En El Nombre Del Padre Del Hijo Y Del Espíritu Santo: Misterio Revelado

Por Tomas A. Belmar

Dios se revela por su nombre.

No cabe duda de que uno de los temas que ha trado ms confusin, divisin y desacuerdo entre todas las denominaciones del mundo han sido los temas de Dios, la trinidad y el bautismo en las aguas. Pero despus de haber ledo este libro ya no habr ms dudas ni confusin en usted, porque en este libro est todo detalladamente explicado por la palabra de Dios y no por las tradiciones de los hombres.

Solo los entendidos entendern!
Daniel 12:10
Dios le dijo a Moiss: yo soy Yahweh!
xodo 3:14
En otras palabras le dijo: yo soy l
Eterno, el que siempre est presente.

• Idioma: Español
• Editorial: Xlibris US
• Fecha de lanzamiento: 14 oct 2015
• ISBN: 9781514416532

Tomas A. Belmar

Tomas A. Belmar, llamado por Dios a evangelizar, nació en Puerto Rico, y luego de graduarse de la escuela superior se fue a vivir en los Estados Unidos, Nueva York y desde entonces ha estado corriendo por las calles de la ciudad y el estado de Nueva York, hasta que finalmente el señor lo llamó a ejercer su ministerio a la cual ha sido llamado. Movido por el Espíritu Santo, decidió publicar este libro el cual escribió en el 2010. Está seguro de que llamará la atención de muchos ya que en su propia experiencia sabe que los tópicos del libro son los más estudiados y los que más han causado divisiones y controversias en el mundo cristiano.

Vista previa del libro

EN EL NOMBRE

del

PADRE

del

HIJO

y del

ESPIRITU SANTO

MISTERIO REVELADO

Tomas A. Belmar

MINISTERIO EVANGELÍSTICO APOSTÓLICO

EL TIEMPO DEL FIN

EVANGELISTA TOMAS A. BELMAR

P.O. BOX 8811

Ponce, P.R. 00732

www.eltiempodelfin.org

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Copyright © 2015 by Tomas A. Belmar.

Library of Congress Control Number: 2015917006

ISBN:   Hardcover              978-1-5144-1655-6

              Softcover                978-1-5144-1654-9

              eBook                     978-1-5144-1653-2

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Rev. date: 03/10/2016

Xlibris

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CONTENTS

Prefacio

Introducción

PARTE I

EL NOMBRE

Capítulo 1: Etapa Embrionaria Elohim

Capítulo 2: Etapa Infantil El Shaddai

Capítulo 3: Etapa Adulta Yahweh

PARTE II

ENTENDIENDO A DIOS

Capítulo 4: ¿Puedes Probarlo?

Capítulo 5: ¿Cómo es Dios?

Capítulo 6: La Naturaleza Interior de Dios

Capítulo 7: ¿Cuantos Hay en la Deidad?

Capítulo 8: ¿Cómo Era Dios en el Antiguo Testamento?

Capítulo 9: El Trono Está Desocupado

Capítulo 10: Dios en Su Propio Cuerpo Humano

Capítulo 11: Un Dios Que Se Manifiesta a Los Ángeles y a Los Hombres

Capítulo 12: Falsa Doctrina Entra a La Iglesia

Capítulo 13: El Nacimiento de La Trinidad

Capítulo 14: ¿Verdad o Tradición?

Capítulo 15: Seguidores de La Verdad

Capítulo 16: Confusiones y Controversias

PARTE III

BAUTISMO EN LAS AGUAS

(SEÑAL DEL NUEVO PACTO)

Capítulo 17: Primer Paso del Nuevo Pacto

Capítulo 18: Nuevo Pacto, Continuación del Viejo

Capítulo 19: Iniciación del Viejo Pacto

Capítulo 20: Esencias para La Salvación

Capítulo 21: Tradición y El Bautismo En Agua

Capítulo 22: El Nombre

Conclusión

PREFACIO

E N UN MUNDO donde las diferentes Religiones y creencias dividen la humanidad, hay al menos una denominación la cual sigue el camino correcto y bajo la influencia de tantas opiniones, elaboraciones y decretos al igual que Sadrac, Mesac y Abednego no se apartan del camino correcto ni de la verdad, y en obediencia a Dios se someten a la dirección del Espíritu Santo que nos guía si nos dejamos guiar por Él y dejando que sea Él que nos guíe a toda verdad y a toda justicia, y de ese modo no caer en las mentiras y tradiciones de hombres que desde un principio, (claro, Satanás quien es el autor de la falsa doctrina y tradiciones de hombres) interpretan las escrituras a su propio modo sin base bíblica ni dirección del Espíritu Santo, la cual es la razón que han surgido cientos de falsas religiones y enseñanzas.

