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Disgenesia: la guerra mundial contra el potencial humano
Disgenesia: la guerra mundial contra el potencial humano
Disgenesia: la guerra mundial contra el potencial humano
Libro electrónico464 páginas9 horas

Disgenesia: la guerra mundial contra el potencial humano

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¿Alguna vez te has preguntado qué consecuencias fisiológicas y psicológicas traerán el exceso de pantallas, la comida chatarra, el consumo de porno, las nuevas terapias génicas, la ideología de género y los regímenes sanitarios basados en el miedo y la ignorancia? En este preciso instante millones de personas, sobre todo niños, están siendo sometidos a todas estas influencias en simultáneo. Esto es algo inédito en la historia humana.
En este libro desafiante e innovador se aborda un análisis en conjunto de todas estas influencias. Con él podrás entender, a la luz de los más recientes estudios científicos, los daños mensurables que ocasionan en todas las personas, y que para el caso de los niños en desarrollo constituye básicamente un crimen. El autor también te guiará provocadoramente hacia reflexiones filosóficas que te llevarán a preguntarte: ¿por qué el mundo está como está, y qué relación guarda con dichas influencias?
Una lectura imprescindible para padres que deben educar niños pequeños en el siglo XXI, pero también para todo joven o adulto que esté interesado en despertar todo su pleno potencial humano, liberándose de adicciones y de condicionamientos que obstruyen gravemente el florecimiento evolutivo, a menudo de manera inadvertida. El autor enfoca, combinando evidencias irrefutables con profundas reflexiones, todos aquellos temas que constituyen, en pleno siglo XXI, férreos tabúes.
 

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento21 may 2022
ISBN9798201836641
Disgenesia: la guerra mundial contra el potencial humano
Autor

Nicolas Ponsiglione

Nicolás Ponsiglione (Buenos Aires, 1982) es escritor e investigador argentino. Su primer ensayo (en coautoría con A. Suarez y C. Tripodaro) fue el resultado de ocho años de investigación del fenómeno de la inquisición y de la libertad de pensamiento y religiosa en la civilización actual, titulado PsicoHerejía, inquisición en el siglo XXI (2018). En 2020 publicó una investigación titulada El fraude en la Educación Sexual Integral: infancia adulterada, y en 2021 plasmó su tercer ensayo: El relato pandémico. También ha publicado una novela, Ciclo del fuego: la leyenda de Mangoré (2020), y cuatro libros de poesía: Reflejos del filo (2001), Abismo y sus instantes (2003), Velos para fauces (2006) y La cripta poética (2021). También es concertista de la guitarra. Actualmente reside en la provincia de Córdoba, Argentina.

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    Disgenesia - Nicolas Ponsiglione

    ÍNDICE

    PROLOGO

    EL TÚNEL

    CAPÍTULO 1. La cruz de la disgenesia

    TIAGO Y EL ABISMO

    INTRODUCCIÓN

    EL NECESARIO MARCO TEÓRICO. MATERIALISMO ATEO, DARWINISMO MAL COMPRENDIDO Y EUGENESIA.

    LA CARA OCULTA DE LA EUGENESIA

    INDUSTRIALISMO EN CUATRO ETAPAS

    DISGENESIA

    LA POLÍTICA DISGENÉSICA O DISGENESIA APLICADA.

    GLOBALISMO Y POLÍTICA DISGENÉSICA

    EFECTOS DE LA DISGENESIA

    ENTENDIENDO LA CRUZ DE LA DISGENESIA

    1. EL EJE VERTICAL: UNA COSMOVISIÓN APROPIADA

    2. EL EJE HORIZONTAL: UN ALIMENTO PARTICULAR

    RESUMEN

    CAPÍTULO 2. El eje vertical: una cosmovisión apropiada

    Dictadura eco-sanitaria: el imperio de la anti ciencia y del terror.

    De una religión del Dios a una religión de la Diosa.

    LA COSMOVISIÓN ECOSANITARIA Y SUS APLICACIONES POLÍTICAS

    IDEOLOGÍA DE GÉNERO

    EL GENERISMO COMO ESTRATEGIA POLÍTICA ANTINATALISTA

    EL SINIESTRO MATRIMONIO ENTRE EL PATRIARCADO Y EL FEMINISMO DE GÉNERO

    CAPÍTULO 3. Alimentando el cuerpo disgenésico

    ALIMENTO COMO DESTINO

    LA INDUSTRIA ALIMENTARIA: COMIDA CHATARRA Y ENFERMEDADES

    DISGENESIA AGROALIMENTARIA

    ESA DULCE ADICCIÓN

    GASTROILUSIONISMO

    UN ARCO IRIS DE VENENOS

    LA COSA SE PONE FEA

    ALIMENTACIÓN CHATARRA Y SALUD REPRODUCTIVA

    CAPÍTULO 4. Alimentando la mente disgenésica

    a) Pantallas: la adicción universal

    ACLARACIONES PRELIMINARES

    LA CIBER-PARADOJA: DISPOSITIVOS CADA VEZ MÁS INTELIGENTES PARA USUARIOS CADA VEZ MÁS IDIOTAS

    DEL ARTE DE VENDERLE ALGO A UN IDIOTA

    CIBEROCIO: MONOPOLIO DEL USO LÚDICO

    EFECTOS NOCIVOS DE LAS PANTALLAS

    EL INFANTICIDA MÁS EFICAZ

    TECNOBURROS. EL FRACASO DE LAS PANTALLAS EN EL ÁMBITO EDUCATIVO.

