Los hermanos A E I O U
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obra que hace gala de la poderosa imaginación de su autor; cuenta con las
hermosas ilustraciones del
Ricardo García Pampín
Ricardo García Pampín es Licenciado en Ciencias Sociales, fue Jefe de Redacción del semanario Mella, director de la revista Avanzada y del semanario Pionero. Fue delegado al II, III y IV congresos de la Unión de Periodistas de Cuba y jurado en diversos concursos literarios. Posee numerosos reconocimientos como la distinción Félix Elmuza, Raúl Gómez García, medallas XX Aniversario de la UJC y XX Aniversario de la Organización de Pioneros y fue primer premio, categoría cuento, del concurso de literatura para niños La Edad de Oro en 1974, con el libro Los hermanos AEIOU.
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Los hermanos A E I O U - Ricardo García Pampín
Los hermanos
A E I O U
Ricardo García Pampín
images_Logo_Transparente.jpgEdición: Lic. Margarita Lozano Parrilla
Diseño de cubierta: Lic. Ernesto Elizarán Vázquez
Diseño: Rebeca Duarte Bouza
Ilustración: Lic. Ernesto Elizarán Vázquez
Corrección: Esmeralda Ruiz Rouco
Amalia Zoraida Hernández Sánchez
Emplane: Miguel Ángel Martínez Barcaz
Composición digital: Adriana Fundora Losada
© Primera reimpresión, 2020
© Ricardo García Pampín, Cuba, 2013
© Editorial Pueblo y Educación, 2013
ISBN 978-959-13-3845-7
EDITORIAL PUEBLO Y EDUCACIÓN
Ave. 3.a A No. 4601 entre 46 y 60,
Playa, La Habana, Cuba. CP 11 300
epe@enet.cu
Dedico este libro a los lectores del semanario Pionero
que me escribieron pidiéndome un cuento que no existía.
El primer cuento de este libro fue publicado en el semanario Pionero,
y no sé qué ocurrencia me dio de terminarlo con la frase
[…] pero eso ya es otro cuento
. Varias semanas después
empezaron a llegar cartas de lectores reclamando la publicación
de ese otro cuento. Por supuesto, no había otro, y me quedó
por dentro algo así como una gran vergüenza por haber engañado
a los niños sin proponérmelo. Me sentía en deuda con ellos.
Hoy he pagado aquella deuda.
A E I O U
E sto que les cuento sucedió hace mucho tiempo, cuando el abuelo de mi abuelo era como ustedes. A mí no me lo crean, pero dicen que dicen que en las cercanías de la región de Cienfuegos vivían cinco hermanos que se llamaban Alberto, Erasmo, Isidro, Orlando y Urbano. Y como el nombre de cada uno empezaba con una vocal distinta, los vecinos comenzaron a llamarles los hermanos AEIOU.
Eran cinco muchachones fuertes y alegres que se llevaban muy bien. Juntos vivían en un pequeño bohío, juntos trabajaban la tierra y juntos cazaban jutías, se bañaban en el río y visitaban a los vecinos cada domingo. Así vivieron felices, rodeados por el cariño de sus padres y amigos… hasta que empezaron las discusiones.
¿Y por qué discutían? ¿Por dinero? ¿Por egoísmo? ¿Por alguna de esas cosas que hacen malos a los hombres?... Nada de eso. Discutían nada más y nada menos que… ¡por las vocales! Sí, eso dije, por las vocales: A-E-I-O-U.
Cada uno decía que la vocal con que comenzaba su nombre era la más bella de todas y ¡la más importante!
—La A… esa sí es una letra bonita y muy útil —decía Alberto—. Por algo es la primera del alfabeto.
—¡Qué dices, insensato! —respondía Orlando—. La O, por ser redonda, es la más perfecta. Se puede decir que el resto de las vocales sobra.
—¡La que sobra es la O!
—¡Que sobran todas!... ¡Menos la E!
Para no cansarlos, les diré que lo primero que hicieron fue cambiar sus nombres: Alberto ya no quiso llamarse más Alberto, sino Albarta; Erasmo se convirtió en Eresme, y los otros solo respondían cuando los nombraban Isidri, Orlondo o Urbunu.
Poco a poco las cosas fueron complicándose. La canción que cantaban a coro todas las mañanas camino del trabajo, se encapricharon en decirla cada uno con su vocal preferida; tal