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Libro electrónico210 páginas3 horas

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Información de este libro electrónico

¿Alguna vez se preguntaron qué ocurre con los niños desaparecidos? ¿Murieron? ¿Siguen vivos en algún lado? Este libro les dará una idea de dónde pueden estar: en su sótano, en la casa de al lado, en un edificio abandonado… Deberán estar más alerta a las posibilidades después de leer este libro.

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento5 dic 2019
ISBN9781071521113
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    Vista previa del libro

    Niños debajo de nosotros - Blair London

    Capítulo uno

    Capítulo dos

    Capítulo tres

    Capítulo cuatro

    Capítulo cinco

    Capítulo seis

    Capítulo siete

    Capítulo ocho

    Capítulo nueve

    Capítulo diez

    Capítulo once

    Capítulo doce

    Epílogo

    CAPÍTULO UNO

    Como todas las mañanas, Claire llegó a la universidad a tiempo, hasta unos minutos antes. Así que aprovechó ese tiempo extra buscando un buen puesto para estacionar y una vez hecho, entró a su salón favorito, sacó su laptop y se conectó a internet. Claire comenzó su tiempo en la red haciendo lo responsable: leyendo y respondiendo todos sus correos nuevos, que mayormente, eran sobre sus clases y las pasantías que además hacía para obtener más créditos. Solo después, se permitió revisar los tabloides para revisar las recientes actualizaciones en el mundo de la moda. Hay que admitir que también eso era algo responsable... después de todo, estaba trabajando incansablemente para obtener su grado en mercadotecnia de moda. Lo que realmente quería era trabajar en una de las importantes revistas que leía, como escritora y traductora y tenía mucha razón en creer que la carrera que soñaba pronto estaría en su futuro. No podía quedarse atrás con la información de la moda.

    Claire siempre había estado totalmente segura de lo que quería hacer con su vida y nunca había dejado de trabajar para llegar a la meta. Había trabajado en sus notas y ahorrado dinero para obtener becas para estudiar moda en Italia. Ahora que estaba aquí, se enorgullecía de ser diferente a todos los demás estudiantes, que preferían pasar el tiempo libre con los amigos y darles prioridad a los clubes sobre las clases. A Claire, todo lo que le importaba en su vida era la industria de la moda. Pasaba todo su tiempo libre leyendo sobre la moda y otras cosas relacionadas con ello. Después de pasar todo el día en la universidad, Claire iba directo a su casa y trabajaba en su pasantía. Hoy no era diferente.

    Cuando llegó a su hermoso apartamento, automáticamente encendió la contestadora para escuchar los mensajes nuevos y se dejó caer en el futón.

    Había varios mensajes de Owen, su hermano, quien durante los últimos cinco años había estado cuidando a sus padres en su pueblo natal en las afueras de Chicago, mientras Claire estaba en Italia. Revisó el identificador de llamadas. En total, había diecisiete llamadas perdidas. Parecía ser serio. Ya muy preocupada, estaba por llamarlo cuando sonó el teléfono de nuevo.

    Claire, Claire, ¿estás en casa?

    Claire escuchaba un tono de pánico en la normalmente voz tranquila de Owen y atendió rápidamente. Sí, Owen, estoy en casa. Estaba en clase. Cálmate. Vi la cantidad de veces que me llamaste. ¿Todo está bien?

    Bueno... no exactamente. Respondió Owen titubeando.

    ¿De qué hablas?

    Es papá, Claire. No solo es el Alzheimer, sino que también le está fallando el corazón. La medicina que tomaba ya no le está haciendo efecto. Se había estado deteriorando desde hace mucho tiempo, pero ahora su situación empeoró.

    ¡¿Qué?! Owen, por favor dime que se puede tratar y que pronto estará bien. ¿Una medicina diferente? ¿Una operación?

    Hoy hay cuatro médicos nuevos estudiando su caso. Están haciendo todo lo posible por ayudarlo, pero no pinta bien. Creo que deberías regresar cuanto antes. Podríamos tener que despedirnos de él.

