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Origen de una pasión: Los albos y las claves de su popularidad
Origen de una pasión: Los albos y las claves de su popularidad
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Libro electrónico466 páginas5 horas

Origen de una pasión: Los albos y las claves de su popularidad

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"Todo organismo social está volcado hacia un fin público que trasciende la esfera privada de sus integrantes y los clubes deportivos no son una excepción. De modo que preguntarse acerca de los factores y condiciones que hicieron posible que uno de ellos, como es el caso de Colo-Colo, permaneciera, creciera y trascendiera requiere de una mirada analítica capaz de mirar más allá de lo evidente, como es el propósito de este libro.
Ello ya constituye un aporte a la escasamente desarrollada historia de la constitución de lo cultural de nuestra sociedad. El análisis de la inserción de Colo-Colo en la cultura popular es un aporte a la comprensión de los procesos sociales y culturales más significativos vividos por la sociedad chilena y sus sectores populares".
(Eduardo Santa Cruz, periodista, sociólogo, académico dela Universidadde Chile y autor de varios libros sobre deporte y sociedad).
El trabajo de Roberto Guidotti es intenso y serio. La Historia de Colo Colo y las razones de su popularidad son conocidas, pero esta obra entra en ellas con gran profundidad y detalle. Recoge citas y opiniones con generosidad, recuerda los grandes episodios con pormenores valiosos. Hay que leerla.
(Edgardo Marín, periodista, autor de “De David a Chamaco”, “Historia de los Campeones”, “Centenario: Historia Total del Fútbol Chileno”, entre otras obras).
¿Por qué Colo-Colo es popular? Puede haber muchas razones. En este libro, hay algunas respuestas. Basándose en una revisión de la historia, hitos, ídolos, problemas y opiniones de especialistas, Roberto Guidotti consigue entregarnos en forma simple el qué ha hecho al cuadro albo lo que es y significa para su hinchada y para la historia del deporte chileno. Una visión que faltaba y que cualquier hincha del fútbol disfrutará. Incluso para seguir discutiendo el tema. (Sebastián Salinas, historiador, autor de “Por empuje y coraje”: los albos en la época amateur).
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento28 mar 2016
Origen de una pasión: Los albos y las claves de su popularidad

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    Origen de una pasión - Roberto Guidotti

    Origen de una pasión: Los albos y las claves de su popularidad

    Autor: Roberto Guidotti

    Editorial Forja

    Ricardo Matte Pérez N° 448,

    Providencia, Santiago-Chile.

    Fonos: +56224153230, 24153208.

    www.editorialforja.cl

    info@editorialforja.cl

    www.elatico.cl

    Fotografía solapa y Trabajo fotográfico: Mario Valenzuela Werth.

    Estadísticas: Luis Navarrete Herrera.

    Edición electrónica: Sergio Cruz

    Primera edicion: abril, 2016.

    Prohibida su reproducción total o parcial.

    Derechos reservados.

    Ninguna parte de esta publicación, incluido el diseño de la cubierta, puede ser reproducida, almacenada o trasmitida de manera alguna ni por ningún medio, ya sea eléctrico, químico, óptico, de grabación o de fotocopia, sin permiso previo del editor.

    Registro de Propiedad Intelectual: 219.263

    ISBN: 978-956-338-087-3

    DEDICATORIA

    Con especial cariño a dos personas fundamentales en este logro: mis padres Rosa y Erasmo. Valoro su encomiable esfuerzo para que llegara a ser lo que soy ahora y por todo el apoyo desde siempre. También se lo dedico a mi hermana Loreto, por estar permanentemente ahí en cada momento que la necesité.

    Además, a todos quienes vieron como se gestaba y desarrollaba este proyecto. A mis profesores, a mis excompañeros, a todos quienes en más de alguna oportunidad aportaron un consejo, una opinión, un dato útil sobre el club de fútbol más popular en la historia de este país. Sería interminable nombrarlos a todos, pues probablemente se queden muchos nombres en el tintero, pero este esfuerzo es para ustedes. Por último, dedicárselo a todos quienes sueñan construir una sociedad mejor a partir del deporte y del fútbol.

