Historias De Mi Barrio

Por Francisco Elizalde-Castañeda

Historias de mi Barrio es una compilacin de vietas basadas en hechos y acontecimientos de la vida real y que fueron parte de los aos de infancia y juventud del autor aunado a situaciones y personajes de otros barrios y ciudades.
Federico es un personaje imaginario lo mismo que la casa verde, pero las vivencias son parte de la vida de muchos de nosotros que tuvimos la dicha de vivir en un barrio como el de lico.

El autor dedica estas pginas a las personas que les gusta revivir cenizas y saborear los recuerdos de los aos dorados de su juventud.

• Idioma: Español
• Editorial: Xlibris US
• Fecha de lanzamiento: 22 oct 2010
• ISBN: 9781456802073

Francisco Elizalde-Castañeda

Aunque nació en la ciudad de Nueva Rosita, Coahuila, México, Elizalde siempre se ha considerado un Nigropetense pues fue en la ciudad de Piedras Negras, Coahuila en donde vivió su niñez y parte de su juventud. En 1963 y en contra de su voluntad sus padres lo llevaron a vivir a la ciudad de San Antonio, Texas en donde estudió Locución. Trabajo como locutor y Director de programación de varias emisoras de San Antonio y Houston, Texas entre ellas KCOR, KFHM, KXET y KEYH Radio 85. En Milwaukee, Wisconsin fue Director de programación de La Nueva Ritmo y se retiro de la radio en Marzo de 2008. Ahora comparte sus días con su esposa y nietos y aprovecha el tiempo para escribir.

Vista previa del libro

HISTORIAS DE MI BARRIO

Es una historia imaginaria basada en algunos hechos de la vida real. Se han cambiado algunos nombres de los personajes y cualquier parecido con personas, hechos, situaciones o acontecimientos, es solo coincidencia.

A MANERA DE PROLOGO

No pretendo que Historias de mi barrio sea un gran libro. Es una simple compilación de recuerdos del barrio en que viví parte de mi infancia y juventud aunados a situaciones y personajes de otras colonias o ciudades. Puede ser también la historia de tu barrio. Federico (lico) es un personaje imaginario lo mismo que su familia y la descripción de su casa (La casa verde). Pero las vivencias son parte de la vida de muchos que vivimos en un barrio como el que nos ocupa.

Dedico estas páginas a todas las personas que como a mí, les gusta remover cenizas y saborear los recuerdos de aquellos años de la infancia y juventud. Como dice una poesía: Juventud, divino tesoro que te vas para no volver. Mencionare también una línea de una canción colombiana: Yo también tuve 20 años y un corazón vagabundo.

Durante los años que trabaje como locutor de radio, tuve la oportunidad de conocer a grandes cantantes y compositores y es por eso que quiero usar la letra de una canción de un muy buen compositor y gran amigo, como introducción de esta obra. Me refiero a la canción Caballito de palo del colombiano Ignacio Nacho Paredes a quien conocí cuando él era integrante del internacional grupo musical que comanda otro gran amigo y colombiano también, me refiero al rey del acordeón, Aniceto Molina.

Caballito de Palo

Como me duelen las heridas del pasado

al verme distanciado ya de mi niñez, días

juveniles es muy triste recordarlos

sin trompo y barrilete y rumbo a la vejez.

Con vacas y becerros mis corrales llenos,

yo era un ganadero de futuro incierto,

en caballito de palo recorría el pueblito,

mi revolver de palo y mi honda en el bolsillo.

Es grato recordar aquellos tiempos de travesuras,

que ya ni con dinero retroceder podemos la amargura.

Recuerdo cuando en los bejucos del arroyo yo jugué a Tarzán,

y hoy en lontananza recorro el paisaje que trazo mi afán.

Y tenemos que conformarnos, en seguir por esta senda, que va marcando el pasado que la vida nos ofrenda.

Uno añora la novia que dejó

Y aquella edad florida que pasó.

Todo se va perdiendo y en la mente solo queda ese recuerdo grato en el cofre del tiempo.

