Al calor de tus besos
Por Sophie Weston
3/5
()
Información de este libro electrónico
Él aseguraba que solo lo hacía porque era todo un caballero, y que el matrimonio sería temporal, pero, ¿no estaría engañándose a sí mismo?
La ceremonia secreta a las doce culminó en una apasionada noche de bodas, tras la que todo se volvió un poco más complicado...
Sophie Weston
Sophie Weston was born in London, where she always returns after the travels that she loves. She wrote her first book - with her own illustrations - at the age of four but was in her 20s before she produced her first romance. Choosing a career was a major problem. It was not so much that she didn't know what she wanted to do, as that she wanted to do everything. So she filed and photocopied and experimented. And all the time she drew on her experiences to create her Mills & Boon books. She edited press releases for a Latin American embassy in London (The Latin Afffair); lectured in the Arabian Gulf (The Sheikh's Bride); waitressed in Paris (Midnight Wedding); and made herself hated by getting under people's feet asking stupid questions - under the grand title of consultant - all over the world (The Millionaire's Daughter). She has one house, three cats, and about a million books. She writes compulsively, Scottish dances poorly, grows more plants than she has room for, and makes a mean meringue.
Relacionado con Al calor de tus besos
Títulos en esta serie (100)
Presa a ti Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesO amor perdido Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesTraiciones del pasado Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesAprender a confiar Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Dos corazones atrapados: A la caza de matrimonio Calificación: 5 de 5 estrellas5/5O regresso da princesa Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEncontro amoroso Calificación: 1 de 5 estrellas1/5Rumores de casamento Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl regreso de la princesa: Novias vikingas (1) Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Vidas robadas Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Enamorada de don perfecto Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEn manos del enemigo Calificación: 5 de 5 estrellas5/5O caminho de regresso Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesUm beijo da tua boca Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl final del viaje Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Um homem sem piedade Calificación: 3 de 5 estrellas3/5O engano das gémeas Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Partilhar um amor Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLlámalo deseo Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Un amor de cuento: A la caza de matrimonio Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Perto do paraíso Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa conquista del amor Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl apuesto inquilino Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesAmor inocente: Escándalos en la ciudad (1) Calificación: 3 de 5 estrellas3/5Hielo en el corazón Calificación: 5 de 5 estrellas5/5¿Quién eres tú? Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLo mejor de ti Calificación: 3 de 5 estrellas3/5Interesses em conflito Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesMi irresistible jefa Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesSiempre serás tú Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificaciones
Libros electrónicos relacionados
Una gran salvación Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesUna proposición desesperada: Los Fortune de Texas (6) Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesFantasía nocturna Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesPerfecta Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl poder de los sentimientos Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesFin de la cordura Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesDeltas Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl secreto de Liria Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa noche inolvidable Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesFermín baztán Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesMuy lejos de aquí, contigo Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesWhitehorse IV: Little horse Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLas huellas de lo que fuimos: Historias unidas por el viento Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLos juerguistas jamás se enamoran Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa heredera del desierto: Novias de jeques escandalosas (1) Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Sombras de traición Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Maldad en el alma: El Don Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesNoche de lujuria Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El Prestamista Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLágrimas de luz Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesUna noche nada más Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Horrores Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesHambres Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesCorazón de lentejuelas Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Las Crónicas de Cronos Extravío Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa Condesa De Las Tinieblas Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesSu alma gemela Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesCrímenes en verano Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesTe quiero, baby Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Cuarentañeras Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificaciones
Romance contemporáneo para usted
Después de Ti Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Novio por treinta días Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Tres años después Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Vendida al mejor postor Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Esposa por contrato Calificación: 3 de 5 estrellas3/5Vaya vaya, cómo has crecido Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Contrato por amor Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Fiesta de empresa Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Alégrame la vista Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Un hombre de familia Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Prometida falsa Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Una y mil veces que me tropiece contigo Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Una virgen para el billonario Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Un orgullo tonto Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Dos Mucho para Tí Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Resiste al motero Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Tú de menta y yo de fresa Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Al Borde Del Deseo: Romance De Un Millonario: Los Secretos Del Multimillonario, #1 Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Macho Alfa Calificación: 5 de 5 estrellas5/5No dejes de mirarme Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Padre a la fuerza Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Un café con sal Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Besos a medianoche Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Hielo y Fuego Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Un capricho del destino Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Matrimonio de conveniencia Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Esclava de tus deseos Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La Asistente Virgen Del Billonario Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Como Llamas Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El trío de Marley Calificación: 4 de 5 estrellas4/5
Comentarios para Al calor de tus besos
1 clasificación0 comentarios
Vista previa del libro
Al calor de tus besos - Sophie Weston
Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley.
