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Soy Diferente...
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Libro electrónico166 páginas2 horas

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Entre los heterosexuales existe toda una gama de manifestaciones, prcticas y preferencias con respecto a la sexualidad, fetichismo, voyerismo y muchas otras ms, pero pocos hablan de ello. Cada una de estas prcticas deben ser respetables, ya que le pertenecen solamente al individuo y a su propia sexualidad, a su intimidad.
De la misma manera las prcticas, inclinaciones y preferencias de la comunidad gay se manifiestan en toda una gama de comportamientos y prcticas que deben ser igualmente respetadas siempre y cuando no pongan en riesgo la integridad fsica de alguien ms.
Nunca faltaran los moralistas o puritanos que acudan a la religin como argumento para condenar a la destruccin a todo aquel pecador que no se ajuste a la manera de actuar dictada por dichos dogmas, sin embargo confiamos en que a medida que vayamos venciendo a la ignorancia, dichas instituciones religiosas irn perdiendo terreno y poder sobre la mente de los muchos seguidores y que todo cambie con el tiempo para beneficio de la libertad de todos aquellos que merecen vivir felices y plenos en un mundo de paz, respeto y amor verdadero.
IdiomaEspañol
EditorialPalibrio
Fecha de lanzamiento30 oct 2015
ISBN9781506509464
Soy Diferente...
Autor

Luis Muñoz Flores

Luis Muñoz Flores, nació en la ciudad de México, D.F. el once de abril de 1949, estudió en la escuela nacional preparatoria 2 de la UNAM y trabajó en el fondo de cultura de la UNAM como corrector de pruebas, en la editorial Nuevo Mundo, de México y como redactor en el diario el Heraldo de México. Emigró a la ciudad de Los Ángeles, California en 1971 y después de variados empleos, trabajó en el Semanario Imagen, una sucursal del Heraldo de México en la ciudad de Los Ángeles. Más tarde estudió medicina oriental en el “Emperor College” de Santa Mónica, California y se graduó como Doctor en naturopatía en Clayton School of Natural Healing. Su pasión por la escritura empezó desde muy joven con pequeños ensayos y por fin en 2012 editó su primera novela titulada “Axolotl, el hombre universal”. Como en su primera novela, la principal intención del autor es llevar un mensaje de hermandad, tolerancia y amor a través de vencer la ignorancia.

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    Soy Diferente... - Luis Muñoz Flores

    SOY DIFERENTE…

    LUIS MUÑOZ FLORES

    Copyright © 2015 por Luis Muñoz Flores.

    Número de Control de la Biblioteca del Congreso de EE. UU.:   2015917310

    ISBN:   Tapa Dura                978-1-5065-0948-8

                  Tapa Blanda            978-1-5065-0947-1

                  Libro Electrónico   978-1-5065-0946-4

    Todos los derechos reservados. Ninguna parte de este libro puede ser reproducida o transmitida de cualquier forma o por cualquier medio, electrónico o mecánico, incluyendo fotocopia, grabación, o por cualquier sistema de almacenamiento y recuperación, sin permiso escrito del propietario del copyright.

    Esta es una obra de ficción. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia. Todos los personajes, nombres, hechos, organizaciones y diálogos en esta novela son o bien producto de la imaginación del autor o han sido utilizados en esta obra de manera ficticia.

    Fecha de revisión: 29/10/2015

    Palibrio

    1663 Liberty Drive

    Suite 200

    Bloomington, IN 47403

    Gratis desde EE. UU. al 877.407.5847

    Gratis desde México al 01.800.288.2243

    Gratis desde España al 900.866.949

    Desde otro país al +1.812.671.9757

    Fax: 01.812.355.1576

    713990

    ÍNDICE

    Prologo

    Soy Diferente

    Leonardo

    Darling

    Lucio

    Eva

    Darío

    Gabriela

    Abraham

    Lorenzo

    Epilogo

    A mis amigos gay con todo mi cariño y respeto, por un futuro mejor y más feliz.

