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Libro electrónico103 páginas1 hora

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La verdadera política de lucha contra incendios no solo persigue detectarlos y apagarlos de forma temprana, sino sobre todo evitar que se produzcan, recomienda mejorar los accesos, pistas y caminos forestales en mal estado, limpiar la cubierta vegetal sobre la que trascurren tendidos eléctricos o las quemas prescritas para poner barreras a la propagación del fuego. Estafar a la aseguradora supone la rescisión inmediata de la póliza, perder el derecho a la indemnización y, en los casos más graves, enfrentarse a penas de cárcel. Este tipo de estafa consiste en "realizar actos u omisiones conscientes que persiguen el engaño para obtener un beneficio económico de un tercero".Las aseguradoras destinan bastantes recursos a la investigación de estos casos, que les hacen ahorrar mucho dinero. A veces, los asegurados tratan de agravar los daños o lesiones corporales producidos en un accidente. La explicación del auge de este fraude se encuentra en que las indemnizaciones por esta causa son importantes. Y los ramos de seguro de vida y el de hogar tampoco se libran: en este apartado se intentan "colar" daños extra en los casos de un accidente eléctrico, si hay daños por agua o los derivados de un robo.
rson
IdiomaEspañol
EditorialSelect
Fecha de lanzamiento15 ago 2021
ISBN9791220836500
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    Arson - Maria Méndez

    Los daños del un incendio de un coche estacionado no los cubre el seguro obligatorio

    Mi pariente tenía su vehículo correctamente estacionado delante de su casa. Detrás aparcó otro vehículo que, por causas desconocidas, se incendió. Como resultado, el coche de mi familiar se chamuscó. La compañía de seguros asegura que mi pariente no tiene derecho a indemnización ni a la defensa del mismo, alegando que ninguno de los dos vehículos estaba en circulación. ¿Es esto correcto?

    El seguro obligatorio del automóvil cubre, hasta ciertos límites, los daños derivados del riesgo creado por la conducción de los vehículos a motor por vías o terrenos públicos y privados aptos para la circulación, por vías urbanas e interurbanas, así como por vías o terrenos que, aún tener tal aptitud, sean de uso común. También por garajes y aparcamientos. Para tener derecho a indemnización, es preciso que el riesgo y el siniestro se deriven de lo que el Reglamento sobre la Responsabilidad Civil y Seguro en la Circulación de Vehículos a motor denomina hecho de la circulación.

    En este caso, dos vehículos estacionados se incendian, uno a consecuencia de la trasmisión del fuego originado en otro vehículo. Pero no se trata de un hecho de la circulación, ya que estaban aparcados sin presencia ni actuación alguna de sus conductores. En este sentido se han pronunciado los tribunales en diversas sentencias.

    Así, el Tribunal Supremo, en sentencia del 10 de octubre de 2000, ante un litigio sobre la responsabilidad por los daños sufridos por un vehículo estacionado al alcanzarle el fuego de otro vehículo, también estacionado, dice que nada de ello tiene que ver con la circulación de vehículos, no es un accidente surgido con ocasión de la circulación, por lo que está fuera de lugar acudir a su legislación especifica para resolver el problema de la imputación de daños. La Audiencia de Pontevedra, en sentencia de 14 de abril de 1993, afirma que encontrándose estacionados dos vehículos, de tal modo que uno de ellos se incendia y transmite su incendio al otro, el hecho causante de los daños no deriva, obviamente, de la circulación de ningún vehículo de

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