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Lo Que Hicimos Mientras Crecíamos: Travesuras Verídicas De Estudiantes
Lo Que Hicimos Mientras Crecíamos: Travesuras Verídicas De Estudiantes
Lo Que Hicimos Mientras Crecíamos: Travesuras Verídicas De Estudiantes
Libro electrónico285 páginas4 horas

Lo Que Hicimos Mientras Crecíamos: Travesuras Verídicas De Estudiantes

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Información de este libro electrónico

El presente libro est hecho principalmente de
ancdotas propias de mis conocidos y de mis
amigos por lo que me gustara remarcar que
todas las vivencias relatadas aqu son reales o
al menos en su esencia.
El propsito del libro que tienes en tus manos
es sacar no una sino varias carcajadas al lector
contando ancdotas divertidas las cuales se
relatan con un mismo grupo de amigos durante
la adolescencia y la vida en la universidad.
Los estereotipos de amigos aqu manejados son
los que la mayora siempre conocemos, el bufn,
el intelectual, el deportista, el artista y el rico,
los cuales utilizando sus diferentes habilidades
e ingenio logran realizar las ms disparatadas e
ingeniosas bromas incluso entre ellos mismos.
Algunas bromas parecern peliculescas o bien
algunas otras difciles de creer pero cranme
que todas tienen fondo real.
En otras palabras recordars este libro como
un libro muy divertido
IdiomaEspañol
EditorialPalibrio
Fecha de lanzamiento15 ene 2014
ISBN9781463372903
Lo Que Hicimos Mientras Crecíamos: Travesuras Verídicas De Estudiantes

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    Lo Que Hicimos Mientras Crecíamos - Héctor D. T.

    Copyright © 2014 por Héctor D. T.

    Todos los derechos reservados. Ninguna parte de este libro puede ser reproducida o transmitida de cualquier forma o por cualquier medio, electrónico o mecánico, incluyendo fotocopia, grabación, o por cualquier sistema de almacenamiento y recuperación, sin permiso escrito del propietario del copyright.

    Esta es una obra de ficción. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia. Todos los personajes, nombres, hechos, organizaciones y diálogos en esta novela son o bien producto de la imaginación del autor o han sido utilizados en esta obra de manera ficticia.

    Fecha de revisión: 10/01/2014

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    Fax: 01.812.355.1576

    ventas@palibrio.com

    501169

    ÍNDICE

    Dedicatoria

    Agradecimientos

    Prologo

    Introducción

    Broma a Ricardo:

    Broma a Carlos:

    Bromas dentro del Aula:

    Broma a Gonzalo:

    Broma a la escuela:

    Broma a Álvaro

    Broma a Fernando:

    Broma a Paco o sea a mí.

    Broma a Beto:

    Broma a Kike:

    Broma a Fernando:

    Broma a Kike:

    De viaje:

    Broma de una maestra a nosotros:

    El Cotorro

    Bromas dentro del Aula 2

    Broma de los papás de Beto:

    De campamento

    En el hospital:

    Broma en Iglesia:

    2ª parte de Borrachos

    El violador:

    El obispo.

    ¿Guadalajara?

    La fuga de Álvaro

    Una simple salida:

    Epílogo

    DEDICATORIA

    A mi padre:

    Quien siempre ha sido mi mejor amigo

    A mi esposa:

    Quien es mucho más que solo una pareja

    A mi madre y hermana:

    Quienes son las mujeres más influyentes en mi vida

    A Alejandro Meza Sosa:

    Cuyos consejos siempre han cambiado mi vida

    A la memoria de Arturo Salazar Díaz

    Quien fue un gran amigo

    A todos mis amigos:

    Cuyas anécdotas hicieron posible esta obra

    AGRADECIMIENTOS

    Quisiera agradecer a todas las personas que hicieron posible esta obra en especial:

    A mi padre, quien revisó con mucha alegría y emoción mis escritos revelándole todo lo que pensé jamás llegaría a contarle.

    A mi esposa la principal razón por la que cada día sonrío por las mañanas y me ha enseñado que hacer lo que te gusta, primero te hace feliz y después te lleva al éxito.

    A mi fiel perro Benji quien me acompañó y durmió a mis pies durante el 90% de la escritura de este libro.

    A Ricardo Solís Alcalá quien con gusto me ayudó a trabajar contándome historias y más de alguna anécdota es 100% de él.

    A Mi general Malik Said López Aguilar, Samuel Ismael Miranda Sanchez y Enrique Marín Menchaca quienes participaron como modelos para la portada, siempre serán Mis Maestros y han demostrado ser grandes amigos durante mi carrera profesional y docente.

