La Bestia de Rose Valley: La Saga de Lorestalker, #1

Por J.P. Barnett

Algo malo acecha a los ciudadanos de Rose Valley, no por primera vez, pero con suerte será la última.

• GANADOR: Premio Pinnacle Book Achievement - Mejor ficción de terror
• FINALISTA: Premio al Readers' Favorite Book: Ficción – Paranormal
• FINALISTA (Top 20): Premio en The Kindle Book Review – Ficción – Horror/Suspenso

"Me encantó el entorno rural con los juegos de fútbol de la ciudad y la solidez de un lugar donde todos conocen a todos los demás, y esa normalidad bucólica hace que los aspectos extraños de la historia funcionen muy bien. La trama de Barnett es inteligente e irresistible, y es un verdadero placer leer el libro. Los fanáticos del horror, el thriller y el misterio encontrarán de su agrado esta intrigante historia sobre lo desconocido. La Bestia de Rose Valley: Lorestalker # 1 es muy recomendable ". ~ Jack Magnus, Opiniones de Readers' Favorite Book

Después de sufrir un horrible accidente automovilístico, Jake Rollins lucha por sobrevivir en su pequeña ciudad natal de Rose Valley, un lugar al que esperaba nunca volver.

Cuando una oveja es brutalmente mutilada en el rancho donde Jake se está recuperando, es arrastrado nuevamente a la política empalagosa de la vida de un pueblo pequeño. Mientras el Sheriff intenta hacer pasar el incidente como un ataque de coyotes, Jake recurre a una reportera local y antiguo flechazo de la escuela secundaria, Shandi Mason, para buscar la verdad.

Descubren que esta criatura ha acechado a Rose Valley antes, reclamando casi un siglo de carnicería e intriga, todo comenzando con un vergonzoso secreto guardado por uno de los ciudadanos más respetados de la ciudad.

A medida que las mutilaciones de ganado se convierten en ataques mortales contra humanos, y el Sheriff organiza una cacería humana insensata, Jake y Shandi deben correr para salvar a la ciudad de un mal aparentemente imparable.

"Los personajes bien desarrollados son uno de los puntos fuertes de la historia. Las relaciones entre los protagonistas se desarrollan hábilmente sin abrumar la búsqueda intrigante de la bestia evasiva. La narración es simple pero atractiva y las escenas sangrientas no son demasiado extremas ni inquietantes. El ritmo es bueno y, a medida que la trama se desarrolla gradualmente, los lectores se encontrarán ansiosos por conectar todos los puntos y hacer suposiciones con antelación a medida que las pistas aparecen unas tras otras". ~ Lit Amri, Opiniones de Readers' Favorite Book

EVOLVED PUBLISHING PRESENTA el primer libro de la serie de historias de terror "La Saga de Lorestalker", aclamada por la crítica, que presenta criaturas tradicionales y de la imaginación más oscura. [Sin DRM]

 

• Idioma: Español
• Editorial: Evolved Publishing LLC
• Fecha de lanzamiento: 20 jul 2020
• ISBN: 9781622539871

J.P. Barnett

J.P. Barnett grew up in a tiny Texas town where the list of possible vocations failed to include published author. In second grade, he worked harder than any other student to deliver a story about a tiger cub who singlehandedly saved the U.S. Military, earning him a shiny gold star and a lifelong appreciation of telling a good story. Fast forwarding through decades of schooling and a career as a software engineer, J.P. Barnett stepped away from it all to get back to his first real passion. Years of sitting at a keyboard gifted him with some benefit, though, including blazing fast typing hands and a full tank of creativity. As a child, J.P. consumed any book he could get his hands on. The likes of Stephen King, Michael Crichton, and Dean Koontz paved the bookshelves of his childhood, providing a plethora of fantastical and terrifying tales that he read way too early in life. Though the effect these books had on his psyche could be called into question, these masters of storytelling managed to warp his mind in just the perfect way to spin a fun yarn or two. J.P. currently resides in Seattle with his wife and hellion of a cat, both of whom look at him dubiously with some frequency.