Diríjase a CEDRO si necesita reproducir algún fragmento de esta obra.
www.conlicencia.com - Tels.: 91 702 19 70 / 93 272 04 47
Editado por Harlequin Ibérica.
Una división de HarperCollins Ibérica, S.A.
Núñez de Balboa, 56
28001 Madrid
© 2000 Sophie Weston
© 2020 Harlequin Ibérica, una división de HarperCollins Ibérica, S.A.
Al calor de tus besos, n.º 1217- junio 2020
Título original: Midnight Wedding
Publicada originalmente por Harlequin Enterprises, Ltd.
Todos los derechos están reservados incluidos los de reproducción, total o parcial. Esta edición ha sido publicada con autorización de Harlequin Books S.A.
Esta es una obra de ficción. Nombres, caracteres, lugares, y situaciones son producto de la imaginación del autor o son utilizados ficticiamente, y cualquier parecido con personas, vivas o muertas, establecimientos de negocios (comerciales), hechos o situaciones son pura coincidencia.
® Harlequin, Julia y logotipo Harlequin son marcas registradas por Harlequin Enterprises Limited.
® y ™ son marcas registradas por Harlequin Enterprises Limited y sus filiales, utilizadas con licencia. Las marcas que lleven ® están registradas en la Oficina Española de Patentes y Marcas y en otros países.
Imagen de cubierta utilizada con permiso de Harlequin Enterprises Limited. Todos los derechos están reservados.
I.S.B.N.: 978-84-1348-179-1
Conversión ebook: MT Color & Diseño, S.L.
Índice
Créditos
Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Epílogo
Si te ha gustado este libro…
Prólogo
EL equipo de periodistas internacionales esperaba extenuado y abatido. Ignaz se encontraba a más de tres mil metros de altura. El sendero casi vertical, montaña arriba, había desafiado incluso hasta al potente Land Rover. La lluvia no cesaba, el lugar del desastre era un barrizal y el jefe de prensa se sentía perdido entre tanta desolación.
—¿Qué diablos voy a fotografiar aquí? —refunfuñó Rita Caruso, la periodista estrella de la revista Elegance.
—Dejará de llover dentro de una media hora —se oyó una voz crispada detrás de ellos.
Todos se volvieron. Ante ellos había un dios griego vestido con pantalones cortos color caqui. Se produjo un silencio mezclado con algo parecido al respeto y al resentimiento.
—Jack —dijo el jefe de prensa con indudable alivio—. Señoras y caballeros, este es el doctor Jack Armour.
—Vaya, vaya —murmuró la periodista de Elegance reverencialmente.
No era difícil descubrir por qué. El doctor Armour era alto. Su piel tenía un tono dorado. La lluvia se deslizaba por sus oscuros cabellos, por el amplio pecho y luego por las largas piernas desnudas.
—El doctor Armour es el experto estadounidense del que les he hablado. Él les va a enseñar el campamento de emergencia que han instalado aquí.
Rita Caruso lo enfocó con su máquina.
—¡Doctor Armour mire aquí!
—Buenos días —saludo el dios griego divertido.
