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La Niña Mala
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Libro electrónico285 páginas3 horas

La Niña Mala

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La Niña Mala: es la historia de un matrimonio roto por el maltrato psicológico de un hombre a sus hijos y a su esposa. El control y el trato vejatorio que ejerce sobre toda la familia, anula la identidad de Mercedes. Sus castigos y lo que él creía como rectificativo de conducta, le impedía ver el odio que estaba generando en sus hijos y su mujer. Años después de trasladarse a otra ciudad a vivir y trabajar con sus tres hijos, llegó María. Él se enamoró de ella con tanta intensidad que olvidó al resto de su familia (afortunadamente para ellos) y comenzó el control para todo lo que se refería a la niña. La hizo suya y solo suya. Era su hija. Ni de su madre, ni de nadie más que de él. Su mujer por otro lado, intenta salvar lo poco que queda de su familia acudiendo a terapia familiar durante un año, pero no consigue nada. Al ver que la niña se le escapa de las manos, y sus hijos mayores se marchan de casa, no puede más y decide separarse.El primer año de separación todo fue bien entre ellos, pero Mercedes conoce a Matías y comienza una relación con él. Esto escapa al control de Jesús que intentaba reconquistarla y se vuelve más agresivo. Utiliza a la niña para hacer daño a Mercedes y delante de ella la insulta y la amenaza continuamente.

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento5 sept 2021
ISBN9781393674788
La Niña Mala
Autor

Maribel Puente Fernández

Maribel Puente Fernández escribe desde que tuvo uso de razón porque, según nos confiesa, es su forma de vivir y sentir. Con los años, decidió salir del anonimato para compartir su pasión y en sus inicios trató de moverse por las redes, en páginas de escritores noveles, para darse a conocer.Esto la animó a sacar a la luz uno de sus libros, presentándolo primero a concurso. Pensó que al ser una total desconocida en el mundo de la literatura, le iba a ser difícil que las agencias literarias apostaran por ella. Tal vez el concurso elegido pudo ser un acierto y un error a la vez, puesto que no ganó, pero se sintió igualmente galardonada al considerar que dicho concurso literario, en el que su obra fue seleccionada, es un concurso literario de reconocido prestigio: El premio Herralde de la Editorial Anagrama.Su página de autor en Facebook cuenta con más de 18.000 seguidores de distintas partes del mundo y desde abril de 2014 ha ido publicando de manera ininterrumpida sus escritos y poemas.

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    La Niña Mala - Maribel Puente Fernández

    La niña mala

    No hay maldad tan mala como la que nace en la semilla del bien (Baldassare

    Castiglione)

    Autor: Maribel Puente Fernández

    Editorial Alvi Books, Ltd.

    Realización Gráfica:

    © José Antonio Alías García

    Copyright Registry: 1703171163848

    Created in United States of America.

    © Maribel Puente Fernández, Canet de Mar (Barcelona) España, 2017

    ISBN: 9781393674788

    No se permite la reproducción total o parcial de este libro, ni su incorporación a un sistema informático, ni su transmisión en cualquier forma o por cualquier medio, sea este electrónico, mecánico, por fotocopia, por grabación u otros métodos, sin el permiso previo y por escrito del Editor. La infracción de los derechos mencionados puede ser constitutiva de delito contra la propiedad intelectual (arts. 270 y siguientes del Código Penal Español).

    Editorial Alvi Books agradece cualquier sugerencia por parte de sus lectores para mejorar sus publicaciones en la dirección editorial@alvibooks.com

    Maquetado en Tabarnia, España (CE)

    para marcas distribuidoras registradas.

    www.alvibooks.com

    Agradecimientos

    Queridísima amiga Neus,

    escúchame allí donde estés

    porque te sigo hablando.

    Léeme allí donde estés

    porque escribiré para ti.

    Gracias a Inma, Elvira e Inka por su infinita paciencia, por ser unas excelentes

    "marujas" y por seguir a mi lado evitando que cayera en mi soledad.

    Gracias Francis, Julio, Dani y Anabel por ser mi inspiración, aunque esto

    nunca tenía que haber sido así.