    A Santiago Adrián Jamaica Mendoza quien es mi compadre y amigo desde hace ya más de 10 años y quien es de las personas más simpáticas que conozco.

    A Gabriel Moreno Rico con quien viví varias de las anécdotas relatadas en el presente libro y así sabrás que no me olvido de ti.

    A Cesar José Arreguín Núñez y Luis Pablo Godinez Razo quienes han sido unos grandes amigos en las buenas y en las malas, con quienes también viví varias de las anécdotas de este libro.

    A Enrique, Álvaro, Alberto y Fernando quienes fueron mis grandes amigos de la infancia y cuyos recuerdos me inspiraron a escribir el presente libro.

    PROLOGO

    Siempre me han gustado las películas y la lectura, podría decirse que son dos de mis grandes pasiones, y si hay algo que adoro encontrar en una película, o en la misma lectura, es algún elemento que me haga reír.

    Estar viendo o leyendo algo entretenido … y de pronto una sonora carcajada, la sensación es genial; por eso una de tantas cosas que está de moda es la famosa risoterapia; no estoy muy familiarizado con la misma, pero creo que entiendo el concepto sin tener que estudiarlo, simplemente la sensación de reír a carcajadas hace sentirse bien.

    La risa arregla un pleito, nos hace sentir mejor, contenta a la pareja, nos quita el miedo, cuando reímos un buen rato decimos nos la pasamos muy bien etc. en fin riendo es la mejor manera de pasar la vida, a mi juicio un día sin reír es un día desperdiciado.

    Hacer reír a una persona muchas veces no es fácil, y todos los grandes cómicos están muy consientes de esto. Cada uno tiene un estilo propio, el cual va puliendo hasta que logra que lo identifiquen por su estilo único; como por ejemplo, el famoso cantinflear.

    Pero lograr eso no es nada fácil, por eso pocos cómicos logran gustar a mucha gente, durante bastante tiempo, pues hay quienes caen en clichés, los cuales, tal vez la primera vez fue gracioso pero a la enésima vez ya resultan todo lo contrario, por lo que muchas veces las películas o programas cómicos nos parecen bobos.

    También ocurre que decaen en algo que todavía no logro comprender muy bien, que es el hecho de que crean que es gracioso ver a un protagonista, al que pintan algo patético y de pilón le pasan mil desgracias, e incluso creen que las cosas asquerosas, como verlo manchado de sudor, excremento o alguna otra segregación corporal, es gracioso.

    Bueno, supongo que para todo hay gustos, pero al menos para mí, eso dista mucho de ser gracioso.

    En fin, hacer reír es todo un arte, y es particularmente difícil cuando no se tiene el ingenio. Afortunadamente, durante toda mi vida, he tenido amigos particularmente ingeniosos.

    No recuerdo haberme reído tanto en mi vida, como durante mi adolescencia. La verdad, lo pasaba bastante bien entre exámenes y tareas o trabajos. Cuando llegaban mis ratos libres y sobre todo con mis amigos, pues como mencioné anteriormente, eran particularmente ingeniosos y cada uno de distinta manera, por lo tanto recuerdo muchas anécdotas graciosas.

    Y vaya que he aprendido. Por lo mismo, a la fecha, en mi trabajo y con mi familia, tengo fama de bromista, del tipo de bromas que se hacen o se dicen buscando hacer reír a alguien.

    Después de varias reuniones con ellos, y recordando anécdotas que nos hicieron reír a carcajadas, decidí plasmar y compartir con el lector todas las grandes y principales anécdotas recordadas, esperando las disfruten leyéndolas como yo recordándolas.

    El propósito principal de este libro es sacar no una sino varias carcajadas al lector.

    INTRODUCCIÓN

    El presente libro está hecho principalmente de anécdotas propias, de mis conocidos y de mis amigos. Quisiera remarcar que todas las vivencias relatadas aquí son reales, o al menos en su esencia, pues los lugares a veces fueron distintos o una broma aquí relatada en un lugar en realidad fueron dos o tres distintos lugares pero los junto para que no quede un relato demasiado extenso con tan solo una bromita al final. Los amigos, como casi siempre sucede en la vida, van cambiando a través del tiempo, aunque curiosamente los estereotipos manejados en este libro, son los de amigos que generalmente siempre tuve, y me place decir que con muchos de ellos sigo en contacto hasta la fecha.

    Traté de distorsionar lo menos posible el relato de la anécdota real, mientras el contexto de la historia me lo permitía, pues me pondría a dar demasiadas explicaciones si tratara de contarlas tal cual sucedieron.

