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La espada y las siete piedras.: Espada y piedras.
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La espada y las siete piedras.: Espada y piedras.
Libro electrónico177 páginas3 horas

La espada y las siete piedras.: Espada y piedras.

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Mientras las manos del anciano retiraban el cuero desgastado, Alman miró lo que había dentro. Extendió la mano y tocó el mas fino de los aceros. Incrustado en la empuñadura, un diamante perfecto. Al aceptar la espada, Alman tuvo que ir a donde nadie se atrevió a ir antes. Necesita atravesar montañas de las que algunos nunca regresan. ¿Los fuegos lo mantendrán a salvo en el camino y lo mantendrán a salvo lo que esté acechando en las sombras? ¿Vivirá para salvar a los demás? El Reino de su padre dependía de él. ¿Con qué magia estaban lidiando?

IdiomaEspañol
EditorialBadPress
Fecha de lanzamiento11 ago 2021
ISBN9781071591536
La espada y las siete piedras.: Espada y piedras.

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    La espada y las siete piedras. - Karen Doherty

    La espada y las siete piedras - Diamante.

    Series Espada y piedras.

    por Karen Rouillard.

    A mi hijo Levis.

    Tú me diste la oportunidad de tomar la historia que empezaste y traerla a la vida.

    Te amo.

    Ella se paró en lo alto de la montaña y miró con horror, lágrimas cayendo por sus mejillas. Paredes estaban siendo construidas, la gente estaba siendo separada. Familias llorando a gritos por otros que no verán más. ¿Qué estaría por venir para Arie? Ashma se volteo y se alejó caminando. Ella no podía detener lo que estaba por venir. 

    Capítulo 1.

    Solsticio de verano.

    Alman había tenido esta conversación con su padre antes y sabía que no iba a terminar bien ahora. No era fácil tratar de conversar con un rey. ¿Quieres hacer qué? le gritó su padre. Nadie en el Reino se ha aventurado por esa parte de nuestra tierra. Su padre camino hacia una ventana. Desde sus habitaciones privadas tenía la mejor vista de su reino. El pueblo debajo de las montañas a la distancia. Volteando hacia su único hijo, trato de averiguar qué estaba pasando por su cabeza. ¿Podría tener algo que ver con la muerte de su madre? No, no podía ser. Ella ha estado muerta por dos años ya. Padre, llevaré un ejército de hombres conmigo si eso lo hace mejor. Alman observó mientras su padre tomaba asiento detrás de su escritorio. El clima se estaba poniendo peor afuera. La tormenta había empezado apenas esa tarde. Ahora los cielos estaban oscuros y un rayo se disparó. La lluvia estaba golpeando las ventanas con la ráfaga del viento que parecía hacerse más fuerte con cada hora que pasaba. Nicholis miró a su hijo. Te Prohíbo que vayas. Ninguna otra palabra. Cuando vio que Alman estaba por decir algo más, alzó su mano y lo detuvo. Ahora déjame, tengo trabajo que hacer. Con el fin de la conversación, un trueno sacudió los muros del castillo. Alman se paró de su asiento. No vine aquí por tu permiso. Vine aquí a decirte que iré. Con eso, Alman salió de la habitación. Nicholis se volvió a sentar y miró a su hijo irse. Nadie en la historia de Maramar se ha aventurado jamás a esa parte del reino. El aventó su pluma y gritó por Gavin, su mano derecha. Gavin escuchó el grito desde la escalera y camino hacia la habitación. ¿Escuche a alguien diciendo mi nombre? dijo con una sonrisa en su rostro. Él tomó la silla que Alman había ocupado y espero a ver qué era lo que su majestad quería de él hoy. Necesito que sigas a Alman. Él tiene esta idea de ir a la montaña del Oeste. Gavin sacudió su cabeza cuando escuchó esto. Sabía porque Alman quería ir allí. Él estaba tratando de mostrarle a su padre que era un hombre ahora desde el último año. Desafortunadamente, su padre era primero Rey, después padre. Gavin miró a su amigo. Sabes que tienes que hacer, ¿no? Nicholis miró a su amigo que había estado a su lado desde que eran bebés. Gavin, él no está listo todavía. Cuando lo esté, entonces lo haré Rey. Gavin se levantó. Puede que no haya tiempo para eso. Nicholis miró a su amigo. Lo sé, pero no necesita ser ahora mismo. Aún hay tiempo. Mientras Gavin se iba, espero por el bien de su amigo que hubiera tiempo suficiente. 

