CRIMEN Y CASTIGO
Punto ciego. Lo primero es la niebla. Un escenario apocalíptico, inhóspito, entre la confusión y la nada, donde es fácil perder el sentido de la orientación. Javier Cámara camina fatigosamente –no sabemos a dónde, no sabemos por qué– y el sonido de su respiración ahogada se mezcla con el viento, las aspas de los molinos eólicos y los relinchos de unos caballos salvajes. Poco a poco, otro sonido emerge de entre la niebla: los gritos débiles de una mujer tirada en el suelo y ensangrentada que pide auxilio y repite unas palabras sin sentido aparente. Es la alcaldesa de Cedeira, Amparo Seoane, y no va a sobrevivir.
Así se despliegan los primeros minutos de la ficción de seis capítulos con la queregresa a Galicia –de donde proceden y donde se hicieron como profesionales– con intención de superar, o al menos repetir, el éxito de la serie más vista de Movistar Plus+ en 2021. no es pero desde los títulos de crédito resulta evidente su vocación de continuidad con su predecesora. La serie está creada por Pepe Coira y Fran Araújo y dirigida por Jorge Coira y Elena Trapé. Repiten en la producción Movistar Plus+ y Portocabo (responsables de la magnífica ). Los compositores de la banda sonora son los mismos que en Xavi Font y Elba Fernández. Y el director de fotografía, José Luis Bernal, también. El escenario de fondo es una comunidad pequeña con una idiosincrasia muy marcada. La naturaleza y el paisaje vuelven a ser cruciales, una manera de subrayar e intensificar lo que permanece latente en las gentes. Los protagonistas son un hombre y una mujer supuestamente antagonistas, pero finalmente aliados. Y hasta aquí los paralelismos, porque aunque la sombra de Candela Peña y Darío Grandinetti sea alargada, las personalidades de Maite, la sargento de la guardia civil encarnada por Mónica López, y de Tomás, el rol de Javier Cámara, profesor de literatura cabreado, y único testigo del asesinato de la alcaldesa, son completamente distintas: explica el actor.