Luego los condujo colina arriba hacia el campamento. Sus piernas se movían con agilidad entre el barro y los peñascos resbaladizos. Parecía insensible a la humedad y a la lluvia que le corría por la chaqueta de algodón sin mangas.
Los periodistas avanzabas jadeantes.
—Siento hacerles correr. Pero debo acabar pronto porque hoy tengo que volar a París.
—¡Qué suerte la suya! —dijo un periodista con tristeza.
—Odio la ciudad. Pero hay una reunión importante a la que no puedo dejar de asistir.
La periodista de Elegance lo miró conmocionada.
—¿Así que odia París? ¿La ciudad de la cultura, la ciudad de los amantes?
Jack Armour se echó a reír.
—Cuando voy a París me concentro en las estadísticas de los desastres naturales. Prohibido los paseos por la ciudad, prohibido alternar con mujeres.
Ella lo miró con una provocativa sonrisa en los labios pintados de rojo.
—¿Entonces, cuándo dispone de tiempo para… alternar? —la última palabra sonó cargada de intención.
La risa se extinguió del rostro de Armour y sus ojos oscuros se ensombrecieron aún más.
—Cállate —cuchicheó un periodista inglés que conocía al hombre y sus puntos débiles.
Jack Armour lo ignoró y concentró la mirada en la periodista de Elegance que se revolvió inquieta.
—Un individuo que se dedica a este tipo de trabajo no dispone de tiempo para… alternar —puntualizó deliberadamente.
—Pero…
—Cállate, Rita —insistió el inglés.
La expresión de Jack se había vuelto dura como el granito.
—Una vez lo intenté. No funcionó. Fin del experimento.
Algo en la voz de Armour silenció hasta a la obstinada señorita Caruso.
Capítulo 1
HOLLY salió con muchocuidado del ascensor. A medida que avanzaba por el largo pasillo intentaba mantener en equilibrio la pila de cajas de comida que sostenía en ambos brazos. Odiaba esos inmensos edificios lujosos e impersonales que le recordaban las visitas a su madre a la gran oficina de Londres.
La mayor parte del tiempo intentaba olvidarse de todo aquello: de su madre, de Londres y de su otra vida. Después de todo, casi habían pasado ocho años. Un accidente ferroviario había acabado con la vida de su madre, y junto con ella todo lo que le era familiar en su existencia de adolescente. Desde entonces le parecía que dondequiera que se encontrase siempre era una extraña que estaba de paso.
En esos días apenas se reconocía. Su cuerpo había cambiado, sus piernas eran largas y esbeltas. El rebelde pelo castaño se le había aclarado, pero siempre seguía rizado. Lo llevaba largo, aunque solía hacerse una trenza cuando trabajaba. En ese momento con su peto y la gorra de béisbol parecía un chico de instituto.
«Aquí en París me he convertido en un chico de reparto», pensó con ironía.
Acababa de darsse cuenta de que su madre había intentado prepararla para las sorpresas de la vida. «Todo es pasajero, Hol», solía decirle una y otra vez. Holly no podía olvidar sus inmensos ojos, siempre tristes: «Tienes que aprender a cuidar de ti misma. Nadie lo hará por ti, hija. Perdóname».
Holly no sabía qué tenía que perdonarle. En todo caso, más de la mitad de sus compañeros del colegio tendrían que haber perdonado las frecuentes ausencias de una madre profesional cargada de trabajo. Nunca había conocido a su padre. En aquel entonces no podía adivinar que su madre había dejado un mensaje en su testamento para él.
Pero lo hizo. Una triste y conmocionada Holly se había encontrado de pronto atada y enviada al hogar del acaudalado padre en la parte oeste de los Estados Unidos, antes de saber realmente qué sucedía. Más tarde había tenido que descubrir por sí misma la otra gran verdad que su madre siempre había omitido. «No puedes confiar en un hombre si no quieres que te rompa el corazón».