    La forma en que este libro fue redactado, no tiene realmente un orden secuencial en el tiempo, pues la forma en que todo se fue dando, no la recuerdo cronológicamente; simplemente recuerdo las cosas, cuando algo o alguien me da una pauta similar a la situación vivida, la recuerdo y después la plasmo aquí; por lo que a veces pondré anécdotas donde ya vivo solo, lo cual sucedió desde que entré a la universidad, y otras serán cuando todavía vivía con mis padres.

    No pude evitar tal vez exagerar un poco ciertas cosas que me impresionaron en su momento y mi recuerdo de ellas es tal vez más vívido y exagerado de cómo en realidad sucedieron por lo cual ruego al lector me disculpe. Por lo mismo, traté de ser lo más objetivo y apegado a la realidad que pude.

    Mis anécdotas comienzan más o menos a la edad de 13 años cuando entré a la secundaria y por lo general uno comienza a tener más libertades. A esta edad, normalmente los padres le sueltan un poco más la rienda y uno como niño intenta aprovecharse de esto. A mi me toco estudiar la primaria en otra ciudad por azares del destino, y ciertas circunstancias las cuales no vale la pena mencionar y el pretexto de toda la primaria de mi madre para no dejarme salir a ese gran lugar llamado mundo para el niño y que para la madre simplemente es la calle, era que no tenía amigos ni conocidos con quienes salir en mi ciudad pues todos eran de mi primaria en la otra ciudad. Entonces cuando entré a la secundaria, comencé a tener amigos en mi ciudad y se le acabó el pretexto a mi mamá. A consecuencia de esto, comencé a buscar la excusa para salirme al mundo.

    Comencé a pedir permiso a para ir con mis amigos, mi mamá fue cediendo y me comenzó a dejar salir con ellos casi todo lo que quisiera, ella no veía nada de malo en ir a casa de algún amigo a jugar siempre y cuando hubiéramos acabado ya la tarea consecuencia lógica: pues me daba vuelo en visitar amigos que vivían cerca o bien quedarme de ver con ellos para ir a las maquinitas o simplemente platicar a lo que a esas edades es jugar.

    Y comenzaré por dar una rápida descripción de cada uno:

    Alberto o Beto, como le decimos sus amigos, alto yo creo que el más alto del grupo, de complexión media, aunque como siempre este tipo de gente se la pasa diciendo que está un poco pasado de peso o gordo, pero la realidad es que es de complexión media, pelo negro y abundante muy lacio; y fue, es y siempre será el clásico bufón del grupo, es de ese tipo de personas que tiene la chispa de siempre estarte haciendo reír, tiene un chiste para cada situación y es súper ocurrente aunándole mucho ingenio, en cuanto a sus chistes y bromas, pues siempre que estás con él, simplemente te pones de buen humor, pues aun en las peores situaciones, siempre nos ha hecho reír.

    Álvaro, él es de estatura más bien media, no tanto como alto pero tampoco se puede decir que es chaparro, en cuanto a complexión y estatura esta más bien dentro del promedio, es de ojos más bien claros y pelo castaño, excelente dibujante e ingenioso, bastante práctico y un tanto más cuanto flojo, en cuanto a sus responsabilidades para con la escuela; porque en lo que se refiere a su casa desde chico nunca me toco verlo desaseado o mal vestido o ver su cuarto tirado, lo cual ya es decir de una persona floja; pero en lo que se refiere a la escuela, la verdad siempre fue un poco flojo, y sus padres, a diferencia de muchos, le solaparon siempre esto, pues no era extraño verlo llegar a la escuela a la hora del receso después de las primeras 3 horas de clase, con su papá en persona llevándolo para que se colara por detrás de la escuela, con el pretexto, (si se le puede llamar pretexto), de que se fue a desayunar con su papá al club.

    Enrique o Kike, como le decimos nosotros: para comenzar a describir a Kike, diré que es el más extraño de nosotros en cuanto a su personalidad. Tiene la gran suerte de que su papá tiene literalmente una fortuna en el banco, negocio, propiedades, etc. De todas las personas que he conocido directamente él es de las que más dinero tiene yo creo, y pues desde chico como todo buen millonario que es, su padre lo ha enseñado a la manera de los ricos; con sus reservas respecto al dinero y a sus amistades por lo mismo. Enrique es simpático y alegre, no es el clásico tipo sangrón y cerrado por que tiene mucho dinero. No, al contrario, él es muy abierto y no puedo decir que es sumamente sencillo, pero acepta a todo el mundo aunque por consejo de su padre, principalmente, por debajo del agua tiene sus reservas solo que no las externa.