    DISGENESIA EDUCACIONAL. Nuestros hijos en manos de los disgenesistas.

    ¿Y EN CASA CÓMO ANDAMOS?

    DOS CLASES DE ESTIMULACIÓN

    ENTENDIENDO LA ADICCION A LAS PANTALLAS

    DESVELO DIGITAL

    PROPAGANDA Y CIENTIFICISMO

    LA GLORIA DEL 5G: ¿hiper velocidad para hiper tontos?

    CRITERIOS Y REGLAS

    a. LOS TRES MODELOS DE EDUCACIÓN PARENTAL

    b. LAS FRANJAS ETARIAS EN EL CONSUMO DE PANTALLAS: UN PROBLEMA ¿COMERCIAL?

    c. CRITERIOS SEGÚN EDADES

    EL INVIERNO PRIMAVERAL DE SUSAN MAUSHART

    CUANDO EL MEDIO SE CONVIERTE EN FIN

    PARADOJAS PANTALLISTAS Y UNA VENTANA AL ABISMO

    b) Porno: el sexo en la era disgenésica

    INTRODUCCIÓN

    UN POCO DE NÚMEROS

    EL ROEDOR DONJUAN: DE SUERTUDO A DESGRACIADO

    SEXO, CEREBRO Y EVOLUCIÓN

    BIOLOGÍA DE LA ADICCIÓN AL PORNO

    ENTENDIENDO LAS ADICCIONES

    DISGENESIA Y PORNO

    LA CONFUSIÓN DE LA POLILLA GITANA. PORNO EN EL MARCO DE LA POLÍTICA ANTINATALISTA

    LA RELACIÓN ENTRE PORNO, GENERISMO Y CONTROL NATAL.

    LA DOBLE FAZ DE LA IMPOTENCIA SEXUAL.

    LAS ETAPAS PROGRESIVAS DE TODA INDUSTRIA DEL VICIO

    PROPAGANDA

    SUPUESTA INOCUIDAD DEL PORNO 1. ¿Orgía = bello atardecer?

    SUPUESTA INOCUIDAD DEL PORNO 2. ¿Separando el bueno del malo?

    SUPUESTA INOCUIDAD DEL PORNO 3. ¿Porno para mejorar el sexo real?

    SUPUESTA INOCUIDAD DEL PORNO 4. ¿Elevada libido? El asunto de la masturbación

    PSEUDOSEXUALIDAD

    LA SEMILLA DE UN EMPODERAMIENTO SEXUAL MASCULINO:  RECUPERACION DE LOS JÓVENES ADICTOS

    CAPÍTULO 5. Siglo XX cambalache, siglo XXI disgenesia

    REPASANDO

    EXPERIMENTANDO CON LA DISGENESIA IDENTITARIA SEXUAL. El mercado floreciente del género a costa del marchitamiento de la salud humana.

    EXPERIMENTANDO CON LA DISGENESIA GENÉTICA. ¿UN NUEVO HUMANO PARA UN NUEVO ORDEN MUNDIAL?

    EL DENARIO DE TODA DISGENESIA

    MEZCLA Y REINARÁS. O el arte de vender buzones.

    UN MUNDO ARTIFICIAL AL SERVICIO DEL INDUSTRIALISMO. LA NEGACIÓN DE LO NATURAL Y LA DECONSTRUCCIÓN HUMANA.

    YO FUI CRIADO ASÍ Y NO PASÓ NADA MALO

    TODOS LOS CAMINOS CONDUCEN AL AUTISMO

    RESUMEN E INTERRELACIÓN ENTRE LOS ELEMENTOS DE LA CRUZ DISGENÉSICA

    SÍNTESIS DE LOS EFECTOS DE LA DISGENESIA APLICADA

    CAPÍTULO 6. La guerra mundial contra el potencial humano

    LA ENCRUCIJADA DEL POTENCIAL

    ARQUETIPO ZOMBIE. A LA CAZA DEL LÓBULO FRONTAL

    DISGENESIA APLICADA: LA FÁBRICA DE PRODUCIR MEDIOCRES.

    LA IMAGINACION MAL UTILIZADA, OPIO DE OPIOS

    MEDIOCRIDAD COMO ASESINATO DEL POTENCIAL

    CELDAS CONFORTABLES

    EL SAGRADO DEBER DEL POTENCIAL

    EUGENESIA A PRUEBA DE TONTOS

    DISGENESIA Y SUPERPOBLACIÓN. A NUEVO MUNDO, NUEVOS OPIOS.

    Genocidio y recorte poblacional en la sociedad disgenésica.