    Alman regresó a su habitación. Otro fuerte estruendo del rayo sacudió las paredes de nuevo. Parecía hacerse más fuerte cada vez. Él pensaba irse en la mañana, pero con la forma en la que su padre había actuado, decidió irse inmediatamente. El balanceo la bolsa sobre su hombro y dejó la habitación. Bajo por la escalera de servicio y a través de la cocina. Mientras salía, llenó su bolsa de comida porque sabía que le podría tomar días llegar allí. Cuando camino hacia los establos, el chico del establo se apresuró a tener su caballo listo para él. Le gustaba Alman. Él era bastante bueno con él. Aquí está el, señor, le dijo a Alman mientras sacaba su caballo de su puesto para él. Alman aventó un par de monedas al aire y el chico las atrapó y sonrió. Alman montó su caballo y le dio un golpe con sus rodillas. No le tomó mucho tiempo antes de que estuviera fuera del establo y en el camino que los llevará fuera de la aldea.

    Todo comenzó dos semanas antes. Ellos fueron al pueblo porque Harry quería ir a ver a su novia y ya que no tenía nada mejor que hacer, él lo acompañó. Ataron sus caballos y Harry dio una caminata hacia el pozo de agua. Una chica linda sonrió tan pronto como lo vio. Alman decidió caminar hacia el mercado para ver si alguno de los artesanos tenía cosas nuevas en exhibición. Al caminar hacia la tienda del artesano, noto a alguien nuevo parado ahí. Hola, Alman le dijo al hombre. Al acercarse, se dio cuenta que el hombre era bastante viejo. La forma en la que manejaba el martillo y usaba el fuego, Alman sabía que debía de haber sido herrero la mayor parte de su vida. Eres nuevo aquí. ¿Cuál es tú nombre? El viejo hombre se volteó y miró al chico que tenía parado enfrente de él. Mi nombre es Ishma. Tú eres la razón por la cual estoy aquí. Él se giró y caminó hacia la mesa y recogió una pieza de cuero que yacía detrás de él. Alman lo siguió por curiosidad. Mientras observaba, el viejo desenvolvió lo que había oculto en la envoltura. Alman sintió una sensación de calma sobre él. Las manos del viejo retiraron el cuero desgastado y Alman miro la espada más hermosa que haya visto nunca. Arrastró sus dedos sobre la empuñadura. El detalle en la herrería era algo de envidiar. Mientras sus dedos cruzaban la piedra, el diamante brillo por un instante, después se desvaneció. El viejo sonrió y luego sostuvo la espada recta. El acero brillaba. Alman tomó la espada del herrero y podía jurar que estaba hecha a la perfección para él. El peso era preciso y el balanceo era bueno. ¿Cuánto por la espada, herrero? El viejo miró la espada, luego de nuevo a Alman. Esta espada puede ser tuya gratis, pero viene con un precio. Si tú te comprometes con el precio entonces la espada es tuya. Alman miro los finos detalles entrelazados en el acero. ¿Como puede ser gratis si viene con un precio, viejo? El herrero dio la vuelta a la mesa y se apoyó sobre esta. Tráeme un retoño de almendra del claro del bosque del Oeste para la luna nueva. Alman había oído las historias del bosque del Oeste y sabía que la mayoría de los hombres tenía miedo de ir ahí, pero por esa espada, Alman haría lo que sea. Una vez que me comprometa al trato, ¿la espada es mía entonces? El viejo asintió y Alman puso la espada en la envoltura y sacudió la mano del herrero. Entonces me comprometo con el trato. El viejo fue hacia las brasas y llevó el atizador. Tú pasarás por muchas pruebas cuando busques las cosas que necesitas. Debes conquistarlas todas para salvar a aquellos que te rodean". Alman miro la envoltura de cuero, luego subió la mirada para ver que el hombre se había ido. Alman metió la espada bajo su brazo y miró alrededor. Estaba parado enfrente de la única puerta para salir, así que el viejo debería de estar ahí en algún lado. Miro en cada habitación, pero no había nadie.  

