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Los Ciclos Universales
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Los Ciclos Universales

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Cruz González, ha logrado elaborar una teoría de ciclos que plantea que la humanidad, el planeta y el universo, juntos se transforman de manera sincronizada como un gran reloj universal. Dicha teoría explica el comportamiento cíclico de los cambios sociales y culturales desde los principios de la humanidad, describiendo la forma, transiciones y tiempos precisos.
González también ha podido explicar que el fenómeno del niño y el cambio climático no son alteraciones climáticas pasajeras, como se ha creído, sino que son ciclos estacionales, tal como las estaciones anuales y el ciclo lunar.
Su temática se ha publicado a través de diarios internacionales y redes sociales en todo el mundo, y su libro fue presentado ante el Consejo Directivo del Instituto Venezolano De Investigaciones Científicas (IVIC, siglas en español) y al representante ante el Panel Intergubernamental Para El Cambio Climático (IPCC, siglas en español) de esa misma institución, para proyectos de investigación.

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento20 jun 2021
ISBN9781005694166
Los Ciclos Universales
Autor

Cruz González

Cruz González, científico y escritor,nació en la ciudad de Barinas,República Bolivariana de Venezuelaen el año de 1956. En 1984 segraduó de Ingeniero Químico y en el2017 se graduó de Profesor enInformática, en la UniversidadNacional Experimental PolitécnicaAntonio José de Sucre y en laUniversidad PedagógicaExperimental Libertador, de laRepública Bolivariana de Venezuela, respectivamente.Desde un principio de su vida profesional, en su tiempo libre, se dedicó comoinvestigador independiente en el área de las ciencias naturales y, a su vez, también sededicó a estudiar de manera especial temas sobre la historia universal y filosofía.González logró elaborar una teoría de ciclos que permite explicar la forma en que repite la historia en todos sus aspectos: económicos, sociales y culturales; además de los complejos procesos naturales del planeta y del universo.Es autor de dos libros: LOS CICLOS UNIVERSALES y EL CAMBIO CLIMÁTICO, este último con un tema de actualidad que se ha publicado en diferentes redes sociales y prensa de muchos países.

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    Los Ciclos Universales - Cruz González

    COMENTARIOS Y REFLEXIONES.

    González plantea una nueva perspectiva que puede dar una mejor explicación al problema del cambio climático global y a otros asuntos- - - Su teoría de los ciclos universales pretende confirmar que, ciertamente existen una serie de procesos naturales, sociales, económicos y culturales, que se repiten cíclicamente de manera sincronizada y en tiempos precisos- - -. Marieva Fermín, 2021

    Al director del Consejo Directivo del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC, siglas en español), le pareció que no es nada descabellado lo que digo en el libro - - - Obviamente no es fácil creer en la perspectiva que muestra este libro. Cruz González, 2021

    - - - el universo, que está continuamente abierto a nuestra admiración, pero que no puede comprenderse a menos que se aprenda su lenguaje y la interpretación de los caracteres en que está escrito. Está descrito en el lenguaje de las matemáticas - - - sin las cuales es humanamente imposible entender una sola palabra; sin él, uno está perdido en un laberinto obscuro. Galileo Galilei.

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    ACERCA DEL AUTOR

    El autor de este libro, Cruz González, nació en la ciudad de Barinas, República Bolivariana de Venezuela en el año de 1956. En 1984 se graduó de Ingeniero Químico y en el 2017 se graduó de Profesor en Informática, en la Universidad Nacional Experimental Politécnica Antonio José de Sucre y en la Universidad Pedagógica Experimental Libertador, de la República Bolivariana de Venezuela, respectivamente.

    Siempre le llamó la atención que desde hace siglos los historiadores y filósofos han dicho que la historia se repite. Esta frase fue la que lo motivó a escribir su libro en la que se preguntó, en principio, ¿Pero cómo se repite la historia y cada cuánto tiempo lo hace?

    González se planificò para comprobar que si el universo infinito tiene un orden y una relación entre sus partes, el universo de ideas también lo debe tener. Fueron meses y años de ensayo y error, páginas tras páginas elaborando esquemas, escribiendo notas, y sacando cuentas para dar con esa regla general que demostrara su hipótesis. Le llevó treinta años el proceso de investigación.