    A todos aquellos que llevan el fútbol en su corazón y en sus vidas. Ricos y pobres, chicos y grandes, hombres y mujeres, que vean este deporte como un fenómeno de masas, el que más gente acarrea en todo el mundo y que entiendan que el deporte y el fútbol son parte de la cultura popular de los pueblos. Y especialmente a los colocolinos, cuyo sentimiento acompaña estas páginas, y a quienes también entiendan el mundo como una diversidad, como una masa armónica que vive en pluralismo y libertad.

    AGRADECIMIENTOS

    Deseo hacer extensivas mis gratitudes a todos quienes de alguna forma colaboraron para que este proyecto se concretara. Por supuesto, a mi querida familia, por el permanente apoyo incondicional en todo.

    Agradecer especialmente al Centro de Estudios del Deporte (CEDEP) por su buena voluntad y acogida brindada en pos de este trabajo. A Eduardo Santa Cruz Achurra, por su valiosa e infinita ayuda desde un primer momento en esta investigación, por la orientación otorgada y el tiempo dedicado.

    Una mención significativa para Felipe Risco y Mario Valenzuela, sin cuyas vitales contribuciones este libro no habría podido ver la luz.

    Especiales agradecimientos también, a Luis Navarrete, por los datos estadísticos proporcionados y a los colegas del diario La Tercera, donde me desempeñé hasta 2008, por el respaldo brindado.

    Mis más sinceras gratitudes a mis amigos Boris Quezada y Ricardo Olate, por la entrañable colaboración moral concedida, por los contactos, por la paciencia y por todo su aporte. Además, a mis excompañeros de clases les agradezco por los momentos que compartí en cinco años de carrera, por todo lo que aprendí, lo que crecí y lo que viví.

    A Carlos González, Felipe Vuletich, Mariela Tagle, Claudio Olmedo, Francisco Mouat y a mis excompañeros del Taller Literario, los cuales son amigos y colegas.

    Para terminar, un reconocimiento para cada uno de los entrevistados, ya que nada de esto habría sido posible sin su testimonio, sin su tiempo y sin sus conocimientos entregados a cambio de nada. Por último, los agradecimientos a todos quienes algún día lean estas páginas.

    PRÓLOGO

    En Chile, cualquier discusión acalorada entre hinchas del fútbol acaba cuando emerge el colocolino recordando que somos el único campeón de la Copa Libertadores. Sin lugar a dudas, Colo-Colo es por lejos el club más exitoso del balompié nacional. Aquello se confirma principalmente con cuatro datos: es el único que ha levantado la Libertadores, es el de mayor cantidad de estrellas locales con 29, es el de más trofeos internacionales con 3 y es el único que jamás ha jugado en segunda división. Pero más que la estadística, este glorioso club es un genuino representante del país. Incluso, su nombre se lo debe al valiente cacique araucano que luchó y dio su vida por la resistencia frente a los españoles.

    Fundado en 1925, desde sus albores Colo-Colo provocó un extraño magnetismo, traducido en un masivo arrastre de público debido a su espíritu guerrero y óptimos resultados. Esta popularidad se acrecentó por la sensibilidad que provocó la muerte de David Arellano, uno de sus fundadores y quien falleció hidalgamente defendiendo sus colores en una gira por España, en 1927.

    Finalmente, los éxitos deportivos transformaron a Colo-Colo en una pasión de multitudes, especialmente de los sectores de menores recursos, quienes se identificaron con el sacrificio de sus ídolos.

    Además de David Arellano, asoman otros célebres jugadores que han enaltecido al club. El propio autor describe a varios en su libro. Yo mencionaré solo a algunos, ya que la lista de astros es interminable.

