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Huñunakuy: Vivencias ancestrales del imperio de los incas y cosmovisión andina de los problemas del mundo
Huñunakuy: Vivencias ancestrales del imperio de los incas y cosmovisión andina de los problemas del mundo
Huñunakuy: Vivencias ancestrales del imperio de los incas y cosmovisión andina de los problemas del mundo
Libro electrónico548 páginas4 horas

Huñunakuy: Vivencias ancestrales del imperio de los incas y cosmovisión andina de los problemas del mundo

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El relato lo protagoniza Urma, una niña inca con dones premonitorios que les enseña a hablar a un Pichitanka y un Chuchiku, dos aves andinas que le cuentan sus vivencias; el Ayllu, al enterarse de ese hecho extraordinario, quiso oírlos y formó un Huñunakuy donde también son ponentes el Qoriqenqe y el Tap

IdiomaEspañol
Editorialibukku, LLC
Fecha de lanzamiento17 jul 2019
ISBN9781640863545
Huñunakuy: Vivencias ancestrales del imperio de los incas y cosmovisión andina de los problemas del mundo

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    Huñunakuy - Gladys Chirinos

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    HUÑUNAKUY

    VIVENCIAS ANCESTRALES DEL IMPERIO DE LOS INCAS

    Y COSMOVISIÓN ANDINA DE LOS PROBLEMAS DEL MUNDO

    Gladys Chirinos

    Reservados todos los derechos. No se permite la reproducción total o parcial de esta obra, ni su incorporación a un sistema informático, ni su transmisión en cualquier forma o por cualquier medio (electrónico, mecánico, fotocopia, grabación u otros) sin autorización previa y por escrito de los titulares del copyright. La infracción de dichos derechos puede constituir un delito contra la propiedad intelectual.

    Ibukku es una editorial de autopublicación. El contenido de esta obra es responsabilidad del autor y no refleja necesariamente las opiniones de la casa editora.

    Publicado por Ibukku

    www.ibukku.com

    Diseño y maquetación: Índigo Estudio Gráfico

    Ilustración de la cubierta: Pedro Peralta / lykntropop@hotmail.com

    Copyright © 2019 Gladys Chirinos

    ISBN Paperback: 978-1-64086-353-8

    ISBN eBook: 978-1-64086-354-5

    Library of Congress Control Number: 2019939419

    ÍNDICE

    -I-

    LA LLAMA

    -II-

    EL ÁGUILA

    -III-

    EL BISONTE

    -IV-

    EL DRAGÓN

    -V-

    KOI

    -VI-

    EL COCODRILO

    -VII-

    EL LEÓN

    -VIII-

    EL LOBO

    -IX-

    KAY PACHA

    -X-

    INTI RAYKU

    GLOSARIO

    A mis amadas hijas Ana y María que me alentaron en todo momento para la realización de este libro; a mis queridos padres por haberme dado una educación creativa; a mi nieto Fabrizio que es fuente de inspiración; a mis hermanos Elsa, Martha, Raúl y a mi sobrina Jazmín por los chispazos que abrillantan la monotonía.

    Los Qanchis constituimos una Nación que proviene del gran Imperio de los Incas, por ello persistimos en mantener vigentes las canciones y danzas costumbristas, tejidos y artesanía, construcción de puentes colgantes y otras manifestaciones propias que muestran el profundo amor por nuestros Espíritus Ancestrales y el orgullo de ser andinos.

    Los conocimientos y explicaciones detalladas respecto al modo de vida incaico y reglas de juego de deportes, que no obstante la represión cultural se practican hoy en día, me han sido trasmitidas al detalle por los señores William Sicos Tuero, Héctor Cuno, Rómulo Valderrama y el profesor Teodoro Orcotorio; expreso también mi reconocimiento al señor Jerónimo Cusi Huamán, custodio de Chinchero por haberme llevado el Hanaq Pacha y señalado el Supay Wasi.

    HUÑUNAKUY

    VIVENCIAS ANCESTRALES DEL IMPERIO DE LOS INCAS

    Y COSMOVISIÓN ANDINA DE LOS PROBLEMAS DEL MUNDO

    (Resumen)

    El relato lo protagoniza Urma, una niña inca con dones premonitorios, que les enseña a hablar a un Pichitanka y un Chuchiku, aves andinas que le cuentan sus vivencias. El Ayllu, al enterarse de ese hecho extraordinario, quiso oírlos y formó un Huñunakuy, donde también son ponentes, el Qoriqenqe y el Taparaku, enviados divinos que en sus intervenciones, trasmiten al Kay Pacha, los mensajes de las deidades que habitan en el Hanaq Pacha y en el Ukhu Pacha.

    Las exposiciones entrelazan tres tipos de relatos.

    Primero los de las aves en su paso retrospectivo por el pasado de la civilización Inca. Ellas irrumpen la cotidianeidad de antiguas culturas desarrolladas en el territorio del Tawantinsuyu, recorriendo caminos llenos de obstáculos, que recrean historias proyectadas a partir de la realidad de esos mundos expresados en los Wakas sagrados, la artesanía y las prácticas agrícolas.

