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Fortuna infernal
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Libro electrónico321 páginas5 horas

Fortuna infernal

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Una fortuna que pertenece a una organización de narcotraficantes, cae en las manos de un ranchero del sur de Texas, en un tiempo cuando él se encontraba en gran necesidad de fondos económicos para arreglar su hacienda. Tal fortuna provocó la destrucción de su propiedad, muertes en su familia y un largo tiempo de prisión en la penitenciaria del estado. Al terminar su condena, este ranchero marcha con indignación, y decidido a morir hacia la ciudad donde todavía operaba esa organización criminal que le había causado mucho daño.
IdiomaEspañol
EditorialPalibrio
Fecha de lanzamiento27 oct 2019
ISBN9781506530376
Fortuna infernal

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    Fortuna infernal - Samuel M. Cifuentes

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    INTRODUCIÓN

    Cuando apenas era un jovencito de dieciséis años de edad, don Faustino Cavalier cruzó el Río Grande para ingresar a los Estados Unidos. Debido a que no pudo encontrar rapidamente un trabajo para sostenerse, decidió por algún tiempo trabajar en las cosechas de algodón, y por las tardes, lavar platos y vasijas en uno de los pocos restaurantes que habían en el pueblo donde había llegado. Como en esos tiempos el país estaba en guerra con Japón, le fue fácil meterse al ejército, siempre con la idea de servir y progresar en donde ahora habitaba. Años más tarde, dejó el servicio militar y se volvió a Texas. Ahí en un pueblo pequeño cercano a la frontera de México llamado Walnut Valley, se compró unas tierras, las cuales, con la ayuda de su hermano mayor Esteban Cavalier, y empleados indocumentados, logró construir su casa, y una hacienda que llegó a ser una de las más importantes del pueblo. Pero cuando se sentía muy feliz y orgulloso de su prosperidad, su preciosa esposa Helen falleció, trayendo esto a su alma mucha tristeza, desánimo y muy pocas ganas de seguir viviendo. Tristemente, además de haberse descuidado de la atención de la hacienda, don Faustino Cavalier ya había adoptado fuertemente el vicio del alcohol. La hacienda comenzó a producir menos, los trabajadores continuamente se quejaban por la falta de sus salarios y los impuestos anuales que debían de pagarse al gobierno federal, también habían quedado en el olvido. Finalmente, la hacienda que antes era muy importante en el pueblo, dejó de serlo viniéndose abajo poco a poco, quedando ésta después de la muerte de don Faustino en manos de sus dos hijos Daniel y Andrés Cavalier. Ellos dos juntamente con su tío Esteban, tuvieron que afrontar las calamidades que se amontonaron una detrás de la otra por falta de recursos económicos, y todo a causa del descuido de don Faustino Cavalier.

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    1

    Algún tiempo después de la muerte de don Faustino Cavalier, Andrés su hijo menor de veinte años de edad, se levantó muy temprano de su cama y en sus ropas de dormir, vino al cuarto de Daniel. Deseaba charlar con él y decirle que en toda la noche no había pegado sus ojos por estar pensando en todos los problemas financieros que su padre les había dejado en esa hacienda. Este Andrés, era un poco más bajo de estatura que su hermano Daniel. Delgado y bien parecido, y por su madre había obtenido su cabello entre castaño y rubio, sus ojos verdes y su tez más blanca que la de su hermano. Este muchacho era más tranquilo que Daniel. Antes de emprender algo lo pensaba muy bien. Era más apegado a su tío Esteban y apreciaba muchos sus consejos. ¿Daniel estás despierto? Llegó preguntando en alta voz mientras tocaba la puerta Puedes pasar, la puerta está abierta Le respondió el. Daniel tenía toda la apariencia fisica de su padre. Dos años mayor que su hermano, alto, delgado, apuesto, atrevido