Descubre millones de libros electrónicos, audiolibros y mucho más con una prueba gratuita

Solo $11.99/mes después de la prueba. Puedes cancelar en cualquier momento.

De la Nada
De la Nada
De la Nada
Libro electrónico229 páginas3 horas

De la Nada

Calificación: 0 de 5 estrellas

()

Leer la vista previa

Información de este libro electrónico

La NASA envía algunos individuos con talento al espacio exterior en busca de vida en un futuro controlado por robots. ¿Cómo escapar de una red virtual de datos cuando se está urdido en ella en calidad de inteligencia artificial? El amor de Ann, un astronauta, pone su vida de cabeza al involucrarse en una misión peligrosa: la búsqueda de vida en cualquier lugar del espacio exterior. La protagonista se halla frente a un dilema crucial. ¿Proteger su vida o dar un gran paso y arriesgar su alma al seguir al hombre de sus sueños en el viaje a uno de los lugares más inhóspitos fuera de la Tierra y ayudarlo quizá a salvar miles de millones de seres vivos? Cuando se decide a viajar por las galaxias, Ann vive lo inesperado y enfrenta una insoportable verdad de pruebas y traiciones. Toda su vida ha sido un mero reflejo de lo que ha ocurrido en un mundo que ya no existe. Es un mundo virtual, adverso y diverso, que insiste en recrearse a sí mismo. ¿Cesará al fin (o llegará su deceso)? ¿O, como un agujero negro, mantendrá su curso devorando toda fuente de existencia, transformando la vida en un acontecimiento ficticio, utilizando e inventando datos de una humanidad ya rebasada?

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento4 ene 2016
ISBN9781507128855
De la Nada

Relacionado con De la Nada

Libros electrónicos relacionados

Ciencia ficción para usted

Ver más

Artículos relacionados

Comentarios para De la Nada

Calificación: 0 de 5 estrellas
0 calificaciones

0 clasificaciones0 comentarios

¿Qué te pareció?

Toca para calificar

Los comentarios deben tener al menos 10 palabras

    Vista previa del libro

    De la Nada - Ana Claudia Antunes

    La NASA envía algunos individuos con talento al espacio exterior en busca de vida en un futuro controlado por robots. ¿Cómo escapar de una red virtual de datos cuando se está urdido en ella en calidad de inteligencia artificial? El amor de Ann, un astronauta, pone su vida de cabeza al involucrarse en una misión peligrosa: la búsqueda de vida en cualquier lugar del espacio exterior. La protagonista se halla frente a un dilema crucial. ¿Proteger su vida o dar un gran paso y arriesgar su alma al seguir al hombre de sus sueños en el viaje a uno de los lugares más inhóspitos fuera de la Tierra y ayudarlo quizá a salvar miles de millones de seres vivos? Cuando se decide a viajar por las galaxias, Ann vive lo inesperado y enfrenta una insoportable verdad de pruebas y traiciones. Toda su vida ha sido un mero reflejo de lo que ha ocurrido en un mundo que ya no existe. Es un mundo virtual, adverso y diverso, que insiste en recrearse a sí mismo. ¿Cesará al fin (o llegará su deceso)? ¿O, como un agujero negro, mantendrá su curso devorando toda fuente de existencia, transformando la vida en un acontecimiento ficticio, utilizando e inventando datos de una humanidad ya rebasada?

    Este es el último libro de la trilogía Memorias de una Amazona:

    Las brujas de Aviñón (El Pasado)

    El amor de Pierrot (El Presente)

    De la nada (El Futuro)

    Este libro es parte de una trilogía espiritual.

    Memorias de una Amazona por Ana Claudia Antunes.

    Las brujas de Aviñón (El Pasado)

    El primer libro de la trilogía habla sobre las Amazonas, desde los tiempos antiguos hasta nuestros días, las Brujas durante el Medievo y una introducción al tema de la Reencarnación.

