Peregrinaje a El Salvador: A 20 años del Título de la "U" tras 25 temporadas de frustraciones

Por Gustavo Villafranca Cobelli

Peregrinaje a El Salvador es un viaje de 20 años en la memoria del tiempo que realiza el autor, para hacer un completo recorrido de toda la campaña del Club Universidad de Chile y que finaliza con el épico título ante Cobresal, en aquel inolvidable 18 de diciembre de 1994, tras 25 años de espera.
El libro está escrito desde la perspectiva del hincha, respecto a los años de sufrimiento y angustia por los fracasos deportivos del equipo Azul, con una mezcla de vivencias personales, recuerdos de la época, descripción de jugadores y revisión de una reñida disputa fecha a fecha contra la poderosa UC de Alberto Acosta y Néstor Gorosito.
Todos los partidos de la temporada —incluidos amistosos—, tablas de posiciones, goleadores y plantel campeón, además de un registro fotográfico de cada uno de los integrantes del equipo partícipes del logro, son anexos imperdibles para coronar un relato emotivo dedicado con especial cariño a todos los hinchas de la “U” que sufrieron por esa larga sequía de títulos.

• Idioma: Español
• Editorial: Edición Digital
• Fecha de lanzamiento: 12 mar 2016

Vista previa del libro

Prólogo

Verano de 1994

Un estreno Monumental

Los primeros golpes

Nace un romance eterno

El Torneo de verdad

La revancha con Colo Colo

Una difícil salida

Al rojo vivo

Tropiezo en Copiapó

Fútbol Mundial

Una caída de Copa

El doloroso receso

Y ahora con el Lulo

De mal en peor

De las cenizas

El salto definitivo

Las revanchas

A Pedrero

Corazón Mágico

Las últimas 10 fechas

¡Fútbol Internacional!

Fútbol, fútbol y fútbol

El Universidad

Hora de definiciones

Somos la U

En la altura

La semana más larga

Campeón de América

La recta final

A mitad de semana

La última estación

La Vuelta

La prensa al día siguiente

Estadísticas del equipo campeón

Romántico Viajero

Herederos de la hinchada

Colofón

Editorial

Nota del Editor

1994 Luego de 25 años de frustraciones, una temporada en el infierno del descenso y con una hinchada que crecía en pasión a pesar de los malos resultados, el 18 de diciembre, Universidad de Chile logra el campeonato soñado en tantas tardes de fútbol.

Rodrigo Fuentes Díaz | Editor

Acerca del autor

Gustavo Villafranca Cobelli es Periodista y Licenciado en Comunicación Social, Magíster en Comunicación Estratégica y Diplomado en Estrategia y Responsabilidad Social Empresarial (RSE). Se ha desempeñado como profesor universitario en temas de sustentabilidad y relaciones comunitarias, desarrollo de proyectos comunicacionales, comunicaciones internas y externas, medios de comunicación y gestionando redes sociales.

En el ámbito deportivo ha trabajado como comentarista en los programas radiales Entre Azules, Todos por la ‘U’, Sintonía Azul y Santiago Deportes. Es el creador y director de la página web especializada en la historia, datos y estadísticas de la U www.uestadisticas.cl

Peregrinaje a El Salvador es su primer libro.

Acerca de este libro

Peregrinaje a El Salvador es un viaje de 20 años en la memoria del tiempo que realiza el autor, para hacer un completo recorrido de toda la campaña del Club Universidad de Chile y que finaliza con el épico título ante Cobresal, en aquel inolvidable 18 de diciembre de 1994, tras 25 años de espera.

El libro está escrito desde la perspectiva del hincha, respecto a los años de sufrimiento y angustia por los fracasos deportivos del equipo Azul, con una mezcla de vivencias personales, recuerdos de la época, descripción de jugadores y revisión de una reñida disputa fecha a fecha contra la poderosa UC de Alberto Acosta y Néstor Gorosito.

Todos los partidos de la temporada —incluidos amistosos—, tablas de posiciones, goleadores y plantel campeón, además de un registro fotográfico de cada uno de los integrantes del equipo partícipes del logro, son anexos imperdibles para coronar un relato emotivo dedicado con especial cariño a todos los hinchas de la U que sufrieron por esa larga sequía de títulos.

Dedicatoria

A las mujeres de mi vida: Carolina (madre), Catalina (esposa) y Clarita (hija) por la paciencia para soportar mis repentinos cambios de humor y gritos, cada vez que juega la U.

PEREGRINAJE

A EL SALVADOR

A 20 años del Título de la U

tras 25 temporadas de frustraciones

Prólogo

En la vida hay amores que nunca pueden olvidarse, así por lo menos dice un viejo bolero que sigue así: imborrables momentos que guarda el corazón. Escribir sobre este peregrinaje de Gustavo Villafranca, es un poco recordar por qué me hice hincha azul, por qué esa gesta del 18 de diciembre me trae tantos y tan lindos momentos.

Habitualmente, la gente me conoce por mis comentarios internacionales, pocas personas, entre ellas Gustavo y mis amigos de @entrezules, saben de mi pasión por el fútbol. Este prólogo para mí es como ser el capitán de ese mítico equipo y hacerme partícipe de la historia grande del cuadro Azul, que en 1994, ese 18 de diciembre, terminó con un cuarto de siglo de sequía.

Aquel día entramos a la cancha en El Salvador con el asedio implacable de la Católica. Cómo habrá sido de dura la derrota para la UC, que hasta hoy día se quejan de ese cobro del árbitro Imperatore y el empate que nos devolvió al lugar que a todos nos gusta: las estrellas.