    Segundo insaciables en su curiosidad, el Pichitanka y el Chuchiku, se contactaron con aves migratorias y juntas se alejaron de las fronteras del Tawantinsuyu, volando por el mundo y transportándose en el tiempo, asistiendo a sitios peculiares y acontecimientos trascendentes. Los relatos de sus experiencias en el hemisferio opuesto y en épocas cruciales de la historia generaron asombro e inquietud entre los asistentes al Huñunakuy, no obstante, fueron examinadas en cada aspecto desde su Cosmovisión.

    Tercero inspirado en la vida diaria en el Tawantinsuyu, las costumbres de la época, sus retos, la continua expansión impulsada por sus gobernantes, quienes basados en tres Normas de conducta Allin Munay, Allin Yachay y Allin Ruway lograron un Imperio victorioso, que concluyó en el Pachakuti, una profecía catastrófica según la cual el Imperio de los Incas sería destruido.

    Waskar, el último Inca, enterado por las aves de la terrible situación de subdesarrollo y corrupción que avasallaría por siglos a sus descendientes, halla la solución a ambos problemas, transportando quinientos años al futuro, ciento veinte hijos del Sol, encargados de preservar su cultura, y forjar el establecimiento del Nuevo Imperio mediante la aplicación de las tres Leyes Incas de convivencia, Ama Suwa, Ama Llulla y Ama Qella.

    El Huñunakuy, imbuido de los Principios de Dualidad Complementaria, Equilibrio y Reciprocidad, nos muestra el modo de reconciliarnos con el mundo y alcanzar la paz y la prosperidad.

    -I-

    LA LLAMA

    Estaba la Pachamama disfrutando regocijada del buen trato que le daba su pueblo el Tawantinsuyu, y de esta manera le habló al Sol, Wiraqocha Inti, los hombres del Tawantinsuyu nos veneran y se esmeran en mantenernos de la mejor forma que les es posible, correspondamos su amor con buena luz, agua para sus campos y tierras fértiles para sus cultivos. En efecto, le contestó el Inti, hoy mismo se celebra en mi honor la fiesta del Inti Raymi con la cual estoy muy complacido; desde que a mis hijos Manqo Qhapaq y Mama Oqllo les enseñé como explotar la naturaleza sin menoscabarla, los recursos son aprovechados con eficiencia y distribuidos con equidad; también les ordené observar las tres Normas de comportamiento Allin Munay, Allin Yachay y Allin Ruway, y los preceptos básicos de convivencia, Ama Suwa, Ama Llulla y Ama Qella", y ambos se cumplen celosamente; concuerdo con tu pedido Pachamama, brindémosles facilidades a los incas para que vivan bien y se multipliquen. Yo, particularmente le tengo bien visto a Pachakuteq, joven valiente y de sólidos principios morales, adalid cusqueño que ha logrado el embellecimiento de la ciudad del Qosqo, la unificación de su pueblo y el establecimiento de un Imperio, por lo que merecidamente es el Inca.

    Pachakuteq, fue un regio militar que disputando grandes batallas conquistó importantes territorios anexándolos al Tawantinsuyu; construyó el Coricancha, fortalezas, caminos, grandes terrazas para sembríos llamados andenes y obras de irrigación; e instituyó una serie de festividades religiosas como el Inti Raymi, y el Qhapaq Raymi; y por añadidura, Pachakuteq fue un excelente estadista, dividió su imperio en cuatro suyus con un ente articulador, el Qosqo.

    Hoy gobierna el Tawantinsuyu el Inca Wayna Qhapaq quien continúa la tarea de expansión llegando hasta el rio Ankasmayu por el norte y el rio Maule en el sur. El Imperio vive su era dorada particularmente en la arquitectura el santuario de Saqsaywaman y la palaciega ciudad del Qosqo, son paraísos de belleza; mientras que la alta tecnología agrícola en perfecta armonía natural, se muestra en los andenes de P´isaq y el santuario de Tipon; un punto aparte merece recorrer el tramo norte del Camino Inca que conduce al encuentro con los astros y los grandes espíritus en Machupijchu, la Ciudad Sagrada.

    Wiraqocha y Pachamama siempre atentos con su creación, observaron que inquietas aves se adentraban con curiosidad en las culturas predecesoras al Imperio de los Incas, su interés era intenso e ilimitado y era previsible que en algún momento se aventurasen a volar fuera de las fronteras para conocer el mundo; las deidades, sabían cuán importante podía ser esto para mantener en el tiempo la cultura de sus hijos predilectos; por ello, decidieron dotarles de mayor inteligencia y múltiples capacidades que les permitieran resolver diversas situaciones y aprender de la experiencia, pero les negaron la facultad de poder hablar con los humanos del lugar.

    Al sur del Qosqo, camino al Qollasuyu se encuentra la comarca de Chiwkani conformada por varios ayllus, en el centro están Chiwkani, Rosaspata y Panpakucho; al sur Ñan Polkay, Senqa Trapiche y Cheqtuyoq, al oeste está Chumo, en el norte Kruskunka y al este Phaka; la mayor parte de ayllus, están dedicados a la agricultura; el lugar es importante, porque allí se procesa charqui, se concentra la lana de alpaca y vicuña provenientes de la puna y es paso obligatorio del Qollasuyu y Kuntisuyu hacia el Qosqo.