    Y por último a ti Alberto, por estar a mi lado en horas inciertas, por apoyarme y

    por quererme incondicionalmente. Gracias

    -INDICE-

    PRÓLOGO

    1- ME CASO

    2- LA NIÑA

    3- JESÚS

    4- LA LLEGADA

    5- LA SEPARACIÓN

    6- ¿UN COMIENZO?

    7- MATÍAS

    8- BATALLAS

    9- ¿QUIÉN PUEDE MÁS?

    10- LA NIÑA BUENA

    Prólogo

    Todos los problemas tienen la misma raíz: el miedo, que desaparece

    gracias al amor; pero el amor nos da miedo. (Anónimo)

    Momentos. Solo son unos momentos de felicidad absoluta, en un día, los que

    te hacen olvidar mil momentos de agonías.

    Momentos. Solo son unos momentos de sed, en un día caluroso de verano, los

    que te hacen olvidar toda el agua bebida.

    Momentos. Solo son unos momentos de palabras equivocadas, los que te hacen olvidar todas las palabras acertadas, pronunciadas anteriormente.

    Momentos. Solo son unos momentos, los que hay que olvidar para no recordar.

    ¿O sí?

    La adolescencia y juventud de hace treinta años era tan increíblemente

    diferente a la de ahora, que si miro hacia atrás, me parece que estoy en otro universo. Si mi madre estuviera aquí, podría decir lo mismo de su propia juventud, y mi abuela de la suya, pero esto sería un no acabar. ¿Y lo que más ha cambiado de todo? El respeto. Cada día se ven casos de jóvenes en los

    medios sin respeto hacia los mayores. Ya sean ajenos a su entorno, o a sus propios padres, abuelos y profesores. Si en mis años de colegio el profesor me castigaba, ni se me ocurría decírselo a mis padres o el castigo era doble -¡algo habrás hecho!- hubiera sido la respuesta de ellos.

    Tampoco quiero dar un discurso sobre lo que ocurría entonces. No es mi intención aburrir más de lo debido. Pero he tenido cuatro hijos. Cuatro amados hijos, tres de los cuales los tuve tan joven que fueron educados desde la inexperiencia de mi juventud, y con los vestigios de la educación que me fue impartida por mis padres, con su apoyo, y con su ayuda. La cuarta. Mi niña. Vino al mundo mucho después. Y el mundo había cambiado.

    Y todos cambiamos con él.

    1

    -Me caso-

    Diecinueve años recién cumplidos y me siento la mujer más feliz del

    mundo. Con mi vestido blanco me dirijo a la iglesia donde me espera mi novio -¡Madre mía! ¡Qué nerviosa estoy!- le digo a mi padre al bajar del coche. Él se limita a sonreírme y me coge del brazo para acompañarme hasta el altar.

    Le veo allí arriba. Tan guapo. Con su traje negro. Tan nervioso o más que yo. Los nervios quieren jugarme una mala pasada y quiero reír y llorar a la vez, pero me contengo todo lo que puedo.

    Es septiembre y acaba de comenzar a llover, eso me alegra. En mi pueblo se dice que una boda en un día lluvioso es un matrimonio para toda la vida.

    Y así es como comienza lo que yo creo que va a ser la mayor aventura de mi vida. Pero la aventura solo duró, lo que alcanzó a durar el viaje de novios. Una semana. No había tiempo ni dinero para más.

    A pesar de que mi recién estrenado marido era de familia acomodada y dicha familia poseía negocios propios, él no se llevaba demasiado bien con su padre. Era el mayor de cuatro hermanos y su padre tenía los ojos puestos en él, pero también era el que más quebraderos de cabeza le daba. Jesús en el fondo odiaba discutirse con su padre. Los dos tenían el mismo carácter y sus discusiones continuas hacían sufrir a su madre. Un día, sin más, decidió

    marcharse de su casa y de sus negocios, cosa que por otro lado hizo sufrir a mis suegros. Era tremendamente orgulloso. Yo entonces por el amor que le tenía, confundí aquel orgullo con fortaleza y valentía.

    -A mí no me grita ni mi padre. -solía decirme- Y siempre ha sido así. Nunca ha consentido que nadie se ponga por encima de él.

    Cuando regresamos del viaje de novios tuvimos que ponernos a trabajar enseguida, siempre en la hostelería y de aquí para allá. En verano playa, en invierno montaña. Sin parar. Con mucho esfuerzo y en nueve años tres hijos entre trabajo y más trabajo.