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Derechos de Autor

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(ENGLISH VERSION)

THE BEAST OF ROSE VALLEY

Lorestalker—Book 1

Copyright © 2019 J.P. Barnett

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LA BESTIA DE ROSE VALLEY

La Saga de Lorestalker—Libro 1

Derechos de Autor © 2020 J.P. Barnett

Traductora: Montse Martí L.

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ISBN (Versión EPUB): 1622539877

ISBN-13 (Versión EPUB): 978-1-62253-987-1

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Editor: Mike Robinson

Artista de la Portada: Richard Tran

Diseño del Interior: Lane Diamond

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NOTA DEL EDITOR:

Al final de esta novela de aproximadamente 70.250 palabras, verás un adelanto especial de EL KRAKEN DE CAPE MADRE, el segundo libro de J.P. Barnett de esta serie La Saga de Lorestalker. Proporcionamos esto como un servicio adicional GRATUITO, y de ninguna manera debe considerarlo parte del precio que pagó por este libro. Esperamos que ambos aprecien y disfruten la oportunidad. Gracias.

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Notas de licencia de EBook:

No se puede usar, reproducir ni transmitir de ninguna manera ninguna parte de este libro sin un permiso expreso por escrito, excepto por breves citas utilizadas en críticas y reseñas, o de acuerdo con las leyes de uso justo de los EE.UU. Todos los derechos reservados.

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Declaración:

Esto es una obra de ficción. Los nombres, personajes, ubicaciones e incidentes son producto de la imaginación del autor o el autor los usó de una manera ficticia.

Libros de J.P. Barnett

LA SAGA DE LORESTALKER Serie

Libro 1: La Bestia de Rose Valley

Libro 2: El Kraken de Cape Madre

Libro 3: La Bruja de Gray’s Point

... y más por venir.

(Los libros 4-6 están contratados y en las etapas de planificación).

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JPBarnett.com

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Lo que los Demás Dicen de los Libros de J.P. Barnett:

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La Bestia de Rose Valley:

La trama de Barnett es inteligente e irresistible, y es un verdadero placer leer el libro. Los fanáticos del horror, el thriller y el misterio encontrarán de su agrado esta intrigante historia sobre lo desconocido. ~ Jack Magnus, Opiniones de Readers’ Favorite Book

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La Bestia de of Rose Valley:

Si estás buscando una criatura divertida y de ritmo rápido ambientada en una ciudad pequeña, no puedes equivocarte con este libro. ~ Steve Stred, Kendall Reviews

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La Bestia de Rose Valley:

¡La Bestia de Rose Valley es una gran lectura para un fin de semana con una manta cálida y suave y una copa de vino! ~ Crystal Cordova, Crystal’s Book World

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El Kraken de Cape Madre:

Los fanáticos de los monstruos y el folklore recibirán un regalo mientras Barnett continúa su nueva saga Lorestalker con una segunda entrega aún más fuerte. El Kraken de Cape Madre ofrece a los lectores lo que hizo con La Bestia de Rose Valley y más. Su narración de ritmo rápido, el misterio y el suspense del monstruo mantienen a los lectores intrigados y con ganas de saber más. ~ Alicia Smock, Roll Out Reviews

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El Kraken de Cape Madre:

Ha sido una lectura emocionante, y como no soy muy fan de las criaturas marinas espeluznantes, ha sido una novela de terror adecuada para mí. ¡Novelas como esta hacen que me sienta mejor cuando vacilo antes de meterme en el mar! Nunca se sabe lo que acecha por ahí. ~ Kim Anisi, Opiniones Readers’ Favorite Book

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El Kraken de Cape Madre:

Barnett es bueno. Tiene la capacidad de llevar a un lector a todas partes y hacerte sentir cada emoción que sienten sus personajes. ~ Ash, Reviews of a Fear Street Zombie

CONTENIDO EXTRA

Nos complace ofrecerte una Vista Previa Especial al final de este libro, en la que podrás disfrutar del primer Capítulo de J.P. Barnett EL KRAKEN DE CAPE MADRE, el segundo libro en La Saga de Lorestalker.

