IBRAHIM: Un Asunto Personal

Por EVERARDO MALDONADO

Ibrahim: Un asunto personal, es la historia de un hombre sencillo, carismático y servicial, quien vive una terrible situación que lo hunde en la desesperación y el dolor. Abandonado a sí mismo, Ibrahim, ve pasar los años de su vida consumiéndose en su soledad. Un día, sin embargo, un hecho inesperado, cambiará su vida… para siempre.

• Idioma: Español
• Editorial: EVERARDO MALDONADO
• Fecha de lanzamiento: 4 nov 2020

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© Everardo Maldonado

© Grupo Rodrigo Porrúa S.A. de C.V.

Lago Mayor No. 67, Col. Anáhuac,

C.P. 11450, Del. Miguel Hidalgo,

Ciudad de México

(55) 5293 0170

[e-mail]

1a. Edición, 2020

ISBN:

Impreso en México - Printed in Mexico

Prohibida la reproducción total o parcial por cualquier medio

sin autorización escrita del titular de los derechos patrimoniales.

Características tipográficas y de edición:

Todos los derechos conforme a la ley

Responsable de la edición: Rodrigo Porrúa del Villar

Corrección ortotipográfica y de estilo: Isabel Díaz Granados

Diseño de portada: Mauricio Castillo Pernas

Diseño editorial: Grupo Rodrigo Porrúa S.A. de C.V.

Nota del editor:

Tengo el placer de presentar esta magnifica obra, cuyo autor no solo es un gran escritor si no un gran amigo y amante de las letras. Si bien aprecio todos los trabajos realizados por este excelente escritor, considero importante confesar mi agrado por esta última obra que a continuación explicaré el por qué. Si bien sus trabajos anteriores se caracterizan por ser excelentes obras de gran redacción y profundidad, en esta obra se le suma la valentía, maestranza y sensibilidad para tocar uno de los temas mas complicados de digerir como es la religión o a mi punto de vista las creencias religiosas"; el como?, el cuando? y el porque?, Ibrahim nuestro protagonista que con la mas profunda tranquilidad nos deja ver a través de comparativos y explicaciones sencillas la realidad y logra poner en tela de juicio el manejo de las instituciones mas no tanto los dogmas fe.

En esta obra queda expuesta la dedicación en la exhaustiva investigación que se ha realizado manejando datos reales y comparaciones en donde podemos darnos cuenta o lograr tener una mejor perspectiva del manejo de las creencias. Es notable la sencillez con la que se explican acontecimientos muy complejos que nos permiten a los lectores sin conocimientos específicos del tema, comprender sin mayores dificultades y lograr tener nuestro propio punto de vista.

Esta es una obra que pueden disfrutar grandes y no tan grandes, incluso es un buen pretexto para un intercambio de opiniones en cuanto a la religión se refiere, siendo una obra por demás entretenida por toda la información compartida a manera de charlas, diálogos y datos duros.

Agradezco el espacio para compartir con los lectores los sentimientos que me generó esta obra y felicitar al escritor por su excelente trabajo.

Rodrigo Porrúa.

Editor.

Nota del autor:

Esta es una historia basada en hechos reales. Los nombres han sido cambiados para proteger la identidad de los protagonistas.

A papá, que me amó con desapego.

Agradecimientos:

Rocío Cervantes Blázquez, Pedro Córdoba, Karim, Nabila, Nisao Ógata Aguilar, Pilar Campos Rodríguez, Juani, Manoli, Remigio, Ibrahim, Enrique, Guadalupe Maldonado, Nancy Maldonado Morales, Virgit, Irene Martínez González, Willie, Namiko Ógata, Angélica Flores Beneroso, Gerardo Trejo Luna, Apolinar Miranda, Maricarmen Luna, Paulo Piña, Paola Hernández Cervantes, Alberto Ortiz Enríquez, Rafael González Hernández, Bernardina García, Gabriela Melchum, Lucía Romero, Diego Delgado, Evas, Irma, Epifanio Alarcón, María Yolanda Galán Luna, Andrés Manuel López, Gracia Blázquez...

Prólogo del autor:

Si todos tenemos un mismo origen, entonces, todos y todo, somos hermanos.

¿Qué nos hizo olvidar esta hermandad?

¿Qué nos hizo distanciarnos tanto, hasta casi estar solos?

