El ángel del séptimo día

Por Saša Robnik

Aquel cuyo nombre no será mencionado, en su desvarío, propone al Creador el apocalipsis en la tierra para resolver de una vez por todas a quién pertenecerá. Para sorpresa de sus ángeles, el Señor acepta, pero bajo ciertas condiciones, y envía a los arcángeles Miguel y Gabriel a la tierra para que vigilen el arreglo acordado. Un selecto grupo de control, los empleados de una gasolinera en la autopista, tendrán un papel protagonista durante el apocalipsis, por lo que son objeto de especial atención por parte de las fuerzas del mal, pero también de los arcángeles, que tratan de evitar cualquier incumplimiento de contrato o mezquindad por parte de los competidores. Naturalmente, van a tener las de perder. También lo hará el ejército, que intenta en vano reprimir la invasión de cientos de millones de bestias del infierno. ¿Será el mal el que tenga éxito? ¿Es la mezquindad más fuerte que la bondad? Nuestros protagonistas, con un poco de ayuda de los ángeles, conseguirán desbaratar todas las insidias y trampas de las fuerzas del mal y salvar a la humanidad, lo podrás leer en esta aventurera y épica novela.

• Idioma: Español
• Editorial: BadPress
• Fecha de lanzamiento: 6 jun 2022
• ISBN: 9781667434308

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Prologo

El césped, inmaculadamente cuidado, se extiende hasta el infinito y un cielo púrpura cubre el paisaje como un manto, sugiriendo que este lugar está más allá de nuestro mundo.

Dos grupos se aproximan y a una distancia adecuada, tal y como establece la orden, se detienen.

El primer grupo está dirigido por un hombre de mediana estatura. Lleva pantalones cortos y una camisa blanca con dibujos azules. Lleva sandalias en los pies y un sombrero de paja en la cabeza. Sus ojos están ocultos tras unas gafas oscuras y redondas. Mordisquea lentamente y con gusto los cacahuetes que saca de la bolsa.

Sus acompañantes van vestidos con togas blancas y sandalias. Sus ojos son azul claro y penetrantes. Uno tiene el pelo corto y rubio, el otro es pelinegro y lo deja caer sobre los hombros.

El líder se baja las gafas hasta la punta de la nariz y mira fijamente con sus suaves ojos marrones a los recién llegados. Está esperando que lo saluden.

El hombre que tiene enfrente lleva un traje rojo brillante, una camisa negra y una corbata del mismo color que el traje. Sus zapatos son negros, barnizados, su pelo está alisado y brillante. Sus acompañantes son todo lo