¡Inténtalo una vez más!: No te aferres a cosas pequeñas por Dios tiene algo más grande para ti

Por Fany Mendoza

DIOS quiere decirte hoy por medio de este libro que no has sido un accidente de la vida, un error fruto de una violación o de tus padres, DIOS quiere que tú sepas que desde antes de haber nacido Él te eligió, Él te conoce más que nadie, Él te conoce más de lo que te imaginas, porque &Eacute

• Idioma: Español
• Editorial: ibukku, LLC
• Fecha de lanzamiento: 6 ago 2019
• ISBN: 9781640863903

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¡Inténtalo una

vez más!

No te aferres a cosas pequeñas porque

Dios tiene algo más grande para ti.

Fany Mendoza

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Publicado por Ibukku

www.ibukku.com

Diseño y maquetación: Índigo Estudio Gráfico

Copyright © 2019 Fany Mendoza

ISBN Paperback: 978-1-64086-389-7

ISBN eBook: 978-1-64086-390-3

ÍNDICE

Resumen

Nuestra vida en el mundo

DIOS, mi padre

Espíritu Santo

Formando el carácter de Cristo en mí

Cómo sobrevivir en las pruebas

¿Quién nos diseñó?

Deja que Dios sane tu corazón

Aprende a reconocer lo que viene de Dios

Palabras de agradecimiento

Resumen

Hola mis queridos lectores y lectoras, soy Fany y de cariño me llaman Nita, soy una persona con muchos sueños por cumplir, que a pesar de cada proceso y cada prueba que he vivido, aquí estoy de pie, viva. Yo no me detengo, sigo adelante, porque si hay algo de lo que s í estoy muy segura es que en este recorrido de la vida no voy sola, Jesucristo me acompaña, pues en mi vida, hasta el día de hoy, É l ha sido mi compañía, mi padre y mi amigo. Me siento muy agradecida con Dios por la vida que me tocó vivir, por mi familia y por muchas personas buenas que he conocido y que también se han convertido en mi familia, aunque algunas ya no están.

Sé que cada logro de mi vida y cada derrota, de alguna forma me han enseñado mucho a valorar todo lo que tengo, pero más a esas bellas personas que han llegado a mi vida y cada una ha cambiado algo de mí para bien. Como verán, pues este libro hablará de mí y de muchos hechos importantes en mi vida que me han ayudado a cambiar y a aprender, a depender del Dios que creó los cielos y la tierra, el que ahora se ha convertido en todo para mí y, como les dije antes, este libro habla de mí pero realmente no se trata sólo de eso, sino de lo que Dios hizo en mí y que también lo puede hacer por usted, mi amado y amada. Disfruten de cada párrafo leído y no olviden esto: Romanos 8:31. Si Dios Está Con Nosotros, Quién Contra Nosotros.

El haber decidido escribir este libro no fue nada fácil ya que el enemigo buscó de muchas formas desanimarme; pasé por mucho problemas y muchas horas de trabajo, pero aún así, entre lágrimas, confiando en el dador de todas las cosas: mi Dios, continué escribiendo, porque el único objetivo por el cual lo hice es para que muchos, por medio de Él, puedan ser cambiados en su manera de pensar, ya que Dios es un Dios poderoso y no importa la situación por la que estés pasando, Él puede hacer de tu problema un gran milagro. Solamente debemos aprender a creer y a confiar en Dios, a darle las gracias por lo que nos permite pasar y también por lo que todavía no hemos pasado.

En ocasiones todas las personas pasamos por sufrimientos terribles y a veces los sufrimientos son de tal magnitud, que nos parece que todas las puertas se nos cierran. Pero quiero que sepas, estimado lector, que Dios está vivo y conoce nuestras necesidades; por ello, siempre abre una ventana por donde entra un rayo de luz a nuestra vida para darnos esperanza. Él es tan bueno que cada palabra escrita en la Biblia es inspirada por Él para que nuestro camino sea bendecido y fortalecido, así como en Romanos 8:31 nos lo hace entender.

Frente a los sufrimientos, muchas personas flaquean en la fe. Por otra parte, hay quienes quieren conseguir la fuerza para vivir dentro de su potencial interior, pero no toman en cuenta que hay un Dios en los cielos que está esperando que aprendas a depender de Él.