    El amor de Pierrot (El Presente)

    El segundo libro de la trilogía trata de dos fantasmas del siglo diecinueve que asustan a una adolescente, hasta que su madre se encarga personalmente del asunto y escribe su historia. El problema es que ofrecen dos versiones distintas. ¿Quién, entonces, dice la verdad?

    De la nada (El Futuro)

    Con este volumen se cierra el trayecto de la trilogía.

    ¡Feliz lectura!

    Una carta a lo desconocido

    Desde que se estrenó la película La Laguna Azul en un cine cercano a casa cuando tenía solamente once años, quise capturar las imágenes que vi impresas en las revistas respecto del increíble papel que interpretara Brooke Shields, uno de los mejores trabajos en su larga carrera a sus quince años. Sabía que las imágenes serían aún mejores en la pantalla grande, y más espléndidas todavía si hubiera podido reproducir en vivo la belleza del paisaje y preservar para siempre la inocencia que experimenté entonces. Sólo podía lograrlo saboreando los colores deslumbrantes, las fascinantes escenas y la espléndida fotografía que transmitía la película. Desde entonces he intentado alcanzar ese nivel de magnificencia, de ser una con la naturaleza, de vivir el momento en medio del Paraíso, si no por toda la eternidad, sí al menos durante esos maravillosos minutos en los que permanecí cautiva contemplando la película cuando tuve edad suficiente para verla. Mis sueños de encontrar ese lugar exótico en mi vida se quedaron conmigo para siempre.

    Sigo en la búsqueda de la Laguna Azul, que significa para mí el elíxir de la vida, un lugar donde puedo ser fiel a mi verdadero ser y permanecer en perpetuo deleite, mirando con ojos de niña los prodigios de este planeta. Los invito a todos a acompañarme en esa aventura.

    Hoy, 10/10/10, mostraré el resultado de mi búsqueda de un lugar en la Tierra donde cada segundo parezca una eternidad y la eternidad se perciba como iluminación. Dedico este libro a aquellos que también buscan esa luz en la profundidad de su alma.

    Con amor,

    Ann.

    P.D. La Navidad pasada estaba ansiosa por celebrar con el mundo entero, al que considero mi familia, así que compartí algunos consejos en mi blog, con cinco limericks y acrósticos que escribí sobre cómo pasar la temporada más festiva del año según el espíritu navideño de benevolencia, cuidado y respeto:

    Consejo número 1 – LUCES

    La seguridad ante todo, para la casa no quemar.

    Uso de los consejos hacer y las lecciones tomar.

    Con luces y no con velas,

    Es difícil no verlas,

    Si quieres tu vida electrizar.

    Consejo número 2 – CICLO

    Con material reciclado puedes trabajar.

    Increíbles fundas, cojines y almohadas bordar.

    Con cada pausa del frío invernal,

    Los regalos del amor fraternal,

    Ofrendas de calor y confort para honrar.

    Consejo número 3 – ÁRBOL

    Aquellos que los árboles naturales prefieren,

    Resisten más y son más fuertes, profieren.

    Bueno, toco madera

    O domo a la fiera

    Los bosques serán los que finalmente importen.

    Consejo número 4 – ORNAR

    Ornamenta tu casa con hojas de árboles y agujas de pino.

    Rellena los espacios de objetos, ya sean muchos o uno.

    No habrá diferencia si posees poco,

    Así debas adornar a lo loco,

    Reinvierte en dulces, frutas o mágico trino.

    Consejo número 5 - CHAPA

    Cada Navidad tus viejas chapas puedes reusar.

    Hay alegrías guardadas que volverán a brillar.

    Arréglalas todas si quieres,

    Pero no las deseches si puedes,

    A veces un ligero destello suele bastar. 

    –Guau, guauf, ahora sí creo en Santo... Garras[1]–ladró su cachorro. Ann miró al espejo y vio lo que al principio le parecieron números escritos con tinta sobre su frente: 1...1...1. Observando de cerca, sin embargo, se percató de que no se trataba del número 111, sino que había dos líneas diagonales entre cada número, que formaban el diseño de una mariposa, como haciendo ver que ella era la elegida.