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ElKrakenDeCapeMadre

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PARA MÁS INFORMACIÓN SOBRE ESTO Y TODA LA SAGA DE LORESTALKER, SIGUE LAS ACTUALIZACIONES DE ESTA PÁGINA EN NUESTRO SITIO WEB:

LA SAGA DE LORESTALKER Serie en Evolved Publishing

Índice

Derechos de Autor

Libros de J.P. Barnett

CONTENIDO EXTRA

Índice

LA BESTIA DE ROSE VALLEY

Capítulo 1

Capítulo 2

Capítulo 3

Capítulo 4

Capítulo 5

Capítulo 6

Capítulo 7

Capítulo 8

Capítulo 9

Capítulo 10

Capítulo 11

Capítulo 12

Capítulo 13

Capítulo 14

Capítulo 15

Capítulo 16

Capítulo 17

Capítulo 18

Capítulo 19

Capítulo 20

Capítulo 21

Capítulo 22

Capítulo 23

Capítulo 24

Capítulo 25

Capítulo 26

Capítulo 27

Capítulo 28

Capítulo 29

Capítulo 30

Capítulo 31

Capítulo 32

Capítulo 33

Capítulo 34

Capítulo 35

Capítulo 36

Capítulo 37

Capítulo 38

Capítulo 39

Capítulo 40

Vista Previa Especial: EL KRAKEN DE CAPE MADRE de J.P. Barnett

Agradecimientos

Sobre el Autor

Más de Evolved Publishing

Capítulo 1

Jake Rollins nunca había visto a un animal del revés. Toda una vida de películas de terror lo había hecho esperar una gran cantidad de viscosidad falsa y espesa. Tragó saliva, respiró hondo por la boca para evitar el hedor podrido y se arrodilló junto al cadáver, sorprendido por la tristeza que el rostro helado del cordero le provocó. Un recordatorio horrible, aunque no lo necesitaba, de la fragilidad de la vida.

Esperaba vomitar, pero no surgió nada. Se quedó allí, mirando con morbosa curiosidad las dos mitades rojas carnosas del cordero. No parecía ni posible ni natural.

Seguramente, solo había sido una broma horrible.

Alto y delgado, Steve Witmer estaba de pie junto a Jake, exudando con facilidad la fuerza física sin el volumen innecesario de músculos grandes. Llevaba vaqueros Wrangler, una camiseta vieja y unas botas de vaquero desgastadas y adoradas. Su gorra de béisbol marrón de Texas A&M estaba inclinada hacia abajo. Los colores y los logotipos cambiaban a veces, pero Steve vestía casi igual todos los días. Mantener un rancho no dejaba tiempo para la moda elegante.

- ¿Habéis hecho esto por publicidad, ¿verdad, niños? –Preguntó el sheriff Cam Donner, rodeando el cadáver.

Extrañamente fornido para un hombre alto, el sheriff medía dos metros y medio y tenía el pecho como un barril. Llevaba un bigote de la forma habitual de las fuerzas del orden público de los pueblos pequeños, con la cara sombreada por un sombrero de vaquero de paja y los ojos protegidos por esas gafas grandes y oscuras de aviador que se venden exclusivamente en alguna tienda de policía secreta.

Aunque los tres hombres habían nacido el mismo año, el sheriff Donner todavía los llamaba niños. Veinte años atrás, habían caminado por el mismo escenario para recibir sus diplomas de secundaria, y antes de eso habían sido un trío inseparable de amigos. En algún punto del camino, Cam se convirtió en un matón y nunca lo había dejado de ser, aunque Jake tuvo que admitir que le había servido bien como el sheriff de la ciudad.