y valiente, de ojos cafés claros como la miel y de cabello castaño. Además de estas cualidades era muy esforzado en el trabajo de la hacienda y de un corazón noble con todos sus trabajadores. Pero también de todos estos buenos atributos, tenía otra cualidad negativa que lo metía en muchas dificultades, y esto era su terquedad. Era terco y testarudo, siempre tenía que salirse con lo que pensaba y decidía hacer. Andrés empujó la puerta y pasó al interior ¿Qué demonios te sucede Daniel? Pero, ¿qué haces? Le preguntó sorprendido, al haber visto a su hermano despierto, ya vestido con sus ropas de cacería, y examinando su rifle, Me voy de cacería! Le dijo serio, e ignorando su asombro, De cacería! Pero te has vuelto loco! Exclamó Andrés, sin poder dar crédito a sus palabras, Hace ya algún tiempo que no saboreamos uno de esos patos silvestres que abundan por estos tiempos alrededor del lago Le respondió el, Y hoy tú y el tío Esteban, se encargarán de preparar unos tres de ellos en el horno que usaba papá para hacer el pan Verdaderamente veo que has perdido tu cabeza, Daniel! Le dijo Andrés, no pudiendo creer lo que él se proponía a hacer, Sabes que nos quedan muy pocos días para encontrar alguna solución, para evitar la pérdida de nuestra propiedad, y todavía resolver otro rollo más de deudas pendientes! Además hoy, tenemos que ir a arreglar el problema que tenemos con la compañía que nos rentó el vehículo de dieciocho ruedas! ¿Qué es lo que pretendes ahora, adoptando esa actitud estúpida e irresponsable? He tenido muchos días que han sido los peores de mi vida! Le contestó el mientras ponía algunas cosas más en su maleta Y hoy no pienso volver a tener otro igual! Si tu quieres venir conmigo eres bienvenido, pues he preparado suficiente provisión para ambos! ¿Pero es que te has vuelto loco? Volvió a exclamar Andrés con mayor asombro, ¿Por qué no dejas esto para otro día, y nos ayudas hoy a conseguir un comprador que nos saque de esta situación? Tú y el tío Esteban deberían venir conmigo también Le contestó el ignorando sus palabras Todos hemos tenido ultimamente días demasiado duros, y si seguimos asi, vamos a perder la cabeza, y entonces si que terminaremos muy mal! Al decirle esto, tomó su maleta y su rifle, se despidió de él y caminó afuera del cuarto. El tío Esteban lo detuvo antes de que llegase a la puerta principal de salida, asombrado asi como lo estaba Andrés. Él ya tenía una edad avanzada, y había sido el hermano mayor de don Faustino. Y como él, tenía la apariencia de un hombre de campo, siempre llevando sombrero sobre su cabeza, ropas vaqueras y botas en sus pies. Tenía un buen corazón y carácter noble y siempre había tenido muchas ganas de trabajar en la hacienda de su hermano. No era alto ni delgado como don Faustino, sino de más baja estatura y un poco más grueso que él. ¿Y a dónde diablos crees que vas, Daniel? Le prosiguió preguntando mientras observaba su maleta y el rifle que llevaba consigo ¿No me digas que has dispuesto irte de cacería cuando más te necesitamos para resolver el tremendo problema que tenemos hoy? Tío Esteban! Le respondió el, esquivándolo y prosiguiendo hacia la puerta, Hoy no quiero volver a hablar de todos estos problemas que tenemos en esta bendita hacienda por el descuido de mi padre! Ni tampoco de encontrar un comprador! ¿A poco se les ha olvidado que los restos de él y de mi madre están enterrados en estas tierras? No! Nadie se ha olvidado de eso! Le respondió, Ya te hemos dicho que ese sitio lo respetaremos en el negocio con cualquier comprador! Daniel no queriendo discutir más con él, abrió la puerta y salió afuera. El tío Esteban se le quedó viendo sorprendido Este muchacho no entiende! Exclamó con asombro volviendo a ver a Andrés quien se había acercado. Andrés meneó su cabeza positivamente, en respuesta a sus palabras, Si tío! Le dijo, Tu lo has dicho, este hombre no entiende! El tío Esteban se puso muy serio y siguió a Daniel