    I>i

    1

    EL PLANETA AZUL

    «La ONU declaró el acceso al agua potable y al saneamiento como derecho humano el 28 de julio de 2010. ¿¿Y eso qué podía significar?? Pues un esfuerzo y sobre todo un compromiso de todos los gobiernos... bueno, no de todos, puesto que algunos se negaron a dar su voto, la mayoría países desarrollados que argumentaron que no querían pagar por el retrete de los países en subdesarrollo. Ahora la pregunta es: Si no hay agua segura para beber en ningún sitio, ¿cómo puede alguien tener agua limpia en su propia casa si el planeta es uno solo? ¿Me explico? Así que en lugar de abstenerse de ejercer acción en un tema vital para TODOS NOSOTROS, y me refiero al mundo entero, ¿¿no deberían preocuparse y ayudar a TODOS a vivir en un planeta azul libre de contaminación y enfermedades?? ¿Recuerdan la GRIPE PORCINA que afectó no solo a México sino a todo el planeta no hace mucho tiempo? Sí, gracias a un mal saneamiento que pudo haberse evitado sencillamente con acceso al agua limpia».

    «Así que en vez de voltear a otro lado y decir: Eso no tiene nada que ver conmigo, enfrentemos el problema y veamos que SÍ, tiene todo que ver contigo, conmigo, con todos los que vivimos en este asombroso planeta, capaz de proveernos de todos los recursos si lo utilizamos sabiamente».

    «Finalmente dejo algunos consejos que podemos seguir de inmediato:

    Pide a tu gobierno que actúe ahora mismo y detenga la contaminación de nuestros ríos y del océano a través de los derrames petroleros y otras sustancias químicas que deterioran nuestro hermoso planeta Tierra.

    No uses agua caliente para lavar tu ropa. Se lava bien con agua fría y además los colores de tus camisetas de algodón no se van a deslavar con ciclos de lavado delicados.

    Usa la misma agua con la que te duchaste almacenada en un recipiente lo suficientemente grande para evacuar el inodoro, asea el patio y los pisos con lo que se conoce como agua gris. Al cepillarte los dientes o lavar los platos no desperdicies el agua. Utilízala cuando todo esté bien empastado o enjabonado y enjuaga con cuidado.

    De hecho, toda acción que realices conscientemente es una bendición para el mundo entero...». Estaba a punto de terminar su carta cuando una enorme mariposa azul merodeó por la ventana abierta desde el pabellón y luego de unos cuantas vueltas atravesó todo el salón y entró a su habitación. Giró y giró y fue directo a sus papilas gustativas.

    –Paf, paf –escupió–, ¿qué tengo en la boca? –Ann saltó de la silla, conteniendo el aliento mientras permitía delicadamente a la invasora descansar en otro lugar ajeno a su paladar. La mariposa parecía insistir en que su boca era, de hecho, un lugar agradable y dulce.

    –¡Pero ya cené! –Soltó una risita. Tomó a la mariposa por el ala, la acarició con la punta del dedo y le permitió caminar y bailar un vals sobre su mano. Miró hacia fuera de la ventana y observó que había un gran número de mariposas azules idénticas a la que tenía sobre la piel, todas revoloteando en el jardín donde se preparaba una ceremonia.

    –Una mariposa primorosa –pensó. –Debe de ser una buena señal.

    Firmó la carta con rapidez y la dejó abierta sobre el escritorio. Llevaba un vestido de satín blanco con lazos amarillos que envolvían su cintura hasta las caderas. Pequeños diamantes danzaban a su alrededor. Lucía como una princesa salida de un cuento de hadas, esperando a que su Príncipe Encantado la tomara del brazo. Pero éste no aparecía por ningún lado.

