Descubre millones de libros electrónicos, audiolibros y mucho más con una prueba gratuita

Solo $11.99/mes después de la prueba. Puedes cancelar en cualquier momento.

Las dos campañas
Las dos campañas
Las dos campañas
Libro electrónico155 páginas2 horas

Las dos campañas

Calificación: 0 de 5 estrellas

()

Leer la vista previa

Información de este libro electrónico

Alternativas de reflexión ante el nuevo panorama en la vida política de México. Generar una mayor conciencia social para que el lector pueda tomar una decisión correcta con respecto a la vida política del país.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento4 mar 2020
Las dos campañas
Autor

Fundación Heberto Castillo Martínez

Fundada en 1997, la Fundación se creó para salvaguardar, fomentar y difundir el trabajo científico, político y social de ingeniero Heberto Castillo, encaminadas a coadyuvar con el progreso social, político, tecnológico y cultural de México.

Lee más de Fundación Heberto Castillo Martínez

Relacionado con Las dos campañas

Libros electrónicos relacionados

Política para usted

Ver más

Artículos relacionados

Comentarios para Las dos campañas

Calificación: 0 de 5 estrellas
0 calificaciones

0 clasificaciones0 comentarios

¿Qué te pareció?

Toca para calificar

Los comentarios deben tener al menos 10 palabras

    Vista previa del libro

    Las dos campañas - Fundación Heberto Castillo Martínez

    A.C.

    A MANERA DE PRESENTACIÓN

    María Teresa Juárez de Castillo

    La presente publicación recopila los trabajos presentados en el foro del mismo nombre, auspiciado por la Fundación Heberto Castillo Martínez A. C. y bajo la conducción del Dr. Luis Villoro.

    Desde su concepción inicial, Las dos campañas fueron pensadas como una alternativa de reflexión ante un nuevo panorama en la vida política de nuestro país y para ello, como es costumbre, se convocó la participación de destacadas personalidades quienes expresaron una gran pluralidad de ideas y propuestas pero, sobre todo, una gran confluencia en las preocupaciones.

    ¿Cuáles son los alcances de la Campaña por una nueva democracia de Andrés Manuel López Obrador y, en este contexto, qué aporta o que no aporta, La otra campaña? Cuestión compleja en sí misma, sobre todo por los argumentos esgrimidos en la primera parte de esta última.

    Buscar las coincidencias sin ignorar las diferencias, constituye una de las grandes tareas del pensamiento de izquierda en la actualidad. Quienes participaron en estas dos mesas de discusión —Víctor Flores Olea, Enrique González Pedrero, Julio Boltvinik, Magdalena Gómez, Carlos Montemayor, Fernanda Navarro y Luis Villoro— vertieron sus propios puntos de vista y coincidieron en la necesidad de una mayor conciencia social y discernimiento por parte de todos los ciudadanos y de una mayor responsabilidad a la hora de votar, porque éste es el único camino legal que se tiene para poder cambiar el rumbo y construir en México un régimen jurídico que tome en cuenta la voluntad de los ciudadanos y otorgue, entre otras cosas, sus derechos a los pueblos indígenas.

    Los elementos para este discernimiento debemos tomarlo de todos los actores sociales, en estos tiempos electorales lo más importante es sumar fuerzas y mantenernos informados para no equivocar nuestra decisión, dicen los participantes.

    La Fundación Heberto Castillo A. C. se congratula, una vez más, de poder publicar estos materiales que servirán a los lectores para tomar una decisión correcta. Asimismo agradece especialmente al Dr. Luis Villoro y a todos los participantes su entusiasmo y generosidad al colaborar con nosotros.

    El presente trabajo es la recuperación del foro Las dos campañas, organizadas por la Fundación Heberto Castillo Martínez A. C. en el mes de marzo del presente año, bajo la conducción del Dr. Luis Villoro, esto con el propósito de escuchar las voces de intelectuales y políticos destacados, los que expresaron pluralidad de ideas y propuestas pero al mismo tiempo confluencia en las preocupaciones ¿será posible construir en México, este 2006, un gobierno cuyo régimen jurídico tome en cuenta la voluntad de los ciudadanos y que además otorgue todos los derechos a los pueblos indígenas marginados a partir de la Conquista en el siglo XV?

    La primera mesa llevó el nombre de Campaña por una nueva democracia y participaron en ella, los doctores Julio Boltvinik, Víctor Flores Olea y Enrique González Pedrero. En la segunda mesa que se tituló La otra campaña, intervinieron los doctores, Luis Villoro, Fernanda Navarro, Magdalena Gómez y Carlos Montemayor.