    La vocación de investigador del autor le llevó a estudiar especialmente temas como el de los cambios sociales y culturales, y temas de actualidad como el del cambio climático y el del fenómeno del niño que tanta alarma ha causado, además de otros temas sobre la geología y astrofísica, estableciendo previamente con su propio método, una particular serie de escalas cronológicas para luego elaborar su interesante teoría de ciclos mediante la cual logró desarrollar sus propias conclusiones, gracias a una documentación estadística disponible de instituciones internacionales, y gracias a su propia metodología que ha llamado: Analogística. Ahora, en esta ocasión, está revelando una de las investigaciones incluidas en su obra completa titulada Los Ciclos universales, en su primera edición, año 2017.

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    -----------------------*******************--------------------------

    AGRADECIMIENTO

    Con el propósito de contribuir en el conocimiento de nuestro universo,

    y con la esperanza de que se logre la mayor aceptación por parte de la comunidad científica.

    Un agradecimiento especial a mis hijos Jesús Eduardo González, Adriana Paula González y

    Juan José González, quienes fueron de gran ayuda para hacer realidad este propósito.

    Agradezco también el apoyo de mis hermanos, demás familiares y amigos.

    Cruz González

    ____________*************______________

    PRÓLOGO

    La idea sobre estos temas se me ocurrió repentinamente un día que por curiosidad estaba leyendo unos libros de historia universal y astronomía en la biblioteca pública de mi ciudad natal, a finales de la década de los 80. Tratè de reflexionar cuando leì que varios historiadores y filósofos coinciden en que la historia se repite, y eso aparentemente parecía algo cierto, pero ninguno hacìa referencia a los lapsos de tiempo precisos. En ese reflexiòn casualmente de mi cuenta de la asombrosa coincidencia de acontecimientos relevantes con características semejantes que ocurren en los mismos años de diferentes siglos; por ejemplo, se podrían comparar los hechos de la revolución francesa, año 89 del siglo XVIII, con los hechos de la caída del muro de Berlin, año 89 del siglo XX.

    Llama mucho la atención que existe años emblemáticos de un siglo cuyas circunstancias son semejantes en todos los siglos de un milenio. En este sentido, se podrían resaltar los años 10, 21, 39 y 58, entre otros, cada uno con cierta importancia en algún aspecto específico del acontecer mundial. En ese casual momento esto me llamó tanto la curiosidad que sentí que algo me impulsaba a escribir sobre unos asuntos con ideas un poco fuera de lo común que siempre habían atraido mi atención. Me causaba mucha curiosidad la misteriosa coincidencia cronológica entre ciertos fenómenos naturales. Sucesos tan destacados que han dejado huella en la memoria de la humanidad y que han llegado hasta nuestros días a través de la mitología y de investigaciones arquològicas o palentològicas.; en fin, pero uno de los problemas que se me presentaron fue la aparente incertidumbre en cuanto a las fechas históricas precisas.

    Hice muchos intentos para lograr un punto de concordancia; luego, utilizando una manera muy particular de ordenar las ideas, finalmente desarrollé una conjetura sobre una regla lógica que podía expresarse por medios numéricos, y que permitía calcular un período específico de tiempo que ordenaba cronológicamente una serie de hechos históricos relacionados entre sí. Aunque el método utilizado parecía un cálculo matemático muy elemental, para sorpresa mía, algunas de las estimaciones coincidieron con la realidad histórica y eso me produjo un aliento para continuar.

    Así continué con los tiempos contemporáneos aplicando ese mismo método a la incertidumbre actual que existe en cuanto a las alteraciones climáticas cuyos sucesos llaman la atención mundial, por ejemplo, el conocido fenómeno del niño y el calentamiento global. Investigué en las páginas de los exploradores informáticos, observé documentales televisivos y videos, y después de mucha dedicación comprendí que nuestro planeta realiza una diversidad de ciclos climáticos y geológicos hasta ahora desconocidos, que se desarrollan de manera sincronizada en algunas décadas o en períodos de miles y millones de años.

    Disponiendo de toda esa información especializada pude comprobar que muchos de esos fenómenos naturales tienen un régimen cíclico con períodos temporales definidos, y que están regulados por movimientos astronómicos específicos; igualmente sucede con los procesos económicos, sociales y culturales de la humanidad. Pero también comprendí que esta nueva teoría de ciclos universales constituye una propuesta que cuestionaría algunas teorías anteriores o que, tal vez, esta nueva teoría sería contraria a opiniones de grandes expertos y personajes muy reconocidos, los cuales merecen todo el respeto por sus méritos.

