UN MÁGICO VOLUNTARIADO EN EL ALTIPLANO PERUANO
A ORILLAS DEL LAGO TITICACA, EN LA PROVINCIA DE CHUCUITO, DISTRITO DE JULI, vive la maravillosa comunidad aymara de Huaquina, conformada por alrededor de 60 familias, cuyo principal sustento proviene de labores agropecuarias y textiles. Los descendientes de los antiguos lupacas luchan por preservar su vasto y casi extinto patrimonio cultural. Arrojándonos flores en nuestras cabezas y brindándonos un cálido saludo en aymara, fuimos recibidos por cerca de 20 de pobladores de Huaquina, que en su mayoría, eran mujeres de avanzada edad, todas impecablemente vestidas con sus trajes multicolores. Nos estaban esperando con papas recién cocidas en la huatia, una milenaria tradición culinaria andina que, generalmente, se realiza durante la época de cosecha de tubérculos, y que consiste en la elaboración de un horno temporal, construido con trozos secos de terrones y calentado con piedras.
, nos contaba Héctor Tello, el dueño de casa, mientras todos los comensales nos hallábamos sentados alrededor de una larga manta de alpaca dispuesta en el pasto y sobre la cual yacían diferentes variedades de tubérculos: papa lisa, ocas y papa negra, las que acompañamos con queso de cabra y aceitunas. Y antes de comenzar a comer, Héctor encabezó los agradecimientos a la Pachamama (Madre Tierra) por los alimentos que nos proveía, vertiendo un resto de bebida sobre ésta.
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