Me emocioné. Recuerdo a tantos hinchas que hicieron el viaje a la ciudad minera, hijos y padres, algunos de mis compañeros de trabajo que pidieron expresamente viajar como reporteros sacrificando aquel fin de semana con tal de ver la ansiada consagración. Algunos de ellos guardaron parte del césped para no olvidarse de lo que se había logrado en esas alturas. Es tanta la pasión que el episodio despertó, que incluso nos motiva a incursionar modestamente como comentaristas deportivos.

Ese equipo era lo que es la U para todos: un cuadro aguerrido que tenía un arquero con un apelativo que hasta hoy nadie hereda, Superman Vargas; la retaguardia estaba en manos de un defensor serio, valiente y que metía miedo, el paragua Rogelio Delgado; desde Colombia llegaría un hombre de paso fugaz, pero efectivo, Raúl Heriberto Aredes, con sus pases precisos y goles oportunos; y en la delantera, aparecía un muchachito tímido, callado y que siempre habló con goles: el Matador Marcelo Salas.

Hace ya 20 años, desde aquella tarde en el norte, la U comenzó una búsqueda que la llevó a alturas insospechadas, acumulando más de diez títulos, entre Campeonatos Nacionales, Copa Sudamericana y Copas Chile. Ese plantel fue la base del equipo que, bajo la dirección de Miguel Angel Russo, llegaría a la semifinal de Copa Libertadores, escamoteada en Buenos Aires, cuando el árbitro ecuatoriano, Alfredo Rodas, no cobró un penal tan grande como el estadio de River Plate.

Aún más, uno de los mejores centrales que he visto —Ronald Fuentes— fue integrante del plantel bicampeón de 1999 y 2000 que dirigió César Vaccia. Para el hincha no son solo anécdotas, sino que historia viva, esa motivación extra que transforma esos sucesos en parte de nuestra memoria colectiva.

Un capítulo aparte para el conjunto actual que está cerca de un nuevo logro: ojalá, al leer estas páginas, se sientan herederos de una tradición que va más allá del título en sí mismo, el orgullo de decir que forman parte de un Club con tradición noble e historia.

Se cumplen 20 años de la hazaña, dos décadas en que para los Azules muchas emociones se acumulan, pero, sin duda, ninguna tan entrañable e íntima como ese 18 en El Salvador. Cierre los ojos, hay penal en El Salvador, Mardones se encamina hacia la historia y convierte. La U campeón después de 25 años. Viva y reviva la historia de este peregrinaje que usted puede leer y releer las veces que quiera, para que haga cierta la frase de don Sergio Navarro: La U es algo que se lleva tatuado en la piel.

Carlos Zárate

@CarlosZarateV

Verano de 1994

Ya parece ser una regla: el título se consiguió sufriendo. El plantel soportó una tremenda presión. Sacamos el partido adelante con el aliento de la hinchada.

Rogelio Delgado, León Paraguayo

Diario La Tercera

He estado tratando de acordarme dónde estuve el 23 de enero de 1994 y la verdad es que no logro dar con la foto del momento. Sí recuerdo haber visto por televisión la imagen que daba vueltas en mi cabeza una y otra vez con los jugadores de Unión Española arriba del travesaño y encaramados sobre el alambrado de San Carlos de Apoquindo celebrando el triunfo por la mínima diferencia ante Deportes Temuco, que los clasificaba a la Copa Libertadores de América. Ese resultado dejaba en nada el esfuerzo hecho unas horas antes por Universidad de Chile en el Estadio Nacional para vencer a un complicado Cobreloa 2x1. Tampoco era consuelo alguno que los Hispanos festejaran en el Estadio de Universidad Católica, ni que los Azules hubieran terminado de forma invicta la Liguilla. Yo estaba por cumplir los 21 años y concluía otra temporada de frustraciones de mi equipo, sumando una nueva carga insoportable a mi alicaído espíritu futbolero.

Aquella tarde de verano el dolor de la eliminación reabría una vieja herida, pues se había estado muy cerca de la posibilidad de ver a Universidad de Chile clasificar para disputar un partido internacional de fútbol. La última vez que los Azules habían participado en una Copa se remontaba a 1981 contra Sporting Cristal y Atlético Torino de Perú, pero no tengo ningún recuerdo de aquellos momentos. Por eso el sufrimiento de un nuevo fracaso provocaba tanto dolor. La U necesitaba un empate en San Carlos para ir a una definición ante los Rojos de Santa Laura, pero el resultado no se produjo.

Ese desenlace del minitorneo para elegir el Subcampeón correspondiente al Torneo Nacional 1993 no había sido como la Liguilla de infarto del año anterior, donde tras un empate total en puntaje entre los cuatro equipos —Colo Colo, Unión y las Universidades— los Azules clasificaban a la final por diferencia de gol, donde se perdió dignamente ante la UC. Esta vez era la Unión Española de Nelson Acosta y lo único que registré del resumen televisivo fue la voz amarga de Arturo Salah diciendo que para el próximo Torneo hay que pelear con los grandes y para eso necesitamos balas de verdad y no municiones de fogueo. Aquel triste momento marcó el fin del año futbolístico que coronaba una vez más al Colo Colo de Mirko Jozic, aunque el DT croata decía basta y se volvía a su país. Asimismo, en Universidad Católica, que había sido Subcampeón de la Copa Libertadores esa temporada, su entrenador, Ignacio Prieto, marcaba el fin de su ciclo en el equipo de la franja.

Con aquellas noticias partí de vacaciones a un camping en Lican Ray, ávido de que Salah cumpliera con aquellos dichos de las balas de verdad. De los amigos que viajé, solo el Negro era de la U, aunque bastante alejado de mi obsesión casi enfermiza que yo tenía por los Azules. Por entonces me preparaba para entrar a tercer año de Periodismo en la universidad, pero lo cierto es que aún me