Como mis ilusiones solo el barrilete

y el caballito de palo se quedo cansado,

la bola de cristal no la detuvo el tiempo

Y uno queda añorando su niñez pa siempre.

Si ayer quisimos ser mayores, queremos hoy volver a niños, poder desandar el camino tan lleno de espinas y rigores.

Si el tiempo pudiera retroceder a la feliz niñez que tuve ayer. (Fin de la canción)

El tiempo nunca podrá retroceder, pero nuestra mente si. Y de eso trata este libro, de volver a andar por los caminos del ayer a través de los recuerdos que muy celosamente han quedado guardados en cada uno de nosotros.

El autor.

EL PRINCIPIO

Mi padre fue un gran luchador. Pero no un luchador que sube al ring a divertir a la gente. Fue un gran luchador en el aspecto que siempre luchó porque nunca nos faltara lo indispensable para vivir. Por ese motivo nuestra familia vivió en varios pueblos del norte del Estado de Coahuila en México. No recuerdo exactamente de todos los lugares en que vivimos. Solo el último. Mi barrio querido en la ciudad de Piedras Negras. Allí todos me conocían por lico aunque mi nombre real es Federico. Todos los muchachos teníamos sobrenombre o diminutivo. Por ejemplo a Fernando le decíamos nando, a Roberto beto, a Marcial chalo a Alfredo feo. Y a otros los identificábamos por su sobrenombre como El chapulín, La Tonina, El Gallo, El Pescado, La borrega etc . . . De algunos de ellos nunca supe su nombre verdadero, solo su apodo o sobrenombre.

Aunque han pasado los años, siempre recuerdo a mi barrio, sus calles, su gente, cada una de las casas de mis cuates. Varios de mis amigos ya se han ido pero siguen viviendo en mi mente. Hay veces que uno quisiera retroceder en el tiempo para volver a estar con ellos. Pero es imposible y solo nos conformamos con los recuerdos. Recuerdos que hacen reír, a veces llorar, pero que siempre serán eso . . . solo recuerdos.

De esos recuerdos les quiero contar. Porque al escribirlos, los vuelvo a vivir y eso es alimento para mi alma. Como dije antes, ha pasado mucho tiempo desde que deje ese lugar. Y como mi padre, también he tenido que moverme por varias ciudades. Ahora vivo en los Estados unidos y cada vez que tengo oportunidad voy a visitar a mi barrio. A mi barrio solamente. Porque aquellos amigos de la infancia y juventud ya no están allí. También se han ido a otras partes como yo. Otros tal vez han partido de este mundo sin que me haya enterado. Pero mi barrio todavía está de pie. Las mismas casas. Unas reconstruidas, otras nuevas hechas en terrenos en donde antes jugábamos pelota. Al pasar por esas calles que me vieron crecer, mis ojos, humedecidos por la nostalgia, ven hacia todos lados buscando rostros conocidos, pero no ven a nadie. Tal vez porque en mi mente existen las caras como las vi cuando viví en el barrio. Pero el tiempo que no perdona, las ha cambiado y es por eso que mis ojos no las reconocen. Sigo manejando y me alegro al ver la tienda de la esquina. Esa esquina en donde nos reuníamos por las noches los amigos.

LA ESCUELA PRIMARIA

Nuestra escuela está ubicada (todavía existe) en la Avenida Emilio Carranza. Esta avenida divide a dos colonias. La colonia Roma y la colonia González. En esta última es donde esta mi barrio. Cuando llegamos a vivir a Piedras Negras, tenía 8 años de edad. En esa escuela estudié del tercero al sexto grado.

Recuerdo a cada uno de mis maestros y creo a todos los que impartían clases en ese plantel. Mi Maestro de tercer grado fue Don Octaviano Rodríguez. Lo recuerdo bien pues también fue mi maestro en la Academia en donde después estudié la carrera comercial. El tenía menos de treinta años de edad. Recién casado y vivía en La loma. Así era conocida esa sección ubicada en la parte alta de la ciudad. Alto, moreno, muy alegre y juguetón. Nos impartía las materias siempre sonriendo y de esa forma nunca nos aburríamos en la clase. El también trabajaba para