- No, señor –dijo Steve-. Ralph lo acaba de encontrar esta mañana. Simplemente haciendo las rondas como siempre. Parecía extraño encontrar un animal desgarrado por la mitad así, así que pensé que debería llamarte.

El sheriff miró los restos una vez más.

- Parece que un coyote me lo ha traído.

Absolutamente absurdo, y todos lo sabían, incluso Jake, que había hecho una carrera en la paz de un cubículo con aire acondicionado. De todos los depredadores que deambulan por el campo de Rose Valley, ninguno de ellos podía haber perpetrado este horror. Esto era algo nuevo y vicioso.

Jake se secó la frente. El sol apenas se asomaba por el horizonte, pero eso no impedía que el calor impregnara su ropa. La hierba marrón moribunda cubría los campos, e incluso las pequeñas colinas que a los lugareños les gustaba llamar montañas habían renunciado a su vegetación hacía mucho tiempo, sirviendo como recordatorio de que este verano en particular de Texas amenazaba con romper todos los récords.

Mientras Steve y Cam discutían sobre la probabilidad de un coyote, Jake sacó su teléfono móvil y volvió a leer el mensaje de texto que le había enviado a Shandi Mason esa mañana. El indicador de mensaje mostraba Leído en lugar de Enviado. Bueno. Si Shandi había recibido su mensaje, entonces estaría aquí pronto. Una persona podía llegar a cualquier parte de Rose Valley en cuestión de minutos.

- No hay razón para hacer un cirio por esto –dijo Cam-. Quizás fue un coyote. Tal vez no lo fue. Pero si haces un follón de todo esto, cada ganadero de la ciudad se tirará sobre mí.

- No es ninguna tontería, Sheriff –respondió Steve-. Pero si no se lo contamos a los otros ganaderos, nos va a costar mucho dinero a todos. Necesitamos informar a las personas para que puedan tomar las precauciones adecuadas. Para que estén atentas.

Cam se quitó las gafas de sol y se movió agresivamente hacia Steve.

- Límpialo y ya está, te lo guardas para ti, ¿me oyes?

Steve no respondió. Se dirigió hacia un vehículo de cuatro ruedas cercano y sacó un par de guantes del suelo del remolque. Aunque fuerte y seguro de sí mismo, Steve tendía a evitar peleas. Al igual que Jake, Steve conocía la política de Rose Valley. Aunque Cam no tenía el cargo de poder más alto, cruzarlo prometía ser una propuesta peligrosa, incluso para el alcalde.

El sheriff se volvió a poner las gafas de sol y se dirigió hacia su nuevo suburbio, con el marco apoyado en el suelo sobre neumáticos cómicamente grandes, sus ventanas tintadas más oscuras de lo legalmente permitido. Debía haberles costado una fortuna a los contribuyentes. Sin embargo, Cam se mantenía igual de cerca de la realeza en Rose Valley. Podía tener lo que quisiera. El título de Sheriff tenía mucho peso.

Para que su plan funcionara, Jake necesitaba que el sheriff estuviera allí cuando Shandi llegara. Necesitaba asegurarse de que Shandi viera la escena antes de que Steve la limpiara, que ella pudiera confrontar a Cam directamente, en el registro, sobre por qué este cordero se había convertido en la estrella de su propia película de terror.

- ¡Cam! –Jake gritó tras el sheriff.

Cam se volvió con el ceño irritado en la cara.

- Se dice sheriff Donner, hijo.

Jake luchó para no poner los ojos en blanco.

- Lo siento, señor. Sheriff Donner, señor. No volverá a suceder, señor.

Jake saludó por saludar, sin importarle mucho la precisión del gesto. Cam nunca había estado en el ejército. Ocupaba un cargo electo en una ciudad de poco más de dos mil personas, que ejercía con imprudente abandono, pero la divinidad apenas escapaba de su alcance. Jake y Cam habían compartido una amistad una vez. Para Jake, siempre serían iguales, independientemente de la arrogancia tonta de Cam.

