¿Por qué se hizo la guerra? Crónicas violencia liberal-comunista en Santander durante la década de 1930

Por José David Jaimes D.

La hegemonía del poder político en Colombia (1886-1930), durante una época en que el presidente de la república decidía quienes eran los gobernadores e incidía en el nombramiento de los alcaldes e inspectores de policía, tuvo más luces que sombra y letales efectos en la paz interna, la integridad territorial, la estabilidad institucional y la proyección geopolítica del país, al punto que la pérdida de Panamá por incidencia del gobierno de Estados Unidos, acto seguido, avarientos dirigentes políticos peruanos intentaron robar territorio a Colombia en 1911 y 1932.
Así mismo, las guerras civiles de 1895 y la Guerra de los Mil Días, dieron luces para otras formas de violencia política entre liberales y conservadores, cuyo punto culminante fue el asesinato del dirigente liberal Rafael Uribe Uribe en Bogotá y con el paso de los días por efectos de incidencias políticas internacionales, la aparición de células comunistas armadas y desarmadas, expertas en propaganda y en invadir tierras, dando paso a una violencia multiforme y pluriideológica promovida desde Moscú.
En 1930, el partido liberal recuperó el gobierno central, en un ambiente de tensiones internas y amenazas internas y externas de otras formas de guerra. Por la misma época el entonces joven político y orador liberal Jorge Eliécer Gaitán había exagerado la versión de los obreros muertos en una violenta protesta en la zona bananera del departamento de Magdalena, hasta llevar al imaginario popular, la idea de una “masacre”, versión que los comunistas han manejado a su favor desde entonces, y de tanto ser repetida se convirtió en verdad revelada.
En esta obra el historiador santandereano José David Jaimes D., presenta una versión autobiográfica de las vivencias de un dirigente político, quien por su militancia conservadora, presenció y sobrevivió a las pugnacidades fratricidas, en una región donde se “mataban los votos” entre liberales y conservadores, donde también los comunistas empezaban a construir sus estructuras marxistas leninistas, e invitaban a los campesinos a unirse a las crecientes estructuras organizativas de la población civil con las bases geohumanas, para comenzar a construir en Colombia la revolución comunista, dirigida por el Partido Socialista Revolucionario de Colombia, inspirado en la revolución bolchevique rusa.
El valor documental y testimonial de esta obra, radica en que aporta a los lectores la visión de una de las partes comprometidas en una nueva forma de guerra civil, diferente a las grandes movilizaciones de tropas, que caracterizaron los conflictos armados del siglo XIX en Colombia.

• Idioma: Español
• Editorial: Luis Alberto Villamarin Pulido
• Fecha de lanzamiento: 31 dic 2019
• ISBN: 9780463598085

José David Jaimes D.

Escritor e historiador colombiano natural del departamento de Santander.

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¿Por qué se hizo la guerra?

Crónicas violencia liberal-comunista en Santander durante la década de 1930

José David Jaimes D.

Ediciones LAVP

www.luisvillamarin.com

¿Por qué se hizo la guerra?

Crónicas violencia liberal-comunista en Santander durante la década de 1930

© José David Jaimes D.

Historia Militar de Colombia Guerras Civiles N° 14

Reimpresión diciembre de 2019

©Ediciones LAVP

© www.luisvillamarin.com

Cel 9082624010

New York City, USA

ISBN: 9780463598085

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¿Por qué se hizo la guerra?

Nota del Editor

¿Por qué se hizo la guerra en el departamento de Santander?

¡Principió la guerra!

La renuncia irrevocable del presidente de la república

Del directorio liberal de Guaca Santander

El directorio conservador de Guaca Santander

Construcción de carreteras

Nota del Editor

Las sangrientas guerras civiles que caracterizaron la interacción política entre los dos grandes partidos políticos colombianos durante el siglo XIX en Colombia, se extendieron con otras formas de violencia política en algunas regiones del país, a comienzos de la década de 1930, cuando asesinar adversarios políticos, era señalado como "matar los votos del adversario"

La Constitución Política de 1886 que puso fin al ilusorio ensayo federalista de los Estados Unidos de Colombia, cuya creación en 1863 durante la Convención de Rionegro, fue calificada como una constitución para ángeles. Así con el exclusivista lema de la Regeneración (política, moral y filosófica de los colombianos, el audaz político cartagenero (quien fue liberal o conservador de acuerdo con sus conveniencias personales en cada etapa de su vida), impuso con sus conmilitones, la redacción de la Constitución de 1886, en la que se afianzaron el centralismo, la incidencia de la iglesia católica en la educación y la vida espiritual de los colombianos y el inicio de la hegemonía conservadora (1886-1830).

Dicha hegemonía del poder político en Colombia, durante una época en que el presidente de la república decidía quienes eran los gobernadores e incidía en el nombramiento de los alcaldes e inspectores de policía, tuvo más luces que sombra y letales efectos en la paz interna, la integridad territorial, la estabilidad institucional y la proyección geopolítica del país, al punto que la pérdida de Panamá por incidencia del gobierno de Estados Unidos, acto seguido, avarientos dirigentes políticos peruanos intentaron robar territorio a Colombia en 1911 y 1932.

Así mismo, las guerras civiles de 1895 y la Guerra de los Mil Días, dieron luces para otras formas de violencia política entre liberales y conservadores, cuyo punto culminante fue el asesinato del dirigente liberal Rafael Uribe Uribe en Bogotá y con el paso de los días por efectos de incidencias políticas internacionales, la aparición de células comunistas armadas y desarmadas, expertas en propaganda y en invadir tierras, dando paso a una violencia multiforme y pluriideológica promovida desde Moscú.

En 1930, el partido liberal recuperó el gobierno central, en un ambiente de tensiones internas y amenazas internas y externas de otras formas de guerra. Por la misma época el entonces joven político y orador liberal Jorge Eliécer Gaitán había exagerado la versión de los obreros muertos en una violenta protesta en la zona bananera del departamento de Magdalena, hasta llevar al imaginario popular, la idea de una "masacre", versión que los comunistas han manejado a su favor desde entonces, y de tanto ser repetida se convirtió en verdad