    Fernando o Fer: ¿que decir de Fernando? es el clásico galán de nuestro grupo, es alto, no tanto como Beto pero está por encima del promedio, más bien fornido, güero y de ojo claro; su trato es alegre y sincero aunque acá entre nos me atreveré a decir que es un poco tontón a la manera distraída, no a la manera que pintan en las películas en las que no entiende nada y no sabe nada de nada y resulta medio tarado, pero de todos nosotros él es el que entiende las cosas al último y comete una que otra barbaridad por distraído.

    Yo soy Paco: guapo, inteligente, valiente, alto y con excelente sentido del humor… ¡ja, ja! claro que no. Soy el más chaparro de nosotros, moreno, de complexión delgada, y no soy especialmente guapo pero tampoco feo (dentro del promedio digamos), lo que si es que entre mis amigos tengo fama de ser el intelectual, por ser el más letrado pues como comprenderán si de chico casi no salía y sin mucha afición por la televisión pues no le fue difícil a mis papás inculcarme ese feo vicio de la lectura.

    Durante la secundaria hacíamos creo yo nada fuera de lo común que no fuera las clásicas travesuras de un grupo de amigos cada uno dispuesto a demostrar a los otros de lo que era capaz y conforme paso el tiempo las travesuras fueron creciendo al igual que nosotros.

    Todas las historias aquí relatadas, son desde secundaria hasta universidad, cronológicamente hablando; aunque claro, también hay que tomar en cuenta que en unos algunos ciclos escolares nos tocó juntos y en otros separados por lo que a lo mejor en algunos relatos estaremos en el mismo grupo y en otros no

    No tuve una etapa de formación todo lo provechosa que fuera de desear, pero sí muy divertida y nada más por esto digna de recordar; deseo que el lector se divierta al leerlas como nosotros al vivirlas y yo al escribirlas.

    Broma a Ricardo:

    En mis primeros recuerdos tengo muy grabada la vez que un compañero llamado Ricardo le jugó una broma, en aquel entonces pesada, a mi amigo Beto. Este muchacho en cuestión era un bufón, al igual que Beto en las clases, y como tal comenzó a tener una buena razón para sentir una especie de competencia, la cual siempre existe cuando dos personas tienen la misma cualidad, en este caso la capacidad de hacer reír a la gente, pues cada uno intenta a su manera ser el que tenga el mejor o el último chiste del día.

    Para la broma que voy a relatar hay que tomar mucho en cuenta la edad pues éramos pubertos de escasos 12 años recién ingresados a secundaria donde apenas comenzaban a llamarnos la atención las niñas y daba mucha pena comenzar a platicar con alguna pues entre timidez y burla de los demás compañeros, era todo un logro conseguir alguna amiga; y por otro lado la educación en la que al menos en mis tiempos comenzaban apenas a darte clases sobre los cambios hormonales tanto de hombres como de mujeres, y pues más difícil se hacía la situación.

    Beto como todo joven a esa edad tenía preferencia por una muchacha del salón llamada Georgina, ella era delgada, rubia, de ojos claros y alta como él, la verdad no la recuerdo muy bien pues ya han pasado algunos años pero era guapa y muy solicitada en el salón pues a más de alguno le gustaba mucho.

    En este día en particular sucedió que pidió ayuda a mi amigo Beto para una clase de guitarra que nos daban, pues resultó que él tenía habilidad para tocar la misma y estaban sentados en un rincón del salón practicando y platicando a la vez rodeados de algunas amigas de ella y mi amigo con su singular carisma, comenzó a hacerla reír tanto a ella como a sus amigas y bastante, no se si a ella le gustó alguna vez Beto pero al menos fue muy amable con él y Beto sentía que había logrado un gran avance respecto a poder hablar con esta chica y de pilón con la aprobación de sus amigas pues ellas también estaban encantadas platicando con él; yo, que estaba al tanto del amor que Beto sentía por esta chica, me aleje a platicar con Fernando, entonces sucedió que Beto necesitó un cuaderno para checar sus notas de guitarra y su mochila estaba afuera del salón pues para clase de guitarra ya era demasiado bulto entrar al salón con ésta, entonces se le hizo fácil pedirle de favor a Ricardo que le pasara su mochila y este inmediatamente le dijo que si, yo estaba afuera y solo vi que Ricardo asomo medio cuerpo fuera del salón y dijo en voz alta:

    –Es la gris ¿verdad?

