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Descubre la alegría que llevas dentro: 52 meditaciones para una vida más relajada y feliz
Descubre la alegría que llevas dentro: 52 meditaciones para una vida más relajada y feliz
Descubre la alegría que llevas dentro: 52 meditaciones para una vida más relajada y feliz
Libro electrónico317 páginas4 horas

Descubre la alegría que llevas dentro: 52 meditaciones para una vida más relajada y feliz

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Información de este libro electrónico

¡Éste es un buen año para el autodescubrimiento, para emprender un viaje hacia una vida llena de energía, paz y alegría!
Con inspiración, entusiasmo y la sabiduría adquirida en años de búsqueda espiritual, Agapi Stassinopoulos nos guía por medio de cincuenta y dos meditaciones —una para cada semana del año— para dejar ir lo que no funciona y perseguir lo que nos hace bien.
Al concentrarte en los aspectos básicos de autocuidado (meditación, alimentación, creatividad) y enfrentarte a los obstáculos del día a día, podrás conocerte a ti mismo, descubrir tu potencial, encontrar tu propio camino y establecer vínculos sanos con los demás. La meta será aprender a confiar en tus habilidades, a mantener el corazón abierto y a descubrir, en cada momento, la alegría que llevas dentro.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento15 ene 2018
ISBN9786075273051
Descubre la alegría que llevas dentro: 52 meditaciones para una vida más relajada y feliz
Autor

Agapi Stassinopoulos

Greek-born author and speaker Agapi Stassinopoulos was educated at the Royal Academy of Dramatic Arts in London, and holds a degree in Applied Psychology from the University of Santa Monica. She adapted her first book, Conversations with the Goddesses, into a one-woman show that she performs around the country. She is a frequent speaker at women's groups and business conferences, and conducts workshops on empowerment through the Greek archetypes. Her website is www.sevengoddesses.com.

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    Vista previa del libro

    Descubre la alegría que llevas dentro - Agapi Stassinopoulos

    Con inmensa gratitud para mi querido maestro John Roger, quien

    me enseñó que vivir con un espíritu amoroso es el principio de

    vivir en gracia.

    Encuentra en dónde reside la alegría y concédele una voz que no sea sólo para cantar. Pues eludir la alegría es eludirlo todo.

    ROBERT LOUIS STEVENSON

    Mi cumplido favorito es eres muy auténtica. Me emociona porque para llegar a mi verdadero ser he tenido que esforzarme mucho y hurgar entre muchas capas. Convertirte en ti mismo requiere toda una vida, ser feliz siendo tú mismo exige mucha confianza e ignorar lo que has aprendido. Resolver el misterio de quién eres y cómo lograr que la vida funcione es un viaje sagrado. Como sólo tenemos esta vida preciada vale la pena hacer lo que sea para conocerte a ti mismo. En este libro comparto lo que he aprendido en mi viaje para ayudarte en el tuyo, sin importar en dónde te encuentres ahora. Es un mapa con la ruta para llegar a ti mismo.

    Es irónico que estudiar actuación —el arte de ser alguien más— me guio para llegar a mí misma. Cuando era estudiante de la Real Academia de Arte Dramático creía que me esperaba una gloriosa carrera como actriz, pero no conseguí los papeles que quería. Esto me provocó desconfianza, miedo e inseguridad. Tras una serie de decepciones, me di cuenta de que en esta vida, se me ha asignado interpretar el papel de Agapi. Se supone que debo interpretar este papel de forma completa e incondicional.

    En esta magnífica obra universal a cada uno de nosotros se le ha asignado un papel único. No sólo eso, se supone que cada quien debe escribir el guion, dirigir las escenas y producir la obra. Lo vamos resolviendo sobre la marcha. Y descubrí algo mágico: tienes coguionistas, codirectores y coproductores invisibles que te ayudarán, si se los permites.