Cam miró a Jake por unos segundos, claramente considerando desenfundar su arma.

- ¿Qué deseas?

- ¿Qué similitudes hay entre esto y la cabra en Serendipity? - soltó Jake.

Las fosas nasales de Cam se dilataron cuando caminó hacia Jake.

- No se le parece en nada. Solo una cabra muerta. Por el amor de Dios, esta es una comunidad ganadera. Los animales mueren todo el maldito tiempo. ¿Por qué tenéis que hacer una montaña de un grano de arena?

Técnicamente cierto. Los animales morían todo el tiempo. De agotamiento por calor. De depredación. De vejez. De diversas dolencias veterinarias. Pero no por la bifurcación. Tal causa de muerte desafiaba por completo el orden natural de las cosas en Rose Valley, o en cualquier otro lugar, para el caso.

Jake hizo todo lo posible por encontrarse con la mirada del sheriff. Jake amaba Rose Valley. Había pasado su juventud retozando por la ciudad, construyendo recuerdos preciados. Pero incluso el paraíso sufría el empañamiento de la política, y Jake no tenía interés en jugarlos.

El sonido de la gravilla crujiendo bajo los neumáticos interrumpió la conversación. Jake miró y sonrió. ¡Éxito! Sí, podría buscar una pelea con el sheriff, pero Shandi Mason prácticamente le debía su carrera.

Su Toyota Camry verde se detuvo detrás del Suburban del sheriff, bloqueando su ruta de salida. La puerta del auto se abrió de golpe y Shandi salió disparada como una bala de cañón, una cámara Nikon en su cadera y su teléfono móvil frente a ella, sirviendo como grabadora de voz. El propósito desenfrenado se reflejaba a cada paso, mostrando su plena intención de derribar, o al menos avergonzar, al sheriff.

La mujer caminó hacia Cam.

- Sheriff Donner. Ha habido informes de mutilaciones de ganado en Rose Valley. ¿Tienes algo que comentar?

Shandi era baja, ciertamente comparada con Cam, pero de alguna manera, hizo que el sheriff pareciera pequeño y débil.

Cam se erizó.

- Maldición, Shandi. ¿Cómo diablos te has enterado de esto?

- Informante anónimo –respondió ella.

Cam miró directamente a Jake.

- Anónimo, una mierda.

Los brillantes y penetrantes ojos verdes de Shandi desafiaron al sheriff a presionar sobre el tema. Ella había recogido su ardiente cabello rojo hacia atrás en una cola de caballo, revelando por completo sus rasgos llamativos y determinados. Jake sabía que odiaba el ejercicio, pero aparentemente una buena genética, un trabajo activo y la carga de ser madre soltera la mantenían en forma y atractiva.

Aunque en realidad calificaba para cosas más grandes y mejores, se había quedado en Rose Valley, y ahora trabajaba para El Periódico de Rose Valley, escribiendo memorias sobre el duro trabajo de la vida en un pueblo pequeño. Una historia rara como esta excitaba a su periodista de investigación interna.

- Vamos, Shandi –declaró el sheriff-. Tienes cosas más importantes que hacer. Es solo un cordero muerto.

En la escuela secundaria, Shandi había coincidido en el mismo círculo que estos tres hombres, a pesar de que sus padres trataron de mantenerla alejada de los niños mayores. Ella había estado particularmente cerca de Jake, pero su amistad se había evaporado cuando Jake dejó la ciudad durante casi dos décadas. Desde su regreso, habían comenzado a reconectar, y Jake esperaba que este liderazgo fortaleciera aún más su vínculo.

- Un cordero y una cabra, sheriff. Ambos rasgados por la mitad. Ninguno de los dos ha sido devorado. ¿No te parece extraño?