    Para empezar, destaco al habilidoso Manuel Muñoz, quien fue tan grande que hizo suyo el apodo Colo-Colo. A su vez, el delantero Jorge Robledo introdujo el profesionalismo adquirido en Inglaterra. Por su parte, Enrique Hormazábal fue un genio que deleitaba con su riqueza técnica y exquisita pegada, lo mismo que su discípulo aventajado, Francisco Chamaco Valdés.

    Carlos Caszely fue el ídolo en su máxima expresión. Capaz de desafiar al poder político como a la más sólida de las defensas, su estrecho vínculo con Colo-Colo da para un libro aparte. Su socio en la cancha, el brasileño Severino Vasconcelos, maravilló con su talento privilegiado.

    Roberto Rojas, el mejor arquero albo de todos los tiempos, fue capaz de dejar en el banco al extraordinario Mario Osbén y ser elegido ¡cinco años seguidos! como el mejor guardameta del Campeonato Nacional. Su sucesor, el argentino Daniel Morón, siguió por la senda triunfal, imponiendo el color amarillo como uniforme oficial de los arqueros del cacique. Uno de los últimos referentes fue el trasandino Marcelo Barticciotto. Fue estrella en dos etapas victoriosas y además fue campeón como entrenador.

    Para concluir el recuento de figuras, no hay que olvidar que esta casaquilla también fue vestida por los tres mejores futbolistas chilenos de la historia: Elías Figueroa, Iván Zamorano y Leonel Sánchez. Sin embargo, ninguno de ellos llegó en su mejor momento. En las bancas también hubo héroes. Por ejemplo, el húngaro Francisco Platko, quien sorprendió al medio futbolístico en 1941 con la introducción de su exitosa táctica WM. Como entrenador, también salta a la vista Luis Zorro Álamos, quien creó al Colo-Colo más estético de la historia, logrando el título local en 1972 y el subcampeonato de la Copa Libertadores 73. Otro DT que impulsó un juego vistoso fue Claudio Borghi, tetracampeón de Chile con sus coronas del Apertura 2006, Clausura 2006, Apertura 2007 y Clausura 2007.

    De todos los estrategas, quien ocupa el trono es el croata Mirko Jozic, quien no solo revolucionó el balompié criollo, sino también el sudamericano al levantar la ansiada Copa Libertadores. Triunfó con su dinámica e intensidad europeas, y con una táctica donde llamaban la atención los rombos y una zaga compuesta por un líbero y dos stoppers.

    Como se puede apreciar en la narración de los técnicos, Colo-Colo se ha distinguido en nuestro balompié por ser pionero en el plano táctico. Y ojo que también tiene otros hitos. Por ejemplo, es el primer club chileno en ir de gira a Europa, en alzar la Libertadores, en ser tetra-campeón y en jugar oficialmente en Isla de Pascua ante el representativo local.

    Para entender lo que significa Colo-Colo para nuestro país, no hay nada más acertado que recurrir a su precioso himno. Allí encontramos frases que reflejan su arraigo nacional como cantemos todos de Arica a Magallanes o su nombre vibra desde el mar a los Andes.

    La relevancia del club incluso traspasa las fronteras. Cuando viajamos al extranjero generalmente nos alaban nuestro vino y las poesías de Pablo Neruda, pero también es esperable que nos pregunten por Colo-Colo. Por algo existe el grito de guerra ¡¿Quién es Chile?! ¡Colo-Colo! y ¡¿Quién es Colo-Colo?! ¡Chile!.

    Pero no todo ha sido color de rosas para los albos. Las severas crisis económicas e institucionales han sido una constante, llegando a su punto cúlmine en la quiebra de 2002.

    Por su importancia para el país, Colo-Colo tampoco ha estado al margen de los poderes del Estado. De hecho, el primer Presidente de la República futbolizado, Pedro Aguirre Cerda, fue hincha albo. Incluso existen tesis que afirman que el Golpe de Estado de 1973 se retrasó por la fantástica campaña que cumplía el elenco popular en la Copa Libertadores. El propio Presidente Salvador Allende les habría pedido a los jugadores continuar con las victorias para tener al pueblo concentrado en lo deportivo. Eran momentos de extrema polarización, donde solo Colo-Colo emergía como factor de unión para los chilenos.

