Santería: La guía definitiva de los hechizos, rituales, orishas y prácticas de lucumí, junto con la historia de cómo vivieron los yorubas en América

Por Mari Silva

¿Está familiarizado con los siete poderes africanos?

¿Quiere aprender el secreto de sus poderes?

¿Quiere cultivar su propia energía espiritual?

¿Le interesa saber cómo los antiguos yorubas sobrevivieron a la esclavitud con la ayuda de sus espíritus ancestrales?

Hace cientos de años, los yorubas de Nigeria y África Occidental fueron llevados a América como esclavos. Por suerte, consiguieron preservar su herencia y sus espíritus ancestrales disfrazando a sus deidades de santos católicos. En secreto, rindieron culto. El resultado es la religión de la nueva era conocida como santería, una mezcla de catolicismo y creencias tradicionales africanas.

La santería ofrece información valiosa y perspicaz sobre los orígenes, las creencias y las prácticas de la religión sincrética lucumí. Este libro le enseñará los extraordinarios secretos del pueblo yoruba.

En este libro, podrá:

• Descubrir cómo invocar a los orishas y a los siete poderes africanos.
• Dominar el arte de la adivinación para predecir su futuro.
• No volver a preocuparse por las fuerzas negativas y malignas.
• Verá ejemplos prácticos de cómo utilizar el poder divino para lograr sus objetivos.
• Aprender los poderosos hechizos y rituales que los yorubas utilizan para canalizar a sus dioses.
• Dominar el uso del ashé y el iwa pele.
• Convertirse en un poderoso hijo de los dioses.
• ¡Y mucho más!

Con este libro como guía, ahora tiene un punto de partida hacia la vida que desea. La santería le pondrá en el camino para descubrir sus raíces y le ayudará a establecer un vínculo espiritual con los espíritus de sus antepasados.

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• Idioma: Español
• Editorial: Mari Silva
• Fecha de lanzamiento: 28 oct 2021
• ISBN: 9798201522933

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Introducción

La santería es una religión sincrética de raíces africanas, especialmente entre el pueblo yoruba de África Occidental. En español, santería significa: El Camino de los Santos, pero mucha gente se refiere a ella con otros nombres. Algunos la llaman La Regla de Ocha, que significa La Orden de los Orishas, y otros la llaman La Religión Lucumí, que significa La Orden de Lucumí.

La santería no es una religión arcaica. La tradición religiosa se desarrolló en Cuba y desde allí se extendió a América Latina y Estados Unidos. Con más de quinientos años de historia, es más un estilo de vida que una religión. Hay millones de practicantes en el Caribe, Estados Unidos, Sudamérica y Centroamérica. Estos adeptos son de diferentes orígenes y provienen de distintas profesiones.

Recientemente, ha habido un aumento de su popularidad, lo que ha provocado que más personas quieran conocer la santería. La base de esta religión es ayudar a desarrollar relaciones personales con los orishas a través de diversas prácticas espirituales, desde la mediumnidad hasta la adivinación y el sacrificio. Al establecer una relación con las deidades orishas, se pone bajo su protección y sabiduría. Pueden servir de guía hacia el éxito personal y profesional. El acceso a los orishas tiene muchos beneficios, como encontrará en este libro.

Naturalmente, la creciente popularidad de la santería ha hecho que aparezcan en el mercado muchos libros y guías sobre el tema. Aunque muchos de estos recursos afirman ofrecer los secretos de los caminos de los orishas, solo unos pocos cumplen sus promesas.

Este libro es la única fuente de información sobre los orishas y cómo pueden ayudarle a vivir una vida plena. Escrito en un lenguaje sencillo y directo, abarca la práctica de la santería desde sus inicios hasta la actualidad.

Este libro explica el origen de la propia tradición y explica cómo se ha convertido en una práctica extendida por todo el mundo. Desde el primer al último capítulo, conocerá los fundamentos de La Regla de Ocha y los pasos necesarios para convertirse en un devoto practicante.

Si quiere tener el poder de controlar su vida y conectar con sus ancestros a través de lo más profundo de su ser, la santería es para usted. Pero si lo considera como una moda más a la que subirse, retírese ahora. No es una moda. Es un medio para lograr una implicación emocional directa con la vida y sus muchos misterios.

La santería es una religión de misterio, trance, posesión, iniciación, sacrificio, sangre y sexo. Este libro le llevará a través de todo ello: página a página. Si quiere saber más, acomódese y prepárese para experimentar los orishas de la forma más íntima. El idioma o la raza no son una barrera, porque las deidades conocen a su propia gente.

¡Pongámonos manos a la obra!

Capítulo 1: Cómo se vive el yoruba en América

La santería tiene sus raíces africanas en la cultura yoruba, originaria de Nigeria. La religión fue llevada a Occidente por los miles de hombres, mujeres y niños africanos transportados a la fuerza para servir como esclavos en el Nuevo Mundo. Por ello, es lógico que comencemos este libro conociendo más sobre el yoruba.

La historia del yoruba comienza en un lugar llamado Ile-Ife. Muchos lo consideran el reino ancestral fundado por Oduduwa y Obatalá, los dos orishas que crearon el mundo. Oduduwa es el padre del yoruba. Era un rey divino. Obatalá era un dios y creó el primer humano de arcilla.