    El truco es éste: tienes que invitarlos para que te ayuden a escribir tu guion. Tienes que escucharlos y confiar en que harán su parte. Cuando aprendí a aceptar ayuda, dejé de sentir soledad y separación, y comencé a reconocer mi unidad con el espíritu y mediante ello, entender cómo estoy conectada con los demás y con la esencia de mi ser. Cuando me di permiso de ser la persona única que soy, comencé a vivir con una sensación de amor, abundancia y seguridad. La vida se volvió más divertida y próspera.

    En mi libro Unbinding the Heart insistí en que los sucesos de mi vida determinaron quién soy y cómo aprendí a aceptarme. Sin embargo, no fue hasta que transmití el mensaje a personas en todo el mundo que caí en cuenta de que todos y cada uno está buscando lo mismo: conectar con ellos mismos y los demás. Todos enfrentamos los mismos retos en este viaje, la diferencia es el aspecto que éstos tienen. Todos están buscando el camino que los lleve a ellos mismos.

    Así como en los cuentos de hadas figuran animales serviciales que ayudan a las personas a llegar a casa, este libro será lo mismo para ti. Señala a qué cosas prestar atención. Alumbra las puertas que quizá no has visto y te muestra en dónde has guardado las llaves. Te acompaña para que recuperes la alegría que llevas dentro.

    Este libro contiene cincuenta y dos faroles que te guiarán para que vuelvas a ti mismo, uno por cada semana del año, aunque puedes trabajar a tu propio ritmo y elegir los temas más apropiados para ti. Los capítulos comienzan con los cimientos del cuidado de uno mismo (meditación, salud, tiempo para ti) y con los obstáculos frecuentes que se interponen en este cuidado (descargar tu energía en los demás, por ejemplo, o vivir en negación), después abarcan las zonas de conflictos comunes, como las relaciones personales, el dinero, la autoestima, la ansiedad, los celos y te ayudan a superar la problemas de la infancia. A medida que vayas desprendiéndote de tus dolores y pesares, podrás proceder a los capítulos sobre la reconciliación y apoyarte a ti mismo. Aprenderás a confiar en tu creatividad, a quitarte de encima lo que no te sirve, a convertir tu ego en tu aliado y a mantener tu corazón abierto. Los últimos capítulos examinan cómo ampliar tu perspectiva y conectar con el espíritu superior que vive en ti.

    Cada capítulo brinda la sabiduría de una vida dedicada a la búsqueda espiritual, historias inspiradoras y planes de acción o meditaciones guiadas para apoyarte a la hora de desprenderte de lo que no funciona y descubrir lo que sí. Guarda este libro en tu buró. Es tu compañero amoroso. Sé creativo y diviértete con él. Utilízalo como herramienta para liberar tu alegría y bondad. Imagina cada capítulo como una escala musical que debes practicar para convertirte en tu yo auténtico. Con el tiempo, escribirás tu propia sinfonía y cantarás tu propia canción, la canción que espera a que tú la cantes. Te recomiendo mucho que lleves un diario para registrar tus cambios y pensamientos diarios. Escribir puede ser de mucha ayuda y enseñarte muchas cosas elementales.

    Escribí este libro junto con una oración y con la intención genuina de compartir todas las verdades que he aprendido en mi camino y la gran verdad de que todos los días, momento tras momento, todo lo que debes hacer es ser tú mismo. Y eso basta. Nada más y nada menos que eso. A medida que nos conocemos en todas nuestras facetas, nuestro espíritu nos seguirá el ritmo y nos ayudará en el camino. El milagro de tu vida se desplegará cuando te poses firmemente sobre los cimientos de tu ser. No pospongas amarte. ¡Acompáñame en esta aventura para descubrir la alegría que llevas dentro!

    Conoce el mundo dentro de ti. Nunca te busques a ti mismo en el mundo exterior.

    Antiguo proverbio egipcio

    Apuesto a que desde que despiertas hasta que te duermes, el mundo exterior te consume por completo. El trabajo, las relaciones personales, las finanzas, preparar la cena, la tarea de los niños. El estruendo que provocan la boleta de tus hijos, tu amiga que pidió el divorcio, la renta, esos cinco kilos que debes bajar, satura tu mente... nunca termina.

