Pre-Morten
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La segunda parte contiene los cuentos de atmósfera más trabajada, en la que subyace cierta oscuridad, sombras que existen dentro de esos seres con problemas; unos demasiados soñadores, otros contaminados por la locura, viven situaciones complejas, en las que también juega un importante rol el uso de las relaciones paralelas. El autor hace uso de un lenguaje coloquial y vuelca su juicio sobre una sociedad, sus alegrías y frustraciones.
Yasmany Rodríguez Alfaro
Yasmani Rodríguez Alfaro nació el diecisiete de mayo del 1987, en Baraguà, un pequeño pueblo productor de azúcar al sur de Ciego de Ávila. Allí, en la sombra de un central, cursó los estudios primarios y cultivó el amor por la cultura tradicional. Las inquietudes artísticas lo impulsaron a estudiar pintura en la Academia de artes plásticas de la misma provincia, donde tuvo la oportunidad de incursionar en otras manifestaciones del arte y se descubrió como escritor en sus intentos por decir literalmente lo que creía del mundo que lo rodeaba. Ha sido integrante de diferentes talleres literarios. Tiene cuentos publicados en una compilación de textos de talleres literarios en Venezuela, Anzoátegui, en la revista La Abeja de Trinidad y en Videncia en Ciego de Ávila.
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Pre-Morten - Yasmany Rodríguez Alfaro
historias…
Parte I
La Autopsia de los Ikebanas
Ikebana
Siempre ha sido un ikebana, con el verde apalancado en los secretos que esconde las arrugas de su tronco. Las raíces ya lo esperaban cuando aún no era semen.
Siempre confundió la primavera con el invierno, floreciendo hacia dentro. Hoy recuerda cuando fue persona y aún, bajo el oscuro sol, espera un corazón.
No es bumerang
Como siempre quisiste, el mundo da vueltas en cámara lenta, el bosque se deja acariciar, los alacranes te hacen cosquillas en el rostro, los árboles te arrullan y deslizas tu lengua por la piel de un sapo toro. Las hadas se han dado cuenta de tu presencia, se masturban en grupo para tu disfrute. El gozo inunda tus arterias.
Todo ha cambiado, las fábricas ya no exhalan dióxido de carbono. Los jóvenes dejaron de fumar, no son rebeldes y viajan a través del tiempo, recorriendo galaxias desconocidas. Las bibliotecas públicas están llenas de personal que no logra saciar la sed de conocimientos. En los jardines la marihuana crece junto a las rosas.
Tal ha sido el cambio que al golpear a cualquier persona, esta se vira y te da un beso. Es lo que siempre quisimos todos...
Sin embargo, la vida que añoraste te traiciona. Deseaste con fuerza, sin cuestionar tus pensamientos.Ya no pides que cuidemos el medio ambiente. El oxígeno te ahoga. La tranquilidad de los árboles en el bosque te emborracha. Ver a las hadas masturbarse te ha causado adicción y constantemente tienes orgasmos. Sufres mutaciones genéticas. El mundo es tan calmado y fácil que no te esfuerzas. Dios cumplió tus deseos.
Temprano saliste de casa, llevabas una camiseta roja, short verde y zapatos amarillos. La alegría personificada. El orgullo de ti mismo. Al tropezar con el mundo, este comenzó a dar vueltas en cámara lenta, y ahora, no encuentras el camino de regreso.
Onírico
Onírico nació en el lugar equivocado. El significado de su nombre era herejía ante la ley; en aquel sitio nunca se pronunció palabra para contar un sueño. Existían fuertes condenas al que incurriera en este delito, como conectarlos a una máquina por un determinado tiempo para hacerlos olvidar sus recuerdos.
El escándalo se formó, cuando en el parque central fue encontrado un cartel que decía: ¡YO TAMBIÉN SOÑÉ! El viento soplaba, las hojas secas se interponían ante la masa de periodistas, gente común y cámaras de televisión. Al día siguiente, otro letrero adornaba la valla publicitaria a la entrada del pueblo. Onírico fue el principal sospechoso y sus manos manchadas de pintura lumínica evidenciaron su culpabilidad; ningún abogado lo defendió. Rafael, Miriam, Alfredo, callaron; al contrario de él, siempre mirando hacia arriba, aburrido de un cielo eternamente gris.
Después de tres días encarcelado, lo enchufaron a una de las máquinas más potentes del sistema carcelario. Sorprendido se quedó el alto mando, cuando todas, al unísono, comenzaron a soñar. Los sueños se colaron en las señales televisivas y se transmitieron en los