    Estaré ahí tan pronto como pueda. Decidió Claire cuando colgó sin esperar que Owen dijera otra palabra.

    Se desplomó en el piso, con la mirada en blanco, totalmente en shock. En un solo momento, todo el trabajo duro que había estado haciendo por su carrera, pareció hacerse añicos contra el piso como una montaña de vidrios. Claire también se imaginó ver todos sus esfuerzos hechos pedazos.

    Consideró que la situación de su padre debía ser muy grave. Owen era sensato, no le habría pedido que fuera si no estuviera seguro de que era necesario. Así que sin pensarlo dos veces, hizo los arreglos para salir en el primer vuelo que hubiera. Envió correos e hizo llamadas apuradas a sus profesores y jefes. Hasta llamó a la oficina de Wolfgang Joop, la figura insigne de la moda con quien quería trabajar, aunque solo logró hablar con una secretaria que parecía ser mala y estar increíblemente aburrida. Luego empacó sus cosas y salió para el aeropuerto.

    Durante todo el viaje, los pensamientos de Claire rebotaban entre su carrera y su familia. No podía evitar sentir miedo que sus ambiciones y sueños en el mundo de la moda se estaban esfumando. En un solo día, todos los años de trabajo duro que había hecho para lograr el éxito, se iban a desperdiciar. ¿Y si algo horrible le pasaba a su papá y después no podía regresar a la universidad?

    De pronto, sus pensamientos cambiaron a su familia. Sin importar cuánto quería una profesión en moda y sin importar cuánto había disfrutado de los últimos cinco años en la universidad, aun así se sentía culpable por haber dejado la casa. Debería haber ido a visitar a su familia más a menudo, pensó. O siquiera llamar o escribir. Y quizás no debió haber dejado a cargo a su hermano menor, aunque se hubiera ofrecido y parecía estar muy contento de vivir en el mismo donde había crecido. A lo mejor era demasiado joven y falto de experiencia para lidiar con la demencia y enfermedades de sus padres. Ella debió haber sido quien se encargara de cuidar a sus padres. Ahora, por primera vez, se sentía atrapada entre su familia y su carrera y estaba comenzando a pensar seriamente que había tomado las decisiones equivocadas. Todos los planes para su carrera estaban comenzando a parecer muy pequeños en comparación con la culpa de no estar en casa en un momento de crisis.

    Después de un vuelo largo lleno de confusión y miedo paralizante por su padre, Claire tomó un taxi directamente al hogar de ancianos donde, gracias al cielo, Owen la estaba esperando. Mientras corría hacia su hermano, Claire se preparó mentalmente para lo peor.

    Owen la envolvió en un abrazo apretado. Bienvenida a casa, Claire. Te he extrañado mucho y muchas cosas han cambiado. Detesto que tengamos que reunirnos en estas circunstancias, pero aun así, me encanta verte.

    Owen, quien había sido retraído y de voz suave, ahora estaba muy comunicativo y elocuente. La hizo sentirse segura y en casa, aun en medio del shock y la adversidad. Te veo muy diferente, hermanito. Claire sonrió.

    Yo también a ti.

    El breve momento de felicidad se esfumó cuando fueron a ver a sus padres. Primero, Owen llevó a Claire a ver a su mamá. Los padres habían estado en un accidente automovilístico unos seis años atrás y eso había resultado en la demencia de su padre, antes de que se la diagnosticaran, y su madre nunca se había recuperado completamente del daño, mental y físico. Había estado en coma durante los últimos siete meses y ahora estaba con un sistema de soporte vital.

    ¿Qué dicen los médicos? Preguntó Claire muy triste.

    Bueno, están haciendo todo lo que pueden.  Estuve hablando largo y tendido con los médicos sobre sus planes para ella. Gradualmente tendrán que reducir la intensidad de las máquinas para ver si su organismo responde. Podría tardar mucho, pero dicen que si mejora aunque sea un poquito, quieren mudarla a la habitación de papá. Creen que estando juntos será mejor para los dos. Estarán más felices y quizás papá pueda recordar más. Pero, por supuesto, si aún está vivo cuando ella despierte, si despierta.

