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Por atrevida
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Libro electrónico96 páginas1 hora

Por atrevida

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Lúa

Raquel y Lúa se conocen desde hace bastante tiempo, aun así, nunca han cruzado más palabras de las necesarias hasta que la prima de Raquel, empeñada en que debe cambiar su actitud y segura de que solo Lúa puede ayudarla, provocará que ambas descubran que tienen en común mucho más de lo que podían imaginar.

 

Detalles

El cumpleaños de Noe y el esfuerzo de Érica por hacerle el mejor de los regalos, provocarán que ambas pasen el que probablemente sea el fin de semana más romántico de sus vidas.

 

Desde la otra orilla

Tras el confinamiento obligatorio, Marta pasa varias horas al día observando desde su terraza a las pocas personas que salen a pasear a sus perros junto al río. Su mirada rápidamente se posará en Clara, una joven que llamará poderosamente su atención y que provocará que Marta, se las ingenie para contactar con ella pese a no poder salir de su casa.

 

Por atrevida

Una ridícula apuesta y sus ansias por no perder nunca, trastocarán la vida de Olaya, cuya percepción de la vida cambiará completamente tras conocer a Lara.

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento3 nov 2022
ISBN9798215236086
Por atrevida

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    Por atrevida - Mónica Benítez

    Contents

    Lúa

    Detalles

    Desde la otra orilla

    Por atrevida

    POR ATREVIDA

    RELATOS LÉSBICOS 2

    MÓNICA BENÍTEZ

    Copyright © 2020 Mónica Benítez

    Todos los derechos reservados

    Todos los derechos reservados. Ninguna sección de este material puede ser reproducida en ninguna forma ni por ningún medio sin la autorización expresa de su autora. Esto incluye, pero no se limita a reimpresiones, extractos, fotocopias, grabación, o cualquier otro medio de reproducción, incluidos medios electrónicos.

    Todos los personajes, situaciones entre ellos y sucesos aparecidos en el libro son totalmente ficticios. Cualquier parecido con personas, vivas o muertas o sucesos es pura coincidencia.

    Safe creative: 2006144418471

    https://monicabenitez.es

    Twitter: @monicabntz

    Instagram: mbenitezlibros

    Lúa

    Estoy en off, en stand by, mejor en modo avión. Eso es lo que me dice mi prima y supongo que mi única amiga. Me encuentro en una de esas veces que no sé muy bien por dónde tirar, ni hacia donde voy, ni de dónde vengo. Sin motivación, sin rumbo y sin aliciente, incapaz de pensar o ver las cosas con objetividad. Simplemente, soy un bulto, alguien que hace las cosas de forma autómata, como un robot. Mi rutina se ha convertido en ir del trabajo a casa y de casa al trabajo, fines de semana vacíos, negros y largos. Deseando que sea lunes para tener algo que hacer, algo en lo que ocupar mi mente y mi tiempo, algo que me haga sentir útil, aunque solo sea en el trabajo.

    Ya llevo varias semanas así, no es que me haya pasado algo en concreto, simplemente empecé a sentirme vacía de la noche a la mañana, supongo que tal vez ha llegado el momento de darme cuenta de cómo es realmente mi vida. Hasta ahora me he limitado a vivir obviando este sentimiento de soledad, de no tener a nadie, acostumbrada a contar solo conmigo y no contar con nadie con quien me apetezca compartir los momentos más importantes de mi vida. Creo que mi mente me está ganando la batalla, mi yo consciente ha conseguido mantener esa angustia oculta durante mucho tiempo, pero por lo visto ha flojeado, se ha debilitado y mi yo inconsciente está asomando la cabeza y me grita que me esfuerce, que haga algo para cambiar el sentido de mi vida.

    La verdad es que nunca me ha molestado, me gusta la soledad, disfrutar de mis momentos, de mi intimidad. Me aterra la idea de permitir que alguien se cuele en mi vida y la ponga patas arriba, de compartir mi espacio, mi aire. Me parece que en el fondo soy egoísta, no me apetece tener que preocuparme por nadie, antepongo una soledad absoluta y aplastante a la opción de tener a alguien a mi lado que me haga sentir cosas diferentes.