afuera, Nos quedan muy pocos días para buscar también una solución con el gobierno federal! Le dijo muy cerca de su rostro, Si a ti no te importa quedarte en la calle, a nosotros si, ¿por qué no nos concedes el permiso de buscar alguna solución? ¿Podríamos vender esta propiedad antes que el gobierno nos la quite, y acabar de una vez con todos estos problemas? Daniel puso también un rostro muy serio al oir sus palabras, Tío Esteban! Le dijo No hace mucho que me oistes decir, que no deseaba hablar más acerca de vender nuestra propiedad! Si vuelves a mencionar una palabra más al respecto, voy a tener que resentirte, aclarándote que muy poco derecho tienes en este lugar como para atreverte a sugerirme lo que debemos hacer! No te preocupes de tales derechos! Le respondió el tío Esteban, con un tono de voz que demostró gran resentimiento al haber oido esas palabras Porque dentro de poco, ni tu ni nadie de nosotros, tendrá ningún derecho en esta tu tierra que por el momento te pertenece! Y no hablo solo por mi hoy, sino también por tu hermano Andrés! ¿Acaso el no tiene derecho de conservar algo de lo que le pertenece, antes de que vengan a quitarselo, y se quede el también en la calle? Daniel hizo algunos gestos, no pudiendo soportar más sus palabras, Adiós tío Esteban! Le dijo, dándole la espalda y alejándose de él. El tío Esteban quiso decirle algo más, pero la mano de Andrés, suavemente sobre de su hombro retuvieron sus palabras Perdonalo tío! Le dijo, notando que se había resentido grandemente Pues el idiota no sabe realmente lo que dice! Si, el si sabe lo que dice! Replicó el tío Esteban, triste y ya con sus ojos mojados por una que otra lágrima que comenzaba a vertir de estos, Es cierto! Prosiguió diciendo con su rostro inclinado, mientras volvía a cerrar la puerta Yo no debería de meterme en vuestros problemas, pues lo sé bien que no tengo ni parte, ni heredad aqui con ustedes! No hables asi tío porque me resientes mucho! Le recomendó Andrés, con palabras que surgieron de lo más profundo de su corazón sensible, Pues tu has trabajado duro en estas tierras mucho antes de que ese tarado de mi hermano y yo nacieramos! Tu tienes más derecho aqui que nosotros y yo siempre te he considerado a ti como un segundo padre, y no sé que haría en estos momentos si no te tuvieramos a ti en esta casa! Asi que, no te preocupes por lo que te ha dicho ese idiota! Ven, vamos a descansar otro ratito, y más tarde tú y yo buscaremos alguna solución para estos problemas, ¿de acuerdo? Me confortan tus palabras y me hacen sentir muy importante! Le respondió el tío, caminando en pos de él, Pero, verdaderamente me reciente que a Daniel le importe un comino que tú y yo nos quedemos en la calle! Y siempre por no oir mis consejos, todo le sale mal!

    Ese mismo día, después que Andrés y el tío Esteban pasaron un buen tiempo pegados al teléfono, buscando un buen interesado que pudiese comprar la propiedad, Andrés le sugirió al tío, a que le diese una mano para reparar uno de los corrales. El tío sospechando que alguien de los que habían llamado podrían venir a echarle un ojo a las tierras, se puso pronto en acción, obedeciendo al deseo de su sobrino. Ni bien habían comenzado a trabajar, cuando de pronto un par de automóviles Cadillacs de color blanco ambos, y muy nuevos, fueron detenidos en la entrada de la hacienda. Andrés y el tío Esteban se vieron las caras, poniendose en camino hacia estos Parecen ser los de esa compañía que nos rentaron el camión de dieciocho ruedas! Dijo Andrés, no estando muy seguro, Pues me parece que tienes razón! Agregó el tío Esteban, dejando de hacer lo que hacía, y mirando hacia donde Andrés veía con cierta preocupación, Los rostros de los conductores me son familiares Prosiguió Y su elegante manera de vestir también, sin embargo no me acuerdo haber visto a ninguno de estos en esa oficina, cuando fuimos con Daniel a rentar ese vehículo! Cuatro hombres altos, fornidos, usando sombreros