INTRODUCCIÓN

C ONOCIENDO A DIOS, como conociendo el amor, es un proceso continuo, que se va revelando, basado en un conocimiento absoluto del corazón y no un conocimiento de intelecto. Es un conocimiento personal y no de dichos, un conocimiento directo.

Los dos, el concepto del conocimiento de Dios y el concepto del conocimiento del amor, y el concepto de ese conocimiento revelándose continuamente en grados altos de amor y verdad, es parte esencial de la manera que los judíos antiguos lo veían, y veían el concepto de la vida.

Todo el mundo está de acuerdo que uno de los primeros pasos hacía el conocimiento íntimo de una persona es el simple paso de conocer su nombre. Para los antiguos, aunque también ese paso era vital, el nombre de una persona significaba más para ellos que lo que significaba para la sociedad de hoy. En la antigüedad, el nombre de una persona estaba relacionado con la naturaleza esencial de la persona que lo portaba. El nombre en sí era único y demostraba el poder de la persona. El acto de creación y poder. El nombre era sinónimo con el alma. El cambio de nombre implementaba un cambio de carácter. Para confirmar esto, uno solamente debe de escudriñar las escrituras, que es el documento más antiguo disponible. En este documento podemos ver muchos de los nombres que fueron cambiados por el cambio de carácter en estas personas. Abram cambió a Abraham, Jacob Cambió a Israel, Simón cambió a Pedro, Saulo a Pablo y así sucesivamente. El nombre representa la esencia de la realidad de la persona o cosa, y sin conocer el nombre uno no podía comprender la realidad de lo que uno desea saber. El nombre era considerado un acto de la creación porque le ayuda a descubrir al hombre, algo para todos los propósitos prácticos que ante no existían o estaban escondidos. Sin nombre no había existencia real, no había manera de descubrir y conocer la naturaleza de algo. Una persona, inclusive un dios, se podía conocer directamente con la proporción del conocimiento y la experiencia revelada por medio del nombre.

Dios tiene muchos nombres y cada uno representa una escena diferente en la revelación de Dios al hombre.

PARTE I

EL NOMBRE

CAPÍTULO 1

Etapa Embrionaria Elohim

E N LOS PANTANOS y valles que se encuentran en el medio oriente nacieron poderosas civilizaciones y naciones en la cual nacieron dinastías y familias poderosas.

Fue en esas civilizaciones que el hombre civilizado estuvo la mayoría de encuentros primitivos del conocimiento de Dios.

Desde el principio de temprana edad fue que el hombre buscaba la razón de la existencia; fue durante estos tiempos que el hombre quería entender como comenzó su vida. De sus creencias nació su expectativa de la mitología de los dioses hasta la evolución. Sus instintos los llevaba a adorar a algo, a adorar alguna fuerza de afuera que afectara sus circunstancias, algo que le pudiera dar gracias, algo que le pueda suplicar por sus necesidades. El algo comenzó con el culto y adoración a las piedras hasta la creencia en una mente endiosada del hombre moderno. Cada imperio tenía sus multitudes de dioses para adorar, antes de la intensión de conquistar otros territorios. Y del medio de la diversidad de imperios y naciones cada familia y caravana vivía y viajaba con su propia gente, vocacional, y sus dioses patronales. Un sin número de espíritus, miles de nombres de las diferentes estatuas y poderes Espirituales, casi uno por familia, tribu, ciudad y nación llenaban el mundo.

Cada una de estas personas vivían convencidas de que había que haber una fuerza, una causa, una explicación, una identidad o principio, pero ¿qué exactamente era?

