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¡Caracoles!: ¡Caracoles!
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Libro electrónico40 páginas18 minutos

¡Caracoles!: ¡Caracoles!

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Información de este libro electrónico

Luisa quiere una mascota, pero en el condominio donde vive no está permitido tener animales. Para conseguir el permiso, intenta convencer a la administradora del edificio, la señorita Pompozzi, de que puede cuidar un animalito. La mujer acepta el trato con la única condición de que la mascota sea silenciosa y pequeña como la punta de un dedo. Luisa
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento14 ene 2022
ISBN9786076219652
¡Caracoles!: ¡Caracoles!
Autor

Adriana Chalela

Adriana Chalela (Ciudad de México) estudió pedagogía y trabajó doce años en escuelas. Ahí descubrió que los libros son compañeros de aventuras. Por eso decidió estudiar creación literaria y dedicarse al “puro cuento”.

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    ¡Caracoles! - Adriana Chalela

    Tris, tris, tris, oí desde mi cuarto y salté de la cama. Mis orejas tenían muy buena memoria y podían reconocer el pli, pli, pli de los pájaros en el árbol de la entrada del condominio, los gritos del vendedor de gas y el ¡frrrit! del silbato del cartero, pero ese tris, tris, tris no lo habían escuchado nunca. Me vestí superultraveloz y fui a ver de qué se trataba.

    Al salir, descubrí que el patio donde normalmente jugaba, ya no era un rectángulo liso y sin chiste. En la noche, mientras yo soñaba con mascotas peludas y esponjosas, el patio se había convertido en una jungla, y el tris, tris, tris era el sonido de unas enormes tijeras con las que la señorita Pompozzi estaba recortando las plantas.

    Entonces recordé que Luchis, la portera del condominio, me había platicado que estaban remodelando el laboratorio donde trabaja la señorita Pompozzi y mientras terminaban, tendríamos de visita un montón de plantas.

    —¡Qué bonitas rosas! —le dije en parte porque de verdad estaban muy bonitas; pero también lo hice para que se pusiera feliz, pues ella siempre está muy seria.

    —Gracias, Cría Sapiens —respondió sin quitar la vista de sus flores.

    Ya le había dicho mi nombre miles de veces, pero por lo visto tenía una pésima memoria, así que tuve que recordarle que me llamo Luisa Lara, y no Cría Sapiens.

    Ella me miró sólo un segundo y siguió recortando las hojas. Mientras lo hacía, me explicó que Cría Sapiens era una forma científica

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