    URMA

    Urma una niña del ayllu de Chiwcani, hija menor de Mamay y Taytay, es una niña soñadora, no como los otros niños que tienen los pies puestos sobre la tierra, ella flota en el cielo soñando con animales gigantes que se tragan a la gente, soñando con Manqo Qhapaq y Mama Oqllo saliendo del lago Titicaca, soñando que en el futuro se fabricarán cajas de botones que al ser presionados adecuadamente, arrojarán las respuestas a los problemas, sintetizando las operaciones matemáticas planteadas en los quipus.

    Cierta mañana de estío, Urma se dirige a Senqa Trapiche a visitar a sus abuelitos, la entrada a la casa, es un sendero angosto a cuyo extremo izquierdo corre un riachuelo de agua cristalina que viene del cerro de Witaka, su discurrir está salpicado de piedras erosionadas que los niños llamaban piedras bonitas; Urma se distrae recogiéndolas, una es como la luna en cuarto creciente, la otra tiene el brillo y la apariencia de una estrella, la siguiente es como el rayo; y tanta es su fascinación con ellas que sigue el curso del arroyo cruzando varios cerros, cuando al fin se detiene, se ve desorientada, vuelve por el mismo riachuelo y se encuentra con varios desvíos, los sigue uno por uno, pero no divisa nada conocido, camina y corre horas y horas, cuando empieza a atardecer se desespera y arranca a llorar; un pichitanka que la venia observando, se le acerca trinando fuerte para llamar su atención, pero no lo consigue; él insiste, trina de nuevo y le hace piruetas, pero la niña cansada y desolada, no repara en él; entonces el ave, tocándole con sus alas la cabeza, hace que ella lo mire y con señas le indica que lo siga; Urma pudo entenderle, y sin otra opción camina detrás de él que la lleva a la cima del cerro Lloq´e desde donde ella ve la casa de sus abuelos. Dando saltos de alegría, Urma le agradece el haberle salvado y mientras baja la pendiente seguida del ave va pensando cómo mostrarle su gratitud, nada de lo que podía imaginar era suficiente… hasta que hizo memoria del momento en que el Pichitanka tuvo que batir sus alas sobre ella para llamar su atención y el esfuerzo que hizo para hacerse entender; entonces le dijo en voz alta. ¡ahh, ya se!, ¡te enseñaré a hablar para que podamos ser amigos y nos comuniquemos con propiedad!, el ave batió las alas en señal de aprobación; y así es como cada tarde, el Pichitanka y sus amigos el Chuchiku y el Kuntur fueron a la casa de Urma a tomar lecciones de habla.

    SIKLLALLAY Y MAQAWISA

    Maqawisa era un niño del ayllu de Ñan Polkay, comunidad que se asienta entre Chiwkani y Senqa Trapiche, tenía la costumbre de salir al paso de Manqo y Sikllallay, hermanos de Urma, cuando iban a visitar a sus abuelos en Trapiche. Al caer el Sol, los niños y jóvenes del ayllu de Chiwkani salían a jugar y recrearse, Maqawisa corría donde sus amigos, estableciéndose entre ellos una entrañable amistad.

    Manqo, el hermano mayor de Sikllallay era el mejor amigo de Maqawisa, ambos complotaban granjeándoles bromas a las muchachas y ellas respondían de igual manera, tiernos años de infancia en los que Maqawisa había apodado a Sikllallay, Achuqalla, por el rostro finamente alargado de ella; en respuesta, Sikllallay lo llamaba Unkaka, por llevar siempre puesta su ch´uspa.

    Achuqalla y Unkaka se separaron el día en que el Apo Panaka eligió a Sikllallay por su singular belleza y entendimiento para ser educada en el Aklla wasi del Qosqo, una Institución de Vírgenes al servicio del Sol y del Estado.

    Las conquistas del Imperio entusiasmaban a los jóvenes del ayllu. Maqawisa, Manqo, Kiwar, Awka y Anqo, se prepararon con denuedo y listos esperaron la mita; el día de la partida, las mujeres, los padres y toda la comarca siguieron al muevo batallón hasta Phaka.

    Era política del ejército entrenar a los reclutas enfrentando dos batallones con soldados de la misma etnia, cumpliéndose de este modo con el concepto de dualidad del incanato; así, el batallón Hanaq Qanchis era comandado por Manqo y Urin Qanchis por Urqo; y ambos competían para alcanzar un mayor rango. La férrea organización y disciplina del ejército requería un gran esfuerzo de sus postulantes, destacándose el grupo de Chiwkani correspondiente al Hanaq Qanchis. De los seis camaradas, cinco asimilaron con éxito la vida del cuartel, pero Anqo era rebelde y cuestionaba la autoridad, nunca pudo gozar las ventajas de ser parte del sistema; por el contrario, durante su estadía en el ejército pasó mucho tiempo en el calabozo sufriendo rigores y castigos hasta que un día, se fugó, quedando como desertor, obligado a vivir escondido en las alturas.