    Como aficionado por la historia del fútbol, siento profundo respeto y gran admiración por este anciano de 87 años llamado Colo-Colo. Por un asunto de edad, no pude gozar con sus equipos de antaño. Pero tuve el privilegio de solazarme con el notable cuadro que se coronó campeón de Sudamérica en 1991, una consagración que nos llenó de orgullo a todos los chilenos.

    La obra de Roberto Guidotti me ha entusiasmado por su relato fluido, atinado, objetivo y preciso. No sobra ni falta ningún episodio relevante. El autor ha sido capaz de reunir todos los momentos importantes de la historia alba. Se nota su entusiasmo al rememorar el título de la Copa Libertadores 91 y se percibe su aplomo al evocar los cíclicos altibajos directivos. Pero que esto no lleve a confusión, pues el libro destaca por su prolijidad, por estar bien escrito y, sobre todo, por estar sumamente documentado.

    La investigación ha sido ardua. No ha cejado en su empeño por hallar datos, chequear fechas, consultar por innumerables bibliografías y entrevistar a diversos testigos de la gloriosa trayectoria del cacique. Por su grabadora no solo pasaron futbolistas, sino también periodistas, sociólogos, historiadores y profesores, entre otros. Todo ello permite tener mayores herramientas para comprender el fenómeno Colo-Colo y lo que representa para nuestro país.

    La obra que usted tiene en sus manos partió como muchos textos, ya que fue la tesis de Guidotti para optar al título de periodista en la Universidad de Chile. Por supuesto recibió distinción máxima. Posteriormente la perfeccionó aun más y el resultado es un libro de excelencia. Decir que debe ser leído por todos los colocolinos resulta una obviedad. Me atrevería a señalar que es un texto imprescindible para todos aquellos que deseen conocer un poco más acerca de la identidad chilena, porque, como bien dice su himno, Colo-Colo representa nuestra raza sin igual.

    Felipe Risco Cataldo¹

    Periodista


    1 * Felipe Risco Cataldo es autor de los libros de fútbol Campeones 2002, Con 24 años basta y sobra, Se lo merecen y También se lo merecen. Sus obras han sido elogiadas por célebres periodistas deportivos, como Julio Martínez, Pedro Carcuro y el argentino Fernando Niembro.

    INTRODUCCIÓN

    Había terminado de entregar mi memoria para optar al título de periodista, cuando uno de mis entonces compañeros de curso se me acercó a preguntarme cómo me había ido. Tras unos minutos de conversación surgió su frase entusiasta: Oye y ¿no has pensado en publicarlo como libro?. Hasta entonces, la única intención que había tenido mi trabajo investigativo era cumplir con mi memoria de título. Sin embargo, aquel diálogo con dicho compañero colocolino y amante del rock me hizo plantearme un nuevo objetivo. Desde ahí, el camino recorrido fue largo y no exento de dificultades. Pero se llegó a la meta. Tal vez varios momentos, figuras y nombres no figuran en estas páginas. No obstante, lo que hay representa lo más genuino del sentimiento y del devenir del club albo.

    El deporte integra el patrimonio cultural de la humanidad. Constituye un factor de unión y desunión de los pueblos, al mismo tiempo de establecer una sana competencia entre los mismos en sus diversas disciplinas. Dentro de éstas, el fútbol se ha tornado el deporte más popular y más practicado a lo largo del mundo y Chile no es la excepción. Entendemos por patrimonio cultural todo aquello que es sentido y apropiado por la gente como auténtico. El concepto de propio tiene un sentido muy amplio pero se expresa, por lo mismo, a través de diferentes claves (literarias, musicales, deportivas, etc.).

    Como fenómeno de masas, el fútbol junto a la televisión han tenido una potente aceptación en todos los estratos sociales en los distintos países y sobre todo en los sectores populares. Así, este deporte ha pasado a convertirse en un hito social más que meramente deportivo, debido a la enorme cantidad de adeptos que reúne su práctica tanto profesional como aficionada.