Los hebreos de la antigüedad en su búsqueda y morada en diferentes tierras le dieron y aplicaron el nombre Elohim a la naturaleza de los seres sobrenaturales, incluyendo los dioses de las naciones. Todo el mundo tenían su elohim, la explicación de la fuerza creativa que de alguna manera formó el mundo y el universo, las estrellas, los océanos, la luna etc. Muchas de estas antiguas personas hicieron sus metas a encontrar y entender la naturaleza de Elohim. Los hombres construyeron torres para llegar a los cielos y estudiar los astros. Iniciaron Academias e instituciones de enseñanzas donde ejercitaban sus mentes, con el afán de, conocer este Elohim en una manera más intelectualmente profunda. Pero siempre, el resultado era distante e ilusivo, una identidad desconocida, temerosa, metafísica, un acercamiento metafísico, un principio impersonal o teórico. Nada de lo que hacían, les traía el conocimiento que con tanta desesperación buscaban y anhelaban. Todo lo que veían en Elohim era nada más y nada menos que una abstracción o preocupación, una fuerza, una filosofía, una deidad trascendental, una energía cósmica, más que algo en que se conocía en una forma indirecta, panteísta a través de trabajos creativos.

Una cosa característicamente común de todos estos esfuerzos para conocer este Elohim es que el conocimiento de este permanecía objetivo no importando la forma que asumía. Elohim no se le conocía en relación con sino solamente como un objeto de estudio y análisis para la mente humana.

Elohim era el conocimiento y entendimiento más limitado de la substancia ontológica universal del hombre, la fuerza cohesiva de los cosmos. Era un entendimiento basado en lo que se podía ver y observar en la creación. La primera impresión del hombre de este ser era meramente Elohim, el Dios de la creación, panteísta entendida por medio de teorías científicas y abstractas o una deidad transcendental, energía cósmica etc. Esta es la etapa más primitiva en el conocimiento espiritual. La pregunta del hombre sigue siendo. ¿Qué es lo que soy?, ¿Quién soy?; ¿A dónde pertenezco?; ¿cuál es mi posición y que papel juego yo en el universo? Él es todavía un feto espiritual pateando en la oscura matriz de conocimiento intelectual, sin haber nacido todavía a una experiencia de conocimiento espiritual. El duplicado contemporáneo de este conocimiento de Dios puede verse en mucha de las religiones del Este, como el ocultismo, mitologías paganas, mundo místico, y cuando se mueve de mitología a metafísica, se puede ver en el mundo científico de materialismo y humanismo.

Este tipo de conocimiento se manifiesta en sí, especialmente donde no hay referencia a Dios de ninguna clase.

Amor no tiene un nombre personal en elohim. Si se refiere a la esencia de alguna fuerza del exterior, es meramente Dios, Conocido intelectualmente, creído intelectualmente. Toda experiencia de Dios a este nivel está todavía asociada nada más y nada menos con la mente incorporal del hombre: expansión de la mente, expansión de la conciencia, conciencia cósmica, energía cósmica, etc. Aunque a veces hay experiencias supernaturales a este nivel, aun no es conocimiento espiritual en su absoluto sentido común, porque a la experiencia de Dios le falta la calidad del amor. Los antiguos Hebreos creían que la razón por la cual la posibilidad de Amor y misericordia verdadera fue eliminada, es porque el hombre se limitó a este nivel de conocimiento. No hay un conocimiento subjetivo. Toda realidad es solamente conocida objetivamente. Todo incluyendo las relaciones del hombre es reducido a la ley de causa y efecto. De este modo toda experiencia es limitada a este conocimiento limitado. Esto es, todo lo que experimentamos y vemos es meramente un vacío. Cosechamos lo que sembramos. En terminología Hindú, esto es conocido como la ley de karma. Los antiguos Hebreos veían a Elohim como el Dios de Justicia.

Justicia está basada totalmente en este tipo de conocimiento objetivo donde todas las cosas son consideradas impersonal e igualmente, como objetos en vez de individuos. Este tipo de igualdad objetiva era la meta final de la sociedad Pagana. Una sociedad singular como la República de Plato en donde en parte se le daba su crédito a una calculación totalmente objetiva. Este tipo de justicia no es comprometedora y calculable como una fórmula matemática, o la respuesta de una computadora. Es una causa mecánica, trabajando automáticamente basada en causa y efecto. La justicia descansa dentro de la pálida verdad. No conoce lo que es misericordia, compasión o Amor. No le importa lo que el hombre piense o diga, ni tampoco busca ni espera por una respuesta ni opinión. Es absoluta. Solo demanda que todas las cosas sean tratadas objetivamente,

Esto es, objetos impersonales para un análisis y una sentencia y ejecución.

Los antiguos Hebreos creían que si el conocimiento del hombre estaba limitado a este nivel, entonces lo que