    La realidad puede ser un capataz absoluto. Nunca te dará un descanso, a menos que tú te tomes uno y adoptes el hábito de liberarte del ciclo de hacer. La mayoría estamos tan inmersos en seguir el ritmo que descuidamos nuestros mundos interiores. Pero hay una razón por la que somos seres humanos, no haceres humanos. Tu mundo interior no tiene nada que ver con tus pensamientos, emociones, con los recibos que no has pagado ni con tu preocupación sobre si tu pareja te ama o no. Para superar estas inquietudes mundanas que pueden consumirte me gusta imaginarme a bordo de un avión. Al ascender, la ciudad debajo parece etérea, con áreas verdes pequeñas y casitas de juguete. Te domina la sensación de desapego, elevación y perspectiva. El ruido del mundo se silencia.

    Por eso me encanta volar: puedo pensar con claridad, encontrar la solución a situaciones desafiantes y sentirme agradecida por el misterio de estar viva. Siempre me prometo que cuando aterrice sana y salva, no volveré a preocuparme. Pero aterrizo y recojo mis preocupaciones en la banda de equipaje. Por eso medito. Para recuperar esa sensación de perspectiva superior.

    La meditación implica indagar en lo más profundo de tu ser. D. H. Lawrence escribió: Perdámonos de vista y rompamos los espejos, pues la curva implacable de nuestra vida se dirige de nuevo hacia las profundidades ocultas del corazón viviente. Todos anhelamos adentrarnos en nuestro corazón, en nuestro ser. Conocernos más allá de nuestra identidad. Cualquier tipo de meditación con el cual te desconectes del mundo exterior puede ser una de las cosas más efectivas y útiles para deshacerte del estrés cotidiano y llegar a tu propio ser. Y, poco a poco, aprenderás a eliminar la tensión que se ha acumulado en tu cuerpo para comenzar a relajarte y soltar.

    Con frecuencia las personas me comparten que han intentado meditar, pero que han desistido porque no pudieron eludir los pensamientos y las preocupaciones persistentes. Me cuentan que con la meditación se sienten más ansiosas de lo que ya estaban. Entiendo. De hecho, ¡también me ha pasado! Encontrar el punto óptimo de paz y equilibrio para estar francamente presente requiere práctica. No te desanimes, sigue intentando. Me encanta esta cita de Steve Jobs, quien practicó meditación toda su vida: Si simplemente te sientas y observas te darás cuenta de cuán inquieta está tu mente. Si intentas calmarla, será peor, pero con el tiempo se aplaca, y cuando lo hace, habrá espacio para escuchar cosas sutiles, entonces tu intuición empezará a florecer y comenzarás a ver las cosas con mayor claridad y a vivir más en el presente. Tu mente se desacelera y presencias una amplitud tremenda en ese momento. Ves muchísimo más que antes.

    La práctica de la meditación es muy antigua. Durante siglos, ha sido parte de la vida cotidiana de las civilizaciones orientales. En Occidente, el estrés y el agotamiento nos han motivado a prestar atención al Oriente y aprender de dicha tradición. Al igual que el yoga, la meditación se ha popularizado, convirtiéndose en un complemento maravilloso para nuestra cultura. El ingrediente esencial para estas prácticas es la devoción sincera. Si meditas sin devoción, los resultados no serán tan significativos como podrían serlo. No puede ser un pendiente más en tu lista.

    Hay una hermosa plegaria de una monja benedictina que dice: Querido Dios, muéstrame la verdad de mí mismo sin importar lo hermosa que ésta sea. Si la meditación te está costando, te sugiero comenzar tu práctica diaria con una plegaria sincera, ésta puede ser un poema que te conmueva o la hermosa imagen de un atardecer, un jardín, la cima de una montaña, el mar: lo que te conmueva, relaje y conecte con las maravillas de la vida. Visualiza en tu corazón a alguien a quien ames y centra todo tu ser y tus sentidos en esa imagen.