    Siendo el deporte más popular a nivel planetario, en Chile el fútbol es también la actividad física con mayor cobertura en los medios de comunicación. Y como suele suceder en cada país, existe siempre un par de clubes que se pelean el favoritismo de la hinchada y la mayoría de las veces, uno de ellos ostenta el cartel de ser el más popular.

    A la luz de estas razones, las páginas siguientes se adentrarán en el club más popular de Chile, Colo-Colo, y más que centrarse en su rica trayectoria, el objetivo será desentrañar las razones del por qué del enorme arrastre popular en la afición chilena.

    La presente investigación consistirá en un reportaje que, basado en el lema del club Colo-Colo es Chile, intentará responder a la siguiente pregunta: ¿Qué factores explican que una institución deportiva llegara a convertirse en un fenómeno social? La hipótesis que sustentará este trabajo sostiene que dichos factores tienen que ver con ciertos aspectos del club asociados con rasgos de la nacionalidad, llegando a formar parte de la identidad cultural de una parte del pueblo chileno. Dicha hipótesis se irá revalidando capítulo a capítulo, según el tema que se trate en cada uno, para justificar la importancia de aquel tema en la estructuración de la hipótesis. La propuesta es realizar un trabajo fundamentalmente informativo, pero que no excluye distintos aspectos de investigación sobre algunos tópicos.

    La razón para desarrollar dicho tema obedece a varios motivos, que responden a algunas interrogantes que se producen en torno al club Colo-Colo. En primer lugar, su nombre también trasciende las barreras de lo meramente deportivo en el plano cultural, es decir, como un elemento instalado en el inconsciente de los chilenos. El nombre Colo-Colo es conocido en todo el país, tal vez más que ningún otro club deportivo nacional, formando casi una identidad propia.

    Todo el mundo sabe que existe algo en Chile llamado Colo-Colo y que es un equipo de fútbol o algo relacionado con eso, aunque sean personas absolutamente alejadas del mundo deportivo y no conozcan nada sobre el club. A través de las páginas siguientes se intentará de alguna forma explicar el por qué de dicha popularidad, por qué su nombre es conocido por la gran mayoría del país en todos los ámbitos, sexos y edades.

    En segundo lugar y derivado del anterior plantea a Colo-Colo como un sinónimo de identidad nacional en la medida que aglutina a un grupo muy heterogéneo de población de distintos sectores sociales y culturales, pasando a ser, más que ningún otro de sus símiles, un club transversal, con simpatizantes no solo en sectores populares sino además medios y altos. Se buscará también con este trabajo, algunas de las causas de dicha identificación y dicha transversalidad.

    El hilo conductor se estructurará en torno a tres factores que detonan la identificación del club con la sociedad chilena, los cuales son el éxito, la representatividad nacional y la constante cercanía de Colo-Colo con los aparatos de poder. Para ello se seleccionarán diversos aspectos de la historia del club, algunos hitos deportivos, otros institucionales, determinados por los tres factores anteriormente mencionados.

    En el capítulo I se abordará el entorno que originó la fundación de Colo-Colo, con una breve reseña de los orígenes del balompié nacional y principalmente las circunstancias y la forma en las que el club se fundó y comenzó a cimentar su popularidad.

    En el capítulo II se hará una revisión histórica de los principales hitos deportivos de Colo-Colo, que, determinados por los tres factores ya mencionados, permitirán comprender de qué manera se fue forjando la popularidad del club y su traspaso de las barreras deportivas para integrarse de manera más directa a todos los sectores de la sociedad. Se partirá por sus primeros años en el profesionalismo, finalizados con la gira a Europa –la primera realizada por un equipo chileno– y la muerte en España de su símbolo y fundador, David Arellano, hasta pasar por sucesos como el Colo-Colo 73 y el equipo Campeón de América en 1991.