    Con toda esa información especializada resulta algo evidente que muchos de esos fenómenos son tan predecibles como esperar la primavera después de un invierno, y tan preciso como esperar que la luna nueva reaparezca cada 29 ½ días. En resumidas cuentas, se pude concluir que así como el ciclo diario se repite cada 24 horas, así también todos los procesos sociales y naturales, se repiten en perìodos precisos y de manera sincronizada.

    Sabiendo la importancia de los planteamientos de este libro, les deseo la mejor suerte en esta lectura toda vez que sus reflexiones no sean para desviarse del propósito original y contribuyan a formar mayor conciencia sobre los fenómenos climáticos y sobre nuestro propio momento histórico y cultural; por lo tanto, debo recomendar que la lectura de este libro se haga con una aptitud abierta a nuevas ideas en el marco de una realidad humana un poco diferente a las expectativas tradicionales.

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    ______________**************_______________

    INTRODUCCIÓN

    Algunas veces no se puede notar que el complejo conjunto de cuerpos celestes es objeto de una serie de ciclos que afectan el planeta y la vida humana y, por supuesto, todo tiene una causa .Lo que afirman los filòsofos e historiadores en cuanto a que la historia se repite, se puede resumir en un principio popular muy conocido que parafraseado dice: nada es casual en la vida.

    Desde tiempos remotos de la prehistoria, en cuanto el hombre empezò a agruparse en comunidades más o menos organizadas, vió la necesidad de confeccionar calendarios rudimentarios para regular los cultos religiosos, las tareas agrícolas y las actividades de cacería. Hoy dìa, la sociedad tambièn organiza sus labores administrativas y económicas periòdicas, y asì mismo las instituciones planifican sus programas de trabajo para varios años, haciendo una perspectiva futura de hechos. Las modas generacionales, los vestuarios, los estilos de vivienda, todo va cambiando cada cierto tiempo, y todo vuelve a comenzar bajo ciertas circunstancias similares, ya sea por una crisis económica, por una revolución social, en fin.

    Para poder identificar toda esa serie de cambios se deben establecer lapsos o perìodos de tiempo apropiados que reflejen la secuencia de acontecimientos sobre un mismo orden cronológico. En tal sentido, entonces, en principio se debe resaltar la necesidad de redefinir apropiadamente los períodos de tiempo que constituyen el sistema cronológico tradicional que todos conocemos hasta ahora, por ejemplo, magnitudes como el segundo, la hora, el dìa, el año, los miles de años, los millones de años, y para ello es obligatorio realizar un estudio de todos esos períodos o lapsos de tiempo muy pequeños, hasta lapsos de tiempo muy amplios, para lo cual también es necesario intentar identificar y relacionar fenómenos físicos de orden atómico, fenómenos astronómicos, eventos climáticos, fechas históricas, perìodos geológicos, en fin, identificar todo lapso de tiempo que refleje un proceso de transformaciòn.

    En cuanto a los asuntos climàticos, varias Instituciones de investigación se han esforzado por dar respuestas a una serie de alteraciones ambientales que se han hecho notables en el último siglo, en distintas regiones del mundo, dicha alteración se conoce como el cambio climático o calentamiento global; sin embargo, no todas esas explicaciones son sostenibles por el hecho de que algunas veces se tiende mucho a especular y afirmar que la causa principal radica en la acción del factor humano sobre el ambiente.

    Obviamente. muchas de las actividades económicas de las industrias son un agravante del calentamiento global. Por otra parte, a partir del siglo XVII los grandes avances del conocimiento científico, la agricultura, la industria, la medicina y la organización social han hecho que la población creciera de forma alarmante. Por ejemplo, durante los mil años de la edad media la población mundial creció solo en unos 100 millones; para sorpresa nuestra, en los 300 años siguientes la población se quintuplicó pasando de 500 millones en 1650 a 2.500 millones en 1950, actualmente el crecimiento ha sido más espectacular porque para el 2006 se alcanzó los 6.550 millones de habitantes.

    Muchos gobernantes del mundo conocen las consecuencias a largo plazo de la demanda de alimentos, agua, energía, combustibles, urbanismos, en fin. Ahora agreguemos las consecuencias por catástrofes naturales, como damnificados, epidemias, pérdidas agrícolas, costos de reconstrucción, entre otros. En estos últimos años los gobernantes del mundo se han estado reuniendo para buscar acuerdos internacionales como estrategia para disminuir las consecuencias de los procesos industrializados y la explotación indiscriminada de los recursos naturales que tanto afectan el equilibrio natural de nuestro planeta.