    Claire se sintió abrumada por tanta noticia al mismo tiempo y la cantidad de incertidumbres que se apilaban. Respirando fuerte, no lograba decir una palabra. Sabía que no podía hacer nada para ayudar a su madre, pero eso no evitaba que deseara hacerlo. Le partía el alma ver a su madre tan pequeña y frágil.

    Después de unos minutos sentados en silencio junto a su madre, Owen suavemente guió a Claire por el corredor a la habitación de su padre. Claire se había aferrado ingenuamente a sus esperanzas durante todo el viaje, pero de inmediato vio que su papá estaba aún peor que su madre. Estaba peor de lo que Claire se había imaginado. Estaba lleno de cables conectados a máquinas que pitaban casi tan alto como la sibilancia de su padre. Se acercó a él intentando mantener una sonrisa.

    ¡Ay, no! ¡Tú no eres mi enfermera! Gritó. ¡No, no! Lo siento, querida, pero quería llamar a mi enfermera. ¡De veras necesito que me ayuden!

    No, papá, no soy la enfermera, soy yo, Claire. Claire, tu hija. Dijo Claire con una voz suplicante. Intentó controlarse, rogando para que de pronto la reconociera.

    Gracias por venir a visitarme, querida, pero, ¿quién eres?

    ¡Soy yo, papá!

    Lo siento, querida, pero necesito a la enfermera. Yo... Y de pronto no pudo hablar más porque la tos se lo impidió. Aun si la hubiera reconocido, no hubiera podido hablar con ella.

    Era demasiado para ella. Claire salió corriendo al pasillo, sintiendo el corazón partido y hecho pedazos. Owen corrió tras ella y eventualmente la convenció que se calmara y se fueran juntos. Después de todo, había sido un viaje largo.

    Después de lavarse la cara en el baño, salió del hogar para ancianos con su hermano y nerviosamente encendió un cigarrillo. Claire mayormente había dejado de fumar, pero todavía se permitía un cigarrillo de vez en cuando, sobre todo cuando estaba nerviosa, alterada y emocionada. Pensó que ese momento definitivamente contaba como uno particularmente estresante. Ni Owen, que siempre se había opuesto firmemente a fumar, no dijo nada. Sabía que ella necesitaba algo para controlarse.

    Sabes, no es un shock muy grande. La enfermedad de papá está empeorando día tras día. Dijo Owen lentamente.

    Lo sé. Susurró Claire.

    Del modo cómo te sientes ahora, herida y derrotada, así es como he sentido todos los días durante meses, viéndolo empeorar cada vez más mientras no estabas.

    Claire suspiró profundamente. Desde que había comenzado el viaje de regreso a casa, había temido que en algún momento Owen comenzara a hablar así. Todas sus peores culpas y sospechas habían salido a la superficie. Había hecho mal en quedarse en el extranjero mientras su familia se deterioraba. No era muy cercana a sus padres y ciertamente los quería, pero su carrera era igual de importante para ella. Además, no era una persona muy emotiva, sino más bien un ser humano práctico. Siempre había sido así. Cuidar a las personas nunca había sido su fuerte. Pero Owen, que siempre había sido mucho más suave, siempre había sido un cuidador natural. Ahora Claire se preguntaba si no había valorado suficiente a su familia y se había dejado llevar por sus ambiciones.

    Su padre ni siquiera la había reconocido, a su propia hija. Sabía que él debía estar enfermo y confundido por el corazón, pero tenía que admitir que dudaba que la hubiera reconocido, aun si no hubiera estado sufriendo. Y estaba segura de que su madre tampoco la reconocería. Había reemplazado a sus padres con modelos de la universidad y el trabajo, pero ahora se daba cuenta del error que había cometido. Toda la gente que era tan importante para ella en la industria de la  moda, profesores notables y editores de revistas, en ese momento no le importaban. Ninguno podía ayudarla a ella ni a sus padres. Para eso estaba su familia, si ella se hubiera molestado en mantener una conexión.

