La Sirena Del Consorcio

Por Daniel Belfiore

En un viejo edificio de departamentos el consorcio se queja de Dolly, la provocativa inquilina, y envía a Tuqui, el nuevo administrador, para intimarla por exhibicionismo público.
En tono de comedia erótica absurda, y mientras se crea un extraño vínculo entre la inquilina y el administrador, se ventilan aspectos oscuros y tenebrosos del mismo consorcio.

• Idioma: Español
• Editorial: Daniel Belfiore
• Fecha de lanzamiento: 18 ene 2021
• ISBN: 9781005904760

Daniel Belfiore

Daniel G. Belfiore (Lanús, Buenos Aires,1955) es narrador y dramaturgo argentino. Colaboró como redactor y editor en Sopena, Eroticón, Perfil, EUDEBA, Testimonios Eróticos, Diálogos y Encuentros, Intimidades femeninas, Adultos y Clímax.

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LA SIRENA DEL CONSORCIO

(Comedia a dos voces)

Por Daniel Belfiore

Copyright©2021 Daniel Belfiore

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LA SIRENA DEL CONSORCIO

ACTO ÚNICO

Departamento de un ambiente, interno. A foro y en el centro, una ventana grande con las persianas completamente levantadas y con cortinas traslúcidas que permiten entrever otras ventanas iluminadas del hueco del edificio. En el lateral izquierdo está la puerta de entrada, en el lateral derecho está la abertura del baño sin puerta y por donde lo único que se entrevé es una ventanita sin vidrios que también da al hueco del edificio. Entre la gran ventana y el baño hay una kitchenette en un placard sin puertas. Delante de la ventana hay un sofá cama; a su izquierda, una mesita y dos sillas; a su derecha, una cómoda. Los movimientos escénicos fundamentales de los actores se desarrollarán intencionalmente en torno a la ventana grande. Escenario solitario, la luz del baño está prendida y se oyen ruidos de agua que corre. Suena un timbre corto desde la puerta de entrada. Las luces que entran por las ventanas se encienden y apagan en juego estroboscópico. Aparece Dolly saliendo del baño y se dirige a la puerta de entrada. Está vestida apenas con una enagua muy corta y transparente, puesta al revés (con las costuras para afuera), y calza unas pantuflas de piel rosada con pompones. No abre todavía. Espía por la mirilla. Coloca el pasador y al fin entreabre la puerta. Mete la cara en el estrecho espacio que le permite el pasador.

Tuqui y Dolly

VOZ DE TUQUI (desde el pasillo).-Buenas.

DOLLY (sin sacar el pasador y siempre con la cara asomada).-Buenas noches.

VOZ DE TUQUI.- La señorita Dolly, ¿no?

DOLLY.-No.

VOZ DE TUQUI.-Ah, disculpe. Parece que me equivoqué de departamento.

DOLLY.-Está bien. (Dolly cierra la puerta y se aleja. Tiempo. Suena de nuevo el timbre. Dolly se acerca a la puerta. Abre con el pasador. Asoma apenas la cara.) ¿Sí?

VOZ DE TUQUI.-No, no me equivoqué de departamento. Busco a la señorita Dolly.

DOLLY.-Soy yo.

VOZ DE TUQUI.-¿No me dijo recién que usted no era?

DOLLY.-Le dije que no era Dollyno.

VOZ DE TUQUI.-¿Yo dije Dollyno?

DOLLY.-Sí.

VOZ DE TUQUI.-Ah, bueno. Disculpe. Tengo problemas de dicción. Yo soy Tuqui, el nuevo administrador.

DOLLY.-¿El nuevo admirador?

VOZ DE TUQU.- El nuevo administrador.

DOLLY.-Qué pena.

VOZ DE TUQUI.-¿Por?

DOLLY:-Por nada.

VOZ DE TUQUI.-Por nada, no. Soy el nuevo administrador, porque soy el nuevo admirador. Tuqui, para servirle.

DOLLY,- Mucho gusto señor Turquí.

VOZ DE TUQUI (aclaratorio).-No, Tuqui.

DOLLY.-Turqui.

VOZ DE TUQUI.-No, Turqui tampoco. Tuqui, sin ere intermedia.

DOLLY.-Ah, perdóneme, señor Tuqui. Es una neurona que tengo puesta al revés.

VOZ DE TUQUI (sugestivamente).-Si eo es lo único que tiene puesto al revés usted debe de ser muy hermosa. (Dolly se mira el camisón.)

DOLLY.-Por desgracia, no es lo único que tengo puesto al revés.

VOZ DE TUQUI.-No importa. Usted deber ser hermosa al derecho y al revés.

DOLLY.-¿Usted está insinuando una grosería?

VOZ DE TUQUI.-De ninguna manera, señorita Dolly. Es un piropo.

DOLLY.-Un piropo raro, si es un piropo. Porque podría estar insultándome