    Se escuchó un, si, inconfundible de Beto en eso vi que saco primero algo de su mochila aunque no pude distinguir que era pero no le di importancia, en eso vi como hacia señas a todos sus amigos de que se acercaran mientras daba a Beto su mochila, en eso Beto la tomó, y al momento de abrirla colocada muy adrede hasta arriba de todos sus libros un Kotex individual en su paquete rosa inconfundible, el cual provocó que Beto emitiera un grito igual que si a una mujer le hubiéran puesto un ratón en su mochila, las risas de las mujeres y las carcajadas de los hombres no se hicieron esperar y Beto muy apenado se lo aventó a Ricardo y este solo atino a decirle mientras se reía:

    –¿Por qué me lo avientas, qué ya no lo necesitas?

    Confieso que aunque se trataba de mi amigo me dio risa lo chusco de la situación aunque se me pasó casi instantáneamente al ver su cara, pues conociéndolo desde el Kindergarten y siendo su amigo toda la primaria, es a la fecha como un hermano para mi y comprendí perfectamente su pena; mientras que todos seguían riéndose y comentaban lo ocurrido sus ojos cruzaron con los míos en busca de apoyo moral, entonces le hice la seña de que viniera conmigo para que se alejara y nos saliéramos juntos del salón. Beto estaba sumamente enojado y apenado, salió comentando conmigo que esas cosas no se hacen que hay de bromas a bromas, etc. y dijo lo que todo mundo dice en ese tipo de situación:

    –Esto no se va a quedar así

    En ese momento me vino a la mente su frase esto no se va a quedar así y todo lo que esto significaba, claro que para mi amigo significaba venganza y recordé todo lo que habíamos llegado a convivir con el tal Ricardo, él había más de alguna vez llegado a platicar con nosotros y en una ocasión me comentó que le gustaba una muchacha del salón llamada Alejandra, me quedé pensando en la manera correcta de vengar a mi amigo y le dije que me dejara pensar el fin de semana para ver ¿qué sería bueno hacer? y que el pensara en algo, ya lo platicaríamos el lunes siguiente en la escuela.

    El lunes, contrario a lo que sacan en las películas transcurrió como un día cualquiera nadie recordaba lo ocurrido para Beto, él sin embargo no lo olvidaba y yo tampoco pero me pareció demasiado adecuado el que no se acordara nadie pues Ricardo que le había gastado la broma bajo la guardia al pensar que era asunto pasado, e inclusive Beto comenzó a tratarlo como si nada. Pasados unos cuantos días durante el receso estábamos los cinco amigos platicando en una mesa junto con algunos otros compañeros de clase entre ellos el muchacho en cuestión, Ricardo, y Fernando como clásico galán que es sacó una nota anónima de una muchacha que le decía que le gustaba y que no podía esperar la hora de volver a verlo y de que él se fijara en ella y ah como le chuleó los ojos; el caso es que esto al menos para Fernando no era nada extraño ni para nosotros acostumbrados a ver los de Fernando claro está, pero para todos los demás compañeros era algo increíble, todos comenzaron a ver a Fernando como si fuera un Dios o algo así, vi como inmediatamente comenzaron a imitarlo, se fijaron como iba vestido de pies a cabeza, que ademanes tenía, etc. y entre ellos, el tal Ricardo que gastó la broma a Beto, se me quedó muy grabado este detalle por lo que decidí hablar con Beto y comentárselo.

    Comenzamos a planear la broma entre todos; a petición de Beto no comenté con Álvaro, Fer y Kike que era por venganza, pues ellos por azares del destino les había tocado en otros grupos en ese año, del mismo nivel obviamente, y no habían sabido de la broma jugada a Beto, pero comentamos que Ricardo andaba haciendo muchas bromas a Beto, y que sería conveniente jugarle un muy buena broma, como dicen una de cal por las de arena.

    Cavilando entre todos y pensando en el asunto comenzamos a maquilar un plan de acuerdo a lo que yo había observado con la reacción de Ricardo al ver la nota de Fernando, acto seguido convencimos a mi hermana la cual es un año menor que yo, que hiciera de favor una carta dirigida al muchacho en cuestión firmada por Alejandra, diciéndole lo mucho que le gustaba, él como no podía seguir ocultándolo y que por favor la buscara si su amor por ella era igualmente correspondido por él, que no tuviera duda de lo que sentía ella hacia él y que por favor mantuviera el secreto porque le daba mucha pena ser ella la que lo buscara a él, acto seguido era implantar la carta, mi hermana accedió como buena cómplice que siempre ha sido de nosotros en más de alguna ocasión.

    No se si a modo de que fuera más significativa la venganza al menos para Beto la carta la dejamos en su mochila del mismo modo que él

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