    Pasado el período de prueba, los reclutas volvieron al Qosqo para celebrar la festividad del Warachikuy; familiares, amigos y público en general se organizaron para darles el encuentro en un apoteósico recibimiento.

    El ayllu de Taytay y varios otros de la comarca se dirigieron al Qosqo para vivar a los suyos, los caminos estaban llenos de gente. Taytay contemplando el paso de muchachas casamenteras se expresó emocionado:

    Los valerosos reclutas

    en el marcial Huarachikuy,

    hoy reciben sus insignias,

    que acreditan que están listos

    para enfrentar los problemas

    de la vida y de la guerra.

    Bellas muchachas solteras

    van juntas por los senderos

    a darles la bienvenida,

    en la Plaza Hawkaypata.

    Es una pieza teatral

    verlas andando al compás

    de sus puskas danzarinas

    que en coordinación perfecta

    con un súbito chasquido,

    vuelan lanzadas al aire,

    girando y runruneando

    casi hasta tocar el suelo.

    Es este el espacio de tiempo

    que aprovecha la hilandera,

    para librar escarmenada

    la fina lana de alpaca

    que es torcida por la rueca.

    Acto seguido al acorde,

    ellas tiran de los husos,

    y en el trayecto a sus manos,

    van ovillando veloces

    los torcidos que han logrado

    en tan peculiar trabajo.

    La única diferencia,

    que se nota a simple vista

    en la fila de hilanderas,

    es la gama del color

    de la hebra enzarzada

    en la base de la rueca.

    Un unísono de pututos dieron la bienvenida al Inca que presidió la ceremonia, lo acompañaba su Qoya y la Corte. La celebración se inició con un discurso del Inca en el cual exhortaba a los jóvenes a que fuesen valientes guerreros y que jamás retrocedieran, después, se desplegaron danzas y ejercicios militares que los jóvenes habían ensayado para el entretenimiento del público, a continuación el Apuskipay les hizo entrega de insignias militares, el Wara y las usutas; finalmente fueron untados en cara y cuerpo con sangre de llama para su purificación. En la noche la quema de q´apos se acompañó con baile y abundante chicha. La juventud escogida en el huarachico, por haber vencido en las pruebas, era muy apreciada y tanto ella como los padres eran honrados por el Inca¹; los nóveles soldados pasaron unos días de franco y después fueron incorporados al ejército y enviados a los lugares de combate.

    El batallón Qanchis fue destacado a las campañas militares al norte del Chinchaysuyu. Maqawisa se distinguió como soldado, tomando el lugar de sus superiores muertos en batalla al enfrentar a unas tribus reducidoras de cabezas; Maqawisa había aprendido de su padre el arte de la guerra e imperturbable dirigió el ataque, los salvajes fueron vencidos y sus cuerpos con cabezas trofeo pendiendo de sus cinturas, quedaron regados en el campo; el valiente soldado fue ascendido y posteriormente incorporado a la Guardia Imperial.

    La vida en el ejército era durísima, pero muy provechosa, porque añadía al uso de las armas, el desarrollo de habilidades innatas a cada soldado; Kiwar sobresalía por su destreza en las labores administrativas y llegó a manejar la logística del cuartel controlando el abastecimiento de víveres, armamento, llamas y todo lo necesario para llevar a cabo una campaña militar exitosa, que una vez lograda, requería el inventariado de las riquezas conquistadas, siendo el experto Kiwar su diligente gestor; esta posición le confería diversas ventajas, como el ser tratado como oficial, no comer de paila sino en mesa y gozar de entretenimientos. En cambio Awka, el primo de Manqo, tenía habilidades en el campo médico, desde niño y por propia iniciativa extraía los secretos de las hierbas en el laboratorio de Taytay, por ello pasó a formar parte del cuerpo médico, donde aprendió a utilizar los zumos, hacer entablillados y enderezar dislocaduras; con la práctica, consiguió realizar amputaciones y fue seleccionado como parte del equipo de asistentes del Hanpikamayoq para riesgosas trepanaciones. El ejército, con el objetivo de superar al enemigo investigaba nuevos conocimientos y técnicas para el desarrollo de armas y pertrechos y la construcción de fortalezas y puentes que habilitaran el paso sobre profundos ríos y quebradas propios de la zona andina; Manqo se convirtió en ingeniero especialista en construcción; no obstante el recargado trabajo, los amigos se juntaban de vez en cuando intercambiando experiencias y recordando al ayllu y la vida en la comarca.

    Sikllallay, recibió una exquisita educación en el Aklla wasi que consistía en la enseñanza de valores morales y disciplina; la instrucción de otras materias estaba basada en la práctica, así, las mujeres aprendían a desempeñarse en los ritos religiosos; el arte del hilado y el tejido utilizando lana de alpaca, de vicuña, algodón y plumas de aves; y la preparación de chicha y comidas especiales para el Inca y la nobleza. Era en el Aklla wasi donde se confeccionaban las prendas que usaban los nobles de la Casa Real. Las jóvenes mujeres educadas de este modo, tenían tres destinos: unas eran elegidas para los oficios religiosos del Sol y las Momias de los Emperadores; otras iban al servicio de la Casa Real; y un tercer grupo eran entregadas en premio como esposas a nobles y personajes que habían hecho importantes contribuciones al Imperio.