sobre sus cabezas, y luciendo elegantes ropas vaqueras salieron de los vehículos, y le echaban una mirada a todo el derredor, mientras caminaban presuntuosamente hacia ellos. Andrés y el tío Esteban se prepararon para recibirlos, Queremos hablar con el dueño de estas tierras! Dijo el que venía enfrente de los cuatro, quien al parecer, por su actitud preponderante, parecía ser el jefe de ellos, Nosotros somos! ¿En qué podríamos servirles? Contestó Andrés con gran seriedad, Mi nombre es Russell Williams, y ellos son mis socios Dijo el hombre extendiéndole su mano a ambos, Y deseamos comprar esta propiedad ahora mismo si os parece nuestra oferta! Ambos Andrés y el tío Esteban se alegraron al oir sus palabras, extendiendo sus manos asi mismo, mencionándoles sus nombres y saludando cortezmente a todos, Pero antes de hablar del negocio! Prosiguió Russell, ¿Ustedes bien saben que en algunos pocos días, sino se ponen a cuentas con el IRS, todo esto pasará a manos del gobierno? No contestes a eso si no quieres! Le dijo pronto el tío Esteban a Andrés, ya bien molesto con esas palabras. En esos momentos, cuando ellos hablaban, llegaron Mary Ann y Ramón con sus compañeros. Los ojos de Russell y de sus socios, se quedaron fijos viendo a Mary Ann de pies a cabeza, pues era hermosa en gran manera. Ella era la novia de Daniel, hija de Mr. Kenneth el propietario de la hacienda adyacente. De veintidós años de edad, cabello semi rubio ondulado, corto hasta la mitad de su cuello, de ojos azules, tez blanca y de estatura modesta. Casi siempre sobre su cabeza usaba un sombrero blanco, botas también vaqueras en sus pies y pantalones asi mismo blue jeans muy bien ajustados a su esbelto cuerpo. Andrés y el tío Esteban la recibieron, dándole un beso en su mejilla, e insinuándole que permaneciese al lado de ellos, Andrés! ¿Dónde está Daniel? Preguntó en voz alta Ramón, ignorando la presencia de esos caballeros, y buscándolo con su vista alrededor, hasta donde alcanzaba a ver, No está aqui! Se fue a cazar! Le contestó el con gran preocupación que se notaba en su rostro, A cazar! Exclamó Ramón, no pudiendo creer lo que oía, Daniel en cacería! Exclamó también Mary Ann sorprendida igual que Ramón, Ramón! Estamos conduciendo aqui un negocio con estos hombres! Prosiguió Andrés, muy arrepentido de haberles dicho la verdad, ¿Podrías volver con tus compañeros otro día? Esto ya es el colmo! Gritó Ramón enfurecido en gran manera, Daniel ya me ha fallado muchas veces, y la ultima vez, me prometió que le pediría dinero al tío Esteban para pagarnos hoy, todo lo que nos debe! ¿Cuánto tiempo más quieren que los sigamos esperando como unos tontos? A mi no me ha dicho Daniel ni media palabra al respecto! Confirmó el tío Esteban, notando que Russell y sus socios se secreteaban entre ellos mismos, al darse cuenta de la situación económica tan mala de los dueños de esa propiedad ¿Te das cuenta Andrés? Volvió a gritar Ramón enfurecido, Tu hermano nos ha mentido una vez más, y ya con esto, deducimos que ustedes no nos quieren pagar lo que nos deben! Cálmate Ramón! No hables asi enfrente de estas personas! Le suplicó Mary Ann, Aqui nadie está tratando de quedarse con lo que se les debe! Por favor ten un poco más de paciencia, quieres! Paciencia! Gritó Ramón aún más irritado, No me hables tu de paciencia Mary Ann, que de eso ya estoy harto! Ya estamos cansados de que nos vean las caras de pendejos a todos! ¿Me entiendes? Andrés y el tío Esteban, les hicieron señas con sus gestos a Russell y a sus socios, como suplicándoles que ignorasen lo que les gritaba Ramón, Oyeme bien Andrés! Prosiguió Ramón, acercándose un poco mas al rostro de él, e ignorando a los visitantes, Dile a Daniel que si mañana a estas horas no me tiene mis centavos, y los de estos hombres, que definitivamente voy a tener que buscarme otros medios para lograr que nos pague a todos, ¿me entiendes? Esta bien! Te comprendo Ramón! Y le diré tu mensaje! Le contestó