    NOMM: EL NUEVO ORDEN DE LA MEDIOCRIDAD MUNDIAL

    LA FUNCIÓN NIVELADORA Y MEDIOCRIZADORA DEL EJE COSMOVISIONARIO DISGENÉSICO

    GÉNERO: EL SEXICIDA MÁS EFICAZ. LA DESTRUCCIÓN DE LA MASCULINIDAD Y LA FEMINEIDAD

    DISGENESIA VS POTENCIAL CREADOR

    LA FUNCIÓN DE LA ADICCIÓN EN LA SOCIEDAD DISGENÉSICA

    LAS DOS CLASES DE INTENSIDAD

    LA SEXUALIDAD AL SERVICIO DE LA DISGENESIA

    LA ESTRATEGIA DISGENÉSICA DEL PODER

    EL SUJETO DE TODO DERECHO HUMANO

    EL ÚLTIMO OBSTÁCULO DEL PODER

    LA PARADOJA POST MODERNA

    LA GUERRA MUNDIAL CONTRA EL POTENCIAL HUMANO

    GENERACIÓN BISAGRA

    LA ANTITESIS DE LA NUEVA CONCIENCIA

    LA GUERRA MUNDIAL CONTRA LA SALUD

    EL NACIMIENTO DE UNA NUEVA ÉLITE ESPIRITUAL

    EL VIEJO PARADIGMA UTILITARISTA

    CAPÍTULO 7. La luz al final

    INSTRUCCIONES BÁSICAS PARA LA TRANSFORMACIÓN GENUINA

    LA BATALLA PARADIGMÁTICA

    AFECTANDO EL LOGOS

    AFECTANDO EL EROS

    EL POTENCIAL POSIBLE

    RETOÑOS DE UN NUEVO PARADIGMA

    EL TESORO ESCONDIDO EN EL ESPÍRITU HUMANO

    Bibliografía

    Un agradecimiento a quienes me animaron y me estimularon en mi trabajo de investigación, compartiendo ideas, ánimo o aliento:  a David Rey, André Hediger, Luciana Fenos, Agustín Busetto, Marcos Kappes y  Carlos Chazarreta. También a mi amiga, consejera y esposa, Noelia Marilyn Botas, quien me ayudó a ordenar y pulir estas ideas desde su área de especialidad, la psicología, mientras llevaba en su vientre a nuestra hija, Libertad Celeste.

    PROLOGO

    EL TÚNEL

    ––––––––

    Te anticipo que el libro que tienes en tus manos será, para muchos, como un túnel oscuro. No como aquel túnel de Sábato, que se angosta y se oscurece cada vez más y que ciertamente no tiene una salida. Este túnel es también oscuro, pero es el camino que conduce a una salida. Al final de éste sí que hay luz. Si no fuera por esa luz, ni yo entraría al túnel ni le aconsejaría a nadie que entre.

    Una vez oí una frase (no puedo recordar de quien) que se me grabó profundamente en la memoria: la fortaleza de un individuo se mide por la cantidad de verdad que es capaz de soportar. El libro-túnel en el que estás por meterte, te aclaro de antemano, tiene unas cuantas verdades acerca de nuestros tiempos que son difíciles de tragar. ¿Tendrás las fortaleza para ello?

    Soy de la idea de que es casi imposible dar con soluciones si no se empieza viendo, aceptando y entendiendo de qué trata el problema mismo. Y muchas veces entender plenamente un problema es, en gran parte, ya haber dado con la solución. Este libro se enfoca en circunscribir un problema, uno que afecta muy particularmente (y muy intensamente y de forma creciente) a los niños nacidos en el siglo XXI. Yo diría que es el problema.

    No cometamos el error de interpretar el ingreso a este molesto túnel, este lugar al que nadie quiere ingresar, como algo negativo, pesimista o morboso. Es exactamente todo lo contrario. En mi opinión, lo único negativo es pretender que no pasa nada y mirar para otro lado. Ingresamos a este túnel porque sabemos que todo lo mejor es absolutamente posible, que el cambio es factible para todos, que el potencial humano espera ser despertado siempre porque esa es en definitiva su mismísima naturaleza. Después de todo, alguien tiene que meterse en el túnel a hallar respuestas y soluciones, ¿no crees? Entremos, pues, con espíritu heroico, con la frente en alto y la mirada siempre puesta en que el cambio es posible.

    Ahora, con esta pequeña pero potente verdad te dejo en el pórtico del túnel. Esta es la antorcha con la que podrás recorrerlo. Y al final te prometo Luz.

    ––––––––

    NICOLÁS PONSIGLIONE, 23 de Abril de 2022.

    CAPÍTULO 1. La cruz de la disgenesia

    TIAGO Y EL ABISMO

    ––––––––

    Tiago tiene once años. Recién llega del colegio. Hoy allí los profes le explicaron que Tiago podía ser Tiaga y vestirse de nena. No era ninguna broma; pero igualmente no le gustó. Tampoco fue ninguna novedad, si en la clase ya hay un Fernando que en realidad es Fernanda, y una Elizabeth que hasta el año pasado era Francisco. En quinto hay otro que hasta le cambiaron el DNI.