    En ese momento de verdadera conexión, descubrirás que no hay distracciones. Estás presente en tu corazón. Hazlo de tal manera que sea particular para ti, sólo asegúrate de hacerlo con sinceridad. Que no te preocupe poner la mente en blanco porque eso no sucederá. Lo que estás haciendo es reenfocar tu mente en algo que te anime.

    Con mucha frecuencia, las personas me comparten que cuando permanecen sentadas sin hacer nada y se concentran en su respiración o en una palabra, empiezan a ver sus defectos y deficiencias. Descubren que su interior es oscuro. Reconocen que esta nada es realmente nada: esto es, la ausencia de pensamientos, personalidad y el mundo material. Convive con eso. Descubrirás que detrás de la vacuidad hay algo más grande: la riqueza de tu espíritu.

    Éstas son mis recomendaciones para meditar. Si algo comienza a inquietarte, no te resistas, no lo juzgues, sólo obsérvalo, relájate y respira. Es muy probable que esa perturbación disminuya o se evapore si no la alimentas.

    Meditar es similar a fortalecer los músculos en el gimnasio. Al igual que el ejercicio, supone práctica, persistencia y compromiso. Nunca sabes cuándo dará resultado. En determinado momento te encontrarás sentado, cantando y observando tu respiración y guau, algo se abre y eres consciente de que has entrado a un lugar hermoso, silencioso y tranquilo en tu interior.

    Considero que el meollo de la meditación es conectar con una parte amorosa, tolerante y centrada de mi ser, a la cual denomino mi serenidad. No tienes que estar sentado bajo un manglar para experimentarlo. Puede suceder en donde sea. No te limites, puedes meditar en el coche, en el baño, en la oficina, en un restaurante, en el tren de camino al trabajo y, definitivamente, en un avión. Si tienes un lugar sagrado en tu casa en donde puedas acumular esta energía, maravilloso, pero a veces la gente deja de meditar porque cree que debe hacerlo en un momento y lugar específicos. ¡No! Puedes tomarte unos minutos en donde quiera que estés. Para mi madre, lavar los trastes o cocinar para sus amigos y familia eran su plegaria, su meditación, su ritual de reverencia. Mi comunión humana es cuando todos comemos juntos, aseguraba. Meditaba a su manera: alimentando a las gaviotas en la playa o bailando bajo la lluvia.

    Si no involucramos a nuestro espíritu sincero en todo lo que hacemos —incluida la meditación— nos negamos una vida significativa. Imagina vivir cada momento conectado con tu ser interior, con tu alma invisible. ¿Si estuvieras seguro de que meditar puede conectarte con tu propia alma, no querrías empezar a hacerlo y no detenerte nunca? La meditación, el yoga o cualquier práctica espiritual pueden volverse un alegre viaje a tu alma.

    Es asombrosa la creatividad y el conocimiento que podemos desarrollar a medida que nos volvemos receptivos y escuchamos a nuestro espíritu, lo cual siempre nos guía para vivir nuestra vida interior y exterior. Es frecuente que después de meditar se me ocurran soluciones, que me inspire. Escribo poesía, me encuentro con alguien con quien he querido conectar, hay tiempo de sobra para hacer todo lo que quiero, las cosas milagrosamente salen bien.

    La meditación es una herramienta con un poder increíble. La práctica regular puede resultar en una vida más satisfactoria. Comenzarás a proyectar cómo debería ser tu vida y estarás listo para encontrar tu objetivo superior. Al meditar con devoción es posible conectar contigo mismo, a tal grado que nunca tendrás que volver a leer otro libro sobre cómo ser feliz. Tu vida será tu propio testimonio de la felicidad. Es posible vivir con alegría y sentirte conectado con tu fuente. La vida es un candado cerrado y tú tienes la combinación para abrirlo. Con práctica y devoción, abrirás la puerta que te revelará a tu yo más magnífico y resistente.