    En la fiesta del Qoya Raymi, celebrada en el mes de Setiembre, las Akllas de Premio fueron presentadas en sociedad; el Inca y su Qoya presidieron la ceremonia y las familias de las adolescentes participaron de esa importante celebración. Sikllallay, que había aceptado casarse con quien el Inca ordenase, estaba ataviada con una túnica de lana de vicuña y lindas flores adornan su cabeza. Viéndola tan bella, nobles y regios guerreros la pidieron como esposa.

    Llegada la fiesta del Inti Raymi, Sikllallay fue acompañante de la Qoya y formó parte de la Corte; coincidentemente, Maqawisa fue designado responsable de la seguridad de la Qoya. La salida del Inca de su palacio y el trayecto al Hawkaypata estaban plenos de júbilo, la gente atestada en el camino vitoreaba incesantemente a su bien amado Emperador y al séquito que lo acompañaba. Antes de entrar en la plaza, Sikllallay tropezó, siendo auxiliada por un soldado de la Guardia Imperial, ambos se miraron y se reconocieron de inmediato; a partir de ese momento estuvieron pendientes uno del otro. Fue amor a primera vista, conversaron discretamente durante la escenificación del Inti Raymi, él la miró tiernamente y le declaró su amor, ella con mucha tristeza lo rechazó y le dijo que ya estaba comprometida para casarse el próximo setiembre con un sobrino del Inca.

    Maqawisa enamorado, no se dio por vencido, logró entrar al Aklla wasi para secuestrar a su amada, pero fue descubierto y enviado a la cárcel de Willkapanpa con sentencia de encierro hasta la muerte.

    Por otro lado, la boda de Sikllallay continuó cual lo planeado, el novio sobrino del rey, esperaba ansiosamente la llegada del próximo Qoya Raymi para poseer el regalo que por merecimiento propio tenía. Ella sufrió en silencio el infortunio de su amado y su propio aciago destino.

    La temida cárcel de Willkapanpa era un edificio de cuartos individuales, Maqawisa sabía que había celdas que contaban con una silla con dispositivos para romper los brazos de los cautivos, otras estaban hechas para romperles las rodillas. Él fue encerrado en un calabozo y atado en una silla de piedra que había en medio, justo en el punto en que las gotas provenientes de un fino canal de agua instalado en el techo como objeto de tortura, le caían en la base de la nariz²; el primer día fue atroz, ya que aparte de la gota, lo atormentaba la posición en que estaba sentado. Maqawisa sufrió dos días con sus noches la cruel cinceladura de su piel; no obstante, a despecho de los guardias, apeló a todas sus artes y mañas y logró escapar del presidio internándose en la selva.

    Un brujo lo oyó cantando su triste historia de amor y le ayudó preparándole una pócima que vertió en dos pequeños bebederos; cuando ya te veas libre y tomado de la mano de tu adorada, no vengas a estas tierras que el Inca ya está cerca –le dijo-. Maqawisa volvió al Qosqo, tomó el primer brebaje que lo convirtió en un ave y entró al Aklla wasi donde poniéndose frente a Sikllallay, Achuqalla le susurró, ella sorprendida… Unkaka balbuceó entre sollozos, él le alcanzó la pócima que ella sin dudarlo bebió de un sorbo; y así ambos convertidos en guacamayos huyeron al Antisuyu.

    En la comarca, la pareja fue noticia. Mamay y Taytay calladamente apoyaban a su hija en su amorío; por el contrario Siwar, hermana de Mamay que también tenía una hija en el Aklla wasi, consideraba a Sikllallay una deshonra para el ayllu; la han criado mal, -censuraba- en cambio mi hija permanece allí sin cuestionar, aceptando su destino, declaraba orgullosa-. En cuanto a Maqawisa, él fue rechazado por su padre quien lo acusó de debilidad de carácter; y su madre, culpó a Sikllallay de haberlo hechizado con las dotes de buen soldado que mostraba mi hijo, pudo casarse con una buena mujer, -llorando ella decía-. Cuando Maqawisa fue enviado a prisión, la comarca entera sintió una profunda pena; pero al huir ambos del Qosqo el dolor se trocó en angustia por lo que pudiera pasarles; y ocultamente, los padres de ambos albergaron la esperanza de misericordia y perdón a futuro.

    URMA Y LAS AVES

    A partir del día siguiente del trato entre Urma y el Pichitanka, Urma estuvo muy ocupada enseñándoles a hablar a las aves; empezó por lo básico, las sílabas ma ma, pa pa, ta ta, luego algunas palabras, construyeron frases, pero el pico hacía muy complicada la vocalización y era difícil entenderles. Un taparaku cicatero, que vivía escondido entre las hojas del floripondio, escuchaba atento las lecciones de Urma, las siguió, y como no tenía el problema del pico, muy rápido aprendió a hablar, entonces se acercó a Urma, y le platicó de esta manera:

    Taparaku: Hola preciosa, no, no te asustes, simplemente he seguido tus lecciones con las que pretendes que esta banda de obtusos aprenda a hablar; contrario a ellos, soy un tipo listo y ya ves, asimilo rápido; te estoy muy agradecido por haberme permitido desarrollar esta destreza de la cual sabré sacar ventaja.