    –¿Dónde rayos está ahora? –se preguntó–. Estoy segura de que sigue en ese laboratorio buscando vida fuera de nuestro planeta. Con razón quiero casarme con un astronauta. Es mi tipo. Además, soy una loca que merece ser tratada con respeto. ¿¿Quién sabe si tendremos la suerte de criar tres o cuatro hijos, quizá en otra galaxia?? O mejor aún, desde otra galaxia... Eso es. Los educaremos como si fueran de otro planeta. Porque estoy segura que él lo es y yo también. Al menos de eso estoy segura. Vine de otro planeta. –Conforme su voz se desvanecía también sus ojos variaban del verde al azul grisáceo.

    –Cómo deseo que no llegue tarde –susurró suavemente a su alada amiguita imaginaria, a la que había llamado Tavia–. No ahora. Después de todo, ¡es el día de nuestra boda! –Aunque temía que alguien pudiera oír sus tristes palabras sollozantes, se quitó lentamente el velo del rostro y miró al espejo diciendo–: ¿Y cuántas veces se toma la decisión de vivir con alguien para toda la vida?

    Después de todo, no se conocieron de la nada. Se prometieron estar juntos hace mucho, mucho tiempo, cuando ambos hicieron el mismo voto. La unión se había efectuado en el cielo y no podían fallarse el uno al otro o escapar a su destino. De lo contrario, terribles consecuencias los esperarían justo allí, a la vuelta de la esquina. Si se negaban a dar ese paso, lo que habría sido una bendición terminaría por convertirse en maldición. Y eso era algo que ella en resumidas cuentas no esperaba. Eso y el hecho de que ya estaba esperando... en definitiva, un corazón latía con ternura en su vientre.

    Pero cómo podría estar embarazada si todavía era una virgen. Sintió algo raro en el estómago y pensó que el bocadillo que había comido el día anterior estaba causando un desorden interno, así que fue al sanitario. ¿Sería por eso que tenía los pies fríos? Se estaba amilanando. No, era tan solo que había cenado caldo de pollo la noche anterior y ya no podía esperar. Entonces recordó una broma que le contó su prometido una vez. Aunque le dijo que se trataba de una anécdota real que había ocurrido en su clase, lo conocía lo suficiente como para saber que le había gustado hacer de bufón hasta que decidió cursar sus estudios sobre el espacio exterior.

    Durante una sesión de preguntas y respuestas en el instituto, los estudiantes preguntaban y los profesores respondían tan educadamente como les era posible. Empezaron:

    –El principio de Arquímedes es...

    –Arq...

    –¿El nombre de la capital de Francia?

    F –respondió un maestro, quien señalaba el apóstrofe con ambas manos, subiendo y bajando los dedos índice y medio. –F con bloqueo de mayúsculas–. Todos rieron

    [2].

    –Más bien es su cabeza la que se bloqueó –dijo un estudiante.

    –Por lo menos no se bloqueó mi dedo medio arriba en el aire –se justificó el profesor.

    –¿Cuál es el nombre de pila de Hitler?

    El antropólogo alzó el brazo y gritó:

    –¡Heil!

    –Oigan, ¿y qué ocurre si uno sufre un ataque en medio de una sesión?

    –Significa que un emperador romano acaba de entrar en el aula. ¡Todos de pie!–. El maestro de Historia, conocido por su disciplina autoritaria, se levantó. Sus pupilos lo evitaban por sus actos de disciplina militar, siempre dramáticos.

    –Algo que flota en un baño...

    –Agua –respondió el maestro de Química.

    –¿Puede alguien explicar los procesos mediante los cuales el agua puede hacerse potable en este pobre planeta?

    –Claro –aseguró petulante otro profesor de Química, bien vestido y pretencioso, conocido por ser un mujeriego regenerado. –El flirteo vuelve al agua potable porque elimina grandes contaminantes como el sílice, la arena, los corderos muertos y los kayakistas.

    –¿Y qué es un planeta?

    –Un cuerpo de barro, polvo, rocas y tierra rodeado por un cielo deslumbrante –respondió el profesor de Literatura.

    –¿Y dónde se ubica la fíbula?

    –Es una mentira menor.

    –¿Qué son los esteroides?