    El niño ni siquiera saluda a su padre, corre hacia su cuarto y levanta el brazo para encender la consola. Al hacerlo vuelve a sentir ese dolor mudo, ese entumecimiento extraño que se apoderó de todo su brazo izquierdo después de recibir el pinchazo. Pero él no le contó a nadie: había que demostrar valentía, lo que en verdad significa guardarse el miedo. En su clase todos fueron pinchados, menos uno. Un día no lo vieron más en el colegio. Como Pedro, el de tercero, que dos días después de ser vacunado le agarró un ACV. A ese tampoco lo vieron más.

    Mientras se sumerge en el videojuego, Tiago no nota que su tapabocas sigue obstruyéndole las vías respiratorias. Ya forma parte de su cara. De su rostro anónimo. Ser anónimo le gusta, le da seguridad. El es como todos en esta generación de caratapadas. Como las palabras se entienden poco y mal, con los tapabocas todos se habituaron a hablar menos. Hasta los profes hablan menos. Pero por suerte los chicos tienen celulares y consolas. Al menos Tiago tiene una, el regalo de cumpleaños que puso un punto final a una competencia desleal y desbalanceada entre la pelota y el FIFA, entre la plaza de la esquina y el San Andreas. El ganador ya saben cual fue. Tiago no le contó a nadie, pero para  lo que más quiere el smartphone es para ver porno. No entiende por qué los adultos juegan a no saber nada del tema, cuando es tan obvio. Mejor, piensa.

    La adrenalina del juego atenúa la sensación del hambre, pero pronto recuerda que no merendó y en un movimiento automático saca un alfajor semi comido del bolsillo para concluir el festín. Es el tercero que se come en el día, y sería todo lo ingerido si no fuese por ese pancho que ligó gratis en el recreo. Se lo había regalado Francisco. Perdón, Elizabeth. Porque a él —a ella, ¡a ella!— no le gusta el kétchup, y este pancho había sido inundado con el ungüento rojo brillante. Pero a Tiago le encanta el kétchup, incluso más que la salchicha; con respecto al pan, que no te guste es sinónimo de que no te gusta la comida. Todo tiene pan y todo tiene blanco. Te tiene que gustar, es como el azúcar. A todos les gusta.

    Desde la cocina su madre le pega un grito, recordándole que tiene que hacer la tarea. Tiago se acuerda, esto le trae un leve dolor en la cabeza. Una horita más y empieza.

    Al final esa hora se convierte en dos, después en dos y media. Con los ojos inyectados de monitor, abre el cuaderno: la tarea de nuevo está relacionada a la pandemia. Complete el protocolo faltante. ¿Qué debería haber hecho Juancito? ¿Por qué es tan bueno cuidarnos entre todos? De pronto siente que no puede concentrarse, ¿qué es ese ruido tan molesto? Junto a su cuarto, su hermana de tres años ve dibujitos a un volumen demasiado elevado. A su hermanita le diagnosticaron Asperger, ese trastorno medio de moda que suena a superhéroe. Tiago no entiende por qué justifica eso más horas de TV, él no gozó de tales privilegios. Se esfuerza para hacer la tarea, pero no lo logra. Está harto del covid, harto de Pepa Pig, harto del alfajor, de Tiaga, de todo. Pero por suerte tiene su consola, que lo consuela como nadie ni nada. Y también tendrá su smartphone para cuando cumpla doce. Con él, llegará el refugio que pronto se convierte en pozo, y más tarde en abismo. Tiago no ansía ninguna otra cosa más que entrar en él y no volver a salir.

    INTRODUCCIÓN

    ––––––––

    Esta breve instantánea de vida de un niño de once años refleja una realidad hoy endémica. Tal historia es de lo más usual en cualquier hogar, sea en Argentina, Estados Unidos, Brasil, España, China o Japón, y con leves variantes según se trate de clase baja, media o alta. Juntos, el globalismo y la tecnología hicieron lo suyo, y el resultado en las generaciones más jóvenes es más o menos lo narrado en aquella tarde del preadolescente Tiago.

    Inmerso en ese ambiente, rodeado de tales dispositivos y enfrentado a la inevitabilidad de determinadas cosmovisiones e ideologías obligatorias, ¿cuáles son las probabilidades de que nuestro joven desarrolle todo el pleno potencial que como ser humano posee? ¿Qué chances tiene de descubrir su don, su magia, su individualidad? Luego, ¿qué posibilidades reales de desarrollarla para que madure y dé fruto? Creo que no es necesario adivinarlo. Con toda probabilidad, 9 de cada 10 Tiagos quedan infradesarrollados, atrofiados, estropeados, idiotizados. No acaban siendo todo lo que podrían ser, sino que quedan reducidos al estrato más mediocre de la civilización moderna. A esto, señoras y señores, se le llama normalidad. Como quiera que yo lo considero más bien algo subnormal, emergió hace un par de años la idea del libro que hoy tienes en tus manos.

    Esta obra se propone mostrar la conexión existente entre diversos aspectos intrínsecos de nuestra cultura moderna globalizada y tecnológica y la degeneración o degradación de la especie humana, que la sitúa muy por debajo de sus potencialidades reales e innatas. El ser humano tiene potencialidades increíbles e impensables, y numerosas individualidades de ayer y de hoy así lo demuestran. Pero el influjo omnímodo de nuestra civilización moderna parece propiciar exactamente lo contrario, parece obstaculizar el potencial seriamente. ¿Por qué sucede esto? ¿Cómo se llegó a este estado de cosas? Y más importante aún a fin de tomar cartas al asunto: ¿por medio de qué clase de influencias en concreto se está logrando este efecto?

