Vaginas Libres: Guía para conseguir una menstruación libre

Por Leticia Chamorro

Guía práctica para conectar física, mental, y espiritualmente con tu menstruación.
A través de ejercicios, actividades y retos mensuales.
Para que entiendas cómo funciona tu cuerpo los días que menstrúas.
Para que experimentes tu ciclicidad, tanto femenina como lunar.
Para que elijas qué quieres, y qué no quieres utilizar, durante el sangrado.
Para que alcances autonomía física, y no necesites utilizar NADA en estos días.
En definitiva, para que practiques el sangrado libre.

• Idioma: Español
• Editorial: Leticia Chamorro
• Fecha de lanzamiento: 6 mar 2022
• ISBN: 9780463472040

Vista previa del libro

Índice

Ser una Vagina Libre

La Técnica

El Camino

Menstruación 1.

Menstruación 2.

Menstruación 3.

Regalo

Menstruación 4.

Menstruación 5.

Menstruación 6.

Regalo

Menstruación 7.

Menstruación 8.

Menstruación 9.

Regalo

Menstruación 10.

Último regalo

~ El sueño de Iris ~

Tu camino

Ser una Vagina Libre

Sí, sí: Libre. Has leído bien. Y aunque existen muchos tipos de libertad y muchos tipos de vaginas, yo te quiero ayudar a sentirte libre durante la menstruación. Esta es una guía de 10 meses, en las que, juntas, vamos a conseguir completa conexión y entendimiento de tu cuerpo. Para así alcanzar una completa autonomía durante tus días de sangrado.

La ausencia de libertad es esclavitud. En mi opinión, una de las razones fundamentales por las que somos esclavas menstruales es debido al tabú y secretismo que ha envuelto a la menstruación durante cientos de años.

En algunas culturas, las mujeres todavía son repudiadas durante su menstruación. Por poner un ejemplo nombraré las prácticas Chhaupadi en Nepal occidental.

Pero no hace falta que nos vayamos tan lejos. Si tienes la posibilidad, pregúntale a tu abuela cómo vivió los primeros años de menstruación. Cómo se concebía el sangrado femenino en su época joven. Te asombrarán sus respuestas y te ayudará a conectar con ella.

Además, seguro que, en más de una ocasión, has escondido entre tus manos un tampón o una compresa mientras corrías hacia el baño en el trabajo, instituto, universidad, o cualquier otro evento… ¡Muchas nos avergonzamos de un proceso natural! Y, sin darnos cuenta, estamos apoyando el secretismo y tabú menstrual.

Por otro lado, el ritmo frenético de la vida nos lleva a no experimentar con nuestro cuerpo; a que no reflexionemos sobre lo que sentimos; sobre lo que nos sucede a nivel físico y mental, durante el ciclo completo. Lo hemos convertido en algo que tenemos que pasar todos los meses. Algo que solo queremos que llegue, para que se vaya lo antes posible.

¿Alguna vez te han dicho que nuestro cuerpo está preparado para no necesitar ningún ayudante externo, durante la menstruación?

Párate a pensarlo. Una de las máquinas más perfectas que habita la tierra es el cuerpo humano. Miles de procesos que se suceden en milésimas de segundo, sin que tú, ni yo, seamos conscientes de ello. Totalmente perfecta e independiente. Para sobrevivir solo necesita agua, alimento y oxígeno. En esta ecuación no entran los tampones, las compresas, o la copa menstrual. No.

Así como hay señales físicas que somos capaces de identificar, como por ejemplo hacer la digestión, hay otras que debemos desarrollar. Para ello, aplicándolo a la menstruación y que puedas entender de lo que hablo, me gustaría analizar el aparato reproductor femenino.

En la imagen vemos sus partes. No entraré a analizarlas todas. Solo quiero puntualizar el Cérvix: el orificio externo que conecta la vagina con el útero, y mide tan solo unos milímetros.

Es extremadamente flexible, llegando a dilatarse hasta los diez centímetros durante el parto. Cambia según la fase del ciclo en la que estés, el número de embarazos y la edad. Pero no es la Puerta de Alcalá; el Arco de Triunfo de Barcelona; ni tampoco el meridiano de Greenwich a su paso por los Monegros (si me permites la expresión… ¡aunque por ahí se logren grandes triunfos!).

Te lo nombro porque es una pieza fundamental en la menstruación, pero es un gran olvidado. Pocas veces lo nombramos, a no ser que estemos embarazadas. Por lo que puestas a romper tabúes, considero que es importante darle esta especial mención. Además, en las próximas páginas aparece constantemente y necesito que sepas de lo que hablo.

Fíjate en el cérvix, es uno de los orificios más pequeños del cuerpo:

Si eres una persona que le gusta ver y analizar; tienes una mente gráfica y visual, te invito a que busques en internet imágenes reales del cérvix. Verás su tamaño, ¡Es minúsculo! Y por ahí es donde se expulsa el sangrado.

Si una foto en internet no te deja satisfecha, en tu próxima visita al ginecólogo/a cuando introduzca el espéculo en tu vagina, pídele que te deje ver tu cérvix, puedes llevarte un espejo.

Otra opción que también te pueda interesar, es que en la farmacia venden espéculos de un solo uso. Para auto introducírtelos y poder observar tu cérvix en la tranquilidad de tu casa.

La revelación y los Mitos

Algo tan sencillo como quedarme sin tampones me llevó a una revelación crucial para mi vida. Tenía entendido que la menstruación era como un grifo abierto. Otro de los mitos que creía era que, si te bañabas, se cortaba el sangrado. Además estaba completamente segura de que sangraba en cantidades industriales.

Estas creencias, entre otras, son comunes en muchas de nosotras. En mi caso, creo que tenía tan asumidos estos mitos porque no me había parado a entender mi cuerpo, a analizar qué pasaba durante mi ciclo.

En el 2014 leí un artículo que me cambió la vida. La modelo Lauren Wasser protagonizaba la historia sobre cómo sufrió el Síndrome del Shock Tóxico (SST) por el uso prolongado de un tampón. Casi pierde