    –Los esteroides son rocas pequeñas que orbitan la basura espacial para fertilizar al sistema sideral lo que a su vez esteriliza a las estrellas –replicó el profesor de Gimnasia con una gran sonrisa en medio de su cabecita, diminuta en comparación con el resto de su cuerpo.

    –¿Algo que vuele carente de máquina?

    –Una bicicleta con alas –dijeron al unísono los asistentes de Mecánica e Ingeniería.

    –¿Y algo que un ciego podría usar?

    –Un plato de sopa de letras –respondió el asistente de cocina.

    –¿A qué sistema pertenece el estómago?

    –Cuando el sistema ya no está disponible, parte de tus entrañas y va directamente a la cavidad abdominal, que contiene las cinco vitaminas esenciales como los intestinos, A, E, I, O y U –dijo la asistente del jardín de niños, que estaba allí para ver a su hijo.

    –Algo que haces en el baño... –Un maestro que solía deletrear cada palabra para que lo siguieran sus pupilos respondió en seguida–: ¡Decorar!

    –Algo que se abre, además de la puerta del baño...

    –¡Tus intestinos! –respondió rápidamente un profesor que acababa de volver del sanitario.

    Y por el retrete se fue el caldo de pollo. El agua era pardusca, sucia y apestosa. Dolía en extremo vivir sin agua limpia, una locura desde el punto de vista higiénico, enfermiza. Ella padecía varias alergias en la piel y su cuero cabelludo lucía como un nido repugnante. Ya no podía lavarse el cabello, tan solo abrir el grifo y dejar que corriera el lodo resultaba tan desagradable.

    Su padre venía del cielo o, como acostumbraban llamarlo, el Refugio, donde era el Rey. En ese entonces todavía había agua fresca fluyendo en los ríos. De modo que vino a habitar la Tierra como un misionero cuyo principal objetivo era la conservación de los recursos naturales. E intentó en vano implementar un sistema en el que la gente pudiera vivir pacíficamente, donde pudiese edificar un pedazo de Paraíso. Pero las personas de aquella época no estaban interesadas en el futuro, preferían dejar de lado las preocupaciones y vivir en un eterno éxtasis en el que todo se permitía y nada estaba prohibido, en el que podían beber hasta secar cada pozo y cada fuente. Eso fue hace unos quinientos años, cuando no podían construir máquinas que extrajeran todos los tesoros que la tierra ofrecía.

    Y John, que así se llamaba su padre, había fracasado, pues había permitido a la gente tomar ventaja de todos los servicios y de pisotear cada colina, sin dejar ninguna tierra virgen. Ahora era un hombre viejo, luego de vivir durante décadas en decadencia. Su única esperanza era su hija, a quien enseñó algunas de las habilidades para sobrevivir unos cien años más sin el lujo de una tierra fértil para cultivar su propio alimento.

    Su padre había esperado llevarla al altar y quizá verla por última vez, pues ella había decidido a dónde ir de luna de miel, lo que significaría un viaje del que los recién casados no podrían volver. Tal vez ni siquiera sobrevivirían a la misión. Quizá no podrían siquiera contar su historia. ¿Quién podría saber si todavía habría seres humanos habitando el hermoso y sacrificado planeta Tierra?

    El viejo John la condujo hacia la torre, donde los invitados esperaban en línea para verla entrar al salón sagrado. Allí estaba, erguido, el orgulloso novio, quien miró a la novia, despampanante, brillar bajo el sol, su deslumbrante vestido hecho de perlas y diamantes, resplandecientes a la distancia. Un hombre alto, proporcionado y guapo estaba allí, mirándola. Su mirada argentada atravesó la multitud hasta alcanzarla. Tan bien estructurada era la ceremonia, que no había lugar para pensamientos cómicos, rumores, desórdenes o los errores comunes. Todo se había planeado cinco décadas atrás, cuando todavía vivían en el Refugio.

    El claro sonar de las trompetas de plata rompió el silencio en la sala, mientras el padre y su hija llegaron a la vía. Una suave brisa matutina los acarició, como anunciando

    ¿Disfrutas la vista previa?
    Página 1 de 1