    Un conjunto de influencias está operando simultáneamente, por primera vez en la historia humana, sobre los niños nacidos en este siglo XXI. Antes habían obrado parcial o aisladamente, algunas eran incipientes, otras ocasionales y otras inexistentes hace veinte, treinta o cuarenta años. Hoy, en cambio, obran todas juntas y todo el tiempo sobre los más pequeños. ¿Qué efectos mediatos e inmediatos habrán de traer sobre el individuo y por extensión sobre la sociedad entera? ¿Tienen algo para decirnos los científicos y médicos que ya han abordado el fenómeno en sus distintos aspectos? En cada uno de los diversos capítulos del libro expondremos los resultados de estudios científicos advirtiendo sobre esta situación, con fundamentos evidentes.

    Sintetizando, estos aspectos degeneradores o disgenésicos son cuatro: la comida industrializada y las pantallas, por el lado más concreto y tangible, y la educación en ideología de género y en el ecosanitarismo, desde un aspecto más abstracto o ideológico. Esta es la cruz de la disgenesia, que llega a cada rincón del mundo industrial, tecnológico y occidentalizado, la cual se desglosa para mayor análisis en un septenario de elementos, que son:

    1. Educación obsoleta, basada en paradigmas decimonónicos.

    2. Régimen eco-Sanitario.

    3. Terapias génicas o nuevas vacunas masivas.

    4. Ideología de género.

    5. Comida industrial, ultraprocesada, sintética o chatarra.

    6. Pantallas (celulares, televisión, consolas, etc.).

    7. Porno.

    ––––––––

    Estos elementos están sintetizados dentro de la cruz disgenésica, y serán motivo de estudio a lo largo de los diversos capítulos del libro. Es únicamente el no estar interiorizado sobre estos puntos lo que lleva a tanta gente a restarles importancia, aunque nadie podrá negar que se trata de influencias omnipresentes en el hábitat artificial de todo individuo moderno, casi a escala global. Mi idea es abordar un estudio en conjunto a fin de que las sincronías se pongan en evidencia. No me guardo para el final el comentarte que son muchas más de las que a simple vista podrías reconocer.

    Este libro emerge de una investigación realizada en varias direcciones. Por un lado, la lectura e investigación, recopilación de datos y fuentes diversas, consulta de especialistas en las materias, etc. Esto atañe a la parte fría e intelectual. Por este lado, es también una especie de profundización y ampliación de los temas abordados en mis anteriores investigaciones, en El relato pandémico, Infancia adulterada y PsicoHerejía. Pero por otro lado ha sido decisiva la observación y, lo que podemos denominar, mi trabajo de campo. Como soy padre de familia, he constatado desde mi experiencia directa el efecto de estos elementos disgenésicos en mi propio hogar. También lo cotejé con conversaciones con otros padres y madres de familia, charlas acaloradas con amigos y con docentes. Esto corroboró sin lugar a dudas, de manera directa, todo lo que venía estudiando. El libro surge como una necesidad de compartir con la gente el fruto de mis investigaciones, así como reflexiones, conclusiones y posibles salidas constructivas del escollo. Sin reconocer, aceptar y luego entender un problema es completamente imposible dar con soluciones.

    De entrada quiero aclarar que así como cuestionar las nuevas terapias génicas inyectables no convierte a nadie en anti-vacuna, del mismo modo que yo cuestione el abuso de pantallas no me convierte en anti-tecnología, ni en anti-comida el señalar los perjuicios de la comida ultra procesada para la salud humana, o en anti-sexo por hablar de los daños que está ocasionando a niños y adolescentes la actual plaga del porno streaming, ni en anti-derechos el cuestionar la ideología del género. Asimismo, lo que yo cuestiono con fundamentos en esta obra no es el progreso, la tecnología o la modernidad sino lo que resumo con el término disgenesia, un fenómeno creciente e inadvertido que conduce cuesta abajo tanto a nivel individual (genética, sexual, fisiológica y mentalmente) como social. No se puede confundir disgenesia con avance tecnológico o modernismo. Esta confusión y deficiente diferenciación ha resultado útil como herramienta de estigmatización y censura mediática, blindando determinados intereses que se sienten amenazados por el foco de la concientización en estos temas. La polarización radical es una metodología eficaz de silenciamiento. Hoy es tan obvia y descarada, que incluso ha comenzado a perder su anterior influjo casi mágico. Mucha gente se está despertando.

    Es el efecto de todos estos elementos disgenésicos tomados en conjunto lo que ningún médico o científico podrá negarme su gran potencial pernicioso sobre los seres humanos. Todos parecen saber que la comida chatarra es perjudicial para la salud; algunos intuyen que el exceso de pantallas en los niños es realmente malsano; otros se animan a decir que la educación está obsoleta, cristalizando idiotismo en los jóvenes, y que formar en ideología de género es un crimen contra la niñez; los más osados de nuestros tiempos desconfían y rehúsan someterse a las anti científicas experimentaciones génicas post-pandemia. No obstante, ¿alguien alguna vez se preguntó qué efecto traerá en los niños —sobre todo, pero también en adultos— el someterlos a todas estas influencias juntas y en simultáneo? Este libro se propone echar luz sobre este fenómeno que hoy es básicamente tabú.