El sheriff suspiró, sus anchos hombros cayendo. Regresó a su Suburban en un jadeo juvenil sin más palabras, y en un acto de desafío menor, condujo por el campo para escapar del bloqueo de Shandi y lo que se había convertido en territorio hostil.

Shandi sonrió mientras se volvía hacia Steve y Jake, demasiado satisfecha consigo misma.

- ¡Buenos días, muchachos!

Sacó la Nikon de su cadera y, sin permiso, comenzó a sacar fotos de las piezas sangrientas del cordero. Steve no se opuso, pero le lanzó una mirada exasperada a Jake, llena de recuerdos tácitos de la interminable travesura que Jake y Shandi le habían acumulado a lo largo de los años.

- Entonces, ¿qué pensáis, chicos? ¿Qué ha hecho esto? Quiero decir, partirlo en dos. Eso es una locura. Nada podría hacer eso, ¿verdad? – Hablaba con un toque febril, a diferencia de la mayoría en Rose Valley.

Steve se encogió de hombros.

- Quién sabe. Sin embargo, voy a tener que contratar ayuda adicional para estar atento. No puedo permitirme perder mis ovejas por lo que sea que haya hecho esto.

- Gracias por el mensaje –dijo Shandi, guiñando un ojo a Jake-. El sheriff hizo que Bill en Serendipity lo limpiara todo antes de que pudiera llegar allí. Dicen que una imagen vale más que mil palabras.

- Es una imagen bastante horrible –dijo Jake.

- ¿Crees que los guepardos podrían hacer esto? –preguntó ella-. Metieron más en la Reserva Relics Wildlife. Tal vez se han escapado.

- Ni idea. Parece que se necesitarían dos guepardos para partirlo por la mitad de esta manera. De todas formas, ¿por qué no se lo comen?

Shandi dejó caer la Nikon sobre su cadera.

- Sí. Es cierto. ¿Por qué matar algo si no vas a comértelo?

Cuando Shandi terminó con sus fotos, Steve entró, recogió la mitad trasera del cordero y la arrojó al remolque del vehículo de cuatro ruedas. Jake se dio cuenta de que solo quería seguir con su día. Steve tenía mucho trabajo por hacer y especular sobre los animales salvajes no alimentaba a las gallinas ni movía las ovejas.

- El sheriff dice que fue un coyote – Jake puso los ojos en blanco, dejando en claro que no estaba de acuerdo con la teoría.

Shandi se rio.

- Claro. Creo que es más creíble que los extraterrestres hayan hecho esto.

Steve recogió la mitad delantera del cordero.

- Probablemente solo es una broma. La escuela comenzará pronto otra vez. Los niños se vuelven locos hacia el final del verano.

Shandi respondió:

- Broma bastante macabra.

Miró la escena una vez más. Satisfecha de haber obtenido lo que necesitaba, se acercó a Jake y lo abrazó en un rápido y ligero apretón.

- Gracias de nuevo por el soplo, Jake. Debería salir más. Sois buenas personas –le dirigió una sonrisa melancólica antes de volverse hacia Steve-. Que tengas un buen día, Steve.

Steve asintió y tocó el borde de su gorra.

- Tú también, Shandi.

Se acercó a su Camry y se subió. En unos instantes, Shandi se separó de Watermelon Ranch, devolviendo las cosas al tranquilo balido de las ovejas y la relajada imperturbabilidad de las manos del rancho. El rancho parecía estar vacío sin la energía de Shandi.

Esa mujer iba a escribir una gran historia. Tal vez sobre el Departamento del Sheriff tratando de esconder mutilaciones espeluznantes de ganado de las masas. O tal vez un artículo sobre cómo el sheriff no pudo proporcionar protección a los ciudadanos de Rose Valley de una criatura peligrosa.

Cualquiera que fuera su ángulo, Jake sabía que Shandi aprovecharía cualquier oportunidad que pudiera para crucificar a su exmarido.

