Llega con la cara lavada, el pelo aún húmedo de la ducha y ojos de sueño. Aun así, y a pesar del madrugón, está impresionantemente guapa y con ganas de empezar la sesión. Frente al ritmo vertiginoso de los flashes de la cámara y los cambios de look, Blanca Suárez (Madrid, 1988) no se altera, irradia tranquilidad y buen rollo. La actriz está en un momento dulce, a la espera del estreno de su último filme, Disco, Ibiza, Locomía, el 17 de mayo. «Acercar la historia de la banda Locomía a nuestros tiempos es riesgoso, porque está muy alejada de nuestra generación, pero a la vez es muy emocionante», comenta mientras confiesa entre risas que, antes de rodar, no conocía mucho del grupo: «Sabía que manejaban abanicos y me sonaba alguna canción. Eso, y que cuando yo hacía alarde de estilismos un tanto imposibles, mis padres me decían: “Pareces un componente de Locomía”». En la cinta comparte cartel con Jaime Lorente y Alejandro Speitzer («dos descubrimientos fabulosos»), así como con Iván Pellicer y Pol Granch, de los que dice haber aprendido mucho a pesar de notar el salto generacional. «Ha sido un rodaje muy intenso –rememora– en el que hemos dedicado horas y horas a ensayar las coreografías con el gran Toni Espinosa, que ha tenido la paciencia de aguantarnos».
En la película interpretas a Lourdes, una de las fundadoras de Locomía.