El fiscal electoral frente al 2021
■ Usted es egresado de la Escuela Libre de Derecho. Háblenos un poco de sus años de estudiante.
A mí no me tocó estudiar en el edificio actual. En mis épocas estábamos en un lugar bastante sórdido, frente al edificio de La Prensa, en la calle de Basilio Badillo. Tuve un maestro que me cambió la vida, el licenciado Jorge Castañeda de la Rosa, que después fue ministro de Relaciones Exteriores, un hombre extraordinario que además tenía una característica especial: estaba muy abierto a convivir y a platicar con nosotros. Yo gozaba muchísimo la forma en que conversaba sobre la realidad mexicana e internacional. Tenía ese aire distinguido de los internacionalistas y en su obra figura un libro muy bueno que todavía anda por ahí: México y el orden internacional.
■ En su juventud fue simpatizante de Carlos Madrazo…
Carlos Madrazo fue un político excepcional, un hombre que intentaba redimir los ideales de la Revolución mexicana. Trató de convertir al Partido Revolucionario Institucional (PRI) en una estructura democrática, pero era muy difícil lograrlo porque la maquinaria entera del partido se oponía a ese propósito; todo el partido oficial estaba basado en una cultura autoritaria. Llegó tarde para intentar un cambio de esa magnitud.
■ En 1968 la prensa oficialista lo imputó a él como uno de los que estaban detrás del movimiento estudiantil.
Así es, pero eso fue una calumnia. Nadie estaba detrás del movimiento. Fue un movimiento juvenil espontáneo que quería condiciones más democráticas. Además, el movimiento no era de izquierda, como se le
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