¿Qué tipo de criatura podría, o querría, causar tantos estragos? Jake imaginó a un depredador acechando en las sombras de Rose Valley, desconocido para la ciencia y listo para sorprender al mundo con su existencia. Se imaginó un Bigfoot, o un chupacabras, o algo más nuevo y más peligroso. Después de un año de rehabilitación de un accidente automovilístico que casi lo mata, el misterio de una criatura desconocida avivó un incendio dentro de él que había estado inactivo durante demasiado tiempo.

Tenía un misterio que resolver, incluso si eso significaba aceptar su lugar en el mundo una vez más.

Capítulo 2

Shandi dejó el papel sobre el escritorio de su editor, Dan Carter. Su comportamiento lento y medido ponía en tela de juicio su aptitud para ejecutar el periódico en estos momentos, pero había guiado Rose Valley Reporter a través de décadas de noticias.

- ¿Qué demonios, Dan? –gritó Shandi, su tez sonrojada haciendo juego con su cabello.

Shandi extendió la mano y pasó el papel a la página siete, rasgando varias páginas a lo largo del pliegue a medida que avanzaba. Allí, un magro titular afirmaba rotundamente: Coyotes atacan los ranchos locales. El nombre de Shandi adornaba la línea, pero sería difícil encontrar restos de su artículo original.

Dan mantuvo la calma. Dan siempre estaba tranquilo, De manera enloquecedora.

- Lo sé, lo sé –dijo Dan, levantando las manos como para defenderse físicamente-. Mira. El sheriff llamó y tenía algunas preocupaciones sobre lo que podría imprimir. Es la misma historia, Shandi. Simplemente está menos editorializado.

Tenía razón. No podía pensar con claridad cuando se trataba de Cam, y su escrito traicionaba su intento de profesionalismo. Su artículo original se centraba tanto en el asesinato del personaje como el incidente. Sin embargo, no lo iba a admitir en voz alta, especialmente ante Dan.

- El titular es engañoso –dijo-. No hay pruebas de que los coyotes hayan hecho esto.

Dan miró por encima de los lentes bifocales que se aferraban a la punta de su nariz.

- El artículo es claro sobre el hecho de que el Departamento del Sheriff dice que los coyotes lo hicieron.

-Eso es pura mierda, Dan. Has visto las fotos. Sabes que un coyote no hizo eso. También sabes que la mayoría de nuestros lectores ni siquiera leen los artículos a menos que el titular sea comedido. Ese titular garantiza que nadie lo leerá. ¿Qué pasa con la integridad periodística?

Dan suspiró.

- Si quieres integridad periodística, ve a la gran ciudad. En Rose Valley, tenemos que jugar con reglas distintas. Una de ellas es no molestar a la persona más poderosa de la ciudad.

No podía imaginarse dejando su trabajo en Rose Valley Reporter. Rose Valley era su hogar, junto con todos sus inconvenientes e idiosincrasias. Dan lo sabía. La había alentado a irse más de una vez si no podía adaptarse a los ideales de un periódico de un pueblo pequeño. Había intentado orientarla para que dominara la política de Rose Valley, pero parecía haber sido la única lección que evadía hábilmente. Irónicamente, su negativa a aprender esa lección la convirtió en una de las mejores periodistas en la historia de Reporter.

- ¿Al menos admitirás que no fue un coyote quien mató a ese cordero? –suplicó Shandi-. Déjame seguir investigando. Encontrar más evidencia. Déjame encontrar algo para refutar los reclamos del sheriff.

- Por supuesto. Solo recuerda que son las noticias lo que buscamos, no al sheriff –dijo Dan, volviendo la mirada hacia su ordenador.

Shandi regresó a su oficina. Al acercarse a su escritorio, notó un pedazo de papel en su silla; un informe de gastos que necesitaba firmar. Se dejó caer, cogió el bolígrafo más cercano y rápidamente garabateó su firma sobre su nombre escrito, Shandi M. Donner.

Solo mirar su nombre legal la llenaba de ira. Aunque