    En el capítulo III se realizará una mirada a los momentos institucionales y su continuo devenir entre la crisis y la recuperación. Desde su fundación hasta la fecha, y en distintos períodos, ha existido una muy cercana relación entre Colo-Colo y el poder. Ya sea este último estatal, económico, privado, en democracia o dictadura, el nombre de Colo-Colo ha sido siempre un atractivo para algunos personajes o grupos de poder, debido al arraigo que posee dicho nombre entre la población, como una estrategia para lograr diferentes propósitos (popularidad, poder, fama, etc.). Y a la vez se podrá observar cómo un club de enorme popularidad no logra, desde su fundación, establecer una solidez institucional acorde a esta.

    El capítulo IV mostrará la relación entre Colo-Colo y la figura del ídolo, otro de los motivos que han facilitado su sintonía con diversos grupos de la población. A lo largo de su historia, el club ha aportado una serie de ídolos y figuras, algunos de los cuales han trascendido más allá de lo deportivo. La revisión incluirá a los más significativos, aquellos que aportaron con algún valor que les permitió establecer su cercanía con las masas.

    Por último, se ofrecerá una conclusión en la que se sintetizarán los principales contenidos e ideas expresados en los capítulos anteriores, que fundamentan la popularidad de la institución desde su creación hasta los tiempos actuales. Es necesario aclarar que el objetivo del presente trabajo en ningún caso pretende ser exhaustivo ni convertirse en una propuesta totalizadora. Tampoco pretende ser una historia del club, sino más bien busca mostrarse como una alternativa, una forma de comprender lo que significa Colo-Colo para la sociedad chilena, a partir de un club de fútbol que aglutina una serie de otros aspectos sociales, y ser solo la puerta de entrada que permita detonar otras investigaciones similares en el futuro.

    CAPÍTULO I

    DE EL QUITAPENAS AL PROFESIONALISMO: LOS ORÍGENES DE LA RAIGAMBRE POPULAR

    Breve historia del fútbol nacional: los primeros años

    El fútbol desembarcó en los puertos de nuestro país junto a las tripulaciones de las naves británicas en Valparaíso, Antofagasta, Iquique, Coquimbo y Talcahuano. Oficialmente el fútbol comenzó a practicarse en 1851 en el colegio MacKay and Sutherland ubicado en el Cerro Alegre de Valparaíso. La formación de los primeros clubes chilenos se inició a fines del siglo XIX y tuvo orígenes diversos. El primer club se fundó en 1889, y se llamó Valparaíso Foot Ball Club, dejando claramente establecida la marcada influencia inglesa en los orígenes del balompié criollo. Pronto fueron naciendo otros clubes de raigambre inglesa, como English Athletic MacKay and Surherland School, el English Stocking and Hall School y el Rogers F. C., que pertenecía a la casa comercial del mismo nombre.

    Tras la guerra civil de 1891, nació el club chileno más antiguo de los actualmente existentes, Santiago Wanderers Football Club, llamado así para diferenciarlo del Valparaíso Wanderers, que vio la luz oficialmente en 1896, aunque se considera el 15 de agosto de 1892 como su fecha de fundación, debido a que en esa fecha se realizaron las primeras reuniones para formar el club.

    Este deporte tuvo una gran base escolar, pero poco a poco los chilenos comenzaron a incorporarse al fútbol, y fue así como en 1893 aparecieron los primeros jugadores con apellidos chilenos.

    A lo largo del país, esta actividad se fue normando bajo asociaciones deportivas, las que finalmente y con la existencia de algunos problemas para llegar a su creación, dieron origen a la Federación Sportiva Nacional, la que agrupaba a todas las asociaciones regionales de fútbol y también tenía por finalidad ser la rectora nacional de todos los deportes. Esta Federación fue reconocida por el Gobierno. Poco después, en 1909, se fundó la Football Association of Chile (Asociación de Fútbol de Chile) y al año siguiente se realizó el primer campeonato en Valparaíso. Sin embargo, fue en Santiago donde surgió otra vertiente del fútbol, la obrera.