    Es importante saber que muchos de los factores que determinan el clima global actual y su escala cronológica aún no están claramente definidos, y este es uno de los propósitos de la teoría de los ciclos universales que aquí se plantea. Afortunadamente, mediante el presente análisis se ha logrado apreciar condiciones sobresalientes en algunos registros meteorológicos y geológicos, tomados de estudios precedentes realizados por Universidades reconocidas e instituciones de investigación debidamente acreditadas, que ayudan a demostrar que ciertamente existe una serie de ciclos naturales con períodos de siglos, miles y millones de años. Estos ciclos naturales regulan las condiciones climáticas y geológicas en todas las regiones del planeta; además, también se ha podido comprobar por evidencias, que existen otra serie de ciclos de orden social y cultural, por mencionar algunos.

    Para esta investigación se revisaron informaciones provenientes de instituciones de Estados Unidos de América y de otras organizaciones internacionales, como: Organización Mundial de Meteorología (OMM), Administración Nacional de Aereonáutica y Espacio (NASA), National Oceanic and Atmospheric Administration (NOAA), Nacional Climatic Data Center (NCDC), Centro de Clima Regional Occidental (WRCC) y el Desert Research Institute (DRI), Instituto Goddard para Estudios Espaciales (GISS) de la NASA, entre otros, por supuesto, con el propósito de contribuir al avance de la ciencia y de la tecnología, y con fines didácticos para la humanidad del futuro. En este sentido, la presente teoría es un intento para establecer un modelo del comportamiento climático y geológico de nuestro planeta.

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    ________________****************_______________

    CAPÌTULO I

    LA TEORÌA

    DE LOS CICLOS UNIVERSALES

    La teoría de los ciclos universales explica que todos los movimientos de nuestro planeta, del sistema solar y de la galaxia causan ciclos climáticos o geológicos en nuestro planeta; además, así como los movimientos de nuestro planeta transcurren de manera cíclica y provocan cambios ambientales, en períodos específicos y épocas definidas, de igual manera, las comunidades, los pueblos, y la humanidad, también cumplen cambios periódicos. Todos los grandes cambios son cronológicamente predecibles porque también ocurren de manera cíclica y sincronizada, según un orden natural y universal, con épocas y en etapas regulares.

    De acuerdo con esta teorìa, se pueden clasificar una gran variedad de ciclos, por ejemplo, los ciclos climáticos, los ciclos geológicos, los ciclos astrofìsicos y, por otra parte, otra gran variedad de ciclos, por ejemplo, los ciclos históricos y los ciclos prehistóricos, tales como: el ciclo económico de los paìses, el ciclo social de la humanidad, ciclo cultural de la humanidad, ciclo evolutivo de la especie humana, entre otros.

    Por supuesto, existen otras teorías de ciclos respecto a la historia, pero ninguna de esas teorías ha diferenciado adecuadamente los distintos aspectos històricos ni sus respectivos perìodos cíclicos, con tal precisiòn; pero además, es bueno aclarar, que este trabajo de investigación de ninguna manera se refiere a una predicción astrológica.

    Todo este trabajo de investigación ha estado orientado en una forma de análisis filosófico - predictivo que se ha llamado Analogística que, como toda rama filosófica, tiene sus propios principios y método para ordenar y organizar las ideas relativas a un universo inteligible. Mediante esta filosofía predictiva y con base a datos y evidencias históricas, físicas y astronómicas, es posible comprender el gran vínculo que se establece entre las fases de un proceso y el correspondiente régimen temporal de acontecimientos sociales y culturales.

    Uno de los aspectos más importantes que brevemente se puede mencionar está es el reconocimiento del ciclo de trasformación económica de un país, un tema de actualidad. En cuanto a esto, lo fundamental es ubicar con precisión las fechas resaltantes de las revoluciones sociales y grandes crisis económicas, de esta manera se puede confirmar que todos los países cumplen un ciclo económico calculado en 169 años con sus cuatro transiciones y sus veintiocho etapas o eras. Por ejemplo, el caso del ciclo económico que se desarrolla en los países suramericanos. Estos países terminan de concluir un proceso colonial que se desarrolló entre los años 1830 y 1999, por lo cual posiblemente buscan consolidar su independencia política.