Andrés, bastante avergonzado por sus palabras, y a la vez resentido con él, por no respetar que en esos momentos tenía visita. Ramón se fue con sus compañeros como los otros días, solo que esta vez, si se propuso a preparar un buen plan, para colectar lo que se le debía por sus servicios, ¿Qué le estará sucediendo a Daniel? Preguntó el tío Esteban, dirigiendose a Andrés y a Mary Ann, y todavía ignorando la presencia de los personajes que tenían enfrente, ¿Por qué no nos ha mencionado nada de lo que le ha prometido a este pobre hombre? ¿Por qué no cuenta con nosotros para resolver este problema? Señores! Traigo el tiempo muy limitado! Interrumpió Russell, un tanto enfadado por la interrupción de Ramón, de que los continuacen ignorando, y tener que enterarse de sus problemas financieros que no le importaban, Y quisiera exponerles mi oferta por estas tierras! Prosiguió, yendo al grano, Y si fuera posible, comenzar este negocio hoy mismo, para no estar perdiendo más el tiempo! ¿Qué está sucediendo aqui? ¿A poco piensan vender la propiedad? Preguntó Mary Ann, viendo los rostros de Andrés y del tío Esteban, sorprendida, con su entrecejo bien fruncido, al haber escuchado las palabras de ese extraño, Asi es Mary Ann! Contestó Andrés indeciso viendo a su tío Esteban, Tu sabes! Prosiguió Tenemos que hacer algo, antes de que sea muy tarde! ¿Cuál es su oferta señor? Preguntó el tío Esteban a Russell, ignorando por el momento a Mary Ann, En realidad no estoy muy interesado que digamos Contestó el, haciendose el indiferente, Y tampoco es debido hacer ofertas verbales, ya que siempre acostumbro a hacerlas por escrito. Pero sabiendo de antemano que vuestra situación es caótica con el gobierno federal… Por favor señor! Le interrumpió el tío Esteban, irritado por sus palabras, Exponga su oferta, y no pierda su tiempo en impresionarnos con modismos de bienes y raices que no entendemos, quiere! Cien mil dólares! Propuso Russell yendo al grano, Y me encargo de la deuda que tienen con el gobierno, para que vuestro crédito quede limpio, y podáis comprar otra propiedad pequeña en otro lugar sin problemas! Ah! Y además! Me encargo también de la deuda que tienen con Ramón, y el balance que le deben a Mr. Douglas por ese equipo de agricultura que él les vino a confiscar recientemente! Andrés se quedó sorprendido viendo a su tío Esteban y a Mary Ann, como pensando que ese hombre se había vuelto loco, ofreciendo eso por la propiedad, y además molesto de que supiese sus problemas, Andrés! Esta propiedad vale más de quinientos mil dólares! Le dijo Mary Ann, viendo a los negociantes con mala cara, Todo mundo sabe eso señorita! Le aclaró Russell con mucha educación, Y yo solo vengo a ofrecerle un poco de lo que esto vale, pues en algunos días más, ya no tendrán el derecho de vender nada, y se tendrán que salir de aqui llevándose lo poco que les pertenece! Pues antes de que eso suceda! Le protestó Mary Ann ofuscada por sus palabras, Tendrán ellos que aceptar la oferta que mi padre les ha hecho! Y si de verdad ustedes quieren hacer negocio hoy, tendrán que sobrepasar lo que él les ha ofrecido! Ambos Andrés y el tío Esteban fijaron sus miradas sorprendidas en el hermoso rostro de ella, ¿Tu padre está interesado en nuestra propiedad Mary Ann? Le preguntó Andrés, ignorando a los negociantes por el momento, Si! Dijo ella Le ofreció hace algunos días trecientos mil dólares por esta a Daniel, y encargarse asi mismo de la deuda del IRS, pero Daniel no aceptó, ni le dio ninguna esperanza de negociar Y mientras Andrés y el tío Esteban, yacían sorprendidos de las palabras de ella, Russell volvió a ver a sus compañeros, con un gesto en su rostro que denotaba desmoralización por lo que acababa de oir. Enseguida tomó de su bolsillo una tarjetita de negocios y se volvió a Andrés, Anda muchacho! Toma esto! Le dijo, no deseando ver más a Mary Ann, Si en caso llegase a suceder que no fuera cierto lo que esta hermosa señorita te ha