    Prologo

    Soy Diferente…

    No es nada fácil para el ciudadano común vivir en una sociedad fallida como la nuestra, llena de atavismos, miedos heredados e instituidos por el sistema establecido. Por un materialismo programado y una hipocresía tan fuertemente arraigada, además de la terrible influencia de las diversas religiones del mundo que nos han inculcado a través de la historia humana la intolerancia hacia los que no comparten nuestra fe y las tradiciones que nos dictan a quienes debemos amar y a quienes rechazar y las cuales en vez de reafirmarnos como seres valiosos, desde nuestra infancia nos inculcan ese falso sentimiento de culpa y miedo al castigo divino y por lo tanto a terminar consumiéndonos en el fuego eterno del infierno.

    Es bastante complicado vivir en este mundo plagado de gobernantes corruptos, parásitos del sistema y ser manipulados por los influyentes grupos de poder y pretendidos burgueses que nos controlan y nos programan mentalmente desde pequeños, martillando nuestro cerebro con sus diseñadas fantasías de la historia oficial y una larga lista de nuestros superhéroes inventados que nos llenan de un falso orgullo estúpido y vacío. Sin bases reales y con una doctrina que nos hace crecer sintiendo el temor y la inseguridad de no ser suficientemente patriotas o buenos ciudadanos.

    No es nada sencillo seguir costumbres consumistas y modas saturadas de vanidad, que al no poder ser alcanzadas nos hacen sentir frustrados y temer no ser aceptados por el resto de la gente bien, que considera a los menos afortunados como seres inferiores.

    Nos encontramos agobiados por una serie de retos y prejuicios que venimos cargando desde pequeños y por varias generaciones y que acaso algunos hemos de ir superando conforme vamos creciendo y formando nuestro carácter, nuestra propia y única personalidad.

    Pero hay otros ciudadanos aún menos afortunados para quienes parece no haber esperanza, no podrán ser cool entre los jóvenes y mucho menos serán populares, nada de lo que hagan podrá ser suficiente para cumplir con las expectativas de esta sociedad intolerante de todo lo que no llene los requerimientos estándar, para cuando menos ser aceptados. Unos porque nunca podrán cambiar su aspecto físico, porque nadie lo elige antes de nacer, pero que de acuerdo a lo establecido no cumple con los requerimientos necesarios de la belleza física esperada y la buena presencia para ser socialmente aprobados; otros porque simplemente jamás podrán renunciar a sus preferencias y orientación de género, porque estas están en su naturaleza y aunque ellos no tuvieron opciones para elegir, no podrán encajar en el patrón de lo aceptable de acuerdo a las reglas de una sociedad intolerante e intolerable. Ellos no podrán ser considerados completamente normales y tendrán que pagar un alto precio toda su vida por el simple hecho de ser diferentes… aunque existen desde el principio de la humanidad y fueron creados por el mismo Dios que los hizo diferentes.

    Para aceptar nuestra orientación sexual, hay que ser demasiado culto e inteligente y para rechazarla solo se necesita ser suficientemente ignorante y estúpido.

    Soy Diferente…

    Aquella era una tarde de verano realmente maravillosa en la ciudad de Los Angeles, California, la puesta de sol con bellos matices dorados y rojizos daba preámbulo a una fiesta muy especial y conforme avanzó la oscuridad esta se fue desarrollando con todo éxito, tal como lo habían planeado sus anfitriones, el jardín orgullo de Leonardo, quien lo cuidaba con dedicación, lucía espléndido, adornado con pequeñas luces que le daban un toque mágico, aunque de por si aquel jardín era muy bello, la decoración de esa tarde era el resultado de muchas horas de trabajo de Leonardo quien amaba ese lugar y lo disfrutaba plenamente en sus horas libres, sentado en un cómodo sillón y acompañado de un buen libro y una copa de vino para disfrutar aún más de su lectura.

    Era la casa de Marcelo ubicada al sureste de la ciudad de Los Angeles, California quien se la rentaba a su amigo Leonardo, en dicha reunión se encontraban todo tipo de invitados provenientes de diversos origenes, desde personalidades de algunas cadenas televisivas de Los Angeles, los noticieristas de radio y televisión, hasta los encargados de producción, músicos, maestros, diseñadores, actores, escultores, pintores, así como otros profesionales, algunos más con negocios o empleos exitosos. Casualmente los enviados del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, CONACULTA de México se habían enterado por medio de algunos empleados del consulado mexicano de aquella celebración y habían pedido permiso a los anfitriones para grabar esa alegre reunión para usarla como parte del programa Así viven los mexicanos en el otro lado.