    Este cierre de ciclo hipotéticamente marca el principio de un nuevo modelo económico en todo el mundo. Este ciclo económico lógicamente es generalizado y sincronizado para todos los países del mundo; lo que quiere decir que en la primera década del presente milenio todos los países sufren simultáneamente el duro comienzo de un proceso pero con fases económicas distintas en sus características; tanto así, que la historia confirmará la relevancia de las circunstancias económicas mundiales observadas desde el año 1999.

    Lamentablemente la memoria de los pueblos contemporáneos apenas alcanza unos cinco mil años hacia el pasado. Todo ello trae consigo una serie de barreras sobretodo de orden cultural. Por ejemplo, hasta los momentos el período de la prehistoria se ha tomado desde el origen de la vida humana hasta la invención de la escritura, es decir, desde hace unos 40 millones de años hasta el 3.300 aC. Por tal motivo, la historiografía tradicional ha dividido el tiempo pasado en dos períodos básicos: la Prehistoria, y la Historia.

    La forma más aceptada de dividir la historia hasta los momentos ha sido meramente eurocéntrica, aunque lógicamente no es la única manera de dividir la historia. En cuanto a la prehistoria, hasta el presente se ha intentado ordenar el proceso de evoluciòn de la vida pero, tal vez, no se ha contemplado la posibilidad que existiera un ciclo evolutivo preciso, con etapas regulares, aunque parezca fuera de lo comùn.

    En este orden de ideas, la perspectiva científica no va más allá de lo que se supone fue la formación del universo, hace unos 15 mil millones de años. De tal manera, que hasta los momentos no se conoce ninguna información astrofísica que se refiera a períodos de la magnitud que aquí se menciona; por ejemplo, nadie podría imaginarse un período de 6.500.565 Mdg (millones de días galácticos), es decir, unos seis millones de días galácticos, entendiendo que un día galáctico (dg) equivale a unos 49 millones de años, período en el aquí se ha estimado que nuestra galaxia realiza una rotación.

    Como se puede observar, las cifras son de tal magnitud (294.000.000.000.000.000.000 años) que se prefiere utilizar la unidad astronómica del día galáctico para facilitar la noción del tiempo. Sin embargo, la presente teoría de ciclos universales sostiene la hipótesis que propone esa posible realidad temporal aunque, es válido decir de nuevo, todavía no existe la más leve información al respecto que pueda confirmar este planteamiento.

    En resumen, la presente teoría de ciclos universales constituye un intento por establecer un modelo cronológico que conjuga todos los aspectos sociales de la humanidad, y fenómenos naturales de nuestro planeta, en una sola visiòn del mundo. Para esto ha sido necesario analizar el sistema cronològico tradicional y establecer varias escalas cronológicas, siguiendo un método que se ha llamado: analogistica.

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    CAPÍTULO II

    ANÀLISIS DEL SISTEMA

    CRONOLÓGICO TRADICIONAL

    Desde tiempos remotos de la prehistoria, en cuanto el hombre empieza a agruparse en comunidades más o menos organizadas, empieza a confeccionar calendarios rudimentarios para regular los cultos religiosos, las tareas agrícolas y las actividades de cacería. Para entender un poco el tema podemos decir que un calendario (del latín calenda) es una cuenta sistematizada del tiempo que se hace con la finalidad de organizar las distintas actividades humanas. Hace 35.000 años el hombre paleolítico ya tallaba sobre piedra o en huesos trazos regulares que los arqueólogos identifican como una manera de contar los días entre los plenilunios de un mes lunar. Más tarde, durante el Neolítico aparecen multitud de petroglifos y cullas asociados a calendarios lunares en La Fresneda, Lágea das Rodas, Pedra das Teixiñas, santuario astronómico de La Pola, entre otros. por citar solo algunos de ellos, siendo el punto culminante de esta etapa de la prehistoria el observatorio astronómico de Stonhenge en el Reino Unido (Inglaterra), en el que de forma precisa se determinaban los solsticios, los ciclos de las lunaciones, y posiblemente el año trópico. Quiere decir, que a principios del neolítico la humanidad de aquel entonces sólo tuvo capacidad intelectual para distinguir los períodos de tiempo más elementales de la vida cotidiana, como son: las horas, días, meses y años para organizar las actividades humanas. Efectivamente, las Sagradas Escrituras (Biblia o Toráh), uno de los escritos más antiguos, señala en los primeros capítulos del Génesis una misma denominación para contar días y años, ambos se llamaron días, y el día estaba fraccionado en 12 horas. Entonces, a principios del neolítico los calendarios ya estaban basados en los ciclos lunares. Otros tipos posteriores como los calendarios siderales se basaron en el movimiento de otros astros diferentes al Sol, por ejemplo, la cultura Maya (Latinoamérica) utilizó este tipo de calendario. En la actualidad, la mayoría de países orientan sus calendarios con base al ciclo que describe la Tierra alrededor del Sol y se denominan calendarios lunisolares. En la época del imperio Sumerio (3.200 – 2.234 aC) se confeccionaron calendarios y horarios de mucha precisión.