    De entender que es científicamente innegable lo pernicioso de los elementos mencionados surge la pregunta del millón: ¿cómo es posible que las autoridades de todo el mundo no sólo no hagan nada al respecto para informar, concientizar o regular todo esto, sino que incluso se esté llevando hoy (tercer decenio del siglo XXI) a una escalada aún mayor? Sin entender la disgenesia moderna es imposible responder esa pregunta.

    Como los sujetos por excelencia de esta degradación son los niños, este libro estará orientado principalmente a propiciar una transformación en los criterios de sus padres adultos, derivado de la toma de conciencia, a fin de poder ayudar indirectamente a los más pequeños. No obstante, sepamos de entrada que los elementos degeneradores son perjudiciales para todos los seres humanos sin importar la edad. Todo adulto puede sacar provecho de lo que en estas páginas se pone en evidencia. Lo que me lleva a poner el foco en los niños surge lógicamente de su especial y acentuada vulnerabilidad. Y del hecho de que, a la vez que serán ellos quienes sufran todo el esplendor del daño, en ellos recaerá el recrear el mundo futuro. Si no hacemos nada al respecto, ¿qué podremos esperar de la especie humana?

    EL NECESARIO MARCO TEÓRICO. MATERIALISMO ATEO, DARWINISMO MAL COMPRENDIDO Y EUGENESIA.

    La teoría de la evolución de la especies explicada por Darwin tiene un costado inquietante, que incluso dejó algo intranquilo al mismo Darwin. Fue nada menos que su propio primo directo, Francis Galton, quien sería el encargado de enunciar las bases de lo que denominó eugenesia, la cual predica una mejora biológica o genética del ser humano.

    Los estudiosos señalan que desde sus mismos orígenes, el eugenismo tuvo vocación política, es decir, no se limita a apelar al conocimiento o a la moral sino que pretende que los propios Estados adopten medidas que lo favorezcan. Se trata del fundamento científico por antonomasia de toda política de población. Como las políticas poblacionales son prioridad absoluta en el siglo XXI —por la superpoblación, la escasez de recursos naturales y la contaminación ambiental—, la eugenesia tiene un protagonismo velado en muchas de las estrategias vinculadas al control natal, la reproducción, la salud y la esperanza de vida.

    Veamos como emerge la eugenesia de un entendimiento bastante literal y limitado de las teorías de Darwin. Si existe la selección natural, y si esto implica que no hay ninguna inteligencia divina detrás de la evolución sino que esta es mecánica o azarosa, ¿por qué no aplicar la ciencia a fin de canalizarla a conveniencia nuestra? Por dar un ejemplo gráfico: no se limitan a desarrollar una tecnología nueva para, digamos, sanear un corazón enfermo, sino que directamente pasan a modificar el corazón incluso de individuos sanos, o bien crear un formato de corazón nuevo. A esto le llaman mejorar el diseño humano.

    Profundicemos un poco para entender cómo se arriba a esta particular modalidad de pensamiento y prácticas, y qué relación tiene el darwinismo con el materialismo y la eugenesia.

    En esta ecuación de tipo materialista tendríamos simplemente a la inteligencia humana versus fuerzas ciegas y azarosas. En teoría, nadie ni nada habría realizado ningún trabajo genial al crear tamaña maravilla del cuerpo humano o de la vida orgánica en general: fue sencilla y simple casualidad, el azar obrando ciegamente como puede discurrir el agua sobre una mesa cuando volcamos un vaso accidentalmente, o la disposición que adopta un puñado de piedras al ser arrojado al suelo. Ese azar desprovisto de entidad alguna culminó tras millones y millones de años, según opinan los materialistas, en nuestros geniales cuerpos actuales —cosa realmente fantástica, por cierto, y que no ha sido demostrada por nadie hasta la fecha.

    Pero nótese que, así como no habría ningún dios ni inteligencia rectora, tampoco queda en pie ninguna diosa, ninguna madre naturaleza, ninguna madre Tierra ni nada que se le parezca. Todo eso serían cuentitos de los primitivos humanos, que con su animismo basado en la ignorancia proyectaban un alma inexistente en todas las cosas. Eso sería una mera invención o fábula, según esta cosmovisión. Todo sufre, pues, la operación del desalmado radical. Tal es la visión del materialismo extremo. Lo que queda es un universo físico, desprovisto de entidad o vida más allá de lo estrictamente atómico o electromagnético. Un universo mecánico, ininteligente, involuntario, carente tanto de causa primera así como de finalismo, ausente de entidad del Ser, Alma, espíritu inteligente o inmortalidad. Los hombres y mujeres no tienen alma; la Tierra no tiene alma. Este universo sólo espera ser explotado por quien lo desee o pueda hacerlo.