    Cada invitado era recibido con un pequeño jarrito de tequila y una guirnalda de flores y a medida que pasaba la noche aquella fiesta iba cobrando mayor y mejor ambiente, todo era alegría y animación, una suave música romántica de fondo y todo tipo de bebidas abundaban, desde aguas frescas de frutas para los no bebedores de alcohol, hasta, cervezas, vino y sin faltar el jaliciense tequila, bebida favorita de Leonardo, uno de los anfitriones.

    A estos animados muchachos les encantaba compartir con sus amigos estas reuniones que se celebraban con frecuencia y usaban como pretexto cualquier cumpleaños, aniversario o la fecha más a la mano para reunirse y disfrutarlas. Todo este grupo compartía en su mayor parte características muy particulares y sin embargo muy diferentes, la mayoría de los invitados pertenecían a la comunidad gay, lesbianas y uno que otro heterosexual sin complejos.

    A diferencia de lo que la gran mayoría pudiera imaginar, aquella fiesta no era ninguna bacanal, ni había orgías en los cuartos de la casa, era una fiesta donde todo se desarrollaba dentro de la normalidad y una harmonía envidiable, unos bailaban y otros conversaban acerca de temas del momento, cada grupo estaba en su onda y disfrutando a plenitud. Pero dentro de ese tumulto de gente que gozaba de aquella reunión, se encontraba un reducido grupo aún más especial, un puñado de amigos que independientemente de su orientación sexual, compartían una gran amistad, más tarde llegó la comida y todos degustaron de los deliciosos platillos regionales de Jalisco que eran el tema de la cena de aquella noche, birria y pozole no pudieron faltar, carne en su jugo acompañada de deliciosas salsas picantes que forzaron a más de uno de a recurrir a una cerveza bien fría para aliviar el calor producido por ellas, mas no desanimaron a nadie a seguir comiendo hasta quedar satisfechos.

    Al final de la fiesta que terminó cerca de las tres de la mañana, cuando los demás invitados se retiraron, fue ese reducido grupo el que quedó para comentar acerca de lo sucedido en la reunión: Leonardo, Marcelo, Armando Darling, Eva, Darío, Gabriela, José, Abraham, Lorenzo y otros más . Cada uno ellos poseedor de una historia y una serie de experiencias que podrían reflejar en la mayoría de los casos el sufrir y el diario batallar de la gente diferente, de los que aún tienen que experimentar el rechazo de los ignorantes. Con unas cuantas copas encima, uno a uno comenzaron a compartir sin inhibiciones sus experiencias, unas chuscas y divertidas y otras más demasiado tristes, de cómo habían tenido que enfrentar su sexualidad con una familia y una sociedad que ensimismada en la ignorancia y en el fanatismo religioso, no estaba preparada para aceptarles y mucho menos para entenderles como gente diferente a lo normalmente aceptable, ya sin la presencia de los muchos conocidos de ocasión, aquellos amigos que habían desarrollado una bella y cercana relación se acomodaron en los equipales alrededor de una bella fogata diseñada por Leonardo en el centro del patio y empezaron a recordar…