    -Volteó la cabeza y jeringando a los pájaros, espetó-:

    Taparaku: ¡Vamos lerdos!, que habéis empezado antes que yo.

    - Recibiendo de inmediato un piquete del Chuchiku-.

    Con mucha práctica y tesón, las aves aprendieron a hablar el Quechua.

    Después del almuerzo, madre e hija se encontraban regando el jardín, Urma le dice a Mamay, que les ha enseñado a hablar a las aves; Mamay moviendo la cabeza le explica, hija, los animales no hablan; pero Urma afirma lo dicho y hallándose cerca de ellas el Pichitanka le pide que salude a Mamay, el Pichitanka encantado cumplimenta, Wiraqochaninchispaq yupaychasqa kay wasipi, Mamay solo escuchó un trino desentonado y molesta con la absurda insistencia de su hija, la reprende: Vives en tal ensoñación que confundes la realidad con los productos de tu imaginación. Hija, el mundo no es una ilusión, el mundo es como es, si sigues así sufrirás mucho porque vas a querer amoldar el mundo a tus fantasías y eso no es posible. Entiende bien, el mundo es lo que es y no hay nada que lo pueda cambiar. Urma no pensaba así; pero no se podía explicar cómo Mamay no era capaz de entender el saludo del Pichitanka.

    De los cuatro amigos de Urma, el más joven es el Chuchiku, un mozuelo cautivador, juguetón, y de reflejos rápidos; tiene contacto con los seres del Hanaq Pacha, quienes le encargan sus recados para los hombres, pero el Chuchiku es distraído y olvidadizo, trasmite mal las encomiendas o las pierde y en su afán de disimular el daño, pone un parche o miente arruinando el verdadero fin de la misión; por ello, es constantemente castigado³ por las deidades; sus mejores amigos son el Kuntur, con quien ha viajado por todo el Tawantinsuyu y el Pichitanka con quien además ha recorrido el mundo.

    En edad le sigue el Kuntur, joven callado, tranquilo y afable; ave de poderosas alas, que le permite apoyar a los demás cuando es menester; en una ocasión ayudó en el salvataje de un niño que había caído en un barranco, en otra logró él sólo cerrar una compuerta evitando el desborde de una laguna; así es el Kuntur, altruista y desprendido, y por ello es muy estimado en la comunidad.

    Luego está el Taparaku, que es la criatura de Wakon, Rey del Fuego⁴. Wakon en su afán de destruir el Hanaq Pacha, lugar donde vive su hermano Pachakamaq, fundió un trozo de metal, le dio la forma de un taparaku, lo cubrió de cenizas y lo dejó reposando diez años en la boca de un volcán; al cabo del tiempo, el objeto cobró vida. Wakon entrenó a ese ser en las artes del mal para que le sirviera como instrumento de venganza contra el Hanaq Pacha, por ello el Taparaku, es un ser solitario, mal agüero, pendenciero y pesimista; en sus alas, tiene unas manchas circunferentes de brillo metalizado que crecen y se avivaban girando sobre si mismas a gran velocidad y, le sirven para hipnotizar volando en círculos alrededor de sus presas, niños pataiperros y adultos viciosos que solos o en grupo deambulan por las calles, a los que una vez en el suelo, les da varios pinchazos llenándolos de laceraciones.

    El mayor, aunque por mínima diferencia, es el Pichitanka, ave de carácter sosegado y gran sabiduría; ahora que puede hablar, le ha dicho a Urma que en compañía del Chuchiku y aves migratorias ha volado allende el mar y, ha llegado a otros continentes habitados por hombres y por una diversidad de animales y plantas que aquí son desconocidos; de lo que en esas tierras vio, irá contándole en el transcurso del tiempo.

    Quedaron los cinco amigos en encontrarse esa tarde en el huerto bajo la sombra del floripondio para charlar.

    Roq´a, hermano de Urma, un año mayor que ella, es un niño muy inteligente; aprendió a leer los quipus del Warayuq y otros ancianos encargados de la educación popular y, se preguntaba en voz alta:

    Roq´a: ¿Hasta dónde llegarán las aves en sus vuelos?

    Urma –automáticamente-: Las aves del tipo migratorio cruzan los océanos llegando a otros continentes.

    Roq´a -sorprendido-: ¿Cómo lo sabes?

    Urma -con cierta indecisión le confesó-: … me lo ha dicho el Pichitanka.

    -Roq´a quiso saberlo todo, ella le contó escuetamente como enseñó a los animales a hablar, pero se apresuró en aclarar que por alguna razón, Mamay no podía entenderles. Esa tarde después del almuerzo corrieron al huerto. El Pichitanka, el Kuntur y el Taparaku ya se encontraban allí-

    Taparaku –burlándose-: Tenemos el honor de contar entre nosotros con el erudito del ayllu.

    Urma: Sí, he traído a mi hermano Roq´a porque está interesado en saber sobre las aves migratorias, de las que nos va a hablar el Pichitanka.