    Desde sus comienzos, la prensa deportiva, especialmente la obrera, abordó como una misión educativa la divulgación de las reglas y, más importante todavía, la actitud y el espíritu del fair play, tal como ejercían sus fundadores ingleses (1). La masificación de este deporte trajo consigo la reutilización de los espacios públicos de la época, como fue el caso del Parque Cousiño y la Quinta Normal.

    Para el periodista y sociólogo Eduardo Santa Cruz, el fútbol siguió el mismo patrón que la mayoría de los deportes en Chile, es decir, primero los extranjeros, luego los aristócratas y más tarde las clases populares, lo que llevó a que se integrara en la cotidianeidad de toda la población, uniendo y haciendo que distintas clases interactuasen a la hora de realizar deportes.

    El proceso de apropiación popular convirtió al juego en una pasión. Lo transformó de una práctica puramente recreativa en un fenómeno social y cultural, donde simbólicamente se expresan conflictos, esperanzas, frustraciones y sueños, individuales y colectivos (2).

    Al principio, la diferencia entre los clubes de Valparaíso y los de Santiago era muy marcada a favor de los porteños. En la capital, lentamente fue apareciendo la actividad. Varios colegios comenzaron a practicar fútbol, entre ellos el Santiago College, luego imitado por el Instituto Internacional y el Instituto Nacional. La selección Metropolitana o el Santiago Club, que cayó por goleada ante el Valparaíso F. C., constituye el primer registro de un equipo capitalino y pronto comenzaría la proliferación de nuevos nombres.

    El primero de ellos fue Magallanes, que nació al interior de la Escuela Normal de Preceptores, el 27 de octubre de 1897, aunque bajo el nombre de Club Atlético Escuela Normal. En realidad, en aquella fecha el Gobierno de Chile emitió un decreto mediante el cual dicho recinto podía formar un club propio.

    Los colores del club, sin embargo, fueron distintos a los que después lo identificarían: El uniforme oficial del Club Atlético Escuela Normal fue de rayas rojas y blancas verticales, con un escudo en el pecho que ostentaba cuatro letras ‘L’ cruzadas (Libre, Leal, Laborioso, Lozano) (3). Solo cuando celebraban su séptimo aniversario adoptan el nombre actual, Magallanes, luego de haber pasado por otras denominaciones, como Britania (tras fusión con la Escuela de Artes y Oficios) y Baquedano (1901). El nombre elegido no fue casualidad. Justo en aquel año (1904), Chile acababa de establecer su dominio sobre el Estrecho de Magallanes, tras la firma de los Pactos de Mayo.

    En opinión del periodista Daniel Matamala este nombre aparecía como una reivindicación nacionalista, lo que le daba al club un marcado tinte ideológico desconocido para la época (4). La camiseta del club obedece a la misma lógica. Blanca a rayas verticales celestes, para simbolizar la unión entre la nieve y el mar, las dos fronteras del país (5).

    Como veremos más adelante, durante los primeros años del profesionalismo en Chile, Magallanes disputa el apoyo de las clases populares con la otra institución nacionalista del país, Colo-Colo, e incluso en la década del 60 bautiza el partido contra los albos como el clásico de la chilenidad.

    No obstante, la pelea por la disputa del público popular la pierde Magallanes a partir de la década del 70, debido al gigantesco crecimiento de Colo-Colo, aunque también por otros factores. Primero, por la emergencia a partir de los 60 y 70 de Universidad de Chile, que abandona su sesgo universitario para enfocarse hacia un público más extenso, y así pasa a ocupar el lugar de los carabeleros en la lucha por la adhesión popular con Colo-Colo (6).

    A principios de siglo, la tendencia del fútbol chileno fue que los principales clubes nacieran representando a los sectores económicamente acomodados y, producto de la raigambre inglesa, dichos equipos, en la mayoría de los casos, se fundaban con nombres en idioma anglosajón.