    La vivienda del herrero era de sólo tres habitaciones más el cobertizo exterior para trabajar. Las paredes estaban hechas con piedras del río y arcilla. Todas las casas de la aldea estaban hechas con la misma técnica. Él salió de una habitación y se volteo rápidamente al escuchar un sonido detrás suyo. Hola señor, ¿hay algo que pueda hacer por usted? Burtis se paró ahí en su delantal sosteniendo las herraduras en sus manos que había tomado de uno de los caballos en los puestos de detrás de él. Burtis, ¿has visto al viejo con el que estaba hablando ahora? El nuevo herrero. Burtis lo miro un poco extraño. ¿Había tomado unas copas ya? Era pasado mediodía. Señor, soy el único aquí. ¿Necesita algo para su caballo? Burtis dejó las herraduras en la mesa de madera. El siempre atenderá al caballo de Alman primero. Él era el hijo del rey. Alman alzó su mano. Mi caballo está bien. No importa, Burtis. Alman salió del cobertizo del herrero y regresó al pozo de agua. Harry y la chica aún estaban ahí. Él asintió con la cabeza a Harry cuando por fin obtuvo su atención. Harry besó la mejilla de la chica rápidamente y después corrió hacia él. Vamos a tomar una copa y algo de comida, después regresamos al castillo. Ellos caminaron hacia el punto de encuentro y se sentaron. No pasó mucho tiempo para que fueran servidos por una bella camarera quien trató de obtener la atención de Alman. Harry sólo se río y tomó un trago. Alman lo miro. Él bajó su voz hasta ser casi un susurro. Acabo de ir con el herrero y hable con un viejo ahí. No sabía que Burtis tenía a alguien nuevo trabajando ahí. Este sujeto sacó una hermosa espada y me dijo que, si iba al bosque del Oeste, y le llevaba algo de regreso, podía tener la espada. Yo sacudí su mano y le dije que lo haría porque Harry, tú nunca has visto una espada como esta. Él tomó un trago de su cerveza. Miré alrededor por menos de un segundo, luego volteé de nuevo. Harry, el sujeto se había ido. Él le dijo a Harry como busco por todo el lugar y que no lo encontró. Harry pensó que lo mejor que podían hacer en ese momento era sacar a Alman y la espada de ahí. Si alguien los escuchaba, podrían ser emboscados cuando se fueran. Él le dijo eso a Alman así que dejaron la taberna y fueron a sus caballos. 

    Tan pronto como regresaron al palacio, Harry lo siguió a su habitación. Ellos cerraron la puerta tan pronto como llegaron ahí. El fuego de la chimenea mantenía la habitación cómoda, sin la humedad de la niebla que ocurría casi diariamente. Colocándola en la mesa, Alman desenvolvió el cuero. Harry estiró su mano para tocar la espada, pero antes de que pudiera, Alman agarró su brazo. Harry alzó la mirada hacia los ojos de su amigo y notó algo extraño acerca de ellos. 

    ¿Qué te pasó mientras te fuiste? Harry sacó su brazo del agarre de Alman. Alman bajo la mirada para darse cuenta que estaba sosteniendo el brazo de Harry, entonces lo soltó. Sólo fui a la calle del herrero, obtuve esto, y regresé. Caminó hacia la ventana. Iré al bosque del Oeste, Harry. ¿Vienes conmigo? Harry y Alman han sido amigos desde su nacimiento. La madre de Harry era la mejor amiga de la madre de Alman y Harry ha vivido en la corte con ellos desde que nació. 