    Mi padre murió en un accidente de tráfico poco después de mi boda. Yo le echaba tanto de menos que no podía entender a mi marido y su actitud.

    Sola. Perdida en la inmensidad del vacío de mi corazón, intento no olvidar la

    mirada que un día llenó de luz y esperanza el camino de mi vida.

    Esa mirada que me acompaña, me persigue y me alivia en mis momentos más

    oscuros y devastadores de absoluta soledad interior.

    Siempre te llevaré conmigo. Tu recuerdo constante ilumina mi camino aunque

    sepa que no he de volver a verte.

    Para Jesús no había nada más importante que yo, y demostrarle a su padre

    que él podía llegar más lejos de lo que hubiese llegado a su lado. Un día se le

    presentó esa oportunidad. Una oportunidad de negocio que no podía dejar escapar. Y otra vez las maletas hechas, pero esta vez sería para crear un hogar lejos de nuestro hogar.

    Y la aventura continuó.

    Aunque el estar tanto tiempo lejos de mi familia con la única compañía de mis hijos, de mi trabajo y de mi marido, me hizo abrir los ojos ante la persona con la cual había vivido todos estos años y lo que vi, no me gustó.

    2

    -La niña-

    Concha y yo íbamos como cada día que había mercado a tomar el café a la

    cafetería de la esquina de mi calle. Sonó mi móvil justo cuando nos disponíamos a entrar. Esperaba esa llamada ansiosa desde hacía dos semanas. Estaba embarazada de tres meses; tenía cuarenta años, tres hijos varones y me habían practicado una amniocentesis.

    -¿Señora Mercedes Ortiz? -dijo al otro lado del teléfono una voz de chica joven y decidida-

    -Sí…soy yo. -contesté nerviosa-

    -La llamamos del hospital materno infantil donde le han practicado la prueb….. -no la dejé terminar-

    -Sí, dígame por favor ¿ha salido bien?

    -Si señora; no parece que traiga ningún tipo de enfermedad congénita. -¡Uf! Qué alivio-

    -¿Y el sexo? -pregunté casi a la velocidad de la luz- Hubo unos segundos de silencio al otro lado, aproximadamente tres o cuatro en los cuales escuché el pasar de unas hojas de papel, pero a mí me parecieron como dos horas. Casi le grito ¿Qué? ¿Dejamos el whatsApp para otro momentito guapa?

    -Una niña. - dijo tras su pausa-

    -……………. -casi me desmayo-

    -¿Una niña ha dicho? -dije al fin- Me pareció escuchar su sonrisa de fondo.

    -Si señora, una niña y esto no falla.

    Estallé en un grito sin poder evitarlo. -¡Una niña! ¡Una niña! ¡Una niña!-

    Concha reía histérica conmigo. Nos abrazamos las dos, dando saltos como locas frente a la puerta de la cafetería que estaba repleta de gente. Algunos nos miraban con curiosidad y sonreían de ver el espectáculo que estábamos dando.

    Ella era de mi pueblo natal, nos conocíamos desde que teníamos tres o cuatro años y siempre fuimos inseparables. Me atrevería a decir que más que hermanas. Cuando nos vinimos aquí, por supuesto no perdimos el contacto en ningún momento y me las arreglé como pude para conseguirle trabajo a ella y a su marido que en aquel tiempo estaba en paro. Mi hermana le tenía unos celos descomunales y con razón. Un año más o menos tardó Concha en venir hasta aquí y durante ese año tuve lo que se denomina, síndrome de abstinencia.

    Antes de que se me pasara el júbilo llamé a mi marido, a mi madre, a mi hermana, a mi suegra y ya dentro de la cafetería, a casi todos los números que tenía en mi agenda. Por supuesto todos sabían que estaba embarazada, pero una niña, era todo un acontecimiento familiar. Un acontecimiento apoteósico.

    Tanto mi hermana como yo solo teníamos niños. Mi suegra solo tuvo niños y mis cuñados niños a su vez; así que era la primera niña después de mucho tiempo.

    Cada vez que le decía a alguien que venía de camino una niña, me lo repetía a mí misma mentalmente. ¡Dios! No me lo podía creer. No busqué este embarazo. Mis hijos ya eran mayorcitos y yo

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