El padre, que nunca había llegado a conocer realmente, estaba muerto. Su hermanastra se encontraba muy lejos en el tiempo y en la distancia. No la veía hacía cinco años y un continente entero las separaba.
Estaba sola en la vida, pero al menos se sentía segura.
Tras felicitarse por el giro que le había dado a su existencia, volvió a acomodar las cajas y continuó la búsqueda de las oficinas del Comité Internacional para Zonas Devastadas por los largos pasillos silenciosos.
—Gracias, caballeros —dijo la presidenta del Comité—. Nos han proporcionado muchos temas para someterlos a evaluación.
Era una despedida.
Jack contuvo una protesta. Ni siquiera le habían dejado desarrollar la mitad de los temas preparados. Y había tiempo de sobra. Habían acordado que Armour Disaster Recovery, la empresa de salvamento para catástrofes naturales, presentaría sus casos mientras almorzaban. Pero eso había sido antes del estallido de Ramón. A la presidenta no le gustaban las emociones fuertes.
Jack se puso de pie.
—Gracias, presidenta.
Ramón López lo miró incrédulo.
—No podemos marcharnos. El Comité…
—Tiene nuestros documentos —le interrumpió Jack con suavidad—. Y desde luego que estaremos dispuestos a contestar cualquier pregunta que quieran hacernos. ¿Tiene mi número de teléfono?
—Sí, gracias doctor Armour. Estoy segura de que tendremos muchas preguntas que hacerle. Nos facilitará enormemente la tarea poder localizarlo en cualquier momento.
—Ese número es el de mi teléfono móvil —dijo Armour con una sonrisa tan encantadora como falsa que, afortunadamente, solo Ramón conocía—. Gracias a Dios que existen estos aparatitos—añadió sonriente a la vez que se palpaba el bolsillo de la chaqueta.
Los miembros del Comité rieron inquietos con un ojo puesto en Ramón que seguía sentado en su silla. Como Jack era el jefe, el español no tuvo más remedio que seguirlo a regañadientes fuera de la habitación. Una vez en el pasillo, Jack le pasó la cartera.
—¡Demonios! ¿Cuándo aprenderé a quedarme callado? —explotó mientras avanzaban por el corredor.
—No te preocupes. La próxima vez lo harás mejor.
—Todo es por culpa mía. No debí haberme enfadado —dijo el español apesadumbrado—. Debí haberme expresado con palabras suaves, como lo haces tú.
Jack levantó la vista del teléfono móvil que acababa de conectar. Sus ojos brillaban divertidos.
—No sé. Seguramente los dejaste impresionados con el puñetazo que le diste a la mesa. De todos modos, olvídalo. Tendremos que manejar las negociaciones de otro modo, eso es todo.
—¿Es que nada te perturba? —preguntó ceñudo.
Jack se echó a reír.
—Cada contratiempo es una nueva oportunidad, si lo miras positivamente —dijo con malicia citando las mismas palabras que Ramón solía utilizar.
—¿Que pasa con esa columnista de la revista Elegance? —preguntó Ramón otra vez de buen humor—. Se comenta que es tu última conquista. Dicen que quiere hacerte más fotografías.
—Ese tipo de periodismo no me interesa.
—Pero tú eres el que dijo que necesitábamos publicidad.
—Pero no ese tipo de publicidad. Esa periodista, Rita Caruso, solo se interesa por la moda, el sexo y las habladurías. No sé cómo fue a parar a Ignaz y publicar ese artículo.
—No sabía que tenías tiempo para leer revistas como Elegance.
—De vez en cuando las hojeo en los aeropuertos. A Susana le encantaban.
Ramón guardó silencio.
Para Holly, que llevaba las cajas en precario equilibrio, la atmósfera entre los dos era explosiva. Se encontraban al otro extremo del pasillo, conversando acaloradamente. Iban vestidos con trajes de ejecutivo. Uno