    Estaba perdida en sus pensamientos, cuando Owen le tomó una mano para interrumpirla y traerla de vuelta a la realidad.

    Claire se recuperó, intentó parecer normal y respondió: Es que verlo de esa manera... ¡me parte el alma! Estoy furiosa conmigo misma, Owen. No he estado con ustedes en los momentos difíciles. Claire rompió a llorar.

    Owen no tenía idea de qué decirle. Se agachó junto a ella y suspiró. Después de un momento, ella le permitió que la levantara. Una vez que Claire estuvo de pie, Owen la envolvió en un abrazo y la apretó junto a su pecho. Y por un momento se sintió segura.

    Owen siempre había sabido que su hermana mayor era una chica fuerte y práctica, y verla en ese estado era doloroso para él. Todos a su alrededor se estaban derrumbando. Y no sabía cómo ayudar a Claire, porque estaba sintiendo lo mismo que ella y no lo estaba manejando nada mejor.

    Era un momento malo para los dos, pero él sabía cómo consolarla. Juntó fuerzas e hizo todo lo posible.

    ¡Todo va a salir bien! Saldremos de esta como siempre lo hemos hecho. Dijo.

    Claire comenzó a llorar aún más fuerte ante eso, y desgraciadamente, hizo que Owen perdiera la paciencia.

    "¡Vamos, Claire! ¡Por favor! Es duro, lo sé, y fue duro también para mí, pero esto lo resolveremos juntos.

    Todos envejecen y se deterioran, es la ley de vida. Algunas personas mueren en accidentes, otras mueren en paz y otras tienen que lidiar con enfermedades como la de papá. Tú lo sabes".

    Claire asintió. Lo sabía, pero saberlo no la hacía sentir mejor. Pero, Owen, se ven tan viejitos. No me importa la edad que tengan siempre que luzcan como los recuerdo. Parecieron envejecer muy rápido y ni estaba aquí para ver cómo ocurría. Siento que todos los buenos momentos que pude pasar con ellos, murieron mientras estaba fuera. Y ahora que regresé, no sé qué sentir.

    Owen no sabía qué decir, así que no dijo nada. Se quedó abrazando a su hermana y la dejó llorar.

    Eventualmente, Claire empezó a murmurar entre sus brazos. Alzó la cabeza, se secó las lágrimas y adoptó una expresión seria, los dientes apretados y miró a su hermano. ¿Y su casa?

    ¿Qué pasa con la casa?

    ¿Lograste venderla?

    Todavía no, pero al fin conseguí a alguien para alquilársela. Sam estará viviendo en la planta baja, cerca del patio trasero. Conoces a Sam, ¿verdad?

    ¿Sam, nuestro antiguo vecino? ¿El que nunca se fue de la casa de sus padres, ni cuando murieron?

    Owen se rió. Sí, ese mismo. Hace unos meses hubo un incendio horrible en su casa. No tengo idea de lo que pasó, pero hubo demasiado daño como para reconstruirla. Así que en vez, ahora paga alquiler en nuestra casa. Iba a mudarse a otro lado porque no le quedaba otra, pero sabes cuánto tiempo ha vivido en la zona, así que aprovechó la oportunidad de quedarse

    Claire intentaba imaginarse a Sam, pero todo lo que recordaba era un niño pequeño, siempre solo, jugando con un balón de fútbol y cuidando algún perro perdido. Nunca había tenido muchos amigos porque nunca había sido muy amigable, pero eso no parecía importarle. Claire creía que a Sam no le interesaba mucho tener amigos. Siempre le había dado escalofríos.

    Pero no le dijo nada de eso a Owen. Se guardó los pensamientos y en su lugar preguntó: ¿Y cómo es ahora?

    "Ah, igual que siempre. Muy callado, no sale de su habitación hasta la medianoche. No es una persona muy comunicativa, pero tampoco es una molestia. Nunca interactuó con nadie, pero por alguna razón le gusta vivir en la zona. Sabes que nunca interactuó con nadie, pero por alguna razón le vista vivir aquí. Y me sentí muy mal cuando supe que lo

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