    Entonces, ¿por qué correr el riesgo de que la especie humana se deslinde en una degeneración  incorregible y acabe autodestruyéndose? ¿Por qué permitir que los genes malos se reproduzcan, si esto perjudica a la especie humana en cuanto grupo? ¿No sería incluso el deber del ser humano moderno y evolucionado el canalizar convenientemente estos procesos a su voluntad  y criterio?

    Sobre esta base ideológica, sobre los cimientos de estas teorizaciones —que, nótese, carecen de demostración— surgió la eugenesia.

    Lo que Galton promovió, basado en su propia interpretación de las teorías de Darwin, es el desarrollo de prácticas para promover la mejora genética de la especie humana por vías artificiales, de la mano de la ciencia. Como pulsa de fondo el obvio materialismo ateo, el hombre adopta la prerrogativa de re-crear al hombre mismo: de mejorarlo. A falta de un dios, el hombre mismo se instituye en dios, siempre gracias a la iglesia de la ciencia. Aunque, como podrán darse cuenta, el hombre refiere en este caso a quienes profesan la ideología hegemónica y digitan las palancas del poder mundano.  Ellos —y sólo ellos— mejorarán la especie. Ellos creen poder hacer mejor lo que la naturaleza o dios aparentemente no habrían podido lograr. De hecho, Galton proponía fomentar la reproducción de las cepas superiores a fin de promover la prevalencia de una raza superior, sin taras genéticas —el racismo es inseparable de la eugenesia desde su misma cuna. La cruda realidad es que esta mezcla frankensteiniana de ideología y ciencia, a despecho de sus excelentes intenciones, no trajo sino calamidades en la historia posterior a Galton, aunque los defensores de la eugenesia argumenten que fueron errores de prueba.

    A finales del siglo XIX y hasta el final de la segunda guerra mundial el eugenismo fue una posición intelectual hegemónica y prácticamente universal, compartida en sus distintas versiones por la práctica totalidad del espectro político. En efecto, fueron eugenistas Winston Churchill, Bernard Shaw, J. M. Keynes, Henry Ford, la familia Rockefeller, Theodore Roosevelt, el movimiento libertario ibérico y los nazis alemanes. Tras la segunda guerra mundial, las atrocidades cometidas por el régimen nazi en materia eugenésica trajo un gran rechazo generalizado por estas ideas y prácticas. El querer mejorar la raza solo logró empeorarlo todo.

    Era un hecho la general degeneración que observaba Galton en su época. No obstante, más allá de que esta ideología parta de premisas falsas y una inclinación claramente racista, Galton no advirtió nunca que el ser humano estaba comenzando a degenerar a raíz, precisamente, de la transformación radical de su hábitat. No por herencia genética. El materialismo impulsando un sistema industrial a ultranza modifica el medio ambiente, siempre inducido por la codicia y la sed insaciable de lucro, y es este entorno modificado el que luego comienza a degradar la salud y aptitudes de los individuos sujetos a su influencia. Galton habitó la Europa de fines de siglo XIX, cuando lo peor del industrialismo asoló las urbes. Polución, hacinamiento, comida y bebida insalubres, adicciones, trastornos mentales producto del estilo de vida, higiene y medicamentos derivados del petróleo comenzaron juntos a surtir efecto en organismos que durante miles de siglos evolucionaron para vivir en ambientes completamente diferentes. Galton observó este hecho en sus contemporáneos. Pero en lugar de poner el foco en el sistema industrial mismo (con su anti higiene, anti humanitarismo y anti ecologismo), dejó intacto el imperio del materialismo para proponer una solución en la práctica de la eugenesia, solución que, de paso, redundaría en beneficio del sistema industrial mismo.

    Con el fin de la segunda guerra mundial, la eugenesia también parecía tocar su fin.  Pero como yerba mala nunca muere, lejos de desaparecer, desde mediados de siglo XX la eugenesia pasó a moverse por debajo de la mesa amoldándose a los tiempos modernos, mutando sus estrategias y modificando sus terminologías. Numerosas instituciones alimentadas por estas ideas cambiaron sus nombres a fin de no ser asociadas a la eugenesia, pero conservaron su línea ideológica, sus premisas y su misión intactas. La Liga del Control de la Natalidad, de Margaret Sanger, pasó a llamarse Federación Internacional de Paternidad Planificada (IPPF), y hoy es una multinacional abortista con más sucursales que Mc Donald´s; la Sociedad Británica de Eugenesia cambió su nombre por Instituto Galton, contando entre sus miembros a desarrolladores de las actuales vacunas anti covid (como Adrian Hill, desarrollador de la vacuna covid de AstraZeneca). Los ideólogos adheridos a la eugenesia jamás cesaron en sus investigaciones de la mano de la ciencia. En el mundo de post guerra determinaron gran cantidad de medidas demográficas famosas, como la política de un solo hijo en China o la consolidación política e institucional de la ideología del genero, entre otras más indigestas como la esterilización de indígenas en el Perú del dictador Alberto Fujimori en la década de 1990. Hoy día el transhumanismo es una versión 2.0 de la noción eugenesista. El transhumanismo pretende mejorar el precario diseño humano y, por extensión, modificar la civilización entera.