    Taparaku: Él no necesita presentación, de todas maneras es un mal comienzo porque falta el Chuchikucha, pero vamos, empecemos ya.

    -Roq´a no salía de su asombro, pues entendía perfectamente lo que allí se decía-.

    Roq´a -a Urma codeándole-: ¡Insólito!, yo sí puedo entenderles.

    -Ella sonrió más aliviada-.

    -Ya el Pichitanka habría el pico para hablar, cuando apresuradamente entró el Chuchiku acompañado de un precioso pájaro de plumas multicolores-.

    Taparaku -irritado por la intromisión-: Para completar el circo, tenemos un creso estrafalario.

    -El aludido se disculpó ante los presentes y habló-:

    Ave multicolor: Soy el Qoriqenqe, compañero alado de mi Señor Wiraqocha y portador de esperanza y buenos augurios; los moradores del Hanaq Pacha y el Ukhu Pacha, preocupados por el futuro de la cultura Inca, muy cuidadosamente han elaborado un Plan de Salvación y, este pequeño círculo que ustedes han formado, encaja como la piedra del Hatunrumiyoq en el palacio de Inka Roq´a, para darlo a conocer; con esa finalidad llamaron al Chuchiku, pero luego de una exhaustiva evaluación, han determinado enviarme como portavoz para evitar cualquier error en la trasmisión del mensaje. Si ustedes lo permiten, seré parte de vuestro círculo y….

    Taparaku -levantó el ala en señal de silencio-: Lo que tú y yo ya sabemos, es que el mundo irá directo al despeñadero, la corrupción es el destino infalible del planeta; por tanto, la esperanza está demás, el Plan que traes es una pérdida de tiempo, ¿por qué preocuparnos por el futuro?, ahora vivimos la época de oro del Imperio, disfrutemos el presente, gocemos el día a día. Por otra parte, nosotros ya estamos completos. ¡Estás de sobra!, vuelve a tu morada.

    Los niños estaban impresionados al saber de dónde venía tan hermosa ave y si como ella decía, había una luz de esperanza para enmendar un futuro catastrófico, ellos lo querían saber; el Pichitanka intervino diciendo.

    Pichitanka: Bueno ya se han expuesto las razones, resolvamos la controversia en esta sesión sin la intervención del cuestionado, por supuesto.

    Taparaku -pidió cuestión previa y así volvió a la carga-: ¿Es acaso este pajarraco el frontis del Coricancha? que la plebe no se deje deslumbrar por su brillo y su belleza, la riqueza es ocasional y la belleza, flor de qantu, no queremos embustes ni vendedores de ilusiones que ya los políticos se encargarán de ello en el futuro; seamos realistas.

    Pichitanka: ¿Hay algo más que decir?

    -El silencio, fue la respuesta-

    Pichitanka: Bien, decidamos la participación del Qoriqenqe a mano o ala alzada.

    Levanten la mano o el ala, los que estén de acuerdo con que el Qoriqenqe no participe.

    - Sólo el Taparaku lo hizo-

    Luego pidió que se manifestaran los que concordaban con que el Qoriqenqe se quedara, la propuesta fue defendida por cinco participantes.

    Taparaku -murmurando entre dientes-: Para el ingenuo, hasta las cenizas florecen en primavera.

    El Pichitanka empezó su relato así:

    Pichitanka: En compañía de mis amigos, el Chuchiku y el Kuntur, recorrimos buena parte del Tahuantinsuyo. Un verano encontramos a miles de gaviotas en unos pantanos cerca del Santuario de Pachakamaq, entablamos amistad con varios de ellos que nos dijeron que cada verano venían del extremo norte del continente huyendo del frío invierno, ¿mientras aquí es verano, es invierno en el norte? les preguntamos, sí, claro, nos respondieron. ¿Qué otras diferencias hay?, repreguntamos. Hay otra gente que ha desarrollado su propia cultura, también animales y plantas diferentes… Y allí no se acaba el mundo -dijo una segunda gaviota- pues otras especies de aves migratorias viajan allende el mar donde dicen que hay otros continentes. Toda esta información nos tenía muy inquietos, sentimos curiosidad por ver esos mundos, por volar lejos. El Kuntur, al vernos tan insistentes en la aventura por el mundo, nos dijo que él nos ayudaría con los preparativos, pero que no sería parte porque era muy grande y pesado para esa travesía.

    Por otro lado, en la fiesta del Inti Raymi, varios muchachos en su afán de encontrar nuevas emociones quisieron meterse en la Chincana Grande, pero los guardias se los impidieron. Una vez que los alejaron, el tema de conversación fue sobre la Chinkana Grande, que se los relataremos próximamente; por ahora baste saber que allí nos enteramos que había una vía directa para llegar al norte del continente meridional y, con esa base planeamos nuestro viaje.

