En Memoria De Elena Y Arturo

Por Vilma Cardoza

En este libro encontrars lo que tantas veces se ha repetido en la vida. Donde desde la primera vez que se ven se enamoran; esta pareja llego a quererse con un gran amor donde ese amor despierta confianza, seguridad, placer, armona, y lo ms grande donde este amor se convierte en una gran sinceridad entre amigos. Arturo y Elena no slo fueron esa pareja de enamorados, sino tambin capaces de esfuerzos, luchas y con una sola visin al futuro donde pudieron alcanzar y gozar la dicha de obtener lo que solo con tenacidad y esfuerzo se alcanza, los ideales.
Arturo, no solo demostr ser un artista, sino tambin un amante a los adelantos y al progreso. Elena por su parte, fue una mujer de mucha visin, donde su carcter y capacidad quedaron demostradas en los negocios, en ser una buena administradora, en el querer poseer ms y ms por su espritu, ya que tan solo pensaba en el futuro de sus hijos. Una mujer donde su inspiracin y hermosura se unieron para poder contemplar a una verdadera mujer; una mujer de inmensa caridad sencilla, con gran corazn y bondad. Recuerdos de abuelas que por siempre han sido y sern el tronco familiar.

• Idioma: Español
• Editorial: Palibrio
• Fecha de lanzamiento: 18 sept 2015
• ISBN: 9781506508177

Vilma Cardoza

Nací en el año 1934, en Managua capital de Nicaragua en Centro América; donde viví mi niñez y juventud en el barrio de Santo Domingo, lugar muy céntrico en la ciudad. En el año 1972 esta capital fue destruida por un sismo de gran dimensión, donde se perdió la capital, pero como Dios que es omnipotente aún se conserva en esta vecindad la iglesia de Santo Domingo, un parque y un hermoso edificio que es el colegio Loyola, obras que fueron y aún esta dirigidas por la congragación de los Jesuitas, mi más grande reconocimiento y agradecimiento a esta congregación por su gran obra en la educación a la juventud y a mi país. Estudié en el colegio Bautista desde mi primer grado hasta el tercer año de Bachillerato, donde guardo mis recuerdos de mis días más felices en mi vida. Este colegio, por aquel entonces estaba dirigido por norteamericanos; desde sus inicios este colegio fue mixto, y muy famoso por su preparación, educación, deportes y sobre todo por los grandes educadores maestros inigualables por su gran capacidad y preparación. Trabajé desde muy joven en oficina y como maestra de primaria, cuando en esos años llegó a Nicaragua la gran organización Unicef; que tiempos de grandes y magníficos adelanto, gracias Unicef. Llegue a los veinticinco años de edad a Nueva York por primera vez, regresé a mi país después de cuatro años, pero a ruegos de mi padre, me quedé en Nicaragua y después de tres años regresé y desde entonces resido en Nueva York, aquí trabajé como costurera, oficio que no conocía pero lo aprendí, trabajé por treinta y dos años corridos en una sola fabrica. Aquí en Nueva York obtuve el equivalente de Bachillerato o escuela superior y aunque no sé un inglés fluyente aprendí ingles en las escuelas nocturnas a las que asistía después de mi trabajo en las noches. A mi retiro he trabajado como voluntaria en las escuelas públicas el hospicio Terence Cardenal Cooke. Me casé y tengo un hijo, su nombre Arturo Méndez que es mi orgullo, mi tranquilidad y mi gran apoyo. Gracias hijo. Gracias Dios mío por todo lo recibido, Gracias infinitas.

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CONTENTS

Disculpas Y Suplicas

Agradecimiento

Lugar Y Tiempo

Juventud Y Matrimonio

Divorcio Y Huida

Hospedaje Y Agradecimiento

Amor Y Familia

Niñez Y Fraternidad

Conociendo A Arturo

Juventud De Arturo

Nuevo Comienzo

Cambio De Moneda

Pánico Y Suerte

Negocio

Tácticas O Ideas

Prosperidad

Lucha, Trabajo Y Progreso

Separación

Venta Y Traslado

Llegada A San Isidro

Alcaldía

Aclaración

Sueldo Y Responsabilidad

Adelanto Y Educación

Progreso

Decisión Y Realidad

Hágase La Luz

Agua Potable

Recuerdos

Recuerdo A Una Madre

Mi Abuelita

Cosas De La Vida

Por deber

o por vergüenza

los hijos sirven

a los padres.

Abril 7 de 2013

Oración:

Que al abrir estas páginas encuentres mi más grande agradecimiento a Dios, a mis padres por haberme dado la oportunidad, de llegar a este mundo tan grande y tan bello, un mundo que quizás no existan palabras en el diccionario para describirlo, poder contemplar, el poder y la grandiosidad de nuestro creador.

A ese todo poderoso que ha hecho todo, a una perfección sin límites, donde las más pequeñas partículas, tienen una razón y un valor incalculable de su sabiduría, de su bondad, de un porqué, y de su amor. Gracias señor, es la única palabra que conozco de agradecimiento, gracias infinitas mi Dios, porque si nos faltaras, seriamos nada, ya que eres nuestra fuerza, nuestra protección, y nuestra fe. Gracias mi buen Dios, mi Dios de amor gracias a mis viejos, por haberme inculcado la fe en ti señor. Por haberme hecho, una persona trabajadora, y haber sembrado en mi el amor y la honestidad. Gracias de nuevo a mi gran Dios.

DISCULPAS Y SUPLICAS

Pido disculpas a mis hermanos, por haberme atrevido a escribir anécdotas de nuestro padres o familiares. Que tratare de realizarlo con la mayor claridad de mis recuerdos, y a la vez pedir, su apoyo, para poder hacer reales, quizás los momentos de lucha y satisfacción que ellos vivieron.

AGRADECIMIENTO

No sé si pueda llegar a cumplir este deseo, pero doy las gracias al Reverendo Diacono José M. Hernández, por su apoyo, no me hubiese atrevido a tener el propósito, de comenzar esta líneas sin su apoyo. También agradecer a mi hijo Arturo Méndez, y a mi nieto Alex Méndez quienes al conocer mi deseo dijeron hágalo, usted puede precioso gesto que no olvidare jamás. Gracias a los dos, y a todo aquel que pueda cooperar en mi gran deseo.

LUGAR Y TIEMPO

En el trascurso del tiempo, más de doscientos años, ha existido un recóndito lugar en centro América (Nicaragua) un verdadero e increíble, pero real, nada imaginario, donde la naturaleza, brinda frutas, flores, montañas, manantiales, que gota a gota, forman ríos, quebradas con verdaderas arboledas, donde las frutas puedes comerlas, tan solo con estirar tus brazos, para hacerlas tuyas, con tu manos. Donde la naturaleza te las brinda como la grandeza o prodigio, de la belleza de un suelo, que te obsequia, como quizás solo la tierra misma nos puede regalar.

JUVENTUD Y MATRIMONIO

Este lugar se llama San Isidro, y cuando