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    LA CARA OCULTA DE LA EUGENESIA

    El término disgenesia es un antónimo de eugenesia, y es utilizado por algunos científicos para caracterizar la selección de variables genéticas negativas[1].

    Ahora bien, para entender a la disgenesia tenemos que seguir esta misma lógica. La disgenesia, en definitiva, no es sino una clase de estrategia más enmarcada dentro del eugenismo, y como tal es también inseparable de las políticas poblacionales modernas. Consiste en seleccionar una masa o grupo humano no deseado (o bien no privilegiado) y aplicarle determinadas prácticas por vías diferentes a fin de que en el transcurso de una o dos generaciones sea completamente desagregado, o bien que sufra una modificación radical a fin de servir mejor al sistema  que beneficia a los más aptos o los mejores. Que sea una cosa o la otra dependerá de la estrategia disgenésica aplicada o de la intensidad al aplicarla.

    Es decir, a los mejores les aplican eugenesia en simultaneo que aplican disgenesia a los peores, y peor/mejor siempre está ligado a la posición socioeconómica y  al nivel de poder obtenido en el sistema y en la mentalidad industrial. En esta lógica industrialista, los que están al poder son los mejores y los que están en la base de la pirámide socio-económica, los peores.

    Mientras prevalecieron las primeras dos o tres revoluciones dentro del industrialismo, la ancha base de los peores fue necesaria como mano de obra o como material bélico; básicamente, trabajadores que producen y que consumen, y soldados. La ancha base servía al modelo o sistema industrial, que no es sino una forma de decir que servía a los poderosos.

    Seguramente la disgenesia comenzó a ser enarbolada silenciosamente en algún punto del siglo XX (tras la llegada de la informática), a raíz de que los eugenesistas se plantearan la siguiente pregunta: ¿para qué queremos preservar con buena genética a nuestros trabajadores y soldados, es decir, a las grandes masas en la ancha base social? ¿Para qué mantenerlos inteligentes, lúcidos, vigorosos y saludables? De estas preguntas surge la disgenesia aplicada, el costado más siniestro de la eugenesia.

    El menudo problemita que se viene en breve, cuando la cuarta revolución del sistema industrial se consolide, es que ya no será necesaria —por primera vez en la historia del industrialismo, y por ende de la especie humana— tanta cantidad de personas. ¿Qué hacer entonces con más de siete mil millones de personas?

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    INDUSTRIALISMO EN CUATRO ETAPAS

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    Estas cosas se consideraban ficción. Muy lejos, en el futuro. Pero, damas y caballeros, el futuro ya está aquí. El futuro ha comenzado. Es un nuevo sistema. Nos cambia a nosotros mismos, porque es una fusión de nuestra esfera física, esfera digital y esfera biológica. Sólo piensa en sensores implantados en nuestro cerebro, ¡las oportunidades son inmensas! Y tenemos que prepararnos desde ahora.

    Klaus Schwab, en una disertación del World Government Summit en Dubái.

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    El presidente del Foro Económico Mundial o Foro de Davos, Klaus Schwab (economista y empresario alemán), es el principal apóstol del advenimiento de la denominada cuarta revolución industrial. Es coautor del libro Covid19: el gran reseteo (publicado en 2020 pero escrito, curiosamente, en 2019) y autor de La cuarta revolución industrial (publicado en 2016). Desde su santa sede en Davos, Suiza, Schwab es la cara visible de un movimiento político, ideológico y económico sumamente poderoso que está arrastrando a numerosos dirigentes políticos y mega empresarios de las naciones del mundo a adherir a una particular forma de concebir el futuro, pero también de acelerar su llegada.

    Pongámonos en contexto y repasemos brevemente las distintas fases revolucionarias dentro del industrialismo:

    Primera revolución industrial, inicia en 1784 con el primer telar mecánico, y se basa en la invención de la energía a vapor y de los primeros sistemas mecánicos. Su época fue el siglo XIX.

    Segunda revolución industrial, inicia en 1870 con la introducción de la electricidad y de los combustibles fósiles como fuente energética, siendo su hito la primera cadena de montaje. Su época fue el siglo XX.

    Tercera revolución industrial, inicia en 1970 con la llegada de la electrónica, la informática y la computación. Su época por excelencia se considera que inicia hacia finales del siglo XX (décadas de 1980 y 1990).

    Cuarta revolución industrial, está iniciando en nuestros días (año 2011 en adelante) y se basa en la digitalización y en el uso de sistema físicos cibernéticos, aplicando la inteligencia artificial y la robótica, pero también en el auge de la fusión biología-máquina (nanotecnología, biotecnología, etc.), la hiperconectividad (5G y 6G; el internet de las cosas), el Big Data y tecnologías emergentes como la ingeniería climática (chemtrails) y la utilización del grafeno, apodado el material del futuro.

    Cada una de estas revoluciones lo ha transformado y trastocado todo en el estilo de vida de las personas; de hecho, han modificado la sociedad entera de manera irreversible. El cambio radical que pronto se viene implica que la mayoría de las actuales personas sirviendo al sistema industrial ya no van a ser más útiles ni necesarias al mismo. ¡Menudo escollo!

    Y si estás pensando

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