Aunque la mayoría de los yorubas viven en el suroeste de Nigeria, se pueden encontrar grupos más pequeños en diferentes países de África Occidental. Varios viven en el norte de Togo y Benín. La lengua común del pueblo yoruba también se llama yoruba. Así que, el yoruba es una cultura, una lengua, un grupo étnico y una religión en uno.

Los yorubas se dieron a conocer internacionalmente por su comercio con los portugueses. A principios del siglo XIX, fueron invadidos por los fulani, lo que les empujó a emigrar al sur de Nigeria. A principios del siglo XIX, firmaron un tratado de paz con los fulani. Finalmente, el pueblo yoruba sufrió la colonización de Gran Bretaña, pero sus viajes habían comenzado mucho antes.

Antes de la llegada de los colonizadores, el pueblo vivía en centros urbanos con sólidas estructuras. En el siglo VIII existía un poderoso reino yoruba. Pero con el inicio de la trata de esclavos en el Atlántico, los habitantes de Nigeria y Benín fueron transportados a América y vendidos como esclavos.

Durante la trata transatlántica de esclavos, muchos africanos fueron enviados a través del océano a diferentes zonas de América. Muchos yorubas fueron transportados por toda la zona, y muchos de ellos desembarcaron en regiones tan diversas como Guyana, Brasil, Venezuela, Surinam y otros lugares. Estos lugares forman ahora lo que se conoce como Sudamérica.

Los yorubas esclavizados llegaron a colonias como Georgia, Florida, Carolina del Sur y del Norte, y otros lugares que ahora forman los Estados Unidos. Otros fueron a parar a regiones como La Española, Guatemala, Nicaragua y las Antillas, en el hemisferio que constituye América Central y el Caribe.

Hasta el siglo XVII, los yorubas apenas participaban en el comercio transatlántico. Pero cuando se inició un vasto conflicto en el Imperio oyo alrededor de 1750, quedaron en situación de vulnerabilidad. En consecuencia, cada vez más personas esclavizadas de esta tribu llegaron a América.

Hubo un pico entre 1826 y 1850 antes de que el comercio de esclavos empezara a declinar hacia 1867. Según un historiador llamado S. A. Akintoye, el número estimado de yorubas que fueron esclavizados y transportados a través del océano Atlántico es de aproximadamente 1,2 millones. Esta cifra representa hasta el 9 % del número de africanos enviados a la fuerza a América.

Aunque los yorubas se dispersaron por la nueva tierra con otras tribus y razas, la historia afirma que se concentraron principalmente en Cuba, Brasil y La Española, sobre todo en las provincias de Bahía y Saint-Dominique.

De los 700 000 africanos esclavizados y enviados a Saint-Dominique, hoy conocida como Haití, más de 173 000 fueron capturados en las costas de Benín, Togo y el suroeste de Nigeria. Y de estos 173 000, unos 53 000 eran yorubas.

Los yorubas constituían alrededor del doce por ciento de los esclavos importados en Bahía. Más del ochenta por ciento de ellos fueron capturados durante el siglo XIX. En total, los traficantes de esclavos esclavizaron e importaron 439 000 personas de la tribu yoruba a la región brasileña de Bahía. El número total de africanos esclavizados fue de 3,5 millones, lo que significa que los yorubas constituían el cuarenta por ciento de todos los esclavos traídos a América.

Como Cuba, Bahía y La Española tenían el mayor número de yorubas esclavizados, era en estas regiones donde el pueblo corría el riesgo de perder su cultura y religión. De hecho, sufrieron problemas y estuvieron a punto de ser erradicados, pero el pueblo encontró la manera de adaptarse, prosperar, evolucionar y sobrevivir, dejando un impacto duradero en el Nuevo Mundo.

El pueblo yoruba se enfrentó a muchas dificultades, con más caras extrañas que familiares. Habían sido expulsados a la fuerza de su tierra natal para residir en un nuevo país al otro lado del océano. Ya no se sentían seres humanos. Los amos de los esclavos los utilizaban como bestias de carga.

Una vez llegados a la nueva tierra, los esclavizados tuvieron que modificar su religión para adaptarse y sobrevivir. Los yorubas sufrieron una transformación considerable, que llevó a la formación de la santería. Los cambios comenzaron cuando tuvieron su primera experiencia con el catolicismo en Cuba.

La religión de los yorubas esclavizados se expandió por las fronteras de Cuba, Haití, Guyana, Brasil, Santa Lucía, Trinidad y Jamaica, por nombrar algunos.

Mucho antes de la trata transatlántica de esclavos, la nación yoruba siempre ha sido sinónimo de diversidad cultural. Las regiones dominadas por los yorubas albergaban (y aún albergan) diferentes grupos culturales interrelacionados y estados independientes con filiación lingüística. Aunque los dialectos de cada grupo eran distintos a su manera, todos hablaban una lengua estándar.

La lengua estándar, también denominada yoruba, es entendida por todos los distintos subgrupos culturales. En Nigeria, sus grupos son Oyo, Egba, Ekiti, Ijebu, Ilaje, Ijesha, Ife, Owo, Ibarapa, Igbomina, Awori, Ondo, Egun, Akoko, Egbado y Yagba. En otras regiones africanas