dicho, llámame, y no esperes más que el tiempo pase y tengas que quedarte en la calle! Al decirle esto, puso la tarjeta en su mano, y les sugirió por señas a sus compañeros que lo siguieran a las afueras de la hacienda, ¿Estás segura de lo que nos has dicho Mary Ann? Le preguntó Andrés, ignorando el enojo de esos hombres, Mi padre no es tan malo como se lo imagina Daniel! Respondió ella, Ahora que se ha dado cuenta que pronto voy a tener un hijo de él, él quiere ayudarnos a conseguir un lugar más pequeño, donde podamos vivir todos más felices, y sin tener que pagarle al gobierno tantisimo dinero cada año! Un momento! Interrumpió el tío Esteban, frunciendo su entrecejo, no pudiendo entender lo que ella había dicho, ¿Qué vas a tener, que dijistes? Le preguntó, mientras que Andrés decepcionado en gran manera de sus palabras, se frotaba su frente con sus ojos bien cerrados. Mary Ann se sorprendió aún más que ellos, ¿Acaso no les ha contado Daniel, nada de lo que ha ocurrido entre nosotros? Les preguntó a ambos, sospechando ya que había cometido un gran error en haberles mencionado eso antes de tiempo, No! Nosotros, ni mi padre que en paz descanse, no sabíamos nada de lo que nos has dicho! Le contestó Andrés, mientras proseguía frotandose su cabello. Enseguida se separó de ellos, y se echó andar a largos pasos, dirigiendose hacia su viejo pickup Chevrolete apache, el cual yacía siempre estacionado cerca de la puerta principal de salida, ¿Qué haces Andrés? ¿A dónde vas? Le preguntó Mary Ann, sumamente arrepentida de haberles descubierto por ahora el secreto. Asi mismo el tío Esteban se echó a andar detrás de ellos, no pudiendo creer lo que ella había dicho, pues le parecía absurdo aceptar que Daniel contaba con veintecuatro años de edad, y que ya fuera padre, y sin haberse casado, Iré a buscar a ese canalla de mi hermano! Le respondió Andrés a Mary Ann, enojado en gran manera, Y cuando lo encuentre me va a tener que explicar todo lo que tu nos has contado! Por favor Andrés escuchame, quieres! Le suplicó ella, tratando de detenerlo, Lo ocurrido entre nosotros dos es más culpa mia, y… No estoy tan enojado por lo que ustedes dos han hecho! Le interrumpió él mientras proseguía caminando, Las consecuencias de vuestro error las tendrán que pagar tarde o temprano, pero lo que me ha dado más coraje, es que, el buey este de mi hermano haya botado esa oferta que tu padre le hizo, y no le importe ni un carajo lo que pueda sucedernos a mi y a mi tío Esteban! El idiota, ni siquiera ha tomado el cuidado de molestarse en hacernos saber de tan importante negocio, y se ha ido a cazar como lo hace cualquier tonto que no tiene otra cosa mejor que hacer! Además esta mañana le habló bien feo a mi tío Esteban, cosa que en verdad me ha resentido mucho, y por lo cual se llevará también una buena reventada de hocico! Tío Esteban! Por favor ayudame a detenerlo! Le suplicó Mary Ann al tío, viendo que Andrés se subía al pickup decidido a hacer lo que le decía, Déjalo que vaya y arregle sus cosas con ese testarudo! Le dijo el, quedándose a su lado, Pues yo creo, que hará bien haciendo eso! Daniel ultimamente se ha vuelto muy orgulloso, frio y altanero! Déjalo, que su hermano menor vaya, y lo haga volver como era antes! ¿Me quieres acompañar, tío Esteban? Le gritó Andrés a él mientras encendía el motor, No hijo! Ve tu solo! Le respondió el, indignado en la pésima actitud de Daniel, Que lo que debes arreglar, es algo que lo tienes que hacer tu solo! Yo proseguiré aqui reparando ese corral! Esta bien tío Respondió Andrés, saliendo de ahi a gran velocidad, y sin decirle adiós a Mary Ann. Tío Esteban! Yo no sé porqué tu permites que Andrés vaya a hacer algo asi! Le dijo ella, resentida con él en extremo, Es que ya es tiempo de corregir a ese muchacho antes de que se nos ponga peor! Le contestó el, con su vista puesta donde se perdía el pickup de Andrés, Daniel se ha puesto ultimadamente muy orgulloso, prepotente, y