    En esos días, tuve un percance con un águila, y huyendo de él, llegué al sur este del Qollasuyu, allí conocí a un grupo de gavilanes langosteros y cultivé una gran amistad con una de las hembras, la Anka, bisoña gaucha que me dijo que como ave migratoria conocía otros lugares del continente y otros pájaros migratorios que viajaban por el mundo con quienes ella soñaba volar allende el océano; dándose cuenta de mi interés, me invitó para partir con su bandada al termino del verano, le contesté que curiosamente mi amigo el Chuchiku y yo teníamos esa misma ilusión y, que ya habíamos elaborado un plan que en ese momento se lo expliqué y quedó convencida. Ella me recomendó, vuelve a tu nido y a partir de este momento, tú y tu amigo, dedíquense a comer hasta quedar bien cebados, en tres meses los buscaré en Chiwkani para darle inicio a nuestra empresa.

    En esta primera sesión, haré un resumen de los viajes que hicimos, de los lugares que conocimos y en las siguientes, trataremos cada punto en detalle.

    Haciendo un comparativo diré que, así como nuestro Imperio tiene su deidad principal que es el Inti, se habla el idioma quechua, la llama es el animal que nos representa y otras características propias de nuestra cultura; en cada lugar visitado, los hombres son politeístas, hablaban idiomas diferentes y para esta reseña, a cada lugar vamos a darle una identidad por el animal que lo representa. Empezaremos por el Centro de nuestro continente, donde el rey es el Águila, allí están la cultura Maya construyendo pirámides truncas y la Azteca que tiene una preciosa ciudad que flota sobre un lago; siguiendo hacia el norte, llegamos a la tierra del Bisonte, inmenso territorio que llegará a ser el centro del universo; luego, en un viaje muy largo y frio por el hemisferio norte, cruzamos el gran Océano llegando a Asia, un continente donde se desarrolla la cultura China, allí el rey es el Dragón que ha construido una muralla que es casi tan larga como el Camino Inca; continuando, alcanzamos la órbita del Camello, origen de la religión monoteísta, es decir la que tiene un solo dios creador de todas las cosas; pasando el mar Rojo, arribamos a los dominios del Cocodrilo en Egipto, los egipcios han edificado pirámides perfectas para honrar a sus dioses y a los hijos de ellos que son los faraones; por concejo de nuestro guía, el Ibis Sagrado, hicimos un viaje turístico por África, único lugar donde la autoridad no ejerce dominio sobre los demás, pues el rey León al igual que todos sus súbditos, busca su alimento y no tiene sometido a propios ni extraños para que le sirvan o provean de algo, cada grupo de animales se vale por sí mismo, es el preciso lugar donde se puede apreciar a la Pachamama en todo su esplendor y magnificencia; finalmente, recorrimos el continente Europeo donde el rey es el Lobo, que ha construido hermosos castillos rodeados de ríos y abismos y ahora vive una época de culto al conocimiento y la belleza denominada Renacimiento; en el plano teológico su iglesia Católica, Apostólica y Romana y su representante el Papa, han sido cuestionados por una corriente puritana denominada Reforma, que con el tiempo la a ha enfrentado ocasionando un sisma. Por último les digo, que gracias a hechos circunstanciales y a una esfera que nos proporcionaron los Dragones Chinos, hemos podido viajar en diferentes etapas del tiempo, lo que nos ha permitido estar presentes en varios momentos cruciales de la historia de la humanidad.

    -Aplaudieron los presentes, mucho más el Taparaku, que nunca ve el mundo a la luz del día, los hermanos, no cabían en sí de la emoción-.

    Roq´a -recordando el motivo de su presencia en el lugar se dirigió al Pichitanka-: ¿Podrías explayarte un poco más en el tema de las migraciones para poder entender mejor el contexto?

    -Antes que el aludido, habló el Taparaku-.

    Taparaku: Genio, ese tema es árido y aburrido, queremos comer el cogollo, no la p´anqa.

    Roq´a: Cada uno vela su negocio.

    Pichitanka –aclarando-: Esta ha sido sólo una sinopsis, el Chuchiku y el Kuntur harán lo mismo en su primera disertación, pero posteriormente como ya se ha dicho, los temas serán expuestos específicamente y las preguntas de ustedes serán muy importantes, para su cabal entendimiento.

    -Viendo la hora avanzada, los niños se preocuparon por no haber contribuido con los quehaceres de la casa y los animales percatándose de ello se apresuraron a ayudar en la limpieza del huerto, una vez hecho, quedaron para el día siguiente en ese el mismo lugar-.

    Justo su hermano Wika los llamaba a gritos, los niños corrieron, ya era la hora de la cena y el fin del día.

    LA CASA DE URMA

    El ayllu de Urma se ubica en el centro de Chiwkani, su divinidad tutelar es el Apu Jururu y está compuesto por Taytay, Mamay, seis hijos y varios tíos y primos.

    Taytay recolecta hierbas, cactus y minerales con los que prepara menjunjes, extractos y otros medicamentos para el Hampikamayoq del Qosqo, tiene un buen conocimiento de química y prácticamente toda la casa es como el gran dispensario de un alquimista. Un ambiente bien iluminado de tres paredes techadas conforma el laboratorio que está equipado con anaqueles que sostienen una gran variedad de plantas como coca, hampeani, moqomoqo, qeto qeto, flores de dedalera, mut´oy, yuralmaycha, y otros más cuyo

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