    De esta forma el mapa futbolero de las primeras décadas del fútbol criollo ofrece, por ejemplo, varios equipos con la denominación Rangers, siendo el más destacado el de Talca (1902), Santiago National (1903), English FC (1907), Morning Star (club del barrio Independencia fundado en 1907), Bádminton (1912) y Green Cross (1916), pero debido a que en la mayoría de los casos representaban solo a un grupo de fanáticos unidos por la pasión por el fútbol, casi todos estos clubes tuvieron efímera existencia. Así, English se extinguió pronto, y para el resto, hubo dos caminos, aunque estos tampoco aseguraron una supervivencia perecedera.

    a) las fusiones: dicha fórmula permitió que varios clubes unieran fuerzas para crear otras instituciones, la mayoría de fugaz trayectoria. Algunos de ellos fueron:

    —Santiago Morning: nacido en 1936 de la unión entre Santiago (club del barrio Recoleta creado en el ex Liceo Santiago en 1903) y Morning Star. El Chaguito como es conocido, tiene en su palmarés el título nacional de 1942 y en su historia ha deambulado por tres de las cuatro divisiones del fútbol chileno.

    —Ferrobádminton: se creó el 23 de febrero de 1950, de la fusión entre Unión Ferroviario, de propiedad estatal, y Bádminton, con la misión de lograr la adhesión de los funcionarios del Estado, pero aquel objetivo jamás se cumplió y el club desapareció en 1968.

    —Santiago National Juventus: surgió de la unión entre Santiago National y el recientemente creado Juventus en 1940. La alianza le dio algunos réditos y el nuevo club terminó tercero en el campeonato de aquel año, pero duró poco, ya que la fusión se acabó en 1941, volviendo Santiago National a su denominación habitual, para descender de la División de Honor en 1949 y luego desaparecer en 1954.

    b) La mudanza a provincias: con ello se pretendía captar el apoyo de públicos específicos y lograr identificación con una ciudad, aunque la iniciativa tampoco cumplió con las espectativas. Algunos de los que siguieron este camino fueron:

    —Bádminton, el pionero en esta iniciativa, que se mudó a Curicó, tras el fin de la fusión con Ferroviarios. Jugó en esta ciudad los torneos de 1970 y 1971 para finalmente extinguirse.

    —Green Cross: sin el apoyo masivo en Santiago siguió el mismo derrotero y se desplazó a Temuco, donde pasó a llamarse Green Cross Temuco, para terminar extinguiéndose en 1984.

    —Deportes Iberia: es un caso similar a los anteriores, luego de nacer como un club de colectividad hispánica en Santiago, intentó un fallido afincamiento en Puente Alto en 1967, pero debido a los graves problemas económicos por los que pasaba, posteriormente se fusionó con Deportes Los Ángeles (club que había comprado a Iberia el 27 de febrero de 1969) para crear Iberia Bío Bío (2 de julio de 1974) y se estableció en la VIII Región. Actualmente, además de Magallanes y Santiago Wanderers, de estos clubes antiguos solo sobreviven, Santiago Morning, Iberia y Rangers. En el caso del Chaguito, tuvo al principio una fuerte identificación con los artistas (de ahí su apodo de bohemios). Tras una frustrada mudanza a Melipilla en 1982, obtiene el apoyo del gremio microbusero, que lo sustenta actualmente.

    Empero, Santiago Morning es otro de los clubes peregrinos del fútbol chileno. En la actualidad en Primera B (segunda categoría del fútbol chileno), ejerce su localía en La Pintana, luego de deambular por Renca, el Estadio de la Usach, Maipú y varias comunas más, sin lograr superar el apoyo de apenas un grupo de hinchas identificados con el club por tradición familiar.

    Colonias e instituciones

    Una fuente peculiar de creación de clubes en Chile —poco común en Sudamérica— es a través de colonias residentes. Así, Unión Española (cuyo primer antecedente es el Centro Español en 1897), Deportes Iberia (1933), Audax Italiano (1910) y Palestino (1920) tienen como misión identificar a las comunidades española

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