    En el tercer milenio antes de nuestra era, en la región situada en el próximo oriente entre los ríos Tigris y Éufrates, los Sumerios fueron el primer pueblo en usar la escritura (la tabla más antigua de escritura cuneiforme está datada alrededor del 3500 a.C.), y entre otras muchas cosas la cultura sumerio-babilónica nos ha legado el cálculo basado en el sistema sexagesimal, ya que su sistema de numeración era de base 60 (no como el nuestro que es de base 10 ó decimal), la división de la circunferencia en 360º, la división de cada grado (º) en 60 minutos y estos a su vez en 60 segundos. Como descendientes de pueblos pastores, los sumerios heredaron un calendario fundamentalmente lunar pero debido a la irregularidad de la revolución sinódica, una lunación no coincidía con un número entero de días en cuanto al año civil (año trópico), por lo que confeccionaron un calendario de 12 meses de 29 y 30 días alternados. Sin embargo esto nos da un total de once días y cuarto menos de los conocidos 365,2422 del año civil por lo que fue necesaria la adición de un mes suplementario de 30 días cada tres años. Existe constancia de que hacia el año 380 aC existía una regla para la adición de meses suplementarios que prescribía la intercalación de 7 meses a intervalos fijos a lo largo de 19 años. La primera tentativa de concordar los días con el año solar se produjo en Egipto. En los inicios del tercer milenio a.C., la civilización egipcia logró desarrollar un calendario de 12 meses iguales de 30 días, con independencia de las fases de la luna, repartidos en tres estaciones de igual duración y de significado puramente agrícola. A ese total de 360 días, se añadían al último mes de cada año 5 días suplementarios (epagómenos) alcanzando los 365 días. Además cada día lo dividieron en 24 horas, 12 diurnas y 12 nocturnas, dando lugar al primer calendario estrictamente solar que con pocas modificaciones el mundo occidental aún sigue utilizando en la actualidad.

    En la Grecia antigua, las fases de la Luna regulaban las fiestas religiosas que, en su mayor parte, estaban relacionadas con los ciclos del año agrícola. El calendario era lunar, con meses de 29 y 30 días llamados vacíos y llenos respectivamente. El año de 354 días empezaba con la primera Luna llena que aparecía después del solsticio de verano y del mismo modo que en la antigua Mesopotamia (Babilonia), para acomodar este calendario al año solar, se debía insertar un decimotercer mes de vez en cuando según la regla. En un intento de corregir la discrepancia entre los dos calendarios, lunar y lunisolar, en el año 238 a.C. Tolomeo III Evergetes dispuso que se añadiese un día cada cuatro años al calendario civil, que era por lo tanto similar al actual año bisiesto, de forma que comprendiera en total 1.461 días, pero el peso de la tradición impidió esta reforma. En resumen, el calendario gregoriano (lunisolar) es un calendario originario de Europa, actualmente utilizado de manera oficial en todo el mundo occidental, por un tercio de la población mundial, pero no en China, India, Israel, Irán, es decir, en la mayoría de los paises del mundo oriental; en todos ellos se utiliza el calendario lunar (Lunisolar pero con predominio del período lunar). Pero en la actualidad todavía coexisten unos cuarenta calendarios, con algunas variaciones entre unos y otros. Medir el tiempo ha sido siempre una de nuestras pasiones y los errores de algunos calendarios en algunos países han hecho festejar la llegada de la primavera en pleno invierno.