muy duro de corazón para con nosotros, tanto que prefiere dejar ir estas tierras y dejarnos en la calle! Tu tienes razón tío Esteban Acordó ella, Al haber rechazado la oferta que le hizo mi padre, pude darme cuenta de lo que tú me dices ahora Al decir esto, de pronto reaccionó y lo tomó del brazo, Tío! Le dijo con tono de súplica, Me da mucho miedo de lo que pueda pasar entre ellos dos! Andrés va muy enojado! ¿Por qué no vamos, y evitamos que algo malo suceda entre ambos? No te preocupes que todo va a salir muy bien! Le dijo el, procurando convencerla, Más bien lo que deberías tu hacer! Le sugirió, Es ir pronto a decirle a tu padre que venga para arreglar los trámites del negocio de esta propiedad, antes de que pueda cambiar de idea! Yo no creo que Daniel quiera hacer tal negocio! Le respondió ella con mucha seguridad, Pero como sea correré a decirselo! Después de la reventada que le va a dar Andrés hoy! Le aseguró el, A Daniel no le va a quedar otra que aceptar esa buena oferta que nos ha hecho tu padre! Anda preciosa! Y ve pronto a darle las nuevas, quieres!

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    Daniel ajeno a lo que se proponían hacer Andrés, el tío Esteban y Mary Ann, él permanecía en esos momentos inmóvil, escondido entre los matorrales que crecían alrededor de una pequeña laguna. Con su rifle listo en sus manos, esperaba el mejor momento, para descargarlo en la bandada de patos silvestres, que en algunos instantes más pasarían volando a cierta altura. Y asi, mientras él esperaba, coincidentemente al sherif del pueblo, Sam Burton, se le había ocurrido darle en esa misma hora, una inspecionada a esa área. Sam Burton tenía cuarenta y ocho años de edad. Rostro rudo con lentes oscuros en sus ojos, sombrero sobre su cabeza, alto y bien fornido. Al haber sido atraído por los balazos que Daniel había disparado anteriormente, se acercó para cerciorarse de quien era el que andaba en esa área. Pero no deseando estorbar la cacería del hombre, decidió quedarse a cierta distancia, observando por entre los matorrales. Algunos minutos después, al levantar su vista al cielo, pudo escuchar los cacareos de los patos silvestres. Cuando esto hacía, observó impresionado, de como dos de ellos se desplomaron hacia las aguas, heridos por las balas que había disparado el cazador. Segundos después del ruído de esos disparos, el silencio volvió a reinar en el pintoresco paraje, y solo se escuchaba el chapoloteo de esos patos que todavía tenían un poco de vida en si. Impresionado por la puntería del hombre, salió prontamente de su escondite y vino a felicitarlo. Daniel al oir el ruido que sus pasos produjeron sobre las ramas secas tiradas por el suelo, pensando que podría ser algún animal, preparó su arma para defenderse, No temas! Soy yo Sam el sherif! Le gritó. Daniel enseguida bajó su arma, Sam! ¿Qué haces por aqui? Le preguntó sorprendido en gran manera, cuando él se hubo acercado Por poco me haces disparar hacia ti! Andaba por esta área Explicó el mientras le extendía su mano para saludarlo Y al oir tus disparos decidí venir a echar un vistazo por aqui, pero presumo que el sorprendido debería ser yo! ¿Qué demonios andas haciendo tu por acá, con tanto problema que tienes en la hacienda? Daniel en vez de contestarle, alzó su rifle y disparó hacia arriba, derribando otro pato que volaba en esos instantes por ahi. El sheriff se olvidó de sus preguntas Te felicito Daniel! Le dijo, impresionado, viendo como el ave caía sin vida en medio de las aguas Si me ayudas a ir a cogerlos Le propuso, Te concederé uno de ellos No gracias muchacho! Le contestó el sonriendo afablemente, Que tengo muchas cosas que ir a hacer al pueblo en este día Al decirle esto, se despidió de él, recomendándole que tuviese mucho cuidado. Ya había dado algunos pasos lejos de él, cuando de pronto se detuvo, volviendose otra vez, Sinceramente! Le confesó "Deseaba

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