    Mi prima es psicóloga, y claro, es imposible evitar que me suelte su opinión profesional de vez en cuando, no su opinión sobre lo que yo le cuento, porque no lo hago, jamás le cuento cómo me siento, sino su opinión sobre lo que ella ve en mí, analizándome desde fuera, como la psicóloga y como la prima que se ha criado conmigo, la que me conoce mejor que yo misma. Aunque yo no hable.

    —No puedes pasarte toda la vida sola, Raquel, las oportunidades no van a venir a la puerta de tu casa a presentarse, tienes que salir tú a buscarlas —me regaña mientras la ayudo a recoger la mesa.

    Esa es la frase más común, nunca le contesto, no sé a qué tipo de oportunidades se refiere, o sí, supongo que es su manera de decirme que si no hago un poco de vida social estaré sola para toda la eternidad. Creo que yo me hago la dura, intentando mostrar siempre pasividad, como si ese hecho no me importara en absoluto, pero no es cierto, al menos no últimamente, y ella lo sabe.

    Mi prima Ana está felizmente casada, tiene una hija y tiene una mejor amiga, supongo que como todo el mundo, o al menos como la mayoría. Yo trabajo cerca de su casa, así que muchas tardes me paso un rato antes de irme a la mía, ella me cuenta su día y yo le cuento el mío, la verdad es que, aunque nos vemos casi a diario, siempre tenemos cosas de las que hablar, aunque sean las más simples y cotidianas. Supongo que es justo decir que mi prima es la persona más importante de mi vida, el único pilar que me mantiene en pie, la única que todavía apuesta por mí, la que no me da por perdida y la que siempre encuentra un hueco para estar conmigo pese a que su vida es bastante caótica entre su trabajo, su familia y sus amigos.

    Lleva varias semanas insistiendo en que hable con su mejor amiga, Lúa. Se conocen desde la infancia, fueron juntas al colegio y se han convertido en dos personas de esas inseparables, lo cierto es que la envidio, me hubiese gustado tener una amiga de ese tipo, de esas a las que te mueres de ganas de llamar en cuanto te pasa algo para contárselo o a las que acudes cuando estás desesperada sabiendo que siempre van a estar ahí. Yo tengo eso con mi prima, pero supongo que no es lo mismo, al fin y al cabo, a nosotras nos une un lazo de sangre, es igual de bonito, pero es diferente, es ya una conexión preestablecida, la de ellas surgió sin más.

    Conozco a Lúa, evidentemente, hemos coincidido en varias ocasiones en casa de mi prima, pero lo cierto es que no la he tratado mucho, nuestra relación se basa en la cordialidad, en el hecho de que tenemos a alguien en común. Puedo decir que de las decenas de veces que la he visto tan solo hemos cruzado las típicas preguntas que se hacen por educación, un ¿cómo estás? Cuánto tiempo. ¿Qué tal el trabajo? Y poco más.

    Ese comportamiento es mutuo, siempre ha existido una especie de barrera entre nosotras que ninguna de las dos se ha atrevido a traspasar, ¿cuál es su motivo? Creo que el mismo que todo el mundo tiene conmigo, mi prima siempre se queja de que proyecto una barrera, que mi expresión corporal es de no quiero que te acerques e invadas mi espacio y claro, eso me convierte en lo que soy, alguien solitaria y poco accesible. Aunque puede que su motivo sea otro, tampoco lo tengo claro.¿Y cuál es el mío? Creo que lo que me frena para conocer un poco más a Lúa es su trabajo, se dedica a hacer cartas astrales y a mí esos temas me ponen muy nerviosa.

    Mi prima me ha explicado infinidad de veces en que consiste exactamente, pero la verdad es que a mí todo ese mundo me da mucho respeto, no juzgo a Lúa ni lo que hace, pero nunca he creído en esas cosas, en que alguien te diga cómo es o cómo será tu vida basándose en la posición de los astros el día que naciste. Pero además Lúa tiene otra cosa, su mirada, me es imposible mantenerle la mirada más de dos segundos, es muy intensa, siempre que estoy en su presencia, siento cómo sus ojos me traspasan, como si pudiese ver más allá de mi fachada, me hace sentir vulnerable, y eso es algo a lo que no

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