    Todos ellos ven la posibilidad de cambiar el rumbo del país y de nuestra historia que en este momento se encuentra incierta, en un mundo donde impera el orden neoliberal, donde el poderoso tiene libertad para invadir a otros países con la finalidad de apropiarse de sus recursos naturales y decidir su independencia económica y política.

    En donde las leyes del mercado rigen el mundo y no buscan la participación de los ciudadanos.

    Deben sacudirse los dogmas neoliberales que por 23 años y diseñar nuestras propias estrategias y al mismo tiempo sacudirnos la impotencia y el coraje de seguir viviendo en un régimen donde impera la injusticia, la marginación, la corrupción, el narcotráfico.

    Todo esto nos debe empujar a seguir luchando por lograr un mundo en el que quepan todos los mundos.

    Mesa 1

    Campaña por una nueva democracia

    LAS IZQUIERDAS Y LA DEMOCRACIA¹

    Enrique González Pedrero

    La izquierda es la justicia, o no es más que un anzuelo para atraer clientes.

    André Malraux

    El tema de esta mesa de discusión es tan amplio que permite una extensa gama de asuntos que tienen que ver con el despliegue de la campaña de Andrés Manuel López Obrador. Me limitaré ahora a algunos tópicos que han despertado inquietudes en la gente pensante. Por ejemplo ¿es Andrés Manuel un candidato de izquierda? ¿Busca desarrollar una nueva democracia? Y si tal fuera el caso, ¿en qué consistiría esa novedad?

    En el primer tema hay que aclarar que aunque existe la tendencia a hablar de la izquierda, es más prudente usar el plural y hablar de las izquierdas, pues hay tantas como las condiciones socioeconómicas y políticas, como las condiciones históricas existe en cada país, y todas esas circunstancias influyen en la biografía del personaje que tratamos de caracterizar, ya sea en Bolivia, en Chile, en Argentina, en Brasil, en Venezuela o en México. Esto es, Evo Morales, Michele Bachelet, Kirchner, Lula, Hugo Chávez o Andrés Manuel López Obrador son personalidades de izquierda, pero cada uno de ellos se relaciona con las características peculiares de sus países respectivos y, por tanto, teniendo semejanzas en lo general, poseen atributos específicos, singulares, que tienen que ver con la historia, la sociedad y con su propia biografía.

    Dicho lo anterior, adelantaré una afirmación preliminar: creo que los hombres de izquierda han sido movidos siempre por la insatisfacción que provocan las injusticias de las sociedades en las que han vivido. Por tanto, al organizarse políticamente buscan hacerse con un instrumento, con un medio que los ayude a realizar sus metas. En mi opinión, ese medio consiste, en México, en lograr un Estado social (y plural), democrático de derecho, como veremos más adelante. Por último, es a través del método electoral y de unir fuerzas con los partidos y organizaciones de la sociedad civil que buscan objetivos semejantes, como pueden lograrse esas metas.

    En efecto y con toda la relatividad del caso, la izquierda como el mundo que vivimos, son relativamente nuevos. Cambiaron desde el 1º. De diciembre de 1989, día en que fue derruido el Muro de Berlín². Habiendo vivido algo más de dos tercios del siglo XX y lo que va del XXI, puedo testimoniar que ni el país en el que nací, ni el planeta, son ya los mismos. Un brevísimo recuento servirá para mostrar lo que afirmo.

    La gestión de Lázaro Cárdenas, que fue la más representativa de los gobiernos de la Revolución Mexicana —el hecho histórico más significativo del siglo XX en México—se dio en la circunstancia de crisis que siguió a la Gran Depresión, y que condujo al presidente Roosevelt a aplicar, por inteligencia y sentido común, las recomendaciones keynesianas de pleno empleo, dentro del marco de un precursor estado de bienestar. Vino después la Segunda Guerra Mundial en la que fue derrotado el totalitarismo fascista lo que propició, a un tiempo, la polarización de la Guerra Fría, el fin de los colonialismos y la esperanzadora aparición del tercer Mundo, la prosperidad en los países de Occidente favorecida por la presencia de los Estados de bienestar y el fracaso de las economías y los sistemas cerrados y autoritarios del Este; una secuencia de acontecimientos que fue conduciendo, con el advenimiento de una nueva revolución tecnológica, al fenómeno que hoy llamamos globalización.

