Año/Cero

LOS ESPÍRITUS DE LAS MESAS PARLANTES

Los primeros fenómenos espiritistas fueron los golpeteos y los giros de mesa. La operación era sencilla: se creaba una atmósfera adecuada, se hacían preguntas y la mesa respondía en código, normalmente un golpe o una inclinación para un ‘no’, tres golpes u otra inclinación para un ‘sí’. El golpeteo de la mesa y la inclinación o giro de la misma eran, por lo tanto, muy parecidos». Esto explicaba el escritor Ronald Pearsall en The table-rappers (1972), un estudio pormenorizado de un fenómeno con el que quizá muchos lectores no estén familiarizados, pero que tuvo mucho predicamento con la expansión del espiritismo a mediados del siglo XIX.

Se trata de las mesas giratorias o mesas parlantes: una serie de personas –entre las que debía existir al menos un médium– se reunían frente a una mesa para llevar a cabo la sesión espírita. La mesa giraba o se levantaba completamente del suelo con solo el ligero toque de las yemas de los dedos de los presentes en su superficie. Sin embargo, no eran raras las veces en que la mesa levitaba sin contacto… ¿A qué podía deberse el hecho de que se elevara incluso sin que hubiera contacto? ¿A los espíritus invocados? ¿A la energía psíquica del grupo? ¿A la presión inconsciente ejercida sobre la superficie por las manos de los participantes?

LOS PRIMEROS ESTUDIOS

Tan populares se hicieron las mesas giratorias que en Inglaterra se pusieron de moda las llamadas «fiestas de té y mesas giratorias», en las que además. ¡Hasta la reina Victoria y el príncipe Alberto celebraban sesiones en sus salones para divertirse! Pasatiempo o no, lo cierto es que las mesas giratorias –al igual que otros fenómenos del espiritismo como los ectoplasmas, las luces o los mensajes de supuestos seres desencarnados– despertaron gran interés en los científicos decimonónicos y en sus sucesores.

Estás leyendo una previsualización, suscríbete para leer más.

Más de Año Cero

Año Cero5 min. leídos
Ocioculto
DONALD L. MILLER /DESPERTA FERRO. Obra monumental del historia-estadounidense Donald Odor L. Miller, un viaje trepidante, profusamente documentado y con un pulso narrativo digno del mejor guionista de Hollywood a través de los cielos teñidos de fuego
Año Cero11 min. leídos
Los Vestigios De La Antigua Roma
Mientras que Himmler o Rosenberg miraban al pasado germánico y consideraban a su amalgama de pueblos bárbaros los creadores de la civilización y de la cultura, sabemos que otros nazis, entre ellos el propio Hitler, miraban con mucha más admiración qu
Año Cero6 min. leídosWorld
Los Libros «malditos» Que Moldearon A Himmler
Afinales de 1919, mientras guardaba reposo debido a una «dilatación cardíaca», comenzó a devorar libros y en el hospital confeccionó su primera lista de lecturas. Además de numerosas obras de Julio Verne, se interesó por una compilación de cantos jug

Libros y audiolibros relacionados