vida de Dios (espíritu) y del polvo de la tierra su (cuerpo) y en la unión del espíritu y cuerpo fue creada el (alma) viviente, con estos tres elementos esta creado el hombre.

Encontrará también la relación y armonía que es posible entre Dios y el hombre; escribimos de la armonía, relación y consistencia de Dios en sus tres personas, en una sola persona divina (Dios).

Se da a conocer la descripción de Dios Padre y algunas de sus funciones como Dios; la descripción del Espíritu Santo, algunas de sus obras y se describe a Jesucristo y su obra de redención como Hijo. Reconociendo a estas tres personas juntas como un solo Dios, hasta ahora revelado; llamándolo por su nombre Jehová, nombre con el que el mismo se dió a conocer nuestro Dios, Padre eterno.

El propósito de esta redacción, es invitar, exhortar y dar a conocer a toda la humanidad, en toda lengua y nación a que entren al reino de Dios a través del SUPREMO LLAMAMIENTO DE DIOS, la cual presenta para los hombres salvación y edificación; y para Dios acción de gracias, alabanza y adoración.

Esta no es voluntad de hombre sino de Dios. Si el hombre decide aceptar vivir una vida reverente a Dios, en el cumplimiento de su voluntad agradable y perfecta, existe la promesa de vivir en libertad de toda condenación, como consecuencia del pecado, que cautiva y da lugar a la muerte; por Dios fue dada