    MEDITACIÓN GUIADA

    Cierra los ojos y asume una postura cómoda. Inhala profundo y, al exhalar, libera todo tipo de tensión, ansiedad y preocupación. Al inhalar, comienza a respirar con una sensación de paz, belleza, relajación y dulzura. Concéntrate en tu corazón y con cada respiración, permite que tu corazón se expanda, que te llene con energía plena. Imagina que todo tu cuerpo está rodeado por esta energía. Imagina que eres mucho más grande que tu cuerpo. Empieza a imaginar una luz hermosa envolvente hasta que esa luz te rodee por completo. Céntrate detrás de tus ojos, como si estuvieras sentado en un espacio cómodo detrás de ellos. Al ir más allá de tu personalidad, tus emociones y pensamientos, reflexiona un momento en estas preguntas: ¿Quién soy? ¿Soy mi cuerpo? ¿Soy mis pensamientos? ¿Soy mis sentimientos o circunstancias? ¿Soy mi nombre, mis amigos, mi ambición, mi cuenta bancaria? ¿Soy mis sentimientos de ser menos o más? ¿O soy parte de algo mucho más grande, conectado al origen? Y después comienza a ver algo más grande, más hermoso de lo que hayas imaginado.

    Levanta el velo para que puedas empezar a ver más allá de la imagen que tienes de ti mismo en este mundo y para que aprecies la esencia de tu resplandor. Permítete permanecer en silencio, en calma, con pleno conocimiento de que puedes confiar en tu fuerza vital, en que tu alma y tu espíritu te mostrarán quién eres. Simplemente observa lo que te revelan. Escucha la orientación que te brinden para inspirarte y alcanzar la gracia. Inhala, permite que tu respiración llegue a las profundidades de tu corazón. No tienes que hacer nada ni ir a ninguna parte, sólo estar en calma. Permanece así unos minutos más. El tiempo que quieras. Desarrolla esta serenidad hasta que se convierta en tus cimientos. Regresa a ese lugar en el transcurso del día, cuantas veces puedas. Ahora, cuando estés listo, llena tus pulmones y todo tu cuerpo con oxígeno, exhala despacio, abre los ojos, sacude los hombros, los dedos de las manos y de los pies, y cuando te pongas de pie, abre los brazos y exhala con un suspiro grande, ahh. Una vez más, ahh. Date un fuerte abrazo.

    Todos dicen que quieren cambiar las cosas, arreglarlas, ayudar, pero definitivamente sólo puedes cambiarte a ti mismo. Y eso es mucho.

    Porque si puedes cambiar, se produce una reacción en cadena.

    ROB REINER

    Es común que padezca porque quiero que las personas sean felices y que me sienta responsable si no lo son. Sobre todo cuando se trata de las personas a quienes quiero y les tengo afecto. Cuando percibo que están preocupadas, apesadumbradas o en apuros, mi corazón intenta ayudarlas a encontrar la felicidad. Es un sentimiento retorcido, querer ayudar a alguien cuyos patrones, emociones y sentimientos suceden independientemente de ti. Este deseo de ayudar proviene de mi infancia, cuando intentaba aliviar el corazón oprimido de mi padre y alegrarlo.

    No sólo era mi papá. Transferí este deseo a mis relaciones con los hombres y a mis amistades. Atraía a personas que acudían a mí con sus problemas y me desvivía por ayudarlas. Durante años mi identidad se definía a partir de complacer a los demás. No tenía límites. Si entraba a algún lugar y presentía que alguien era infeliz, me asignaba el papel de sacarlo de su infelicidad y alegrarlo, lo cual puede ser agotador y nada divertido.

    Mis facultades personales, mi confianza y autoestima eran directamente proporcionales a cuánto ayudaba a los demás. Quizá tú seas así. Conducirte así en la vida puede quitarte mucha energía y hacerte sentir exhausto, como si tuvieras una llave con una fuga, por medio de la cual se escapa tu energía. Ser consciente de que la llave está goteando es el principio. Después reconoce que debes distanciarte y permitir que las personas tengan sus propias experiencias y procesos. Tu responsabilidad es reenfocar tu propia energía en ti.