    Por tanto, ningún observador objetivo podría negarse a admitir lo evidente: que la izquierda actual ya no es la de antaño. No obstante, de ahí a anunciar como lo hizo Francis Fukuyama en el panfleto célebre, el fin de la historia, o a hablar como lo hicieron otros autores, sobre el fin de las ideologías, hay un largo trecho. La izquierda, como la derecha, cambian de acuerdo con el tiempo y las circunstancias. O si se quiere, cambian las repuestas a las dudas e interrogaciones que formulamos de acuerdo con los nuevos desafíos. Norberto Bobbio uno de los filósofos más penetrantes y agudos de nuestra época, ha escrito que

    Mientras existan hombres cuyo empeño político es movido por un profundo sentido de insatisfacción y de sufrimiento frente a las iniquidades de las sociedades contemporáneas... se mantendrán vivos los ideales que han marcado desde hace más de un siglo a todas las izquierdas de la historia.³

    Hay pues una manera de ver y de sentir, de conmoverse ante las injusticias reinantes, que permanecen. Sólo que las razones, los argumentos, los programas de acción con que pueden encararse a las nuevas interrogantes para responderlas no son semejantes. Los incentivos permanecen, las respuestas difieren. Las preguntas son las que formuló la modernidad desde sus comienzos. En ellas, como decía Octavio Paz:

    Está contenida como si fuesen una semilla, toda la historia de nuestro tiempo, sus quimeras y sus contradicciones, sus extravíos y sus iluminaciones.

    La Revolución Americana, como la Revolución Francesa, fueron movimientos sociales profundos que dieron a luz al mundo moderno y a la inseparable dualidad ideológica que lo caracteriza, aunque no lo agote: la derecha y la izquierda. Desde entonces la izquierda ha hecho de la libertad, la igualdad y la fraternidad, una parte fundamental de sus banderas e ideales, aunque el énfasis en los términos y los matices, vayan cambiando.

    Para acercarnos a la izquierda hay, por tanto, una referencia que, según Bobbio, es capital: la igualdad y, más aún, el igualitarismo. Esto es, la tendencia a convertir en más iguales a los desiguales. Ahora bien, así como hay una contraposición entre derecha e izquierda, la hay también entre extremismo y moderación, que tienen que ver no sólo con la igualdad sino con la libertad. Del juego de tensiones entre libertad e igualdad, brotan cuatro categorías o posiciones de la mayor importancia para el espectro político: la extrema izquierda que agrupa a los movimientos igualitarios y totalitarios a un tiempo, como jacobismo; el centro-izquierda, como el socialismo liberal y la social democracia; el centro derecha: partidos conservadores que creen en la democracia y la libertad, pero que no pasan de reconocer una igualdad formal en la ley, y la extrema derecha, que agrupa movimientos antiliberales y antiigualitarios como el fascismo y el nazismo.

    De acuerdo con Bobbio —a quien he resumido esquemáticamente— aquí está en términos generales, la gama de posibilidades de la vida política moderna. El resto son los detalles. Pero no hay que olvidar algo que subraya un refrán popular que dice, justamente, que el diablo está en los detalles.

    Y los detalles son los que van surgiendo entre las tensiones opuestas que se producen entre los términos de la triada que funda al mundo y a la política moderna. ¿Cuál es la mediación que puede relacionarlas? Recurro a Octavio Paz, que nos ofrece una respuesta cristalina:

    La palabra central de la triada es fraternidad, en ella se enlazan las otras dos. La libertad puede existir sin igualdad y la igualdad sin libertad. La primera, aislada, ahonda las desigualdades y provoca las tiranías; la segunda, oprime a la libertad y termina por aniquilarla: la fraternidad es el nexo que las comunica, la virtud que las humaniza y las armoniza... Sobre esta humilde y simple evidencia podría fundarse en los días que vienen, una nueva filosofía política.

    Y Octavio Paz añade esta frase lapidaria con la que concluyo la referencia: Sólo la fraternidad puede disipar la pesadilla circular del mercado.

    Todas estas resonancias que suscita la palabra izquierda tienen un hecho generador: la democracia. Por lo pronto añado con el filósofo turinense, algo que hay que tener siempre en cuenta:

    Quien quiere hacer política día a día debe adaptarse a la regla de la democracia: ... moderar los tonos cuando ello es necesario para obtener un fin, ... llegar a pactos con el adversario, ... aceptar el compromiso cuando este no

    ¿Disfrutas la vista previa?
    Página 1 de 1