    Entre los calendarios de uso generalizado en el mundo, están: calendario hebreo, calendario chino, calendario Budista, calendario gregoriano, calendario hindú (denominación común del calendario civil de la India), calendario musulmán, calendario persa, calendario maya, y el calendario azteca. Históricamente los calendarios más importantes: el calendario hebreo, relacionado con el Anno Mundi (existe calendario hebreo antiguo y el usado actualmente calendario judío, creado por Hillel Ilin en 258 eC, puesto en uso desde el siglo XI del calendario gregoriano), y el calendario maya (esta denominación refiere a un conjunto sincronizado de varios calendarios de los diferentes pueblos mayas, aun es utilizado por algunos de sus habitantes, igual que el azteca).

    ANÀLISIS DEL SISTEMA CRONOLÓGICO TRADICIONAL

    En principio se debe resaltar la necesidad de redefinir apropiadamente los períodos de tiempo que constituyen el sistema cronológico tradicional que todos conocemos hasta ahora, y para ello es obligatorio realizar un estudio analogístico de todos esos períodos desde lapsos de tiempo muy pequeños hasta lapsos de tiempo muy amplios, para lo cual es necesario intentar identificar y relacionar fenómenos físicos de orden atómico, fenómenos astronómicos, ciclos climáticos, edades históricas, edades geológicas, entre otras. En este sentido, antes de continuar es bueno resaltar dos concepciones importantes.

    Segundo de 10décimas, Minuto 60 seg, Hora 60 min, Jornada de 360 min, Día de 24 horas, Semana 7 días, Mes 28 – 31 días, Año 365días, Lustro 5años, década10 años, Siglo 100 años y milenio de 1000 años.

    Se puede decir que un Período se define como el tiempo en que un astro, cuerpo o partícula cualquiera realiza un movimiento o revolución de manera que representa un patrón de medida. Por otra parte, un Ciclo es un proceso cuyas condiciones se repiten continuamente en un mismo orden y que tiene un período definido. Estas dos concepciones tienen una relación directa pero no deben confundirse en razón a que hay asuntos que, en algunos casos, no reflejan coherencia lo cual impide observar la verdadera armonía entre el orden natural, el orden cultural y el orden universal. En la siguiente tabla se pueden observar algunos períodos de tiempo, fases, épocas y sus lapsos de duración del Sistema Cronológico Tradicional. Es importante observar detalladamente la numeración utilizada para indicar los períodos que aparecen en el sistema tradicional. Por ejemplo, los números 7, 12, 24, y 360 tienen cierta cercanía con los números 7, 13, 28, y 365 que aparecen en la Series y Tablas de Números Analogísticos, pero ocurre que lo que no se nota a simple vista es que este sistema tradicional presenta una combinación de números que pertenecen a series numéricas diferentes. Este tipo de situación se resuelve a través del sistema cronológico analogístico, donde tales números se ajustan de manera ordenada según patrones específicos a series duales.

    El Nuevo Sistema Cronológico

    Lamentablemente el sistema cronológico tradicional incluye magnitudes un poco desorganizadas porque combina series numéricas diferentes y solamente toma rangos de tiempo desde milésimas de segundo hasta el milenio, lo cual pierde su coherencia y orden lógico con respecto a fases o ciclos de ciertos fenómenos. Para reconocer la cronología de los fenómenos naturales y culturales es primordial emplear un criterio apropiado que permita establecer varias escalas de tiempo que inspiren confianza, pues sólo de esta manera es posible determinar con mucha precisión los posibles momentos de cambio que ocurren en la historia de la humanidad, lo cual es lo de mayor interés en nuestro estudio. Desde el punto de vista analogístico y de los ciclos universales todo período de tiempo debe tener una sincronía, coherencia y relación con la totalidad de los procesos del universo. En este sentido, las series de números analogísticos, tanto las anacrónicas como las sincrónicas, pueden servir de guía para corregir las fallas en el sistema cronológico tradicional y redimensionar hacia cifras o números que pertenezcan a una serie definida, lo cual haría fácil apreciar adecuadamente esa armonía universal.

    En principio podrían plantearse siete esquemas muy semejantes: el sistema anacrónico y el sistema sincrónico como dos sistemas básicos, pero además de estos dos también están: el sistema diacrónico, sistema metacrónico, y los sistemas retrocrónico, asincrónico y policrónico. Estos sistemas cronológicos se conforman de períodos que se ajustan a los cambios, fases y etapas de ciclos naturales similares y duales. Por ejemplo, el sistema anacrónico rige en períodos relacionados con los ciclos de la onda sonora, la luna, Saturno y el sistema solar; y el sistema sincrónico

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