    Si te gusta ayudar a los demás, podrías considerar ser terapeuta. Si no te interesa, plantéate preguntas fundamentales sobre qué te motiva a sentirte merecedor de tu propia felicidad. ¿Crees que sólo tienes permitido ser feliz si los demás son felices? Esa especie de altruismo tiene sus raíces en sentirse indigno. Crees no tener derecho a experimentar alegría y felicidad a menos que quienes me rodean sean felices. He reflexionado mucho sobre el origen de esta creencia, bien podría ser una forma de eludir explorar tu propia vida, tu propio dolor, tus propios deseos y sueños.

    De joven quería lograr muchas cosas, pero no sabía cómo. Me sentía muy insegura y cuando mi carrera como actriz no prosperó mi confianza se debilitó. Cuidar a la gente se convirtió en una especie de consuelo, me otorgó determinación y satisfacción. Es muy importante ser implacable contigo mismo y preguntarte: ¿Este patrón me está ayudando o saboteando?.

    A cada uno de nosotros le ha tocado un juego de cartas. A ninguno nos tocó una baraja completa. Pero todos tenemos un as: albergamos algo más grande que nosotros. Así ocurre con todos. Mi virtud es que cuando veo a alguien que está pasando por un mal momento, recuerdo que ellos también albergan algo más grande. Me pido abstenerme de cualquier responsabilidad y no asumir lo que les ocurre. No soy su salvador. Es posible guardar la distancia y sentir compasión, y ten la seguridad de que hay una solución para ellos y que lo superarán. Que crecerán, evolucionarán y aprenderán lo que necesitan aprender. Puedes apoyar a los demás sin intentar cambiarlos. Puedes compartir tu sabiduría, señalarles el camino, ofrecer tu perspectiva, dar consejos o ser un puerto seguro. Ofrece soluciones prácticas y ayúdales a ver sus opciones. Son formas estupendas mediante las cuales le he permitido a los demás apoyarme y con las que he apoyado a otras personas. Es el regalo que todos tenemos para consolar, animar e inspirar a los demás.

    De modo que si te gusta cambiar a la gente, te desafío a que te preguntes por qué lo haces: ¿Cuál es el beneficio y la recompensa? ¿Se repite en tu mente una frase que te dice que no tienes derecho a ser feliz a menos que los demás también lo sean? Puedes borrar esas viejas creencias y darte cuenta de que permitir que las personas tengan sus propias experiencias y procesos requiere una benevolencia enorme.

    Recuerda la potente plegaria de la serenidad: Dios, otórgame la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar; el valor para cambiar las cosas que sí puedo cambiar; y la sabiduría para distinguirlas. Toma conciencia de hacia dónde diriges tu energía, tus pensamientos y emociones. Tu primera responsabilidad es contigo mismo. Es el mayor regalo que podemos darnos a nosotros mismos.

    MEDITACIÓN GUIADA

    Siéntate en una postura relajada; cierra los ojos y respira profundo, exhala. Al exhalar, expulsa cualquier tensión, preocupaciones, cargas e inquietudes. Atiende el presente, el aquí y el ahora. Al respirar nuevamente, recibe tu respiración y observa cómo inspiras y espiras hasta que te encuentres más relajado, tranquilo y centrado. Visualiza una ola hermosa y apacible que entra a tu corazón, tu mente y tus emociones. Al exhalar, expulsa cualquier perturbación, cualquier sentimiento que te distraiga de lo que estás haciendo y siendo ahora. Este es un momento para ti. Concéntrate en tu estómago, el centro en donde residen las emociones, tu centro de poder, tu fuerza de voluntad —plexo solar— y comienza a respirar profundo hacia ese centro. Coloca la mano derecha en el corazón y la izquierda en el estómago. Imagina que un puente los conecta. Llena este puente con solidez, fuerza y estabilidad. Visualízate cruzando este puente y conectando con tus dos centros, tu corazón y tu centro de poder.

    Imagina cuerdas y energías que se conectan a las personas que forman parte de tu vida. Familia, amigos, conocidos, personas a quienes quieres y estimas, y a quienes les transfieres parte de tu energía.

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