    La lluvia estaba cayendo fuerte mientras recordaba lo que su padre había dicho y lo que pasó dos semanas atrás. Él sabía que esta vez, como muchas otras antes, iba a desobedecer a su padre. Esta vez sin embargo no era por diversión. Esto era por necesidad.  Había algo en su interior que lo impulsaba. Mientras la tormenta pasa arriba de sus cabezas, los caballos salpican lodo detrás de ellos, Harry y Alman saben que el viaje no será fácil, pero Alman sabe que se comprometió con el mismo a una fuerza mayor y sabe que no puede regresar ahora.

    Capítulo 2.

    ¿Qué quieres decir con que se fue? Te dije que hicieras una cosa y fue que lo mantuvieras aquí hasta que pudiera convencerlo de dejar esto. Gavin estaba tan enojado ahora mismo. Si no encontraba a Alman, entonces amigo o no, Nicholis tendrá su cabeza por esto. El guardia le informó que ellos se habían ido hace tres horas.

    Cuando Gavin fue a los establos, su caballo ya estaba esperando por él. Sus cuatro mejores hombres irán con él. Nelvil, Jordon, Churil, y Reed. Él nunca había estado tan cerca de esta parte de la tierra, pero había escuchado las historias que algunos hombres contaban cuando salían de copas. Gavin no había nacido en una familia rica, pero había nacido de una mucama de la Reina. Ella era de una familia apropiada pero no tenía riquezas. Mientras el Rey crecía, Gavin estuvo ahí a su lado. Nicholis lo hizo cabeza de la armada del Rey. Él sabía que su amigo hizo eso para que él pudiera tener un título.

    Agarrando las riendas, él puso su pie en el estribo y lanzó su otra pierna sobre la espalda de su caballo. Al dar vuelta a su caballo, notó que sus hombres estaban esperando en sus corceles. Todos los cinco se veían tan amenazadores. Él sólo podía esperar encontrar a Alman pronto.

    Alman y Harry pararon en una cueva por un momento, para salir de la lluvia. La tormenta había empeorado en la última hora. Ellos habían estado cabalgando por cinco horas completas y los caballos estaban cansados. Estaban agradecidos de que la cueva fuera lo suficientemente grande como para meter a los caballos. De esta manera, no se espantarían por los truenos. Harry encontró algunas astillas y moho seco y empezó a encender un fuego. Decidieron permanecer ahí durante la noche. Los caballos estaban gastados de todas maneras. Harry tenía un buen fuego en marcha y Alman tomó algo de la comida que había empacado de su bolso. Él sabía que eventualmente tendrían que cazar por comida, pero por ahora, pueden comer el queso y el pan que tomó de la cocina al salir. Está bien, ¿entonces te puedes quedar con la espada si encuentras para este tipo un árbol de almendra? ¿Por qué no sólo cortas uno de los alrededores de aquí? Hay cientos de ellos. Harry le preguntó mientras tomaba otra mordida al sándwich que hizo con su porción. Alman pensó la misma cosa, pero por alguna razón cuando el viejo le dijo dónde encontrarlo, él supo que no podía sustituirlo con otro. El viejo sabría. No, pensé en eso también, pero tengo el presentimiento que estoy siendo enviado en una misión por alguna razón. Ni siquiera es que quiera ir a esa parte de nuestra tierra. Es una necesidad dentro de mí de que tengo que ir allí. La espada es lo que me está jalando hacia allí. Harry, la primera vez que empuñé la espada en mis manos, sentí que se había vuelto una parte de mí. Se que no tiene sentido. Alman sacudió su cabeza. No sabía si se lo estaba explicando correctamente a su amigo. Harry quería creerle, pero una espada volviéndose parte de alguien era ridículo. Él había escuchado de hombres que crean un lazo especial con sus espadas, pero no se habían vuelto una parte de ellos. Además, ¿cómo puede una espada provocar sentimientos? Por un momento,

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