Como hijos de Dios, nuestra respuesta al sufrimiento es que Jesucristo nos ha dado la vida y también nos ha dado la fuerza para vivirla a través del Espíritu Santo, en la luz de su palabra.

Las personas regularmente recorren caminos en busca de respuesta a sus conflictos, pero no se dan cuenta que el único camino es Cristo, así como lo dice la palabra de Dios: Es el camino, la verdad y la vida. Dios nos ha dado la mejor respuesta a través de su hijo Jesús.

Hoy podemos encontrar a quienes quieren abandonar fácilmente la fe en Jesús. También hay quienes renuncian al evangelio de la gracia de Dios, porque se dejan ahogar por las circunstancias del fracaso. Entonces es porque no han entendido que Cristo murió por nuestros pecados, por nuestras malas circunstancias y que ahora es nuestro abogado a la diestra del Padre. Lo que tenemos que hacer es confiar plenamente en él.

Pero a pesar de las aflicciones, de todos nuestros problemas, de las enfermedades, entre otras cosas, la palabra nos enseña: Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?

Romanos 8:31. "¿Qué, pues, diremos a esto?

Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?"

Esta expresión ha sido muy mal interpretada y mal utilizada, para hacer creer a las personas que, si están con Dios, nada malo les podrá ocurrir. Pues esta expresión es verdadera, pero debemos entender cómo se aplica en nuestra vida.

Nuestra vida en el mundo

Yo, desde muy pequeña, siempre me sentí atraída por las cosas de Dios, me gustaba cantar y casi siempre las canciones yo misma las inventaba y más cuando estaba triste. Cuando me sentía sola encontraba consuelo por medio de las canciones que inventaba para el Señor, porque por medio de ellas le decía lo que sentía mi corazón; desde niña hasta hoy estoy convencida que no podría vivir sin É l.

Nuestra vida se conforma en las vivencias, la familia, el trabajo, la salud, el sustento, las pertenencias, el bienestar en todo. Esto es a lo que nos aferramos y lo que amamos, y vivimos precisamente para esto. Todas estas cosas, para nosotros, son las más importantes en nuestra vida. Para lograr mejorar estos aspectos, nos guiamos por lo que aprendemos del mismo mundo y de la misma sociedad, pues ésta nos presiona para que nos amoldemos a ella.

Somos producto de lo que aprendimos de nuestros padres, hermanos y amigos en el colegio, pero cuando nos convertimos en cristianos, Dios espera de nosotros que dejemos de darle mayor importancia a nuestra vida, a todas nuestras pertenencias y que le demos mayor atención e importancia a Él y a su voluntad. Que no pongamos nuestra esperanza en las cosas de este mundo, sino en lo que Él nos promete y en las cosas del cielo.

(Colosenses 3:1-4) Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mirada en las cosas de arriba, no en las de la tierra. Porque habéis muerto y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria.

Y aquí es donde está el secreto de la verdadera fe, de lo que Dios quiere que busquemos y que practiquemos. Poner la mirada significa que pongamos nuestra atención en las cosas de arriba, que no andemos tan preocupados por nuestras propias vidas, ni tampoco afanados por lograr grandes éxitos en este mundo, pero tampoco quiero decirte que eso está mal, es bueno tener un título o una maestría universitaria, tener un buen puesto en el trabajo, todo eso es bueno, pero siempre y cuando no nos olvidemos de honrar a Dios primero.

Lo que debemos buscar y preocuparnos en obtener, son las cosas de arriba, por lo que Dios nos ha de dar. Todo lo que logremos acumular en esta tierra, no se irá con nosotros, porque todas esas cosas son temporales, pero lo que se acumula en el cielo es eterno, eso nunca desaparecerá. 2 Corintios 4:18.

Trabajar para sostener nuestras necesidades económicas, mejorar la salud, brindarle a nuestra familia un buen futuro, es parte de la responsabilidad como personas normales y también cristianos. Pero no debemos llegar al punto de priorizar estas cosas y dejar a Dios en segundo lugar, entonces llegamos a desobedecer a Dios.

En su gran mayoría las personas suelen buscar a Dios porque esperan que les resuelva los problemas, como aquellos que buscaban a