    Leonardo…

    Leonardo sintió la desesperación y el miedo a morir ahogado y siguió tirando golpes y patadas para zafarse de aquellas manos que como garras con una fuerza increíble lo mantenían debajo del agua, tratando de ahogarlo en el fondo de aquel canal de riego, Lorenzo su hermano 6 años mayor que él había decidido terminar con su vida y junto con ella acabar con los chismes y las burlas de todos en el pueblo, desesperado había llegado al límite su frustración en ese algo que aún no lograba comprender por completo, pero que después de estarle martillando la cabeza para él era la solución más inmediata, de esa manera ya no tendría que pelear constantemente en la calle cuando escuchara hablar de su hermano el jotito, el rarito, o tener que aguantar los comentarios morbosos de las viejas chismosas de San Pedro Todotlán, al caminar por el mercado o en el templo al salir de misa los domingos acerca de como el hijo de don Manuel le salió mariconcito, ¿qué pena verdad?… y juega solo con las niñas, ¡pero de futbol y juegos de varoncitos nada y de charrería… ni imaginarlo! Estaba harto hasta el límite de las miradas burlonas y los comentarios mordaces de sus compañeros de clase en la escuela, ¿Por qué tenía que haberle tocado a él, precisamente a él tener un hermano así? Leonardo se comportaba como niña a pesar de ser varón. De repente Lorenzo sintió que una mano, la de su padre, le levantó jalándolo por los cabellos a la vez que le decía -¡estúpido! ¿Qué estas tratando de hacer?, ¡es tu hermano! ¿Acaso lo quieres matar?- Leonardo se levantó tosiendo y arrojando chorros de agua por boca y nariz, pero en cuanto se recuperó un poco, se lanzó como fiera sobre su hermano Lorenzo a puñetazo limpio y Don Manuel tuvo que emplear todas sus fuerzas y luchar para separarlos, esa tarde al volver a casa Lorenzo se quedó sentado en la parte trasera de la camioneta mientras su padre conducía y Leonardo viajaba sentado junto a él llorando de rabia, aún no podía comprender por qué su hermano le había querido ahogar si él lo amaba tanto.

    Aquel muchachito de grandes y expresivos ojos, mirada pícara y sonrisa franca, supo desde siempre que él era diferente, a su corta edad no podía describirlo ni comprender por completo sus emociones, pero mientras sus hermanos mostraban interés por jugar futbol en la calle y formar un equipo soñando en algún día lograr ser parte de un verdadero club de futbol profesional, o practicar la lucha libre o divertirse tirándole piedras a las lagartijas en el monte, a él no, a él le interesaban más las revistas de modas con lo más reciente y escandaloso del momento las cuales veía en el salón de belleza de Juanita, quien las acomodaba en una mesita de centro de su modesto negocio en plena plaza del pueblo, para que sus clientes las leyeran mientras esperaban su turno para un corte de pelo, un tinte o un manicure. Leonardo se sentaba pacientemente a la entrada de aquel salón de belleza y al primer descuido de Juanita se las ingeniaba para llevarse consigo una revista que después disfrutaría leyendo recostado en una banca del jardín del pueblo o trepado en la rama de algún árbol, para informarse acerca de las canciones y chismes de los artistas del momento o compartir el tiempo jugando con sus amigas, sobre todo con Alma su mejor amiga, una niña de su misma edad pero mucho más alta y corpulenta a quien todos los niños del pueblo le temían y a quien llamaban la machorra, más tarde devolvería escurridizo la revista a su lugar.

    Alma era hija de Hortensia la dueña del viejo molino del pueblo y ahora también de una moderna tortillería a la que empezaban a acudir las mujeres que no querían tortear a mano en su casa y mientras se formaban en una fila para ser atendidas, compartían información con las demás acerca de las últimas y muy pocas novedades de aquel sitio, mientras estas su vez eran criticadas acremente por las mujeres más viejas por no querer seguir la tradición, -esas muchachas huevonas de hoy en día ya no quieren atender bien a los maridos ni hacerles tortillas calientitas y luego se andan quejando de que las dejan-.

    ******************************

    Sus correrías por el pueblo y sus travesuras junto a su querida amiga Alma le trajeron a este chiquillo los frecuentes regaños de su madre a quien él adoraba con todo el corazón y a la que siempre trataba de halagar con regalos que él mismo se inventaba y restregándose como los gatos en sus piernas para ganarse sus caricias, así como los castigos y regaños de su padre con quién chocaba constantemente porque este quería que siguiera sus pasos y le obligaba a ir junto con sus hermanos a trabajar al campo, a sembrar o a recoger la cosecha y Leonardo sabía que él no estaba hecho para eso, ¡no! él soñaba con ser alguien importante, por lo que intencionalmente terminaba haciéndolo todo mal, esperando que algún día se cansaran de querer convertirlo en un campesino agricultor y lo dejaran en paz en su casa y con sus sueños. Su madre doña Alicia también intuyó desde el principio que algo fuera de lo común se gestaba en su vientre durante su preñez, a ella le embargaban una serie

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