¿Si como hermanos, somos iguales, que marcó las diferencias que nos han alejado tanto?

¿Que acaso puede haber diferencias entre iguales?

La respuesta, sin el menor asomo de duda, es no, sin embargo, la búsqueda de aprender más de nosotros mismos, nos hizo olvidar nuestro origen, y fue así como, la cercanía se volvió distancia.

El hombre se autonombró la maravilla de la creación, y se situó por encima de todo lo demás.

Allí empezó su soledad y su enfrentamiento contra todos sus hermanos.

Esa soledad se haría más intensa, conforme la búsqueda de aprender de sí mismo avanzaba, ahora hacia el interior del mismo grupo humano.

Así, inventó las razas y estableció que sería la raza blanca la dominante sobre todas las demás.

Y el hombre estuvo cada vez más solo.

Sin embargo, su aislamiento no se detendría allí, continuaría su avance incesante. Ahora, al interior

de las mismas razas que él había determinado.

Fue así, que las religiones, las clases sociales y las tendencias políticas, entre otras muchas clasificaciones del ser humano, tuvieron lugar.

Y el hombre estuvo cada vez más solo.

Preso de la inercia de su confusión, su búsqueda continuó al interior de la familia.

Y el abuelo obsoleto y resistente al cambio, el padre autócrata y proteccionista y el hijo dependiente y chantajista, se sumaron a su clasificación.

Y la brecha generacional¹ apareció.

Con ella, el hombre conoció el vacío existencial² , el más extremo estado de soledad que caracteriza a los muertos vivientes, hombres y mujeres sin motivo ni razón para vivir, que inundan pueblos y ciudades.

Ibrahim, alguien como tú y como yo, vivió una manifestación de esa condición extrema y la alegría de superarla. Esta es su historia…

Everardo Maldonado.

Brecha generacional: se refiere a la desconexión que se da entre los

miembros de una generación y los miembros de generaciones posteriores,

en cuanto a las costumbres, actitudes y preferencias de la generación

siguiente, en contradicción, con las experiencias de la primera.

Según Benjamín Wolman, psicólogo y escritor estadunidense de origen

polaco, el vacío existencial, es el sentimiento de no tener ninguna razón

para vivir, para luchar, para esperar.

Ibrahim, inquieto, curioso, recorría las calles de la inmensa ciudad cosmopolita, a la que apenas unas horas antes había llegado. La temperatura ambiente, cercana a los cuarenta y cinco grados centígrados, sofocaba a Ibrahim, quien con frecuencia secaba el sudor que, abundante, perlaba su frente. Sin embargo, su afán de conocer la gran ciudad le impedía detener sus pasos.

Al doblar una esquina, una gran construcción apareció ante sus ojos, inmensa, señorial, portentosa, de la que afanosamente buscó la entrada. Cuando la encontró, después de rodear el enorme edificio, vio que se trataba de la casa de Dios. Quiso entrar, pero no se lo permitieron, el acceso estaba restringido a ciertos horarios y costos. Ante la imposibilidad de conocer el interior del recinto, siguió su camino.

En su trayecto, encontró otras casas de Dios, tan inmensas, señoriales y portentosas como la primera, de diferentes y exquisitos diseños, a las que de la misma manera le negaron la entrada.

Capítulo I:

La confusion

Somos lo que pensamos.

Emocionado, casi hasta las lágrimas, Ibrahim, impaciente, dando vueltas con las manos entrecruzadas en la espalda, esperaba la llegada de las dos hermanas, con las qué ese día, según las leyes islámicas, contraerían matrimonio Él y su amigo

Karim.

Teólogo apasionado y practicante del catolicismo, Ibrahim era a simple vista, un hombre por demás agradable. De complexión delgada, estatura media y siempre sonriente, no demostraba, a pesar del cabello entrecano, sus cuarenta años cumplidos. Siempre dispuesto a servir, no escatimaba esfuerzo alguno para agradar. El síndrome de Tourette¹, un trastorno incurable en su cerebro, que, bajo condiciones de estrés lo obligaba a gesticular y emitir sonidos que no podía controlar, lo hacía aún más singular.

Mientras aguardaba la llegada de su futura esposa, Ibrahim, no pudo contener sus pensamientos. Recordó cada instante